viernes, 24 de abril de 2020

El Real Valladolid, “por supuesto, no va a abandonar a sus abonados”

El director del Gabinete de Presidencia y portavoz institucional del club, David Espinar, ha apuntado la posibilidad de que se juegue sin público “hasta el mes de enero” por la pandemia del covid-19. “Quizá no solo haya que compensar por los partidos que no se puedan disfrutar esta temporada sino también prever qué va a ocurrir en la próxima campaña. En cuanto tengamos una decisión final, la comunicaremos”.

Hervías saca un centro en el último encuentro en Zorrilla, hace ya casi
siete semanas ante el Athletic. Foto: www.realvalladolid.es
David Espinar ha confesado este viernes un inevitable sentimiento de “tristeza” por la situación que atraviesa España por la pandemia del covid-19, aunque también se ha mostrado con “fuerza” debido a la obligación de “mantener vivo el club” para tratar de dar alegrías a los aficionados.

Ahora que parece que está cerca la posibilidad de retomar los entrenamientos, el discurso del director del Gabinete de Presidencia y portavoz institucional del Real Valladolid ha girado en torno a “la necesidad de garantizar la salud” de todos los agentes participantes en el fútbol.

En el aire flota el acuerdo rubricado por LaLiga y la Federación, bajo el auspicio del Consejo Superior de Deportes, un acuerdo que busca sentar las bases para el regreso al trabajo, pero que también pretende instaurar una nueva financiación del CSD, la RFEF y las federaciones deportivas olímpicas.

Algo con lo que Espinar está de acuerdo ya que el fútbol “es un motor de generación de recursos y tiene que ayudar a quienes no tienen esta posibilidad”, como es el caso del fútbol modesto, el fútbol femenino y algunos deportes olímpicos.

“Sin embargo, tengo mis recelos porque no me habría gustado pensar que se habría vinculado la posible vuelta a los entrenamientos con un tema económico. Estamos hablando de cosas muy serias. Por encima de todo está la salud de los futbolistas y de todas las personas que participarán en los entrenamientos y los partidos. Creo que es un buen acuerdo, pero me gustaría no pensar mal y que ha habido una vinculación entre un aspecto y otro para que el fútbol volviera a la actividad”, ha incidido.

Los clubes han recibido desde LaLiga un borrador de protocolo para el regreso a la competición. Aunque el CSD promulgará un marco común para todas las actividades deportivas, será esencialmente similar:

“En sí, son muchos elementos de control, la reducción estricta de las personas que acompañan a los jugadores en los entrenamientos y cuatro fases de readaptación a la actividad, que van desde las sesiones individuales hasta las colectivas. Aproximadamente nunca menos de quince días para los entrenamientos en grupo y en total el protocolo contemplaría entre cuatro y cinco semanas de trabajo previo a la competición”.

Por supuesto, a la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimientos, el Real Valladolid ya trabaja en dicho protocolo. “Hemos comprado material necesario. Seguimos desinfectando las instalaciones, algo que ya habíamos empezado a hacer antes”, ha expuesto Espinar.

El club también estudia de qué manera se concentrará el equipo cuando llegue la fase de los entrenamientos colectivos. “Sería en un hotel con la única presencia de la primera plantilla, el cuerpo técnico y el cuerpo médico”, ha explicado el portavoz blanquivioleta.

En su momento, por responsabilidad social, el Real Valladolid anunció que rechazaba los test para detectar el covid-19 debido a que había otros colectivos mucho más necesitados. Ahora, el protocolo refleja que deben ser empleados periódicamente para descartar contagios en todas aquellas personas implicadas en los entrenamientos y los partidos.

David Espinar entiende que se realicen pruebas para intentar hacer posible el regreso al trabajo, como ocurre con otras actividades productivas, pero se siente “dolido” con el hecho de que no todo el mundo pueda tener acceso ahora mismo a los test.

“Estamos en una situación de emergencia brutal en la que evidentemente hay que tratar de retomar la actividad en todos los sectores, pero estamos conviviendo con una auténtica desgracia y eso es lo que creo que el fútbol no debe olvidar. Deberíamos luchar todos para que esos test se puedan extender al mayor número de población posible para que todos estemos más tranquilos”, ha argumentado.

Espinar ha recordado que el contacto con los jugadores es estrecho. Los directivos del Real Valladolid comparten sus inquietudes y están “tan preocupados por su salud como ellos mismos”, hasta el punto de que “el club no va a poner en marcha ninguna actividad si entiende que puede ser negativa para la salud de sus jugadores, abonados o trabajadores”.

Lo que sí parece claro es que si puede retomarse la competición se hará sin público en las gradas, algo que el director del Gabinete de Presidencia del Real Valladolid ha calificado como “un desastre” desde el punto de vista social.

“Serían más de 200 partidos solo en España. Entiendo que, como todas las industrias, el fútbol intente retomar la actividad cuanto antes porque es un síntoma de normalidad, siempre bajo los preceptos de garantizar la salud de todos los agentes, pero se me hace dificilísimo imaginar la escena de unos futbolistas ejerciendo su profesión en estadios vacíos, sin poder tener cerca a los aficionados que sufren y disfrutan con la fiesta del fútbol”.

La pregunta sobre la mesa está clara. Si los partidos se disputan a puerta cerrada, qué pasará con los abonos.

Espinar ha adelantado que es pronto para dar una respuesta definitiva porque aún no se tienen todos los datos y ha apuntado a la posibilidad de que “hasta el mes de enero” no se pueda jugar con público. “Quizá no solo haya que compensar por los partidos que no se puedan disfrutar esta temporada sino también prever qué va a ocurrir en la próxima campaña. En cuanto tengamos una decisión final, la comunicaremos. El club, por supuesto, no va a abandonar a sus abonados”.

Esta situación provocará una reducción de los ingresos, pero la clave está en saber si el club se encuentra preparado para soportar el peor escenario posible desde un punto de vista económico: la suspensión de LaLiga.

“El Real Valladolid ha intentado ser lo más sostenible posible en sus últimos meses de gestión”, pero parece obvio que los ingresos se reducirían “en un porcentaje importante” y los proyectos no esenciales “se verían recortados y retardados en el tiempo” hasta que la entidad recuperase el músculo económico. “De cualquier modo, el Real Valladolid seguirá adelante compitiendo y honrando a sus abonados y a sus más de noventa años de historia”, ha avalado Espinar.

Para terminar el repaso a los temas de la actualidad blanquivioleta, David Espinar ha abordado la situación del filial.

También con la duda sobre lo que pasará con respecto a la competición, el Real Valladolid respalda la propuesta de la RFEF, que permitiría a los cuatro primeros clasificados de cada grupo pelear por el ascenso a la Segunda División, aunque no con el hecho de que se amplíe hasta 98 el número de equipos de la categoría de bronce.

“No estamos de acuerdo con que haya ascensos desde Tercera y no descensos. Ya se lo hemos transmitido a la Federación de Castilla y León de Fútbol. Consideramos que eso debilitaría y devaluaría la competición”.

Por último, Espinar ha estimado “en tres semanas” el plazo marcado para la instalación de la cubierta de la tribuna de los Anexos, una histórica reivindicación de los abonados:

“Habíamos garantizado que esa obra se iba a efectuar y espero que esté lista en unas tres semanas. Es una pena que de momento no podamos disfrutarla con nuestros aficionados debido a la situación que atravesamos”.