La permanencia se encarece mucho tras una
sonrojante goleada (4-1) ante el Celta con una penosa imagen, en especial en la defensa, del equipo de Juan Ignacio Martínez que vuelve a las andadas en la
recta final del campeonato. Los gallegos firmaron una gran primera mitad, con
dos goles en dos minutos y un par de postes, y sentenciaron con otro par de
dianas en los tres primeros minutos del segundo tiempo. En la jugada anterior
al uno a cero, Yoel salvó un claro disparo de Larsson. Manucho maquilló el
resultado en el último cuarto de hora.
El Celta celebra uno de los cuatro goles ante los blanquivioletas en Balaídos. Fotos: www.realvalladolid.es |
Naufragio. A orillas del Atlántico, el Real
Valladolid ha sido un barco a la deriva sobre el césped de Balaídos. Abandonado a
su suerte. Sumergido lenta e inexorablemente en las profundidades de Segunda. La
costa de la salvación se aleja tras las victorias del Getafe y Almería. Y, lo
que es peor, el equipo se está ahogando sin muestras de tener fuerzas para
acercarse a tierra firme, no digamos ya para tocarla.
Una imagen evidencia el estado de desánimo de
la plantilla. Bergdich, que completó como todos sus compañeros un encuentro
lamentable, lloraba desconsolado en el banquillo. Dos minutos antes había
regalado a Mario Bermejo un gol cantado con una inexplicable cesión al
delantero del Celta, un pase horizontal en línea defensiva imperdonable. Jaime
salvó el gol. Habría sido el quinto.
Las cámaras de Cuatro se centraban en el
rostro del franco-marroquí. Sin consuelo, Bergdich ocultaba su cara en un mar
de lágrimas. Impotencia. Rabia. Desilusión. La imagen de un jugador roto en un
equipo roto que, a falta de cuatro encuentros para concluir la Liga y a tres
puntos de la salvación, huele a Segunda División.
Orellana fue una pesadilla. Rossi y Rubio, superados. |
La solidez defensiva cimentada en esta
segunda mitad del campeonato, en especial tras la cesión del Benfica de Mitrovic,
ha saltado por los aires en el peor momento posible, jugándose la permanencia.
Ante un buen Celta, el Real Valladolid ha realizado el peor partido del curso
recordando y, por momentos, superando la penosa imagen ofrecida en las derrotas
contra el Espanyol y el Granada.
Tras diecisiete días de inactividad, el Real
Valladolid salió en Balaídos con buenas intenciones. En apenas dos minutos,
Larsson no llegaba a un buen pase de Álvaro Rubio. El riojano, posteriormente,
disparaba fuera desde la frontal tras un robo de Bergdich. El Celta, con la
salvación casi en el bolsillo, se encontraba una efectiva presión organizada por
Juan Ignacio Martínez. Un plan que voló, sin embargo, en un abrir y cerrar de
ojos.
Óscar, presionado por Fontás, sigue sin estar fino. |
El encuentro, no obstante, ya había virado de
rumbo. El Celta, con una de las propuestas más valientes de todo el campeonato,
como demuestra la reconversión de un oportunista delantero (Krohn-Dehli) en un
excelente mediocentro, avasallaba a la defensa blanquivioleta con
triangulaciones rápidas y concisas. El Real Valladolid era un flan en la línea
defensiva y Jaime se veía venir el chaparrón.
Orellana, una pesadilla en el primer tiempo,
encontró una autopista entre los centrales y se midió al guardameta. Jaime, con
fortuna, desvió lo justo el mano a mano para seguir aplazando el gol. Fontás,
en un remate de cabeza en un saque de esquina, tampoco acertó. El Real
Valladolid buscaba desesperadamente el descanso para recomponerse. Era un
coladero atrás, una presa a punto de reventar.
Nolito marca por primera vez a Jaime. |
Al minuto siguiente, Charles aprovechaba un
enorme agujero entre Rueda y Mitrovic para anotar el segundo. La sensación de
superioridad del Celta era abrumadora y la impotencia castellana casi
vergonzosa. El Real Valladolid se derrumbó. Mentalmente plasmaba que, ahora
mismo, no tiene recursos ni técnicos, ni tácticos, ni físicos, ni psicológicos
para continuar en Primera.
Como si se enfrentara a un conjunto de
alevines, el Celta se burló de la defensa castellana con dos nuevos goles en
los tres primeros minutos del segundo tiempo. Cuatro a cero con casi todo el
segundo acto por delante. Manucho, a un cuarto de hora del final, maquilló la
goleada. Un duro castigo que en nada beneficia a los jugadores, cada vez más
hundidos. El Real Valladolid se ahogó en Balaídos y no tiene fuerzas para
llegar a la costa.
Celta 4: Yoel; Hugo Mallo (Aurtenetxe 21’), Cabral, Fontás, Jonny; Madinda, Krohn-Dehli, Rafinha (Augusto Fernández 60’); Orellana, Charles (Mario Bermejo 67’) y Nolito.
Real Valladolid 1: Jaime; Rukavina, Jesús Rueda, Mitrovic, Peña; Álvaro Rubio (Víctor Pérez 63’), Rossi, Larsson (Manucho 46’), Óscar, Bergdich (Jeffren 71’); y Javi Guerra.
Goles:
1-0 (Min. 38). Yoel salva el cero a uno en una llegada de Larsson. El Celta monta una letal contra. Orellana pilla al Real Valladolid muy desordenado y encuentra, solo, a Nolito en la banda izquierda. Rukavina no cierra a tiempo. Nolito supera a Jaime con un disparo dentro del área.
Charles celebra el segundo gol del Celta. |
3-0 (Min. 46). Madinda asiste, en la frontal, de tacón a Nolito que se marcha con extrema facilidad de Rueda para batir, de nuevo, a Jaime.
4-0 (Min. 48). En pleno desconcierto vallisoletano, Madinda centra desde la línea de fondo en la banda izquierda. Mitrovic despeja en el primer palo hacia su propia portería.
4-1 (Min. 74). Guerra asiste a Óscar para que centre desde la banda izquierda, pegado a la línea de fondo. Manucho cabecea y maquilla el marcador.
Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (colegio cántabro). Amonestó a Rafinha (55’), por el Celta, y a Álvaro Rubio (20’), Jesús Rueda (42’), Bergdich (45’) y Javi Guerra (82’), por el Real Valladolid.
Incidencias: 35ª jornada de la Liga BBVA. Balaídos. 15.300 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Tito Vilanova, que jugó en el Celta durante tres temporadas (1992-1995) en Primera División.
Las notas:
Jaime (7): Que tu portero reciba cuatro goles y, aún así, sea el mejor del equipo demuestra la clase de partido que hizo el Real Valladolid. Con cero a cero, los postes le salvaron dos remates y ganó un mano a mano a Orellana. Evitó el quinto ante Bermejo tras una desastrosa cesión de Bergdich.
Rukavina (0): Un coladero. Nolito, que partía desde su banda, marcó dos goles. Descolocado en el uno a cero, no llegó a cerrar.
Jesús Rueda (0): Recordó, por momentos, al torpe jugador que pisó a finales del pasado año el césped de Cornellà-El Prat. Mal colocado. Entre Madinda y Nolito le humillaron en el tres a cero.
Mitrovic (0): Absolutamente desconectado de Rueda. Un chollo para el Celta. Para colmo se metió un gol en propia puerta tras un mal despeje.
Peña (3): El menos malo de la línea defensiva. Al menos sus fallos no fueron grotescos ni causaron goles.
Álvaro Rubio (2): Vio la quinta amarilla y no jugará el sábado contra el Espanyol. Tuvo un buen arranque pero, cuando el Celta se calentó, no pudo con la velocidad del juego celeste.
Rossi (1): Regresó a la medular y volvió a demostrar sus carencias en esa posición. Superado por los centrocampistas del Celta. En los últimos minutos, Bermejo le arrolló dentro del área. El colegiado se tragó un claro penalti.
Larsson (6): Por garra, carácter y velocidad, fue el mejor del primer periodo y curiosamente se quedó en el vestuario. Tuvo el cero a uno pero Yoel le desvió un disparo desde dentro del área.
Óscar (1): Sigue fuera de forma y el equipo sufriendo. No apareció en ataque salvo al final para asistir a Manucho en el gol de la honra.
Bergdich (0): Apuesta de Juan Ignacio en el once por su velocidad. Comenzó con descaro pero pronto se contagió de los múltiples errores de sus compañeros. Poco antes de su sustitución regaló el cinco a cero con un pase en horizontal ante la frontal sin ningún compañero delante de Jaime. Bermejo no aprovechó el regalo. Bergdich se hundió en el banquillo llorando amargamente, la imagen de un equipo hundido. Vio la quinta amarilla y no jugará, por sanción, contra el Espanyol.
Javi Guerra (1): De más a menos en la temporada. En la ida, le metió tres goles al Celta. En la vuelta, casi no ha existido. Frustrado y desacertado.
Manucho (6): Salió tras el descanso con dos a cero y, en tres minutos, se encontró con dos goles más y el encuentro resuelto. Maquilló la goleada con un cabezazo. Yoel impidió que marcara otro gol saliendo a sus pies. Al menos puso intensidad.
Víctor Pérez (4): Ya estaba todo vendido cuando relevó a Rubio. Jugará contra el Espanyol por la sanción del riojano.
Jeffren (4): Sustituyó a Bergdich con el encuentro ya sin historia. Probó un disparo que atrapó Yoel.
Juan Ignacio Martínez (0): Tiene a un equipo roto psicológicamente y sin soluciones en el campo. No puede ser casualidad que en Balaídos se encajara la séptima goleada del curso.
Las notas:
Jaime (7): Que tu portero reciba cuatro goles y, aún así, sea el mejor del equipo demuestra la clase de partido que hizo el Real Valladolid. Con cero a cero, los postes le salvaron dos remates y ganó un mano a mano a Orellana. Evitó el quinto ante Bermejo tras una desastrosa cesión de Bergdich.
Rukavina (0): Un coladero. Nolito, que partía desde su banda, marcó dos goles. Descolocado en el uno a cero, no llegó a cerrar.
Jesús Rueda (0): Recordó, por momentos, al torpe jugador que pisó a finales del pasado año el césped de Cornellà-El Prat. Mal colocado. Entre Madinda y Nolito le humillaron en el tres a cero.
Mitrovic, que se coló un gol, no funcionó en el eje de la zaga. |
Peña (3): El menos malo de la línea defensiva. Al menos sus fallos no fueron grotescos ni causaron goles.
Álvaro Rubio (2): Vio la quinta amarilla y no jugará el sábado contra el Espanyol. Tuvo un buen arranque pero, cuando el Celta se calentó, no pudo con la velocidad del juego celeste.
Rossi (1): Regresó a la medular y volvió a demostrar sus carencias en esa posición. Superado por los centrocampistas del Celta. En los últimos minutos, Bermejo le arrolló dentro del área. El colegiado se tragó un claro penalti.
Larsson (6): Por garra, carácter y velocidad, fue el mejor del primer periodo y curiosamente se quedó en el vestuario. Tuvo el cero a uno pero Yoel le desvió un disparo desde dentro del área.
Óscar (1): Sigue fuera de forma y el equipo sufriendo. No apareció en ataque salvo al final para asistir a Manucho en el gol de la honra.
Berdgich tuvo un día lamentable en Balaídos. |
Javi Guerra (1): De más a menos en la temporada. En la ida, le metió tres goles al Celta. En la vuelta, casi no ha existido. Frustrado y desacertado.
Manucho (6): Salió tras el descanso con dos a cero y, en tres minutos, se encontró con dos goles más y el encuentro resuelto. Maquilló la goleada con un cabezazo. Yoel impidió que marcara otro gol saliendo a sus pies. Al menos puso intensidad.
Víctor Pérez (4): Ya estaba todo vendido cuando relevó a Rubio. Jugará contra el Espanyol por la sanción del riojano.
Jeffren (4): Sustituyó a Bergdich con el encuentro ya sin historia. Probó un disparo que atrapó Yoel.
Juan Ignacio Martínez (0): Tiene a un equipo roto psicológicamente y sin soluciones en el campo. No puede ser casualidad que en Balaídos se encajara la séptima goleada del curso.