Brico
Depôt se contagió de la magia del homenaje al histórico exjugador del Fórum. El
equipo castellano estuvo muy acertado fuera de la zona con Izquierdo
(diecisiete puntos), Pablo Pérez (trece puntos y ocho asistencias) y Miguel
González (catorce puntos con una serie de cuatro de cuatro en los triples).
Quino Salvo recibe el cariño del baloncesto vallisoletano. Fotos: Facebook Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid. |
Mañana de emociones
en Pisuerga que se trasladaron a la cancha para que el partido no decepcionara.
Triunfo de fe, con sufrimiento y premio, por 78-76 ante Aceitunas Fragata Morón,
que se dedicó a Quino Salvo y que deja a los vallisoletanos estabilizados en la
novena plaza de la LEB Plata con ocho victorias.
Una vez más, y
contagiados por la magia del momento por el homenaje al gran Quino Salvo, el
Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid hizo de la necesidad virtud y peleó un
difícil encuentro en el que su rival también competía por un triunfo
tranquilizador.
Otra vez, Iñaki Martín
hubo de sacar leche de un botijo, exprimir al máximo sus recursos y dosificar
los peones de los que disponía, especialmente en el juego interior. Sin Sergio De
la Fuente y Davichu Ortega, nuevamente Shota Gelazonia fue la referencia
interior, con la ayuda de Rowell Graham-Bell y Daniel Astilleros, nuevamente
utilizado de comodín.
Pero por fuera, el
CBCV sí pudo presumir de arsenal. Antonio Izquierdo, con diecisiete puntos, y
Pablo Pérez, que repartió ocho asistencias, se echaron el equipo a la espalda. Tury
aportó en los momentos clave y el técnico carmesí se sacó de la chistera un
nueva baza, la de Miguel González, que desatascó el ataque de las ardillas y
firmó un cuatro de cuatro en los triples.
Las rotaciones
funcionaron y Astilleros, Graham-Bell y Jota remataron la faena. Con esos
argumentos, Iñaki Martín pudo competir, igualar el rebote y equilibrar los
porcentajes de acierto en el tiro. Aunque al equipo le costó entrar en juego y
encajó un 0-6 inicial, los triples de Izquierdo y González y uno postrero de
Tury le dieron ventaja tras los diez primeros minutos (22-21), mitigando el
dominio interior del Morón.
Graham-Bell e Izquierdo marchan hacia el aro andaluz. |
Después del paso
por vestuarios, el acto de homenaje a Quino Salvo pareció dotar de energía
renovada al Brico Depôt. Sin embargo, Aceitunas Fragata aún marchaba con
comodidad por delante a mitad del tercer cuarto (47-55, minuto 24). Pero con
mayor ritmo e intensidad, los carmesí obligaron, de la mano de Izquierdo,
primero al tiempo muerto de Javier Fijo con 53-55. Después, una canasta del
hipermotivado Pablo Pérez igualó la contienda a 59. Partido nuevo y remontada
culminada (62-61) con un triple de Miguel González para regocijo de la
parroquia local.
El último periodo
estuvo cargado de emoción y transcurrió con alternativas y total igualdad. Los
pequeños tirones locales eran contestados por un combativo Morón, que se
agarraba al sueño de romper su mala racha en Pisuerga. Pero era la mañana de
Quino Salvo, de Valladolid y del Brico Depôt. Así que Izquierdo, desde el tiro
libre, y dos opciones erradas por Michael Phillips, con enganchón incluido con
el bregador Graham-Bell, dejaron un triunfo emocionante y emotivo en Pisuerga
para alegría de los 2.200 espectadores que acudieron en un día inolvidable.
Ficha técnica:
Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid 78 (22+17+23+16): Pablo Pérez (13), Izquierdo (17),
Jota (4), Astilleros (8) y Gelazonia (10) –cinco inicial– González (14),
Gillespie (-), Tury (6), Arranz (-) y Graham-Bell (6).
Aceitunas Fragata Morón 76 (21+25+15+15): Rufián (3), Alejandro Marín (17),
Sow (4), Phillips (16) y Morales (14) –cinco inicial– Javier Marín (-), Vargas
(10), Sánchez (4) y Keshinro (8).
Árbitros:
Pinela García y González Cuervo. Eliminado Graham-Bell, por cinco faltas
personales.
Quino Salvo estuvo arropado por el público de Pisuerga, amigos, antiguos compañeros y representantes institucionales de Valladolid. |
Incidencias: 17ª jornada de la LEB Plata. Pisuerga. Más de dos
mil espectadores. Pisuerga revivió momentos mágicos con la presencia de un
histórico como Quino Salvo, que dejó poso en Valladolid como jugador de baloncesto
en la década de los ochenta. Se aprovechó su visita para rendir un merecido
tributo a su trayectoria y brindarle el cariño de todos para darle fuerza en la
pelea contra el tumor cerebral que padece.
Quino Salvo estuvo
arropado por amigos, antiguos compañeros y representantes institucionales de la
ciudad. Al margen de los obsequios y reconocimientos, se llevó la ovación y el
cariño de los más de 2.000 asistentes a Pisuerga. La afición no le ha olvidado
y coreó su nombre. Para Quino Salvo va dedicado este valioso triunfo de las
ardillas en un emocionante partido que el equipo de Iñaki Martín sacó adelante
con fe, actitud, sufrimiento y compromiso, valores que Salvo derrochaba siempre
en la cancha y que también se llevó con él a los banquillos.
Crónica de Facebook
Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid.