El equipo de Juan Ignacio Martínez, con la novedad de Jeffren, recién
fichado en el mercado de invierno, recibe a un Elche que tiene cuatro puntos
más y con el que empató a cero en la primera vuelta. Los ilicitanos llegan con
las bajas del sancionado Damián Suárez y los lesionados Edu Albacar y Aarón
Ñíguez.
Zorrilla será clave en la lucha por la permanencia. Elche, Levante, Rayo
Vallecano, Almería, Espanyol y Granada son seis de los nueves equipos, los
otros tres son Barça, Valencia y Real Madrid, que visitarán Valladolid en esta
segunda vuelta de campeonato. Si el equipo de Juan Ignacio Martínez no falla
ante seis rivales de su Liga, alcanzaría los 44 puntos. En condiciones normales,
supondría la permanencia. El último equipo que bajó a Segunda con 44 puntos fue
el Compostela, en la temporada 1997/98. Y el castigo llegó en la extinta
promoción. Zorrilla tiene la llave de la salvación.
El Elche, este domingo a las 17 horas (Canal Plus Liga y GolT), es el
primer examen con las ausencias de tres jugadores claves en el Real Valladolid:
Javi Guerra, Óscar y Ebert. Los ilicitanos, un recién ascendido, se encuentran
cuatro puntos por encima y están cumpliendo en los duelos directos en la
batalla por la permanencia en Primera. En sus dos últimos encuentros en el
Martínez Valero, ha derrotado al Rayo y al Almería. El partido de
Zorrilla es una ocasión idónea para el conjunto de Fran Escribá para conseguir
un salto de gigante en su objetivo de prorrogar una temporada más su estancia
en Primera.
“La victoria ante rivales directos siempre da un empujón tanto moral como
clasificatorio”, ha admitido Escribá, que tiene las bajas del sancionado Damián
Suárez y los lesionados Aarón Ñíguez y Edu Albacar, verdugo del Real Valladolid en el playoff
de ascenso de hace dos temporadas con dos goles de falta. “La idea inicial no es pensar que el empate
es bueno sino ir siempre a ganar”, ha avisado el técnico del Elche, uno de los
equipos con más problemas ofensivos. Solo ha marcado 20 goles en 22 partidos.
El Osasuna es el único conjunto menos efectivo en la Liga BBVA.
El Real Valladolid ha reaccionado tras la pésima imagen mostrada antes y
después de las fiestas navideñas, en especial a domicilio con goleadas ante el
Espanyol (4-2), Granada (4-0) y Athletic (4-2). Entre medias, un triste empate
a cero en Zorrilla contra el colista Real Betis. El equipo ha mejorado en las
dos últimas jornadas con una victoria (1-0) ante el Villarreal y otro empate a
cero, esta vez a domicilio en Getafe. Las pérdidas de balón, que han
martirizado al Real Valladolid en la primera vuelta, y los errores en defensa
se han minimizado.
La salvación se sitúa ahora a tiro, a dos puntos, con un Almería que recibe
esta noche al líder, el Atlético de Madrid, y un Osasuna que espera en la
mañana del domingo la visita de un necesitado Getafe, con siete jornadas
sin ganar. El Real Valladolid se medirá al Elche conociendo los resultados de Almería
y Osasuna. Si los rivales tropiezan y los de Juan Ignacio Martínez cumplen ante
los levantinos, los blanquivioletas sacarán la cabeza de la zona de descenso
por primera vez en las últimas cuatro jornadas.
“Está claro que hay un antes y un después del partido
de Granada. Hablamos y optamos por correr menos riesgos en la salida del balón,
algo que nos estaba castigando sobremanera”, ha señalado Juan Ignacio Martínez antes
del decisivo encuentro ante el Elche. “Sabemos lo que nos estamos jugando ante
un rival directo y complicado. Será fundamental evitar cometer
errores y aprovechar los del rival. Ellos tienen un buen balón parado y estoy
seguro de que nos espera un partido igualado y poco abierto”.
El principal problema para Juan Ignacio Martínez es la ausencia de los
tres jugadores de mayor calidad del Real Valladolid. Bueno, en realidad dos. Patrick Ebert
ya es baja definitiva. El alemán ha roto de manera unilateral su contrato, que
concluía el próximo 30 de junio, y se ha marchado del club. Una decisión que se
resolverá, salvo acuerdo en los próximos días, en los tribunales. Además de
Ebert, el Real Valladolid estará corto de gol ante el Elche. No han entrado en
la convocatoria Javi Guerra, que cumple ciclo de tarjetas, y Óscar, que no se
ha recuperado del esguince de tobillo que sufrió en el encuentro ante el
Villarreal.
Guerra ha marcado casi la mitad de los goles en esta temporada,
once de 24. Entre Ebert y Óscar suman otras cuatro dianas. No está,
precisamente, sobrado el Real Valladolid de gol como para jugarse media permanencia
ante el Elche sin sus tres jugadores más resolutivos en el marco rival. Manucho,
que apenas ha disputado 246 minutos en esta temporada con un único gol ante el
Sevilla, es el favorito para jugar en punta, aunque no el único. Jeffren, en su
primer encuentro como blanquivioleta, puede actuar como delantero gracias a su
velocidad y el colombiano Osorio ha entrado en la convocatoria tras mes y medio lesionado.
Incluso Larsson podría pasar de la banda a la delantera.
Mientras, en el eje de la zaga, Juan Ignacio tendrá que decidir si
mantiene la pareja Rueda-Mitrovic, que ha funcionado muy bien en los dos
últimos encuentros de Liga, o recupera a Marc Valiente, que ha regresado a la
lista tras superar un esguince en el tobillo derecho. Cerrar la portería será el
primer requisito para derrotar al Elche y respirar en la clasificación. Una
victoria supondría, además, un premio extra. El Real Valladolid ganaría el
gol-average al Elche, con el que empató a cero en la ida. Casi media permanencia.
Alineaciones:
Real Valladolid: Mariño; Rukavina, Jesús Rueda, Mitrovic, Peña; Álvaro
Rubio, Rossi, Larsson, Víctor Pérez, Jeffren; y Manucho.
Banquillo: Jaime, Marc Valiente, Bergdich, Baraja, Sastre, Omar, Rama y
Osorio.
Elche: Toño; Sapunaru,
Botía, Lombán, Cisma; Javi Márquez, Rubén Pérez, Manu del Moral, Coro, Carles
Gil; y Cristian Herrera.
Banquillo: Manu Herrera, Pelegrín, Mantecón, Carlos Sánchez, Rivera, Fidel,
Rodrigues y Boakye.
Árbitro: Delgado Ferreiro (colegio vasco).
Incidencias: 23ª jornada de la Liga BBVA. Día del Fútbol Base en
Zorrilla. Cuatro grados, con una sensación térmica de cero grados. Y lluvia,
aunque en menor intensidad que en las horas previas al encuentro.