sábado, 13 de junio de 2020

Otra Liga, otra normalidad

Pero la misma temporada y la misma exigencia. Tres meses después del parón por la pandemia del covid-19, el Real Valladolid regresa a la competición en Butarque en un duelo directísimo en la zona baja ante el Leganés. Eso sí, con muchas incertidumbres ante el nuevo fútbol: sin espectadores, con cinco cambios… y, sobre todo, con un fortísimo protocolo sanitario. Sergio González tiene la única baja de Caro.

El Real Valladolid abrió este año con un empate a dos en Zorrilla
ante el Leganés. Fotos: www.realvalladolid.es

El covid-19 nos ha cambiado la vida.

El mundo sigue luchando para superar la primera gran pandemia contemporánea. Un drama humano, con más de 400.000 fallecidos. Un terremoto económico, con impredecibles consecuencias.

Casi tres meses después de que el Gobierno decretara el Estado de Alarma, el fútbol profesional regresa en España. Un paso más hacia lo que se ha llamado la nueva ‘normalidad’. Un paso posible por la positiva evolución de la pandemia. Que sea necesario o no en estos momentos ya es otro debate.

El covid-19 sigue ahí, al acecho. Lo estará hasta que llegue la ansiada vacuna o un tratamiento efectivo. No es algo, desgraciadamente, inminente. Mientras, el mundo lentamente, y con muchísima cautela, está volviendo a la actividad.

El fútbol se ha sumado al carro de la nueva ‘normalidad’.

LaLiga ha querido cerrar la temporada 2019/20 en el césped.

Tres meses después (catorce semanas, casi cien días -97-), el Real Valladolid regresará este sábado (19:30 horas, Movistar LaLiga) al césped en Butarque para enfrentarse al Leganés.

Un retorno ansiado, pero extraño.

Un regreso a “otra Liga y otra normalidad”, tal y como ha concedido Sergio González. Pero a la misma temporada y con la misma exigencia.

Casi todo es distinto, desde el mismo momento del viaje a Leganés. El Real Valladolid se ha desplazado a la localidad madrileña en dos autobuses para minimizar el contacto entre los jugadores. La expedición ha contado con la presencia de un supervisor de LaLiga para velar por el cumplimiento del protocolo sanitario ante el covid-19.

La convocatoria también ha cambiado. El ‘nuevo’ fútbol ha abierto la puerta a todos los jugadores disponibles de cada plantilla. Sergio González solo cuenta con la baja de Caro, con una hiperextensión en el codo izquierdo. El portero del filial, Samu Pérez, ha ocupado su plaza en la extensa lista de 23 blanquivioletas.

Las dudas se agolpan ante el regreso.

Salvo la clasificación, todo lo que rodea al regreso del fútbol es una incógnita.


Arriba, Toni Villa y, abajo, Enes Ünal, en el último enfrentamiento
entre ambos equipos.

El Real Valladolid ha tenido cinco semanas para preparar la recta final de la temporada, un total de once encuentros, uno cada tres-cuatro días, para asegurar la permanencia en Primera. ¿Tiempo suficiente para contrarrestar casi dos meses de parón absoluto?

La primera plantilla completó el último entrenamiento previo al Estado de Alarma el viernes 13 de marzo. No volvió a calzarse las botas, primero con ejercicios individuales, hasta el lunes 11 de mayo. Entre medias, semanas de estricto confinamiento en casa, apenas relajadas al final, cuando el deporte se permitió al aire libre.

“El físico va a estar muy al límite porque no hemos tenido la previa necesaria”, ha lamentado Sergio González, que hubiera preferido más días de pretemporada. No obstante, “estaremos, como mínimo, al mismo nivel que el rival”. La posibilidad extraordinaria de realizar cinco cambios por partido también ayuda al optimismo.

Pero hasta que no ruede el balón, todo son conjeturas. Las propias de un inusual ‘inicio’ de la temporada, pero sin amistosos previos, con un rodaje corto y con un inédito parón por una pandemia. Sin pistas, en definitiva, del estado de forma de cada equipo.

Hay que adaptarse al nuevo fútbol. Y cuanto antes.

En los tiempos del covid-19, no queda otra.

“En la previa, en el post y en el calentamiento vamos a tener sensaciones raras. El equipo que minimice todo eso va a tener mucho ganado (…). Tenemos que dejar todo esto a un lado e intentar que no nos distraiga. Es complicado de asimilar, pero es lo que hay”, ha analizado Sergio González, que se ha referido, en especial, a la ausencia de espectadores en las gradas.

“El público te da una fortaleza espectacular en casa. Va a ser una pérdida importante para todos los equipos. Jugar sin público es como un jardín sin flor. Es necesario, como una radio en el coche. Lo tenemos que aceptar, pero no es la vuelta que todos deseábamos”, ha admitido el técnico del Real Valladolid.

Ante el Leganés, la ausencia de espectadores en las gradas beneficiará, en teoría, a los blanquivioletas, que nunca han ganado en el coso pepinero (cuatro derrotas en cuatro salidas). El factor cancha ha perdido fuerza en el nuevo fútbol, pero no lo es todo.

Sergio González es consciente de la enorme dificultad del encuentro de Butarque.

Para el Real Valladolid, el regreso a la competición entraña una doble trampa en sus dos primeros partidos. Encarrilar la permanencia o comprometerla. Ese es el riesgo. Los blanquivioletas, de momento, están salvados, pero no deben relajarse.

El Real Valladolid nunca ha ganado en Butarque,
con cuatro derrotas en cuatro visitas.
El colchón con el antepenúltimo clasificado, el Real Mallorca, es escaso, cuatro puntos. El Leganés, penúltimo, está a seis puntos y, en caso de victoria, se echaría encima del Real Valladolid y le metería de lleno en la pelea por evitar el descenso. El Celta, a tres de los blanquivioletas, visitará Zorrilla el próximo miércoles.

Un mal regreso en Butarque complicaría las opciones de permanencia del Real Valladolid, al que le estaba costando encontrar una línea de regularidad en el juego y los resultados (dos victorias en quince jornadas) antes del parón, con constantes cambios tácticos de Sergio González. Pero tres meses después, eso parece la prehistoria. El Leganés es el presente.

“Lo que más me preocupa es que ellos hayan perdido el miedo a perder. Te desinhibes más, eres más atrevido, provocas más cosas… Los tres equipos de abajo se han encontrado con una nueva vida y juegas con total libertad. Tenemos que igualar ese descaro con nuestra personalidad”, ha reclamado Sergio González.

El Leganés, el equipo menos goleador del campeonato (21 tantos en 27 encuentros), no está sentenciado.

Después de todo, tiene la salvación a su alcance, a una única victoria, con 33 puntos en juego.

El mexicano Javier Aguirre aterrizó en Butarque a principios de noviembre para rescatar a un colista con muy mala pinta, con cinco puntos y un solitario triunfo en doce jornadas, a seis de la permanencia.

La situación aprieta algo menos, aunque para el Leganés cada partido cuenta. Más con el Barça en el horizonte, el próximo martes en el Camp Nou. Los tres puntos ante el Real Valladolid se antojan básicos.

Aguirre no tiene bajas, con el argentino Szymanowski recién recuperado de una larga lesión. El canterano madridista Óscar Rodríguez, que atravesaba un dulce momento de forma, es la referencia del Leganés tras los traspasos en el mercado de invierno de Braithwaite y En-Nesyri al Barça y el Sevilla, respectivamente.


Alineaciones:

CD Leganés: Cuéllar; Rosales, Awaziem, Siovas, Jonathan Silva; Rubén Pérez, Roque Mesa, Kevin Rodrigues, Aitor Ruibal; Óscar Rodríguez y Carrillo.

Suplentes: Juan Soriano, Bustinza, Marc Navarro, Omeruo, Tarín, Recio, Eraso, Amadou, Bryan Gil, Szymanowski, Assalé y Guerrero.

Real Valladolid: Masip; Javi Moyano, Kiko Olivas, Salisu, Nacho; Joaquín, Alcaraz, Óscar Plano, Toni Villa; Enes Ünal y Sergi Guardiola.

Suplentes: Samu Pérez, Antoñito, Pedro Porro, Javi Sánchez, Raúl Carnero, Fede San Emeterio, Matheus, Míchel, Hervías, Waldo, Ben Arfa y Sandro.

Árbitro: Melero López (colegio andaluz).

Incidencias: 28ª jornada de LaLiga Santander. Butarque. Tarde agradable, con 22 grados y sol.