lunes, 27 de octubre de 2014

La NBA del futuro de Adam Silver

El nuevo Comisionado afronta su primera temporada completa en el cargo, un año de transición. Estudia cambios, muchos cambios: partidos más cortos, publicidad en las camisetas, una reforma del draft, cambios en el sistema de los playoffs, fijar un tope salarial, reactivar el All Star, impulsar un nuevo torneo al estilo de la Final Four de la Euroliga, elevar la edad mínima para llegar a la Liga… De momento, ha cerrado con éxito su primer reto: un nuevo acuerdo televisivo hasta 2024 por valor de 24.000 millones de dólares. La NBA triplicará sus ingresos. ¿Hacia dónde se dirigirá?


Adam Silver, nuevo Comisionado de la NBA, ha entrado con fuerza,
Adam Silver no ha llegado a la NBA para sentarse en el sillón. Este martes, comienza su primera temporada completa como Comisionado de la mejor Liga de baloncesto del mundo. Desde que asumiera el cargo el pasado 1 de febrero, tras sustituir al mítico David Stern (1984-2014), cambio es la palabra de moda en el futuro de la NBA. Cambios, seguro, habrá. ¿Cuáles?

“Nadie cuestiona que tenemos una Liga fabulosa y que todavía los mejores años están por llegar, pero debemos trabajar de cara al futuro y hacer innovaciones que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos”, sentenció Silver en su primer discurso público con motivo del último All Star disputado en Nueva Orleans. Adaptarse y adelantarse a las exigencias del futuro para seguir creciendo.

Silver heredó una NBA que cuenta con 900 millones de seguidores en todo el mundo. Una competición universal, que se emite en 215 países de todo el mundo, que experimentó un enorme salto económico con Stern. El volumen de negocios creció de 165 millones de dólares a 5,5 billones. El merchandising, por ejemplo, ascendió de 35 millones a 3 billones. Un espectáculo deportivo, y económico.

La NBA ha cambiado mucho en las tres últimas décadas. Irremediablemente, lo seguirá haciendo. Silver, que ha salido airoso del escándalo racista Sterling (exdueño de los Clippers), obligado a vender todas sus acciones, es consciente de esa exigencia. Nada de complacencia, los cambios están a la vuelta de la esquina. Y, desde luego, serán más fáciles con el primer éxito de Silver ya cerrado: un monstruoso nuevo acuerdo de televisión por nueve temporadas, entre 2016/17 y 2024/25.


Disney (ESPN/ABC) y Turner (TNT) han tenido que sacar la chequera para conservar la NBA en sus canales: 24.000 millones de dólares (19.000 millones de euros). El salto es vertiginoso. La NBA ingresará cada año 2.700 millones de dólares por derechos de televisión. Silver ha conseguido que la Liga triplique sus actuales ingresos (930 millones) por este concepto.

Habrá consecuencias. El aumento de los ingresos tendrá que llegar a los jugadores para evitar un nuevo ‘lockout’, como ya ocurriera en 1999 y 2011. Dentro de tres años, tocará cambiar el convenio colectivo en la NBA. Y todo apunta a una dura pugna entre jugadores y propietarios. Silver ya se prepara para ese reto que tendrá consecuencias casi inmediatas.

El tope salarial reventará. Los 63 millones de dólares actuales se quedarán pequeños. Se habla de 80 millones como nuevo tope para las franquicias. Es la clara razón que ha llevado, por ejemplo, a LeBron James a fichar por solo dos años con Cleveland. El próximo contrato de LeBron podría ser mareante. Las aspiraciones de las megaestrellas pasan por alcanzar un máximo del 35% del tope salarial para jugadores de más de diez años en la Liga.

¿Cuánto valdría, por ejemplo, poner publicidad en las camisetas de Kobe y Durant?
La economía ocupa un espacio preferente en el futuro de la NBA. Silver explora con intensidad una vía, hasta ahora, desconocida: la publicidad en las camisetas, sean sin mangas o con mangas, algo que no ha cuajado entre la afición y los jugadores. ¿Cuánto podría valer la camiseta de los Knicks, Lakers o Celtics? ¿Se le ocurre marcas deportivas más rentables comercialmente? “Veo completamente inevitable la llegada de la publicidad”, ha zanjado Silver.

Pero no solo de dinero se habla en la NBA. Silver tiene sobre la mesa muchos posibles cambios deportivos: modernizar un All Star que ha perdido brillo, elevar la edad mínima para participar en la Liga a veinte años, cambios en el sistema de los playoffs y del draft, impulsar un nuevo torneo al estilo de las Final Four de la Euroliga o la Copa del Rey española…

Ahora bien, el más polémico y avanzado cambio, que no quiere decir aprobado, supone la reducción de los partidos. La NBA ya ha probado en la pretemporada con un Brooklyn-Boston a 44 minutos, cuatro menos de la duración actual en la Liga. No será sencillo en una competición con muchos intereses comerciales. Cuatro minutos menos afectaría al volumen de tiempos muertos y, por tanto, al número de anuncios en la televisión. Otra vez el dinero.

La ampliación del periodo de descanso durante el All Star es otra alternativa que tendría menos repercusiones económicas. Más complicado parece acortar el volumen de partidos de la fase regular (82). Las televisiones, que han pagado bastante más dinero por los derechos, no aceptarán menos encuentros. Sería ir en contra de sus intereses.

LeBron, partidario de menos partidos, no de menos minutos.
Poco se habla de otra posibilidad: adelantar el comienzo de la Liga. Un mes más de competición permitiría acabar con los temidos ‘back to back’, algo con lo que no están cómodos ninguna estrella de la NBA. La NHL, la Liga de hockey hielo, arranca en la primera semana de octubre a pesar de disputarse a partir de entonces el camino hacia la Serie Mundial de Béisbol. La NBA es reticente a imitar a la NHL.

Los cambios para fabricar la futura NBA no serán sencillos. Ya solo con la nueva duración de los partidos, Silver, que apuesta por dos horas como máximo, se está encontrando con opiniones importantes de todo tipo:

“No son los minutos, son los partidos. Los minutos no significan nada. Podemos jugar partidos de 50 minutos si es necesario. Se trata de los partidos. Los jugadores creemos que 82 son demasiados. Pero no se trata de los minutos. Una vez estás en la cancha, no importa si juegas 22 o 4” (LeBron James).

Pero menos partidos significa menos dinero, avisa otro ilustre (Michael Jordan): “Si eso es lo que quieren, propietarios y jugadores podemos evaluarlo y discutirlo. Pero bajarán los beneficios de ambas partes. ¿Están preparados los jugadores a renunciar a una cantidad de dinero a cambio de jugar menos partidos? Esta es la cuestión, porque no puedes pretender cobrar lo mismo jugando menos encuentros”.

Ya veremos cómo avanza la nueva NBA de Adam Silver. Por ganas, no será. Y es que: “Nadie cuestiona que tenemos una Liga fabulosa y que todavía los mejores años están por llegar, pero debemos trabajar de cara al futuro y hacer innovaciones que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos”.