Los
vallisoletanos, que han perdido también el average, caen a la penúltima
posición, igualados con ocho victorias con Olivar, Cambados y Clínicas Rincón,
su próximo rival dentro de apenas tres días.
Martí y Riauka defienden a Javier González. Fotos: Facebook Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid. |
Mañana aciaga en
Pisuerga cumpliéndose la peor de las combinaciones. El Brico Depôt CB Ciudad de
Valladolid perdió una cita clave para sus aspiraciones de permanencia y lo hizo
por más de siete puntos: 73-84, con lo que cede el average y cae a puestos de
descenso. Los vallisoletanos no estuvieron nunca en el encuentro y fueron
superados de principio a fin por un Simply Olivar que gestionó mejor la presión
de lo que había en juego.
Los malos augurios
sobrevolaron Pisuerga y el equipo no estuvo en la cita más importante del año.
La presión, ansiedad y responsabilidad por lo que había en juego fue una losa
demasiado grande para un Brico Depôt incapaz de tomarle el aire a un partido
que suena a despedida de la temporada en casa y que ahora habrá que recuperar
lejos de casa. Cuatro oportunidades para sumar que dictarán sentencia en cuanto
a la campaña de debut de las ardillas en LEB Plata, que ha sido de una dureza
inmensa para el club dirigido por Mike Hansen.
Todos los miedos de
una plantilla forjada mes a mes salieron a relucir, la inexperiencia y la duda.
Atenazados por la posibilidad de quedar mal ante los suyos y de no ser profetas
en la tierra de una escuadra con ADN vallisoletano. El cuadro carmesí no afrontó
la cita sobre lo esperado a pesar del trabajo de mentalización previo. Nada
salió como debe salir cuando te juegas la vida. A pesar de que se sabía, la
concentración no fue la adecuada y a las ardillas les costó ser equipo.
Si en la primera
parte faltó defensa; en la segunda, acierto. Olivar dominó desde el primer
periodo y apenas el CBCV pudo estar algunos segundos arriba en el tanteador.
Los maños se fueron hasta de cinco (18-23), cuando el cuadro local pudo ajustar
el marcador a base de coraje con Astilleros y Javi González de puntales. El
segundo cuarto fue cosa de Marc Martí. El interior del Simply se bastó para
dominar el acto y a su oponente. El ilerdense puso catorce arriba a los
aragoneses: 29-43 (minuto 18).
El Brico Depôt, desacertado
y sin rumbo, donde solo algunos de sus jugadores se dedicaban a mirar por el
bien del equipo, se desangró presa de su poca eficacia de cara al aro. Lo
intentó atrás, pero no fue capaz de amilanar a su rival, que jugó con una
soltura impropia de una cita con tanta necesidad. En los locales, tan solo
funcionó Davichu Ortega. Nunca varios jugadores a la vez consiguieron coincidir
en el camino. Y la desventaja, al descanso, fue de trece abajo (31-44). Partido
cuesta arriba pero con veinte minutos por delante para dar la vuelta a la
tortilla.
Pablo Pérez busca pase ante la mirada de Javier González. |
A partir del tercer
cuarto, el conjunto carmesí concedió el triple como arma para sujetar el juego
interior del Olivar y tratar de nivelar los emparejamientos con Martí y el
lituano Riauka, que se unió al festival del pívot ilerdense. Pero el base júnior
Álvaro Sanz volvió a tener protagonismo y ser determinante, dominó el ritmo de
juego y la delantera del Olivar no peligró. Aunque los vallisoletanos lograron
imponerse en el parcial del cuarto (20-19), de la mano de un renacido González
y Davichu Ortega que, junto con Graham-Bell, trataba de ponerle la energía
necesaria para, al menos, competir un partido que se escapaba.
Sin embargo, los
visitantes, a su aire, ponían el choque muy de cara cuando a 1:25 para el final
del tercer cuarto ganaban de quince (45-60) y obligaban a un tiempo muerto a la
desesperada del coach Iñaki Martín. El ala-pívot británico Graham-Bell sellaba
el cuarto del Brico Depôt con un espectacular mate al contraataque que hacía
tener un hilillo de esperanza, aunque insuficiente ya que el CB Ciudad de
Valladolid seguía cediendo (51-62) en el marcador.
En la parte
decisiva, a los castellanos se les encogió la mano y fue un quiero y no puedo,
un luchar contra molinos de viento presa de la ansiedad para morir en un mal
día, una cita donde debió salir todo y apenas salió algo o cosas a medias. Cada
vez que el cuadro de Iñaki Martín lograba anotar un triple era contestado de
manera inmediata por el rival y, si no, se estrellaba una y otra vez contra el
aro presa de su desacierto y nerviosismo o de la bien planteada defensa del
Olivar, que desconcertó al espeso ataque carmesí, poco útil en estático y muy
impreciso en velocidad.
La consecuencia es
que no hubo opciones ni siquiera de luchar por el average de +7 conseguido en
la primera vuelta en cancha zaragozana y el Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid,
con su derrota por 73-84, veía su caída hasta la decimotercera posición. Obligado
a ganarse lejos de su feudo la permanencia deportiva en LEB Plata con poco
margen de error y kilos de fe pues, a pesar de todo, tiempo hay de aquí al
final de la fase regular.
Gillespie no anotó en los tres minutos que jugó. |
Ficha técnica:
Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid 73 (20+11+20+22): Pérez (11), Izquierdo (7), Jota (2),
Graham-Bell (13) y González (14) –cinco inicial– Gillespie (-), Tury (5),
Ortega (11) y Astilleros (10).
Simply Olivar 84 (23+20+19+22): Sanz (18), Mendicote (7), Bernacer
(4), Martí (16) y Riauka (17) –cinco inicial– Kohs (9), Pursl (3), Hidalgo (10)
y Dolezaj (-).
Árbitros:
Mendoza Holgado y Bey Silva. Eliminados, por cinco faltas personales, Izquierdo
y Graham-Bell, del Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid.
Incidencias: 23ª jornada de la LEB Plata. Polideportivo
Pisuerga.
Crónica de www.cbcvalladolid.es