El
argentino rescata un punto en el tiempo extra. El Real Valladolid nunca se
rindió a pesar de un mal comienzo (con dos goles en contra en apenas nueve
minutos), un peor VAR (obviando una mano previa en el 2-0, desentendiéndose de
un penalti a Kiko Olivas y perdonando la roja a Juncá) y la mala suerte con los
postes (tras tiros de Alcaraz y Míchel).
Ni un Iago Aspas en
estado de gracia, ni un árbitro desafortunado, ni el peor VAR de la historia
del fútbol pudieron con el Real Valladolid en Vigo.
Leo Suárez recibe la felicitación de sus compañeros tras marcar el gol del empate. Fotos: @LaLiga vía www.realvalladolid.es |
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Pese a ir perdiendo por 2-0 en el minuto nueve, pese a ir perdiendo por 3-1 en la segunda parte cuando mejor estaba jugando, pese a verse perjudicado gravemente por el arbitraje una y otra vez, el Real Valladolid no tiró la toalla, siguió jugando con fe en busca del empate y encontró el premio al esfuerzo y la personalidad sobre la bocina para sumar un auténtico puntazo en Balaídos.
Pese a ir perdiendo por 2-0 en el minuto nueve, pese a ir perdiendo por 3-1 en la segunda parte cuando mejor estaba jugando, pese a verse perjudicado gravemente por el arbitraje una y otra vez, el Real Valladolid no tiró la toalla, siguió jugando con fe en busca del empate y encontró el premio al esfuerzo y la personalidad sobre la bocina para sumar un auténtico puntazo en Balaídos.
El partido fue una
lucha contra Iago Aspas y el arbitraje porque el Celta, que vivió del Mago de
Moaña, uno de los mejores delanteros del mundo, fue peor que el Real
Valladolid.
En el minuto cinco,
Iago Aspas aprovechó un buen envío al hueco en el área pequeña para fusilar a
Masip. Cuatro minutos después, Maxi Gómez bajó con la ayuda del brazo un balón
centrado y volvió a descerrajar el segundo disparo al portero blanquivioleta,
que en nueve minutos encajaba los mismos tantos que en los cuatro partidos
anteriores. En el segundo gol, el VAR decidió que no había infracción de Maxi
Gómez. Ni siquiera pidió al colegiado que viera la repetición de la jugada.
Con 2-0 en un abrir
y cerrar de ojos, un Celta crecido y un Real Valladolid que parecía ver como se
desplomaba su solidez defensiva de los primeros partidos de la Liga, pintaba mal
en Balaídos.
Pero, poco a poco,
el Real Valladolid fue creciendo. Su personalidad le hizo agarrarse al partido,
parar el chaparrón e ir estirándose poco a poco para dominar a un Celta que dio
la impresión de verse ganador con la ley del mínimo esfuerzo, por lo que optó
por ‘dejar hacer’ al Pucela, que aceptó el reto y empezó a crear peligro.
Por ejemplo, en el minuto 23 hubo un penalti de libro de Okay a Kiko Olivas, que agarró descaradamente al central blanquivioleta y despejó de cabeza un centro al área. Un penalti que pareció claro en el campo y que no admite discusión alguna con la televisión. El VAR pasó olímpicamente de la jugada ante el berrinche de los vallisoletanos, que tuvieron mucho mérito de no acabar desquiciados y con tres jugadores amonestados por protestar tan tremenda injusticia.
Por ejemplo, en el minuto 23 hubo un penalti de libro de Okay a Kiko Olivas, que agarró descaradamente al central blanquivioleta y despejó de cabeza un centro al área. Un penalti que pareció claro en el campo y que no admite discusión alguna con la televisión. El VAR pasó olímpicamente de la jugada ante el berrinche de los vallisoletanos, que tuvieron mucho mérito de no acabar desquiciados y con tres jugadores amonestados por protestar tan tremenda injusticia.
Iago Aspas, con un doblete, superó a la defensa del Real Valladolid. |
Tres minutos
después, Óscar Plano marcó el primer gol del Real Valladolid en LaLiga y puso
el 2-1. Nacho colocó un centro perfecto al corazón del área, donde Óscar Plano
ejecutó un cabezazo inapelable, picado y justo a la base del poste, para evitar
la estirada felina de un gran portero como Sergio Álvarez.
La segunda mitad
transcurrió por los mismos derroteros. Quizá para el espectador del Celta, el
partido era decepcionante, pero para el blanquivioleta empezaba a tener buen
color. Porque sin pases brillantes, sin jugadas talentosas, sin acciones
maravillosas, el encuentro era entretenido y daba la sensación de que podía
caer de cualquier lado, bien porque el Real Valladolid acertara a traducir su
insistencia en más goles, bien porque el Celta, en una contra que no llegaba,
aumentara su ventaja y cerrara el choque.
Y el Celta aumentó
su ventaja, pero ni por esas cerró el encuentro. No lo cerró porque el Real
Valladolid nunca lo dio por cerrado. En el minuto 54, un Iago Aspas en estado
de gracia controló con maestría un balón en la frontal y lo puso lejos del
alcance de Masip. Un golazo sensacional para el 3-1.
Para ponérselo aún
más difícil al Real Valladolid, el árbitro perdonó la expulsión al lateral
izquierdo Juncá en el minuto 56. El defensor celeste tenía una amarilla y cometió una falta de cartulina sin ninguna discusión. Prieto Iglesias se desentendió de
la jugada y lo zanjó con una simple falta. ¡Cómo lo vería el entrenador del
Celta que reaccionó cambiando a Juncá!
Enes Ünal, que había
entrado por Borja en el minuto 56 (cuatro minutos antes Toni había relevado a
Keko), certificó el 3-2 tras rematar a bocajarro un centro perfecto de Nacho.
En esta ocasión, el madrileño puso un balón raso entre la zaga y el portero y
el delantero turco, relegado al banquillo por Duje Cop en Balaídos, batió a
quemarropa a Sergio Álvarez.
Duje Cop estrenó titularidad en Vigo y Toni fue suplente por primera vez. |
El Celta, con el
miedo ya en el cuerpo, dio un paso al frente para evitar que el barco se le
fuera a pique. Brais Méndez, con una escapada mal definida, que cortó un inconmensurable
Óscar Plano, y un envío venenoso desde la frontal que buscaba la escuadra, que Masip voló para atajarlo, no pudo remediar lo irremediable: que el Real
Valladolid, en el arreón final, empatara.
Míchel, en el
minuto 85, disparó al larguero y Leo Suárez, que acababa de entrar en el campo
en el minuto 92, consiguió el empate final (3-3) tras la enésima llegada
blanquivioleta por la banda izquierda, con un pase de Nacho en profundidad para
que Óscar Plano ganara la línea de fondo y viera la llegada en el segundo palo del
argentino, que marcó a puerta vacía.
Un punto épico en
un partido épico del Real Valladolid.
Alineaciones:
Celta 3:
Sergio Álvarez; Roncaglia, Araujo, David Costas, Juncá (Júnior Alonso 59’); Okay,
Lobotka, Iago Aspas, Boufal (Pione Sisto 69’), Brais Méndez (Beltrán 82’); y
Maxi Gómez.
Real Valladolid 3: Masip; Javi Moyano (Leo Suárez 92’), Kiko Olivas,
Calero, Nacho; Borja (Enes Ünal 56’), Míchel, Keko (Toni 53’), Alcaraz, Óscar
Plano; y Duje Cop.
Goles: 1-0 (min. 5): Iago
Aspas; 2-0 (min. 9): Maxi Gómez; 2-1 (min. 39): Óscar Plano;
3-1 (min. 54): Iago Aspas; 3-2 (min. 65): Enes Ünal; y 3-3 (min.
92): Leo Suárez.
Árbitro:
Prieto Iglesias (colegio navarro). Amonestó a Roncaglia (42’) y Juncá (49’),
por el Celta, y a Alcaraz (20’) y Duje Cop (25’), por el Real Valladolid.
Incidencias: 5ª jornada de LaLiga Santander. Estadio Balaídos. 16.552
espectadores.
Crónica de www.realvalladolid.es