“Este
estadio necesita una puesta al día importante porque el fútbol ha cambiado
mucho desde 1982. Los fosos fueron un instrumento de seguridad en los años
ochenta y el de Valladolid es el único que queda, lo que supone dificultades de
gestión y para el público”, ha explicado el arquitecto del proyecto, Javier
Iribarren, cuyas obras ya han comenzado con un coste de dos millones de euros.
El club, además, integrará los banquillos en el graderío, con varias decenas de
localidades vip en sus inmediaciones, e implementará en el verde “nuevas
tecnologías, sistemas de recuperación de agua, sistemas de drenaje..., un césped
de primera calidad mundial”.
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Las obras concluirán a tiempo para el inicio de la próxima temporada.
Fotos: www.realvalladolid.es |
Zorrilla vive su
transformación más importante desde su inauguración en el ya muy lejano 20 de
febrero de 1982.