De
los diez probables titulares en las Finales 2017 de la NBA, solo dos, Kevin
Durant y Zaza Pachulia, ambos en los Warriors, serán novedad con respecto a la pasada edición, con una
importancia muy superior de la antigua estrella de los Thunder sobre el pívot
georgiano. Mientras, Cleveland repetirá quinteto, aunque con una mayor
aportación de Kevin Love. Ahora sí, LeBron cuenta con un ‘big three’ a pleno
rendimiento.
Previa de las Finales: La Trilogía Warriors-Cavs.
Fue el protagonista
del último verano en la NBA. No todos los años un MVP se cambia de equipo. Y
mucho menos al equipo más talentoso de la competición. Fue el protagonista del último
verano y será, sin duda, la principal novedad de las Finales 2017 entre Golden State
Warriors y Cleveland Cavaliers: Kevin Durant. Para esto se mudó de Oklahoma a Oakland, pasando de las críticas de media NBA, para ser campeón.
Previa de las Finales: La Trilogía Warriors-Cavs.
El duelo entre Kevin Durant y Kevin Love puede decidir el desenlace de las Finales. Foto: Noah Graham / NBAE vía Getty Images. |
Es la hora de
Durant. A sus 28 años, con una década de experiencia en la NBA, le llega la
gran oportunidad para conseguir el ansiado anillo. Durant se cansó de esperar
en Oklahoma. No tuvo una segunda oportunidad tras la decepción de las Finales
2012, con una dolorosa derrota ante los Miami Heat de LeBron. Ni siquiera en
las Finales de la Conferencia Oeste en 2016. Oklahoma desperdició un 3-1 a
favor ante unos agotados, pero orgullosos, Warriors.
Kevin Durant será
la clave de las Finales 2017 de la NBA.
El vigente campeón,
Cleveland Cavaliers, ha optado por la continuidad en el ‘roster’. Mismo
quinteto (Irving – JR. Smith – LeBron – Love – Thompson). Mismo equipo técnico,
con Tyronn Lue al frente. Y misma exigencia. Para ello, a petición expresa de
LeBron, el banquillo sí se ha reforzado con veteranos de máximas garantías
buscando su primer anillo, como Kyle Korver (36 años) y Deron Williams (que
cumplirá 33 a finales de junio).
Derrick Williams,
que no tiene minutos, y el novato Kay Felder, que no cuenta, son las otras
novedades de los Cavs. El gigante caboverdiano Walter Tavares (2,20) está
también en plantilla, pero no jugará por lesión, ni siquiera ha debutado con los Cavs. Siguen del equipo campeón de
la pasada temporada: Richard Jefferson, Channing Frye, Iman Shumpert y dos
amigos de LeBron, James Jones y Dahntay Jones.
Los Warriors sí
son, parcialmente, distintos. A Golden State se le abrió la posibilidad de
incorporar a Kevin Durant. Era irrechazable por mucho que supusiera las marchas
de dos titulares, Harrison Barnes y Andrew Bogut, un suplente consolidado,
Leandrinho Barbosa, y cuatro cumplidoras piezas de recambio en el banquillo,
Marreese Speights, Festus Ezeli, Brandon Rush y Anderson Varejao.
Sencillamente, había que hacer espacio (salarial) a Durant.
Durant, defendido por Hayward en las semifinales de Conferencia, promedia 25,2 puntos por partido en los playoffs 2017. Foto: Andrew D. Bernstein / NBAE vía Getty Images. |
Los Warriors 2017,
sin la presión y el esfuerzo extra de batir, de nuevo, el récord de victorias en la
temporada regular, son mejores que los Warriors 2016.
Anotan más puntos: 115,9 de media en la temporada regular y 118,3 en los playoffs. Las medias en el curso 2015/16 fueron inferiores: 114,9 y 110,9, respectivamente, sin contar las Finales ante Cleveland. Asisten más: 30,4
pases por partido en la fase regular y 27,8 en la postemporada. Los promedios en la campaña 2015/16 se quedaron en 28,9 y 25 asistencias. Tiran mejor: 49,5% de acierto en la fase regular y 50,7% en los playoffs. La efectividad en la temporada anterior fue del 48% y el 42%, respectivamente. Y defienden con mayor eficacia, bajando de
104,3 puntos por partido permitidos en la temporada regular a 102 en playoffs. Hace un año, la defensa de los Warriors permitió una media de 104,1 puntos en la campaña regular y 104,5 en los playoffs.
Los números no engañan. Los Warriors son más fuertes que en las Finales 2016.
Los números no engañan. Los Warriors son más fuertes que en las Finales 2016.
La derrota en las
pasadas Finales deparó varias conclusiones:
-Prima la lucha por el anillo. Los records son bonitos, pero el anillo
más. Los Warriors 2016 entraron en los libros de historia por su inigualable marca
(73-9) en la temporada regular, pero perdieron las Finales. El castigo físico
extra para superar a los Bulls 1996 fue una de las principales explicaciones de
la derrota ante los Cavs. Los Warriors ya bordearon la eliminación en las
Finales de Conferencia ante Oklahoma. Llegaron agotados a la lucha por el
anillo y con algunos jugadores, como Curry, medio lesionados.
-Nunca es
suficiente talento, siempre hay que mejorar. Ni contar con Stephen Curry, Klay
Thompson y Draymond Green, bien rodeados, te asegura un anillo. El rendimiento
de Harrison Barnes ofreció dudas en las últimas Finales, acomodado en un
segundo plano, y el estado físico de Andrew Bogut empezaba a restar. El
australiano, con un esguince en la rodilla izquierda, se perdió los dos últimos
partidos de las Finales, los dos partidos más importantes de la temporada.
-Controlar las
emociones. El punto de inflexión de las Finales 2016 llegó con la ausencia, por
acumulación de faltas flagrantes, de Draymond Green en el quinto partido. Cleveland, con
la serie 3-1 en contra, se aprovechó para salvar, consecutivamente, tres
partidos al borde de la eliminación y ganar el anillo.
Los Warriors han
cumplido con los deberes.
No se han exprimido
en la temporada regular.
No dejaron pasar la
oportunidad de incorporar a Durant.
Draymond Green ha estado más controlado en estos playoffs, Foto: Jesse D. Garrabrant / NBAE via Getty Images |
La presencia
de Durant promete ser el factor diferencial en las Finales.
Con Durant, los Warriors
ganan otro gran anotador (25,2 puntos de media en los playoffs). Un anotador
letal en todas las posiciones: 41,5% de acierto en el triple, 66,7% en la media distancia,
52% en la pintura y 62,2% bajo la canasta. Un anotador completo que ha
conectado muy bien con los dos cerebros de los Warriors, Curry y Green, con
trece asistencias cada uno en los playoffs para canastas de Durant.
La incorporación de
Durant le crea un importante problema defensivo a Cleveland. Un problema que no existía
con Harrison Barnes en las Finales 2015 y 2016. Durant ha asumido una media de dieciséis
lanzamientos por encuentro en estos playoffs. Solo Curry tira más en los Warriors. Barnes, en
cambio, apenas lanzó diez veces por partido en las últimas Finales y, además, con bajos
porcentajes: 35% en tiros de campo, con un insuficiente 31% en los triples.
Durant obligará a
LeBron a esforzarse más en defensa, con el consiguiente menor depósito en
ataque para ‘King’ James. La estrella de los Cavs tendrá más trabajo. Si no es
Durant, será con Klay Thompson o, aún más intenso, con Draymond Green. En los
quintetos de ‘small ball’, no sería tampoco extraño ver a Durant emparejarse
con Love e incluso Tristan Thompson. Será una amenaza constante. Todo un desafío para
Cleveland en la defensa del anillo.
La llegada de
Durant no ha debilitado, además, la rotación de Warriors, como se temía. Golden
State no es un equipo de cinco titulares y un par de suplentes. Tiene una
plantilla profunda. Ningún jugador ha superado los 35 minutos por partido en
los playoffs, con Green como líder en minutos en la cancha (34,7 por
encuentro).
Mike Brown, si
finalmente Steve Kerr no se sienta en el banquillo, utilizará a casi todos sus hombres. En estos playoffs, Livingston (16,1), McCaw (14,7), Clark (14,6),
West (14,3) y McGee (10,5) han pasado de los diez minutos por partido. Y
aportando: Clark (7,5 puntos de media con un 40% en los triples), el sorprendente
McGee (7 puntos, 3,2 rebotes y 1,1 tapones), Pachulia (6,1 puntos y 4,3
rebotes), el rookie McCaw (5 puntos, con un 38% en los triples), el veterano West (4,6
puntos, 3 rebotes y 2,8 asistencias) y Livingston (4,4 puntos). McAdoo y Damian
Jones serán los últimos de una rotación en la que podría escalar posiciones Matt Barnes.
Hasta ahora, ha jugado muy poco en los playoffs (7,4 minutos por partido), pero su
experiencia podría ser de utilidad a lo largo de las Finales.
Livington, ante Irving, ya ha jugado dos Finales con los Warriors. Foto: Noah Graham / NBAE vía Getty Images. |
¿Cómo pararán los
Cavs a estos reforzados Warriors?
Cleveland también
es mejor equipo que hace un año. Y con la seguridad extra que ofrece el último
anillo.
Los Cavs se dejaron
ir en la recta final de la temporada regular, con un balance negativo entre
marzo y abril (13-14). Boston les adelantó en la Conferencia Este. Pero no ha
importado mucho, como se presuponía. Cleveland llega a las Finales con su mejor
marca en los playoffs en los últimos tres años: 12-1. En 2015, entregó dos
encuentros en las semifinales de Conferencia ante Chicago y en 2016 otros dos,
en las Finales de Conferencia, ante Toronto.
El verdadero nivel
de Cleveland se ha visto cuando tocaba, en playoffs. Los Cavs han mejorado en
ataque: 110,3 puntos por partido en la temporada regular por 116,8 en los
playoffs, con buenos porcentajes de tiro (50,7%), con un 43,5% en los triples. Cleveland ha enchufado una media de 14,6 triples por encuentro en los playoffs, 2,5 más que los mismos Warriors.
Pero la mejoría se
ha notado, especialmente, donde se ganan los anillos: la defensa. Cleveland
concedió 107,2 puntos por partido en la temporada regular. Números que
empeoraron en marzo (109,3) y abril (112,1) en plena fase de relajación de los
Cavs. Pero ha sido llegar a los playoffs y agachar el culo para defender: 103,2
puntos por partido, apenas uno más que los Warriors. En las Finales 2016, la defensa de los Cavs dejó a Golden State por debajo de los cien puntos por encuentro. En el séptimo decisivo, los Warriors se quedaron en 89.
A Cleveland no le
preocupa demasiado que el favorito sea Golden State. Ya sucedió en las dos anteriores
Finales. Y en ambas, los Cavs consiguieron competir a fondo. En 2015, pese a las lesiones
de Love e Irving, que solo pudo jugar el primer partido, Cleveland llegó a
ponerse 1-2 arriba en la serie. Un imperial LeBron (35,8 puntos, 13,3 rebotes y
8,8 asistencias de media) encontró apoyos puntuales en Mozgov, Thompson, Smith
y Dellavedova. Sirvió para alargar las Finales, aunque no para ganarlas, como
ocurrió en 2016, ya con el ‘big three’ al completo. Cleveland, esta vez sí, rompió los pronósticos y algo más: remontó un 1-3 adverso, algo que nadie había
hecho antes en la historia en las Finales de la NBA. LeBron (29,7 puntos, 11,3
rebotes y 8,9 asistencias) encontró un socio fiable en Irving (27,1). No estuvo
tan bien Love (8,5 puntos), ausente en el tercer pulso de las Finales y
suplente en el cuarto por el estricto protocolo de la NBA con las conmociones
cerebrales.
Y si Kevin Durant
apunta a clave de los Warriors y de las Finales, otro Kevin, Kevin Love, es el
‘tapado’ de los Cavs. El rendimiento de LeBron e Irving está más que garantizado.
Pero, a diferencia de en las dos últimas Finales, también el de Love.
Tras dos mejorables primeros años en Cleveland, Love se ha ganado el respeto de LeBron. Foto: David Liam Kyle / NBAE vía Getty Images. |
¿Love ha vuelto a
ser el de Minnesota, donde siempre estaba cerca del doble-doble?
Así lo cree LeBron.
Love, no obstante,
es un jugador diferente al de Minnesota.
Toda la NBA sabe
que a LeBron le gusta jugar con tiradores abiertos esperando sus pases tras
entrar en la zona y doblar afuera.
Y Cleveland tiene
un amplio arsenal de tiradores: Irving, Smith, Korver, Frye, Shumpert, Deron
Williams…, sin olvidar al mismo LeBron y a Kevin Love.
El papel de Love en
Cleveland recuerda a la evolución de Chris Bosh en los Heat de LeBron James.
Bosh pasó de lanzar un único triple en las Finales 2011, entre Miami y Dallas,
a trece en las Finales 2014, entre Miami y San Antonio, casi tres lanzamientos
por partido en el perímetro.
Y si Bosh tenía
‘manita’, Love no se queda atrás. Ya era un ‘especialista’ en el triple en su etapa
en Minnesota. En Cleveland, prácticamente juega como un escolta, más que un moderno ‘cuatro’ abierto. Su distribución de tiro le delata: 11,6 lanzamientos por
partido en los playoffs. Más de la mitad, 6,2, han sido triples, con un gran 47% de
acierto. Mejor incluso que Irving, LeBron y hasta Korver.
La defensa de los
Warriors tendrá que centrarse en Irving, LeBron, que se ha convertido ya en el máximo
anotador histórico de los playoffs tras superar a Michael Jordan, y en todos los tiradores, incluido Love.
El papel del
ala-pívot en las Finales se antoja fundamental. En ataque con sus triples. Y en
defensa con un emparejamiento muy exigente con Draymond Green, al menos con los
quintetos iniciales.
Love, que nunca ha
destacado como defensor, ni por aptitudes ni por actitud, tendrá una misión
trascendental en el devenir de las Finales: parar al intenso Green, motor de
los Warriors. Ya se demostró, hace un año, la importancia de Green en el juego
de Golden State. Se mantiene intacta a pesar de la aparición de Durant.
Green promedia en estos playoffs 13,9 puntos, con un acierto del 47% en los
triples, 8,7 rebotes y 7,2 asistencias. Es el máximo reboteador y el máximo asistente de
los Warriors en estos playoffs.
El otro
emparejamiento posible, con Kevin Durant, tampoco invita a la relajación de
Love.
LeBron James y Stephen Curry pelearán por el MVP de las Finales. Foto: Nathaniel S. Butler / NBAE vía Getty Images. |
LeBron y Curry
dominarán. No hay dudas. Tampoco con Kyrie Irving, Draymond Green o Klay Thompson.
Pero la clave de las
Finales será otra. Se llama Kevin y tiene dos apellidos: Durant y Love.
Si Durant alcanza
su mejor nivel, los Warriors recuperarán el anillo.
Mientras, las opciones de
Cleveland pasan por un excelsa aportación ofensiva y defensiva de Love.