domingo, 18 de mayo de 2014

Ni ganó al Granada

El Real Valladolid baja con todo merecimiento a Segunda. Los blanquivioletas, que no dependían de sí mismos, ni cumplieron su parte del trato y perdieron con un gol al filo del descanso. No hubo emoción. Tercer descenso en diez años del club con Carlos Suárez como presidente. ¿Casualidad?

El Real Valladolid protestó el gol legal del Granada. Fotos: www.realvalladolid.es
Impotencia. El Real Valladolid ni siquiera cumplió con su parte. Tenía que ganar al Granada y esperar las posibles ayudas del Betis en Pamplona y del Rayo en Vallecas. No hubo emoción. Ni contra las cuerdas el Real Valladolid mostró empaque de equipo de Primera. Ni personalidad, ni fuerza, ni mucho menos calidad. Equipo de Segunda con todo merecimiento.

La temporada tuvo el triste final que merecía, con descenso y derrota en Zorrilla incluidos. El Granada, con un gol al filo del descanso en una espectacular jugada de estrategia, cortó por completo la esperanza de una afición que sí respondió. Con el estadio prácticamente lleno, el equipo volvió a fallar, como hace una semana en Sevilla ante el colista Betis. No hay para más.

La salvación nunca rondó Zorrilla. El Granada certificaba su permanencia con oficio ante un rival sin argumentos. Con el marcador en contra, Roberto no sufrió ningún asedio. El conjunto de Juan Ignacio Martínez no tuvo ni capacidad para buscar el empate y, posteriormente, la victoria e invitar a soñar a la afición. Hurtó esa ilusión a una afición que encaja el tercer descenso a Segunda en apenas diez años, en la anodina era Carlos Suárez.

El Real Valladolid vuelve a ser de Segunda con una plantilla muy mediocre, mal confeccionada desde los despachos y dirigida con tristeza por Juan Ignacio Martínez. Muchos cambios se atisban en este verano en Zorrilla. Mucho tiene que cambiar este club, no solo en el vestuario, para estar en condiciones dentro de uno año de pelear por el ascenso y evitar que su paso por Segunda se alargue más de la cuenta.

Javi Guerra, a pase de Jeffren, acarició el gol a los ocho minutos.
El sueño de la permanencia duró un tiempo. El Real Valladolid, más vertical que un contemporizador Granada, tuvo un correcto primer cuarto de hora explotando los huecos a la espalda de la defensa del cuadro de Lucas Alcaraz. A los ocho minutos, Javi Guerra cazó un gran balón en profundidad de Jeffren. El malagueño, estorbado por Mainz, disparó fuera por poco.

Poco después, Nyom, en la ocasión blanquivioleta más clara del partido, estrelló un despeje en el larguero. Roberto rozó lo suficiente el esférico. El guardameta también salvaba, en dos tiempos, un buen disparo de Jeffren desde la frontal. Habían transcurrido casi veinte minutos y, pese a que aún quedaba mucho partido, el bagaje ofensivo del Real Valladolid se agotó. Los blanquivioletas no demostraron en el campo que necesitaban la victoria.

Las noticias que llegaban de Pamplona tampoco eran buenas. El Osasuna no tardaba en adelantarse. El encuentro se detenía, además, durante más de media hora por una avalancha, tras el gol navarro, en uno de los fondos saldada, afortunadamente, con casi cuarenta heridos sin lesiones de gravedad. Mientras en El Sadar se arreglaban los desperfectos, el encuentro avanzaba en Zorrilla con una inusitada tranquilidad.

Larsson y Óscar persiguen a Brahimi, el mejor del Granada.
El Granada vivía muy cómodo con el empate a cero y ofrecía sensación de peligro en los pies de Brahimi. El Arabi, solo ante Jaime, no controló un excelente pase del argelino pasada la media hora. Una inmejorable ocasión que sacudía las gradas de Zorrilla. Jaime ya había sacado un cabezazo de Mainz en el arranque del encuentro. El empate no valía pero… El Granada golpearía duro en un minuto fatídico.

El Getafe se adelantaba en Vallecas. A renglón seguido, entre Fran Rico y Piti fabricaban un meritorio gol en una jugada de estrategia. Mitrovic, en el colmo de los infortunios, marcaba en propia puerta a pesar de un desesperado esfuerzo de Óscar sobre la línea. El partido se iba al descanso con el peor escenario posible: el Real Valladolid perdía y Osasuna, por dos goles, y Getafe, por uno, no solo no fallaban sino que iban ganando.

La avalancha en El Sadar retrasó la continuación hasta que el encuentro de Pamplona cumpliera la primera mitad y su correspondiente receso. Tres eternos cuartos de hora para reflexionar y buscar la heroica, para armarse de moral y mostrar carácter o para hundirse. El Real Valladolid eligió la última opción pese a que Juan Ignacio llenara el once de delanteros con las infructuosas entradas de Manucho y Osorio para acompañar a Javi Guerra.

El Granada, con inteligencia, enfrió el partido con constantes interrupciones. Tampoco es que pasara grandes apuros. El empate del Rayo y un gol del Betis que reducía distancias con el Osasuna no animaron el juego blanquivioleta. Una segunda diana de cualquiera de los dos habría dejado al Real Valladolid en Primera. Claro que para eso tendría antes que ganar al Granada. Y eso, en el césped, era una utopía. Roberto cerró la segunda mitad sin paradas de dificultad.

Pancarta desplegada en uno de los fondos contra la gestión de Carlos Suárez.
La ofensiva castellana se limitaba a un balón en profundidad de Manucho a Guerra, al que se adelantó el portero del Granada, y un altísimo disparo de Óscar desde la frontal. El último arreón, a diez minutos del final, contó con otras dos aproximaciones. Manucho clamaba en el área su torpeza con el balón en los pies a pase de Rukavina. Osorio remataba muy flojo un centro de Peña. Escaso peligro para remontar.

No había historia. El Real Valladolid era pura impotencia. El Granada tenía la victoria en el bolsillo. Brahimi, antes de marcharse al banquillo, estuvo a punto de establecer un definitivo segundo gol tras burlarse de Manucho y Rueda. No había historia. El Real Valladolid estaba en Segunda. La grada se vaciaba sin saborear ni un segundo de ilusión mientras se recordaba a Carlos Suárez el tercer descenso del club bajo su presidencia. La grada sentenciaba: Los culpables no están solo en el campo. 3er descenso en 10 años. ¡Suárez vete ya!”. Para tomar nota.


Alineaciones:

Real Valladolid 0: Jaime; Rukavina, Jesús Rueda, Mitrovic, Peña; Álvaro Rubio (Baraja 85’), Víctor Pérez, Larsson (Osorio 52’), Óscar, Jeffren (Manucho 52’); y Javi Guerra.

Granada 1: Roberto; Nyom, Ilori, Mainz, Bryan Angulo; Recio, Iturra, Fran Rico; Brahimi (Coeff 86’), El Arabi (Ighalo 80’) y Piti (Foulquier 67’).

Goles:

0-1 (Min. 43). Jugada ensayada a balón parado del Granada. Fran Rico abre una falta en la frontal a la izquierda a Piti, que sorprende a la defensa del Real Valladolid, gana la línea de fondo y centra. Mitrovic despeja contra su portería. Óscar saca el balón ya dentro. Gol legal.

Árbitro: Clos Gómez (colegio aragonés). Amonestó a Óscar (80’), por el Real Valladolid, y a Piti (65’) y Roberto (81’), por el Granada.

Incidencias: 38ª jornada de la Liga BBVA. Casi lleno en Zorrilla: 25.133 espectadores. Unos 400 aficionados del Granada en el estadio. Los jugadores del Real Valladolid saltaron al césped con camisetas con el lema ‘Serbia necesita ayuda’ para apoyar al país balcánico que está sufriendo unas graves inundaciones.

Las notas:

Jaime (6): Sorprendido por Mitrovic en el gol del Granada. Con cero a cero sacó una gran mano a cabezazo de Mainz.

Rukavina (4): Ni rastro de su profundidad por banda de la pasada temporada. Una de las decepciones del curso. Ante el Granada firmó un partido muy gris. Sirvió en la recta final un buen centro al área que Manucho desaprovechó.

Jesús Rueda (4): Regresó al once por la sanción de Marc Valiente. No estuvo demasiado contundente ante Brahimi y El Arabi. Brahimi le rompió escandalosamente en los últimos minutos en una jugada que casi acaba en el cero a dos.

Mitrovic (3): Concluyó su cesión en Zorrilla con un desafortunado y decisivo gol en propia puerta. Con el paso de las jornadas su intensidad se ha mezclado con errores notables en el campo.

Peña (4): Una viva imagen del nivel de la plantilla del Real Valladolid. Comprometido pero sin recursos para competir en Primera. 


Álvaro Rubio, que concluye contrato, se multiplicó en el mediocampo.
Álvaro Rubio (6): Acabó roto, dejando su puesto a Baraja a cinco minutos del final, con el aplauso de Zorrilla. Un diez en esfuerzo pero sin argumentos suficientes para dirigir actualmente un equipo en Primera. Acaba contrato.

Víctor Pérez (5): Timorato, como en toda la temporada. Muy lejos de la versión ofrecida en su primer año y medio en Valladolid. Su continuidad en Zorrilla es muy dudosa.

Larsson (7): Se marchó al comienzo del segundo periodo con un merecido aplauso del público. Por intensidad, quizás el jugador más destacado del Real Valladolid en una gris temporada.

Óscar (3): Regresó al once tras su ausencia en Sevilla. Con poca presencia. Falló algunos pases increíbles y no estuvo, de nuevo, acertado de cara al gol. Intentó sin éxito sacar el autogol de Mitrovic. Una de las claves de la mala temporada del equipo.

Jeffren (7): De lo mejor en el primer periodo con un gran pase en profundidad a Javi Guerra y un soberbio lanzamiento desde la frontal que Roberto atrapó en dos tiempos.


Javi Guerra, punto y final a una buena etapa de cuatro años en Zorrilla.
Javi Guerra (6): No logró el gol de la salvación, como en la pasada temporada. Mainz le estorbó lo suficiente para rematar fuera, por poco, a pase de Jeffren. El malagueño disputó su último partido como blanquivioleta. Un triste final para cuatro notables años saldados con un ascenso (también un descenso) y 73 goles (23 en Primera). Un delantero que se ha ganado a pulso un hueco en la historia del Real Valladolid.

Manucho (5): Entró en el segundo tiempo, junto con Osorio, con el marcador en contra. El equipo no encontró su juego aéreo. Malogró, con su habitual torpeza con el balón en los pies, una buena asistencia de Rukavina. El angoleño, recuperado en menos de dos semanas de un esguince de rodilla, concluye contrato. Otro de los que puede marcharse del club.

Osorio (4): Ansioso, como en muchos partidos en esta temporada. No encontró el ritmo del partido. Remató flojo un centro de Peña.

Baraja (-): Entró a cinco del final por Álvaro Rubio con el descenso prácticamente certificado.

Juan Ignacio Martínez (1): Uno de los principales culpables del fracaso del descenso. Introdujo, de nuevo, a Óscar en el once y jugó con tres delanteros (Guerra, Manucho y Osorio) en el segundo tiempo. El equipo no mejoró, siguió jugando muy mal y sin crear peligro al Granada. La temporada se ha pasado sin saber cuál era el plan de Juan Ignacio. Tiene un año de contrato pero no debe seguir en Zorrilla.