El central malagueño concluirá una etapa de cinco temporadas, tres en Primera, en Zorrilla con dos ascensos a la máxima categoría. Titular en el eje de la zaga para Luis César y Sergio González hasta su grave lesión de rodilla hace un par de años.
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| Kiko Olivas ha sido una pieza clave en el campo y en el vestuario en el Real Valladolid en los últimos años. Foto: www.realvalladolid.es |
Atrás quedan cinco temporadas, 139 partidos oficiales, grandes actuaciones como mariscal de la zaga y, por supuesto, un excepcional comportamiento fuera del campo que le ha hecho granjearse el respeto y el cariño de todos los compañeros y empleados del club.
Kiko Olivas llegó a Zorrilla en el verano de 2017 procedente del Girona y siempre fue una pieza clave para sus entrenadores. Tanto Luis César como Sergio González apostaron por el antequerano en una temporada que concluyó con un meteórico ascenso, el primero de los dos que ha firmado con el Real Valladolid. Ya en Primera, solo perdió el puesto de titular a raíz de una maldita lesión de rodilla en Ipurua a finales de la campaña 2019/20 tras el confinamiento.
El central logró recuperarse para tratar de ayudar al equipo en los últimos partidos de la temporada 2020/21, zanjada con un lamentado descenso del que acaba de sacarse la espina hace apenas unos días.
Siempre con una tímida sonrisa dibujada en el rostro, siempre con la timidez de alguien a quien le gusta estar en segundo plano, Kiko Olivas volvió a llorar el domingo cuando se abrazó a su familia -siempre presente- para celebrar el ascenso.
Noticia de www.realvalladolid.es