sábado, 16 de mayo de 2015

Miguel Flaño, villano y héroe del bodrio del curso en Zorrilla

El central navarro adelantó al Real Valladolid con un defectuoso despeje tras centro de Óscar Díaz. Cuatro minutos después enmendó su error con un cabezazo tras una falta lateral botada por Roberto Torres. El Osasuna aún pudo llevarse la victoria con un remate de Nino al larguero, que botó dentro de la portería de Javi Varas, en la penúltima acción del choque. El ascenso directo es historia para el equipo de Rubi y el playoff, con este juego, será una breve excursión.

Mojica, rodeado por jugadores del Osasuna. Fotos: Ángel Becerra (www.realvalladolid.es)
Bodrio. Real Valladolid y Osasuna se emplearon a fondo para demostrar en Zorrilla lo aburrido que puede llegar a ser el fútbol en determinadas ocasiones. BODRIO (sí, con mayúsculas) de partido que solo merecía concluir en empate. Y sin goles. No lo hizo porque Miguel Flaño, en cuatro minutos, tuvo tiempo para marcar por partida doble. Primero en propia puerta. Después en la dirección correcta. Así de raro fue todo.

Tan malo fue el partido del Real Valladolid que el Osasuna estuvo incluso en un tris de llevarse los tres puntos. Nino, en la penúltima jugada del choque, remató al larguero. El balón botó dentro de la portería de Javi Varas. El árbitro y el juez de línea no lo vieron. Zorrilla, lo poco que quedaba ya en las gradas de Zorrilla, despidió al equipo de Rubi con una sonora y merecida pitada. Triste forma de despedirse, por más que las matemáticas no sean definitivas, del ascenso directo. Y triste forma para empezar a pensar, trabajar e ilusionarse con el playoff de ascenso.

La Sexta se olió la tostada. El partido, que iba a ser retransmitido, una semana más, por la televisión en abierto, se escondió en internet (de forma legal). El menosprecio de La Sexta al Real Valladolid (y al Osasuna), hacia dos históricos del fútbol español, indignó a ambas aficiones en los prolegómenos del encuentro tanto en Zorrilla como en la red. Pero lo cierto es que La Sexta acertó de pleno. Solo los más acérrimos seguidores del Real Valladolid y Osasuna hemos encontrado fuerzas (poniendo a prueba la resistencia de nuestra cabeza) para llegar al final del partido.

El encuentro fue malo, malo, malo. Malo de solemnidad. El Real Valladolid, que de puertas para afuera no había renunciado al ascenso directo (a pesar de estar a seis puntos a falta de cinco jornadas) se empeñó en demostrar que tenía la cabeza en otros menesteres distintos, al menos, al fútbol. Ridículo del equipo de Rubi que parecía haber recuperado el ritmo en las últimas semanas con cinco jornadas invicto (ya son seis) y dos victorias consecutivas. Una falsa esperanza. Este Real Valladolid no está para subir a Primera.

Ni siquiera el capitán Álvaro Rubio estuvo bien ante el Osasuna.
Sastre acompañó, con muy poco acierto, a Álvaro Rubio en la medular.
No lo demostró ante un Osasuna que vive colgado del alambre. Los navarros arrancaban la jornada con solo un punto de margen sobre el temido descenso. Una amenaza más que deportiva. El descenso a Segunda B podría conllevar la desaparición del club. Una entidad sobresaltada por problemas institucionales, con las cuentas en entredicho y el escándalo de los amaños de partidos. Un equipo que suma tres entrenadores en una sola temporada. El tercero, Enrique Martín, ni siquiera se ha sentado aún en el banquillo por una previa angina de pecho. En Zorrilla, estuvo en el palco.

Ante un Osasuna cogido con pinzas, el Real Valladolid ha dilapidado sus reducidas opciones finales de ascenso directo. Quizás mejor. Elijan ustedes el tópico: nadar para morir en la orilla, estirar el chicle, alargar la agonía… Cualquiera de ellos es oportuno. Sencillamente, el tren del ascenso directo, tras la demoledora racha de cuatro derrotas consecutivas a domicilio (Tenerife, Betis, Ponferradina y Girona) agravada por los traspiés en Zorrilla ante Albacete y Sabadell, había pasado de largo de la estación de Zorrilla. Y hace tiempo.

El playoff es lo que hay. Y es lo que posiblemente solo haya en esta temporada. Cuesta creer que el mismo Real Valladolid que ha hecho hoy el más absoluto ridículo frente al Osasuna juegue la próxima temporada en Primera División. Ahora mismo, el Real Valladolid no está en condiciones para disputar con garantías un reto tan exigente como un playoff. Quedan cuatro jornadas para el final de la temporada regular. Es el tiempo del que disponen Rubi y su plantilla para rearmarse y optar, de verdad, a Primera.

El Osasuna, al que le valía el empate, enfangó con una clamorosa facilidad el encuentro. Enrique Martín colocó una alineación tan extraña como efectiva, con una defensa de cinco, con el debutante Aitor Buñuel en la banda derecha, y un peculiar centro del campo con Loé, Sisi, Roberto Torres y Hervías. Arriba, Nino. El Osasuna, sin echarse demasiado atrás, desactivó al Real Valladolid. En realidad, no le permitió ni activarse. Asier Riesgo recordará pocos partidos más cómodos en su carrera.

Óscar Díaz, a punto de centrar en la jugada del gol del Real Valladolid.
Mal partido de Hernán Pérez, que arrancó como extremo y terminó como lateral largo.
Empanada importante. El Real Valladolid se anuló. No supo responder al Osasuna. Álvaro Rubio, reclamado por Zorrilla por su clarividencia en el trato del balón, regalaba balones en zona comprometida. Sastre no existía. Mojica, como lateral zurdo largo, apenas llegaba al área del Osasuna. En la banda contraria, Chus Herrero, Omar y Hernán Pérez creaban un embudo ante Oier, un centrocampista reconvertido en casual lateral zurdo. Óscar y Roger, tras su exhibición en Huelva hace una semana, no aparecían. La imagen del Real Valladolid era pobrísima. El primer periodo se cerró con una única ocasión, un cabezazo de Roger que Riesgo desvió por encima del larguero. En la segunda, ni eso.

El encuentro estaba donde quería el Osasuna: trabado, plagado de imprecisiones, feo, muy feo, sin juego, sin ocasiones, sin goles. Un bodrio en toda regla que se traducía en un empate que al Osasuna le valía. No al Real Valladolid, desaparecido en el césped. El Osasuna, con la movilidad de Sisi y Hervías, opositó incluso, aunque sin convencimiento, a un botín mayor saliendo a la contra tras las múltiples pérdidas de los blanquivioletas.

Si mala fue la primera mitad, aún peor salió la segunda. En el césped de Zorrilla corrían 22 futbolistas tras una pelota sin saber muy bien qué hacer con ella. El bodrio aumentaba cada minuto. Una mala tarde en la oficina para el aficionado al buen fútbol. Una mala tarde para llevar a un niño para tomarle cariño y apasionarse por un deporte que, lógicamente, se parece en muy poco a lo que se vio en Zorrilla. Lo de esta tarde fue para pedir el libro de reclamaciones.

Los goles de Miguel Flaño llegaron por puro azar. En especial el primero. Un mal rechace a un centro de Óscar Díaz tras una jugada embarullada, a la altura del partido. El gol era oro puro para el Real Valladolid que, ni qué decir tiene, no merecía ir ganando. No le dio tiempo para pensarlo. El Osasuna, gracias a la cabeza de Flaño, empataba. Y aún rozaba la victoria con el remate al larguero de Nino. Zorrilla estallaba. Se había tragado un bodrio, se había despedido del ascenso directo y no encuentra motivos para ilusionarse con el playoff.


Alineaciones:

Real Valladolid 1: Javi Varas; Chus Herrero (Óscar Díaz 60’), Samuel, Marc Valiente, Mojica; Álvaro Rubio (André Leão 77’), Sastre, Hernán Pérez, Óscar (Jonathan Pereira 68’), Omar; y Roger.

Osasuna 1: Asier Riesgo; Aitor Buñuel (Javier Flaño 58’), Miguel Flaño, David García, Vujadinovic, Oier (Echaide 83’); Loé, Roberto Torres, Sisi, Hervías (Olavide 72’); y Nino.

Goles:

1-0 (min. 72). Embarullada acción entre Jonathan Pereira y Óscar Díaz en la banda derecha, dentro del área del Osasuna. Óscar Díaz se beneficia de los rebotes y centra. Un balón inofensivo que, sin embargo, Miguel Flaño despeja mal en el primer palo hacia su portería.

Javi Varas no llega al cabezazo de Miguel Flaño.
1-1 (min. 76). Falta dudosa de Mojica junto al juez de línea. Roberto Torres centra al segundo palo. Miguel Flaño, absolutamente solo, cabecea y supera a Javi Varas.

Árbitro: Lesma López (colegio madrileño). Amonestó a Hernán Pérez (49’), Roger (56’) y Jonathan Pereira (71’), por el Real Valladolid, y a David García (41’), Roberto Torres (46’), Hervías (61’), Asier Riesgo (91’) y Nino (95’), por el Osasuna.

Incidencias: 38ª jornada de la Liga Adelante. Nuevo Estadio José Zorrilla. 9.060 espectadores, con presencia de aficionados del Osasuna en las gradas.

Las notas:

Javi Varas (6): Se aburrió bastante, aunque algo menos que Asier Riesgo en la portería del Osasuna. Apenas tuvo que emplearse. Miguel Flaño sorprendió a toda la defensa del Real Valladolid en el gol navarro.

Chus Herrero (5): Titular por Chica, con molestias físicas en las últimas dos semanas. Con poco trabajo en defensa, en ataque subió poco. Se marchó al banquillo a la hora de juego.

Samuel, asfixiado por el Osasuna, busca una salida.
Samuel (5): Sin dificultades en un partido sin ocasiones. Nino le ganó la espalda en la jugada que pudo suponer el 1-2.

Marc Valiente (5): En defensa, sin trabajo. En ataque, sin participación.

Mojica (5): Una de las sorpresas del once. El colombiano retrasó su habitual posición para jugar como lateral zurdo con largo recorrido. La banda fue suya, pero apenas la explotó.

Álvaro Rubio (3): Mal. Quizás su peor partido de la temporada. Comenzó con dos garrafales errores en la entrega del balón que provocaron claras contras del Osasuna. No encontró el ritmo.

Sastre (2): Volvió a ser el habitual Sastre tras dos semanas con buen nivel. Participó poco, y cuando lo hizo sin criterio.

Hernán Pérez (2): El peor partido del paraguayo en el Real Valladolid. Comenzó como extremo y pasó al lateral derecho tras la sustitución de Chus Herrero. Muy atropellado e impreciso. No aprovechó la presencia del centrocampista Oier como lateral.

Óscar (2): Tras su exhibición en Huelva, con un golazo de chilena y una asistencia de tacón, llegó un mal partido. Óscar no apareció en ataque.

Intrascendente partido de Omar, que apenas creó peligro.
Omar (2): Titular tras pasar Mojica al lateral. En realidad, pasó muchos minutos en la banda derecha. Sin trascendencia en ataque.

Roger (2): Como muchos compañeros, tuvo su peor partido de la temporada. Solo tuvo una ocasión, un cabezazo casi en el área pequeña que Riesgo sacó por encima del larguero.

Óscar Díaz (5): Primer cambio del Real Valladolid. Ocupó la banda derecha, con Hernán Pérez atrás. Generó la jugada del gol blanquivioleta gracias a su pundonor. Pero no hizo nada más.

Jonathan Pereira (2): Con mala actitud. Una clara demostración fue su reacción a la amarilla que recibió, protestando de mala manera. Con la cabeza en otro sitio.

André Leão volvió al equipo tras tres semanas sin jugar.
André Leão (3): Suplente, como en esta recta final de temporada. Contó con un cuarto de hora. No aportó nada.

Rubi (2): El juego del equipo no solo ha vuelto a caer sino que el Real Valladolid ha hecho su peor encuentro de la temporada. Infumable desde el primer minuto. No supo aprovechar la presencia de un lateral de circunstancias como Oier. Probó con Mojica y Hernán Pérez como laterales largos.