lunes, 26 de mayo de 2014

El balonmano llora en Valladolid

Descenso consumado. No hubo milagro. Cuatro Rayas cumplió ante Guadalajara. Villa de Aranda se dejó ir en Sagunto. Huerta del Rey asistió al ocaso de un club histórico. La liquidación está a un paso aunque Óscar Simón no arroja la toalla.


Duelo en Valladolid. Duelo deportivo. El balonmano completó una desastrosa temporada de los equipos de élite de la ciudad. Como el fútbol y el baloncesto perdió la categoría. Y algo más. El descenso supondría, si nada cambia en las próximas fechas, la liquidación de un club histórico (36 años consecutivos en la élite española, único club junto con Barça y Granollers en toda la trayectoria de la Asobal).


La permanencia era la única tabla de salvación. Con una deuda de 1.6 millones de euros y en pleno proceso de concurso de acreedores, la viabilidad del Balonmano Valladolid pasaba imperiosamente por la continuidad en la Liga Asobal. El club ni siquiera tiene 49.916 euros para cerrar la temporada. Si el presente es dudo, el futuro se presenta demoledor. La desaparición es la salida más factible.

Villa de Aranda no echó una mano. Los burgaleses se han convertido en los verdugos indirectos del Cuatro Rayas. Primero con una dolorosa victoria en Huerta del Rey. Después bajando los brazos ante Gijón y Sagunto. Cuatro Rayas necesitaba que Aranda compitiera. No lo hizo. Sagunto pasó por encima (40-26). De nada servía la amarga victoria (22-19) ante Guadalajara. El triple empate en la clasificación con Aranda y Sagunto condenaba al Cuatro Rayas.

No hubo ilusión. Ni un rayo de esperanza. Aranda aguantó los primeros veinte minutos (11-11). Entonces, Cuatro Rayas, atenazado por los nervios, perdía (8-10) con un relajado Guadalajara. Sagunto se desató antes del descanso y se escapó (21-12). Victoria resuelta con medio partido por delante. Victoria, y permanencia. Ya daba igual lo que pasara en Huerta del Rey.

Cuatro Rayas, al menos, tuvo la raza de sacar adelante el encuentro y regalar una última victoria a la afición. El final de una era. El balonmano llora en Valladolid. Óscar Simón, el presidente del club, era el único que no bajaba los brazos: “Vamos a seguir luchando. Lo tenemos más difícil que antes, pero vamos a agotar todas las vías. No estamos enterrados. Veremos a ver lo que pasa en los próximos días”.

“Este club es de Asobal, veremos lo que depara el futuro a corto plazo. Este equipo es de Asobal. No estamos enterrados ni deportiva ni económicamente”. El descenso y la elevada deuda indican lo contrario.

Ficha técnica:

Cuatro Rayas Valladolid 22 (10+12): Lamariaño, Peciña (-), Lacasa (5), Paco López (1), Corzo (-), Megías (2) y Ávila (-) –siete inicial– César Pérez (-), Porras (2), David Fernández (-), Fernando Hernández (6), Cacheda (4), Roberto Pérez (2) y Bozovic (-).

Balonmano Guadalajara 19 (10+9): Almeida, Reig (2), Pozzer (4), Coke (1), Vigo (3, 1p.), Muiña (-) y Valadao (1) –siete inicial– Parra (1p.), Plaza (5), Silva (2) y Bozalongo (-).

Parciales cada cinco minutos: 1-0, 3-3, 3-6, 6-8, 8-10, 10-10 (descanso), 15-12, 18-14, 19-15, 20-16, 21-17 y 22-19 (final).

Árbitros: García Serradilla y Marín Llorente (federación catalana). Excluyeron a Peciña (9’) y Porras (59’), por Cuatro Rayas Valladolid, y a Bozalongo (12’), Silva (24’) y Pozzer (53’), por Guadalajara.

Incidencias: Última jornada de la Liga Asobal. Huerta del Rey. 3000 espectadores.