lunes, 27 de octubre de 2014

La clase media de la NBA se iguala

Un escalón por debajo de los siete principales candidatos al anillo, Spurs, Cavaliers, Bulls, Thunder, Clippers, Warriors e incluso Mavericks, se abre una durísima lucha por los playoffs.



El rebelde Stephenson ha protagonizado uno de los grandes movimientos del mercado,
de los Indiana Pacers de Larry Bird a los Charlotte Hornets de Michael Jordan.
Las plazas en la Conferencia Este estarán reñidas. La igualdad es notable. Parten con ventaja Toronto Raptors, que se aseguró la continuidad de Kyle Lowry para acompañar a DeMar DeRozan y Jonas Valanciunas; Charlotte (de nuevo Hornets) con la adquisición de Lance Stephenson, que ayudará a Al Jefferson para sumar más victorias y pasar una ronda de playoffs; y Miami, siempre y cuando los Heat no se depriman con la salida de LeBron.

“Fuimos a las Finales cuatro años seguidos. Todo era como habíamos querido desde el principio pero, a veces, en algunos momentos a lo largo de aquella etapa, simplemente no era divertido”, ha recordado Wade sobre la decepción del último año. Flash se mantiene fiel a unos Heat que han colocado a Bosh los galones de líder: contratazo de cinco millones y 118 millones de dólares. Los fichajes de McRoberts y Luol Deng y el ‘rookie’ Napier, personal petición de LeBron cuando aún deshojaba la margarita, son las principales novedades en South Beach.

Cleveland, Chicago, Washington, Toronto, Charlotte y Miami no deberían fallar en los playoffs. Las otras dos plazas están carísimas: Indiana, Knicks, Brooklyn, Atlanta, Boston, Detroit, Milwaukee, Orlando y Philadelphia. Y no necesariamente en ese orden. Indiana, sin Stephenson y con la ausencia de su líder, Paul George, tras su escalofriante lesión en verano entrenando con la selección de Estados Unidos, necesitará que Roy Hibbert actúe como All Star.

Los Knicks estrenan una nueva era con Phil Jackson, una leyenda en la Gran Manzana como jugador con los anillos de 1970 y 1973, como presidente y Derek Fisher pasando de la pista al banquillo en solo cuatro meses. Las restricciones salariales han obligado a Jackson a mostrarse cauto. Este año tocaba atar a la gran estrella: Carmelo Anthony, Knick hasta 2019. Carmelo tendrá como compañero al español José Manuel Calderón.

Los millonarios Nets necesitan mejorar los resultados.
Brooklyn fue una de las grandes decepciones de la NBA 2013/14. El multimillonario ruso Mikhail Prokhorov prometió un anillo en un plazo máximo de cinco años. Se cumple el quinto intento y no parece que Prokhorov, que amenazó con marcharse si no cumplía el reto, esté en disposición de conseguir su sueño. Los Nets son un equipo hipotecadísimo con sus 94,5 millones de dólares en salarios. Con Lionel Hollins como nuevo técnico, todo dependerá de que Deron Williams, Joe Johnson, Brook López e incluso Kevin Garnett firmen un año completo a su mejor nivel. Jarrett Jack y el croata Bogdan Bogdanovic son nuevos en el Barclays Center.

Tras Indiana y los dos equipos de Nueva York surgen nombres como Atlanta, que ya se coló en los playoffs 2014 apurando a Indiana hasta el séptimo partido; Boston, que confía en Evan Turner y el novato Marcus Smart pero que no contará de inicio con Rondo por una nueva lesión; Detroit, con todo el poder en manos de Stan Van Gundy para sacar provecho al trío Monroe-Drummond-Joe Smith; y Milwaukee. Los Bucks, con Jason Kidd curtido en Brooklyn, pueden ser una inesperada sorpresa con Jabari Parker, número dos del draft, y máximo candidato al ROY (Rookie of Year).

Orlando y Philadelphia no atisban una mejoría. Los Magic lo fían todo al progreso de Oladipo y Vucevic y al novato Aaron Gordon. Más especial es el caso de los Sixers, prototipo de ‘tanking’ en la pasada temporada. Su proyecto sigue siendo a medio-largo plazo. Ha repetido la jugada de Nerlens Noel, en blanco en la última Liga, con Joel Embiid, que podría perderse su año de novato por una fractura de estrés en su pie derecho. Carter Williams, último ROY, es el líder de un equipo que mira más al futuro que al presente..., otro año más.

Los Blazers tienen un quinteto de máximas garantías.
La competición por las plazas de playoffs en el Oeste, con San Antonio, Oklahoma, Clippers, Warriors y Dallas casi fijos, será apasionante. Tienen opciones casi todas las demás franquicias: Portland, Houston, Memphis, Phoenix, Nueva Orleans, Sacramento, Denver e incluso Minnesota. Utah y Lakers son quienes menos posibilidades tienen. Los Jazz están a medio hacer, como su principal fichaje: el novato Exum (19 años), que decepcionó en el Mundial en las filas de la selección australiana.

Los Lakers son un caso especial por la enorme relevancia de la franquicia, intensificada si cabe aún más por la presencia de toda una figura como Kobe Bryant, que estrena nuevo contrato: 23,5 millones de dólares por esta campaña y 25 millones por la siguiente. Bryant, con algunas similitudes con Rose, se ha recuperado de dos graves lesiones consecutivas. A sus 36 años, su carácter ganador le impide aceptar un rol secundario en la NBA. Otra cosa es el nivel de su equipo. Por si faltaba poco, se ha anunciado la baja para todo el año del legendario Steve Nash, que clama por la retirada. El gran aliado de Kobe podría ser un protemetor ‘rookie’ como Julius Randle.

No parece, de cualquier manera, suficiente para competir por los playoffs con equipos muy consolidados como, por ejemplo, los Blazers, con un quinteto que tiene poco que envidiar a cualquier otra franquicia: Lillard, Batum, Matthews, Aldridge y Robin Lopez. Como en la pasada campaña, los problemas aparecen en la escasa profundidad de banquillo. Houston se enfrenta a otro año de transición. Buscó a los mejores agentes libres del mercado (LeBron, Carmelo, Bosh…) para rodear a su dúo de estrellas: James Harden y Dwight Howard. Pero los Rockets se quedaron compuestos y sin novia. En el flirteo, perdieron a Chandler Parsons, sustituido por Trevor Ariza.

Marc Gasol, que termina contrato, liderará a los Grizzlies.
Memphis, Phoenix, Nueva Orleans, Sacramento, Denver e incluso Minnesota tienen derecho a pensar en los playoffs. Los Grizzlies han sido unos fijos en las cuatro últimas temporadas. Memphis no altera la receta: una pareja interior de primer nivel (Marc Gasol, en su último año de contrato, y Zach Randolph, renovado hasta 2017), un base infravalorado como Mike Conley y una fuerte defensa personalizada en Tony Allen. Phoenix se quedó, por su parte, a un partido de los últimos playoffs. Los Suns practicaron un baloncesto muy entretenido con un Goran Dragic sublime. Hornacek ha reclutado al otro Dragic, Zoran, e Isaiah Thomas. La continuidad de Bledsoe hasta 2019, que ha sido el culebrón del verano en la NBA, ha supuesto la actuación más importante de los Suns en el mercado. 

Los Pelicans, masacrados por las lesiones (Holiday, Anderson, Davis, Evas…), vivieron una temporada 2013/14 de aprendizaje que sirvió para confirmar a Anthony Davis como la estrella con mayor proyección en la NBA, según los mismos general managers. Ahora toca demostrarlo en la pista. Para Sacramento, que lleva ocho años sin alargar la temporada regular, es hora de despertar de la mano de DeMarcus Cousins, un pívot de primerísimo nivel en la actual NBA. Denver es una incógnita. Los Nuggets fallaron en la pasada campaña con muchas lesiones como mal compañero de viaje. Afflalo por Aaron Brooks es el principal cambio de un plantel que tiene ya listos y sanos a Gallinari y McGee. 

Por último, Minnesota afronta una nueva etapa tras la salida de Kevin Love. El proyecto de los Timberwolves es más a medio plazo que inmediato pero todo es posible con la llegada de uno de los números uno del draft más esperado en mucho tiempo: Andrew Wiggins. Permitido soñar. Los Timberwolves tienen mucho talento joven: Ricky Rubio buscando nuevo contrato, Dieng tras su buen final de año ‘rookie’, Thaddeus Young liberado del ‘tanking’ de los Sixers y otro número uno del draft, Anthony Bennett, dispuesto a reivindicarse tras fracasar en Cleveland. Incluso el novato Zach LaVine y el ‘sophomore’ Shabazz Muhammad, más los expertos Kevin Martin, Corey Brewer, Juan José Barea y Nikola Pekovic invitan a acelerar los plazos en el proyecto ganador de Minnesota.