El nuevo Comisionado afronta
su primera temporada completa en el cargo, un año de transición. Estudia
cambios, muchos cambios: partidos más cortos, publicidad en las camisetas, una
reforma del draft, cambios en el sistema de los playoffs, fijar un tope
salarial, reactivar el All Star, impulsar un nuevo torneo al estilo de la Final Four de la Euroliga, elevar la edad
mínima para llegar a la Liga… De momento, ha cerrado con éxito su primer reto:
un nuevo acuerdo televisivo hasta 2024 por valor de 24.000 millones de dólares.
La NBA triplicará sus ingresos. ¿Hacia dónde se dirigirá?
Adam Silver, nuevo Comisionado de la NBA, ha entrado con fuerza, |
Adam Silver no ha llegado a
la NBA para sentarse en el sillón. Este martes, comienza su primera temporada
completa como Comisionado de la mejor Liga de baloncesto del mundo. Desde que
asumiera el cargo el pasado 1 de febrero, tras sustituir al mítico David Stern
(1984-2014), cambio es la palabra de moda en el futuro de la NBA. Cambios,
seguro, habrá. ¿Cuáles?
“Nadie cuestiona que tenemos
una Liga fabulosa y que todavía los mejores años están por llegar, pero debemos
trabajar de cara al futuro y hacer innovaciones que nos ayuden a conseguir
nuestros objetivos”, sentenció Silver en su primer discurso público con motivo
del último All Star disputado en Nueva Orleans. Adaptarse y adelantarse a las exigencias del futuro para seguir creciendo.
Silver heredó una NBA que
cuenta con 900 millones de seguidores en todo el mundo. Una competición
universal, que se emite en 215 países de todo el mundo, que experimentó un
enorme salto económico con Stern. El volumen de negocios creció de 165 millones
de dólares a 5,5 billones. El merchandising, por ejemplo, ascendió de 35
millones a 3 billones. Un espectáculo deportivo, y económico.
La NBA ha cambiado mucho en
las tres últimas décadas. Irremediablemente, lo seguirá haciendo. Silver, que
ha salido airoso del escándalo racista Sterling (exdueño de los Clippers),
obligado a vender todas sus acciones, es consciente de esa exigencia. Nada de complacencia, los
cambios están a la vuelta de la esquina. Y, desde luego, serán más fáciles con
el primer éxito de Silver ya cerrado: un monstruoso nuevo acuerdo de televisión
por nueve temporadas, entre 2016/17 y 2024/25.
Disney (ESPN/ABC) y Turner
(TNT) han tenido que sacar la chequera para conservar la NBA en sus canales:
24.000 millones de dólares (19.000 millones de euros). El salto es vertiginoso.
La NBA ingresará cada año 2.700 millones de dólares por derechos de televisión.
Silver ha conseguido que la Liga triplique sus actuales ingresos (930 millones)
por este concepto.
Habrá consecuencias. El
aumento de los ingresos tendrá que llegar a los jugadores para evitar un nuevo
‘lockout’, como ya ocurriera en 1999 y 2011. Dentro de tres años, tocará
cambiar el convenio colectivo en la NBA. Y todo apunta a una dura pugna entre
jugadores y propietarios. Silver ya se prepara para ese reto que tendrá
consecuencias casi inmediatas.
El tope salarial reventará.
Los 63 millones de dólares actuales se quedarán pequeños. Se habla de 80
millones como nuevo tope para las franquicias. Es la clara razón que ha llevado, por ejemplo, a
LeBron James a fichar por solo dos años con Cleveland. El próximo contrato de
LeBron podría ser mareante. Las aspiraciones de las megaestrellas pasan por alcanzar un
máximo del 35% del tope salarial para jugadores de más de diez años en la Liga.
¿Cuánto valdría, por ejemplo, poner publicidad en las camisetas de Kobe y Durant? |
Pero no solo de dinero se
habla en la NBA. Silver tiene sobre la mesa muchos posibles cambios deportivos: modernizar
un All Star que ha perdido brillo, elevar la edad mínima para participar en la
Liga a veinte años, cambios en el sistema de los playoffs y del draft, impulsar
un nuevo torneo al estilo de las Final Four de la Euroliga o la Copa del Rey
española…
Ahora bien, el más polémico
y avanzado cambio, que no quiere decir aprobado, supone la reducción de los
partidos. La NBA ya ha probado en la pretemporada con un Brooklyn-Boston a 44
minutos, cuatro menos de la duración actual en la Liga. No será sencillo en una
competición con muchos intereses comerciales. Cuatro minutos menos afectaría al
volumen de tiempos muertos y, por tanto, al número de anuncios en la televisión. Otra vez el dinero.
La ampliación del periodo de
descanso durante el All Star es otra alternativa que tendría menos
repercusiones económicas. Más complicado parece acortar el volumen de partidos
de la fase regular (82). Las televisiones, que han pagado bastante más dinero por los
derechos, no aceptarán menos encuentros. Sería ir en contra de sus intereses.
LeBron, partidario de menos partidos, no de menos minutos. |
Los cambios para fabricar la
futura NBA no serán sencillos. Ya solo con la nueva duración de los partidos,
Silver, que apuesta por dos horas como máximo, se está encontrando con
opiniones importantes de todo tipo:
“No son los minutos, son los
partidos. Los minutos no significan nada. Podemos jugar partidos de 50 minutos
si es necesario. Se trata de los partidos. Los jugadores creemos que 82 son
demasiados. Pero no se trata de los minutos. Una vez estás en la cancha, no
importa si juegas 22 o 4” (LeBron James).
Pero menos partidos significa menos
dinero, avisa otro ilustre (Michael Jordan): “Si eso es lo que quieren,
propietarios y jugadores podemos evaluarlo y discutirlo. Pero bajarán los
beneficios de ambas partes. ¿Están preparados los jugadores a renunciar a una
cantidad de dinero a cambio de jugar menos partidos? Esta es la cuestión,
porque no puedes pretender cobrar lo mismo jugando menos encuentros”.
Ya veremos cómo avanza la
nueva NBA de Adam Silver. Por ganas, no será. Y es que: “Nadie cuestiona que tenemos una Liga fabulosa y que todavía los mejores años están por llegar, pero debemos trabajar de cara al futuro y hacer innovaciones que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos”.