martes, 29 de abril de 2014

El Real Valladolid se ahoga en Balaídos

La permanencia se encarece mucho tras una sonrojante goleada (4-1) ante el Celta con una penosa imagen, en especial en la defensa, del equipo de Juan Ignacio Martínez que vuelve a las andadas en la recta final del campeonato. Los gallegos firmaron una gran primera mitad, con dos goles en dos minutos y un par de postes, y sentenciaron con otro par de dianas en los tres primeros minutos del segundo tiempo. En la jugada anterior al uno a cero, Yoel salvó un claro disparo de Larsson. Manucho maquilló el resultado en el último cuarto de hora.

El Celta celebra uno de los cuatro goles ante los blanquivioletas
en Balaídos. Fotos: www.realvalladolid.es
Naufragio. A orillas del Atlántico, el Real Valladolid ha sido un barco a la deriva sobre el césped de Balaídos. Abandonado a su suerte. Sumergido lenta e inexorablemente en las profundidades de Segunda. La costa de la salvación se aleja tras las victorias del Getafe y Almería. Y, lo que es peor, el equipo se está ahogando sin muestras de tener fuerzas para acercarse a tierra firme, no digamos ya para tocarla.

Una imagen evidencia el estado de desánimo de la plantilla. Bergdich, que completó como todos sus compañeros un encuentro lamentable, lloraba desconsolado en el banquillo. Dos minutos antes había regalado a Mario Bermejo un gol cantado con una inexplicable cesión al delantero del Celta, un pase horizontal en línea defensiva imperdonable. Jaime salvó el gol. Habría sido el quinto.

Las cámaras de Cuatro se centraban en el rostro del franco-marroquí. Sin consuelo, Bergdich ocultaba su cara en un mar de lágrimas. Impotencia. Rabia. Desilusión. La imagen de un jugador roto en un equipo roto que, a falta de cuatro encuentros para concluir la Liga y a tres puntos de la salvación, huele a Segunda División.

Orellana fue una pesadilla. Rossi y Rubio, superados.
En Balaídos, el Real Valladolid volvió a las andadas. Tras tres partidos (Almería, Valencia y Osasuna) sin encajar, se llevó cuatro goles en Vigo. Y no es algo nuevo. Los blanquivioletas son un desastre a domicilio (una victoria, seis empates y once derrotas). El Celta es el séptimo conjunto que les golea indiscriminadamente, con cuatro goles, en esta temporada tras Barcelona, Real Madrid, Espanyol, Granada, Athletic y Sevilla.

La solidez defensiva cimentada en esta segunda mitad del campeonato, en especial tras la cesión del Benfica de Mitrovic, ha saltado por los aires en el peor momento posible, jugándose la permanencia. Ante un buen Celta, el Real Valladolid ha realizado el peor partido del curso recordando y, por momentos, superando la penosa imagen ofrecida en las derrotas contra el Espanyol y el Granada.

Tras diecisiete días de inactividad, el Real Valladolid salió en Balaídos con buenas intenciones. En apenas dos minutos, Larsson no llegaba a un buen pase de Álvaro Rubio. El riojano, posteriormente, disparaba fuera desde la frontal tras un robo de Bergdich. El Celta, con la salvación casi en el bolsillo, se encontraba una efectiva presión organizada por Juan Ignacio Martínez. Un plan que voló, sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos.

Óscar, presionado por Fontás, sigue sin estar fino.
Charles, tras un pase de Yoel desde la portería, intimidó al Real Valladolid. El delantero brasileño soltó un latigazo que entre Jaime, ligeramente, y el poste evitaron que abriera el marcador a los ocho minutos. Cuatro después, Nolito estrelló otro remate, este de cabeza, en la madera. El Celta despedazaba la buena salida castellana a base de contundencia ofensiva. Solo la suerte, aliada con los palos, mantenía el cero a cero.

El encuentro, no obstante, ya había virado de rumbo. El Celta, con una de las propuestas más valientes de todo el campeonato, como demuestra la reconversión de un oportunista delantero (Krohn-Dehli) en un excelente mediocentro, avasallaba a la defensa blanquivioleta con triangulaciones rápidas y concisas. El Real Valladolid era un flan en la línea defensiva y Jaime se veía venir el chaparrón.

Orellana, una pesadilla en el primer tiempo, encontró una autopista entre los centrales y se midió al guardameta. Jaime, con fortuna, desvió lo justo el mano a mano para seguir aplazando el gol. Fontás, en un remate de cabeza en un saque de esquina, tampoco acertó. El Real Valladolid buscaba desesperadamente el descanso para recomponerse. Era un coladero atrás, una presa a punto de reventar.

Nolito marca por primera vez a Jaime.
Y el choque se rompió de la manera más inesperada. Guerra conectó con Larsson, el mejor del equipo, para que el sueco penetrara en el área de Yoel. El portero gallego se ganó el sueldo y desvió el remate. De inmediato, el Celta armó una contra trenzada por Orellana que pilló absolutamente descolocada a la zaga visitante. Nolito marcaba el primero y comenzaba una noche de tortura.

Al minuto siguiente, Charles aprovechaba un enorme agujero entre Rueda y Mitrovic para anotar el segundo. La sensación de superioridad del Celta era abrumadora y la impotencia castellana casi vergonzosa. El Real Valladolid se derrumbó. Mentalmente plasmaba que, ahora mismo, no tiene recursos ni técnicos, ni tácticos, ni físicos, ni psicológicos para continuar en Primera.

Como si se enfrentara a un conjunto de alevines, el Celta se burló de la defensa castellana con dos nuevos goles en los tres primeros minutos del segundo tiempo. Cuatro a cero con casi todo el segundo acto por delante. Manucho, a un cuarto de hora del final, maquilló la goleada. Un duro castigo que en nada beneficia a los jugadores, cada vez más hundidos. El Real Valladolid se ahogó en Balaídos y no tiene fuerzas para llegar a la costa.


Ficha técnica:

Celta 4: Yoel; Hugo Mallo (Aurtenetxe 21’), Cabral, Fontás, Jonny; Madinda, Krohn-Dehli, Rafinha (Augusto Fernández 60’); Orellana, Charles (Mario Bermejo 67’) y Nolito.

Real Valladolid 1: Jaime; Rukavina, Jesús Rueda, Mitrovic, Peña; Álvaro Rubio (Víctor Pérez 63’), Rossi, Larsson (Manucho 46’), Óscar, Bergdich (Jeffren 71’); y Javi Guerra.

Goles:

1-0 (Min. 38). Yoel salva el cero a uno en una llegada de Larsson. El Celta monta una letal contra. Orellana pilla al Real Valladolid muy desordenado y encuentra, solo, a Nolito en la banda izquierda. Rukavina no cierra a tiempo. Nolito supera a Jaime con un disparo dentro del área.

Charles celebra el segundo gol del Celta.
2-0 (Min. 39). El Celta rompe el partido en dos minutos. Orellana descubre un descomunal agujero en el eje de la zaga del Real Valladolid y asiste a Charles para que se plante ante Jaime y le supere en el mano a mano.

3-0 (Min. 46). Madinda asiste, en la frontal, de tacón a Nolito que se marcha con extrema facilidad de Rueda para batir, de nuevo, a Jaime.

4-0 (Min. 48). En pleno desconcierto vallisoletano, Madinda centra desde la línea de fondo en la banda izquierda. Mitrovic despeja en el primer palo hacia su propia portería.

4-1 (Min. 74). Guerra asiste a Óscar para que centre desde la banda izquierda, pegado a la línea de fondo. Manucho cabecea y maquilla el marcador.

Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (colegio cántabro). Amonestó a Rafinha (55’), por el Celta, y a Álvaro Rubio (20’), Jesús Rueda (42’), Bergdich (45’) y Javi Guerra (82’), por el Real Valladolid.

Incidencias: 35ª jornada de la Liga BBVA. Balaídos. 15.300 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Tito Vilanova, que jugó en el Celta durante tres temporadas (1992-1995) en Primera División.

Las notas:

Jaime (7): Que tu portero reciba cuatro goles y, aún así, sea el mejor del equipo demuestra la clase de partido que hizo el Real Valladolid. Con cero a cero, los postes le salvaron dos remates y ganó un mano a mano a Orellana. Evitó el quinto ante Bermejo tras una desastrosa cesión de Bergdich.

Rukavina (0): Un coladero. Nolito, que partía desde su banda, marcó dos goles. Descolocado en el uno a cero, no llegó a cerrar.

Jesús Rueda (0): Recordó, por momentos, al torpe jugador que pisó a finales del pasado año el césped de Cornellà-El Prat. Mal colocado. Entre Madinda y Nolito le humillaron en el tres a cero.

Mitrovic, que se coló un gol, no funcionó en el eje de la zaga.
Mitrovic (0): Absolutamente desconectado de Rueda. Un chollo para el Celta. Para colmo se metió un gol en propia puerta tras un mal despeje.

Peña (3): El menos malo de la línea defensiva. Al menos sus fallos no fueron grotescos ni causaron goles.

Álvaro Rubio (2): Vio la quinta amarilla y no jugará el sábado contra el Espanyol. Tuvo un buen arranque pero, cuando el Celta se calentó, no pudo con la velocidad del juego celeste.

Rossi (1): Regresó a la medular y volvió a demostrar sus carencias en esa posición. Superado por los centrocampistas del Celta. En los últimos minutos, Bermejo le arrolló dentro del área. El colegiado se tragó un claro penalti.

Larsson (6): Por garra, carácter y velocidad, fue el mejor del primer periodo y curiosamente se quedó en el vestuario. Tuvo el cero a uno pero Yoel le desvió un disparo desde dentro del área.

Óscar (1): Sigue fuera de forma y el equipo sufriendo. No apareció en ataque salvo al final para asistir a Manucho en el gol de la honra.

Berdgich tuvo un día lamentable en Balaídos.
Bergdich (0): Apuesta de Juan Ignacio en el once por su velocidad. Comenzó con descaro pero pronto se contagió de los múltiples errores de sus compañeros. Poco antes de su sustitución regaló el cinco a cero con un pase en horizontal ante la frontal sin ningún compañero delante de Jaime. Bermejo no aprovechó el regalo. Bergdich se hundió en el banquillo llorando amargamente, la imagen de un equipo hundido. Vio la quinta amarilla y no jugará, por sanción, contra el Espanyol.

Javi Guerra (1): De más a menos en la temporada. En la ida, le metió tres goles al Celta. En la vuelta, casi no ha existido. Frustrado y desacertado.

Manucho (6): Salió tras el descanso con dos a cero y, en tres minutos, se encontró con dos goles más y el encuentro resuelto. Maquilló la goleada con un cabezazo. Yoel impidió que marcara otro gol saliendo a sus pies. Al menos puso intensidad.

Víctor Pérez (4): Ya estaba todo vendido cuando relevó a Rubio. Jugará contra el Espanyol por la sanción del riojano.

Jeffren (4): Sustituyó a Bergdich con el encuentro ya sin historia. Probó un disparo que atrapó Yoel.

Juan Ignacio Martínez (0): Tiene a un equipo roto psicológicamente y sin soluciones en el campo. No puede ser casualidad que en Balaídos se encajara la séptima goleada del curso.