El campeonato europeo de
balonmano femenino se resolverá en este fin de semana. Las españolas, con dos
derrotas ante Hungría y Rumanía, se han complicado mucho su acceso a las
semifinales, pero no renuncian a repetir el éxito de los Juegos Olímpicos de
Londres. Eso sí, ahora mismo, dependen de errores de terceros equipos y de no
cometer nuevos fallos ante Rusia y Montenegro.
El balonmano femenino se instala fuera de España
El balonmano femenino se instala fuera de España
No ganaron el oro olímpico,
pero consiguieron, sin duda, una de las medallas con mejor sabor en Londres. El
equipo femenino de balonmano logró la penúltima presea de la delegación
española en la capital londinense, un bronce, tras derrotar a Corea del Sur en
una emocionante y vibrante doble prórroga. Conquistaron, a base de garra, el apelativo de ‘guerreras’
con el que se conoce ya a esta selección. No obstante, esa medalla olímpica
representaba un paso más en la progresión del balonmano femenino español.
Hasta la década de los noventa, los éxitos eran exclusivamente masculinos. Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 significaron un imprescindible punto de inflexión. Las chicas del balonmano competieron por primera vez en el panorama internacional. España debutó en un Mundial solo un año después, en 1993, y en un Europeo en 1998.
Pero el decisivo salto al primer plano internacional sucedió con el nuevo siglo. España se convirtió, primero, en una asidua a las fases finales. Desde el año 2001, únicamente ha estado ausente en el Mundial de 2005 y en los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008. Y, más tarde, los éxitos terminaron por llegar.
Rabiosas por la decepción olímpica china, España se colgó su primera medalla en los Europeos de 2008, disputados en Macedonia en el mes de diciembre. Ya con el bilbaíno Jorge Dueñas como entrenador, la selección femenina se proclamaba subcampeona tras perder en la final (34-21) contra Noruega.
En aquel torneo, la columna
vertebral de las españolas tenía muchas similitudes al actual grupo: Begoña
Fernández, incluida en el equipo ideal del Europeo en la posición de pivote,
Marta Mangué, tercera máxima anotadora de la competición, Macarena Aguilar,
Beatriz Fernández, Eli Pinedo, Carmen Martín, Verónica Cuadrado, Cristina
González y Elisabet Chávez.
España comenzaba a recoger los frutos sembrados en las últimas dos décadas. Y la cosechó no se detuvo ahí. Las españolas rozaron el bronce en el Mundial de 2009, en China. Otra vez las noruegas se cruzaron en su camino y las ganaron en el decisivo encuentro por el tercer puesto (26-31).
Dos años después, las chicas de Dueñas consiguieron su segunda medalla internacional en categoría absoluta: bronce en el Mundial de Brasil 2011. Noruega, una vez más, cerró el paso a España a la final, pero la selección se desquitó en el partido por el tercer puesto contra Dinamarca (24-18) La extremo derecho Carmen Martín fue recompensada, además, con su presencia en el mejor equipo del torneo. Mientras, Silvia Navarro obtuvo las mejores estadísticas en la portería.
El equipo fue, de nuevo, básicamente el mismo que jugaría un año después en Londres, aunque en Brasil no estuvo la capitana, Begoña Fernández, con problemas físicos. Los cambios fueron mínimos en la capital británica. En la cita olímpica, solo faltaron Cristina González, Nerea Pena (con una grave lesión en su rodilla derecha), Patricia Pinedo y Elisabet Chávez. El resto, las mismas de casi siempre, incluida una Carmen Martín que se quedó fuera a las primeras de cambio, con una rotura en el ligamento lateral izquierdo de la rodilla izquierda, dejando su puesto a Marta López.
El balonmano femenino español estaba preparado para un nuevo éxito internacional, el mayor en su historia por la repercusión máxima de unos Juegos Olímpicos. El premio fue un bronce en Londres que alcanzó una gran repercusión en la afición española. Los partidos de las ‘guerreras’, calificativo con el que ya se ha bautizado para mucho tiempo al combinado español, obtuvieron grandes audiencias. Y su famoso grito en los segundos finales de los tiempos muertos: “España, bien, coño, bien”, se ganó el cariño de la afición.
Marta Mangué, Macarena Aguilar, Begoña Fernández, Eli Pinedo, Silvia Navarro, Jessica Alonso, Beatriz Fernández, Nely Carla Alberto, Andrea Barnó, Verónica Cuadrado, Vanessa Amorós, Patricia Elorza, Mihaela Ciobanu, la lesionada Carmen Martín y su sustituta Marta López, con Jorge Dueñas en el banquillo, pasaron a la historia olímpica española, rozaron la final tras caer con Montenegro en semifinales (27-26) y derrotaron a las surcoreanas (31-29) tras dos prórrogas. Emoción, garra y calidad, mucha calidad, en un equipo que fue de menos a más y que incluso derrotó en la primera fase a su bestia negra y posterior campeona olímpica, Noruega.
El balonmano femenino
español nunca había vivido días tan intensos como las jornadas olímpicas
londinenses. Un impulso que no ha servido, sin embargo, para revitalizar el
campeonato nacional, con un éxodo masivo de las ‘guerreras’ y de muchas otras
jugadoras a otros países, pero que ha situado definitivamente a España en la
élite mundial.
El Europeo de Serbia, que se decidirá en esta semana, se presentaba como la ocasión ideal para que el grupo de Dueñas subiera un escalón más y ganara un título. Con ese ánimo aterrizó el equipo en la ciudad serbia de Novi Sad. Las españolas arrancaron bien, ganando a Alemania (23-20) y Croacia (25-21), para asegurarse rápido el pase a la segunda ronda. Una derrota ante Hungría (32-31) en el último duelo de la primera parte del campeonato ha cambiado el rumbo de las ‘guerreras’ que, en su estreno, en la nueva fase han caído ante Rumanía (26-31).
El sueño de un primer título se ha enfriado bastante. Para que España, que está echando en falta a Macarena Aguilar, tocada con problemas físicos, esté el próximo domingo, a las cinco de la tarde, en la final de Belgrado tendrá que recurrir a su mejor versión, derrotar a Rusia (mañana, martes, a las 16.15 horas) y Montenegro (miércoles, en el mismo horario) y esperar que húngaras, rumanas y montenegrinas aflojen. Entre estos cuatro equipos, más Rusia y Alemania, se repartirán dos puestos para unas semifinales muy caras para las ‘guerreras’. El espíritu creado en Londres será su mejor aliado. Si lo recuperan podrán soñar con volver a ser el equipo que enamoró a España en el último verano. Ellas nunca se rinden.
Hasta la década de los noventa, los éxitos eran exclusivamente masculinos. Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 significaron un imprescindible punto de inflexión. Las chicas del balonmano competieron por primera vez en el panorama internacional. España debutó en un Mundial solo un año después, en 1993, y en un Europeo en 1998.
Pero el decisivo salto al primer plano internacional sucedió con el nuevo siglo. España se convirtió, primero, en una asidua a las fases finales. Desde el año 2001, únicamente ha estado ausente en el Mundial de 2005 y en los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008. Y, más tarde, los éxitos terminaron por llegar.
Rabiosas por la decepción olímpica china, España se colgó su primera medalla en los Europeos de 2008, disputados en Macedonia en el mes de diciembre. Ya con el bilbaíno Jorge Dueñas como entrenador, la selección femenina se proclamaba subcampeona tras perder en la final (34-21) contra Noruega.
Marta Mangué. |
España comenzaba a recoger los frutos sembrados en las últimas dos décadas. Y la cosechó no se detuvo ahí. Las españolas rozaron el bronce en el Mundial de 2009, en China. Otra vez las noruegas se cruzaron en su camino y las ganaron en el decisivo encuentro por el tercer puesto (26-31).
Dos años después, las chicas de Dueñas consiguieron su segunda medalla internacional en categoría absoluta: bronce en el Mundial de Brasil 2011. Noruega, una vez más, cerró el paso a España a la final, pero la selección se desquitó en el partido por el tercer puesto contra Dinamarca (24-18) La extremo derecho Carmen Martín fue recompensada, además, con su presencia en el mejor equipo del torneo. Mientras, Silvia Navarro obtuvo las mejores estadísticas en la portería.
El equipo fue, de nuevo, básicamente el mismo que jugaría un año después en Londres, aunque en Brasil no estuvo la capitana, Begoña Fernández, con problemas físicos. Los cambios fueron mínimos en la capital británica. En la cita olímpica, solo faltaron Cristina González, Nerea Pena (con una grave lesión en su rodilla derecha), Patricia Pinedo y Elisabet Chávez. El resto, las mismas de casi siempre, incluida una Carmen Martín que se quedó fuera a las primeras de cambio, con una rotura en el ligamento lateral izquierdo de la rodilla izquierda, dejando su puesto a Marta López.
El balonmano femenino español estaba preparado para un nuevo éxito internacional, el mayor en su historia por la repercusión máxima de unos Juegos Olímpicos. El premio fue un bronce en Londres que alcanzó una gran repercusión en la afición española. Los partidos de las ‘guerreras’, calificativo con el que ya se ha bautizado para mucho tiempo al combinado español, obtuvieron grandes audiencias. Y su famoso grito en los segundos finales de los tiempos muertos: “España, bien, coño, bien”, se ganó el cariño de la afición.
Marta Mangué, Macarena Aguilar, Begoña Fernández, Eli Pinedo, Silvia Navarro, Jessica Alonso, Beatriz Fernández, Nely Carla Alberto, Andrea Barnó, Verónica Cuadrado, Vanessa Amorós, Patricia Elorza, Mihaela Ciobanu, la lesionada Carmen Martín y su sustituta Marta López, con Jorge Dueñas en el banquillo, pasaron a la historia olímpica española, rozaron la final tras caer con Montenegro en semifinales (27-26) y derrotaron a las surcoreanas (31-29) tras dos prórrogas. Emoción, garra y calidad, mucha calidad, en un equipo que fue de menos a más y que incluso derrotó en la primera fase a su bestia negra y posterior campeona olímpica, Noruega.
Bronce olímpico de las 'Guerreras' en Londres. |
El Europeo de Serbia, que se decidirá en esta semana, se presentaba como la ocasión ideal para que el grupo de Dueñas subiera un escalón más y ganara un título. Con ese ánimo aterrizó el equipo en la ciudad serbia de Novi Sad. Las españolas arrancaron bien, ganando a Alemania (23-20) y Croacia (25-21), para asegurarse rápido el pase a la segunda ronda. Una derrota ante Hungría (32-31) en el último duelo de la primera parte del campeonato ha cambiado el rumbo de las ‘guerreras’ que, en su estreno, en la nueva fase han caído ante Rumanía (26-31).
El sueño de un primer título se ha enfriado bastante. Para que España, que está echando en falta a Macarena Aguilar, tocada con problemas físicos, esté el próximo domingo, a las cinco de la tarde, en la final de Belgrado tendrá que recurrir a su mejor versión, derrotar a Rusia (mañana, martes, a las 16.15 horas) y Montenegro (miércoles, en el mismo horario) y esperar que húngaras, rumanas y montenegrinas aflojen. Entre estos cuatro equipos, más Rusia y Alemania, se repartirán dos puestos para unas semifinales muy caras para las ‘guerreras’. El espíritu creado en Londres será su mejor aliado. Si lo recuperan podrán soñar con volver a ser el equipo que enamoró a España en el último verano. Ellas nunca se rinden.