lunes, 27 de octubre de 2014

Duncan quiere igualar a Jordan; LeBron triunfar en su hogar

San Antonio, que apuesta por la continuidad, defiende título y busca su sexto anillo para empatar con Chicago. James cambia South Beach por Cleveland rodeado, de nuevo, por dos estrellas: Kyrie Irving y Kevin Love. El regreso de Rose y el fichaje de Pau Gasol impulsan a los Bulls. Los Clippers, tras el escándalo Sterling, sueñan con la final, como los Warriors, Dallas y Oklahoma, que empezarán sin Kevin Durant, lesionado hasta entrado el mes de diciembre.

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LeBron perdió su primera y única final con Cleveland, en 2007,
ante los San Antonio Spurs de Tim Duncan.
Seis. Es el número de moda en la NBA. Tim Duncan y San Antonio Spurs aspiran a su sexto anillo e igualar a los míticos Chicago Bulls de Michael Jordan. LeBron James, que ha revolucionado el mercado tras regresar a Cleveland, buscará su sexta final tras disputar una con los Cavaliers y las cuatro últimas con Miami. Kevin Durant, último MVP, se perderá las seis primeras semanas de competición por una fractura en el pie derecho.

Seis son los principales rivales de San Antonio para revalidar título: Cleveland y Chicago en la Conferencia Este y Oklahoma, Dallas, Clippers y Warriors en la Conferencia Oeste. Y seis son las bajas confirmadas de estrellas de primer nivel para las primeras semanas de campeonato: Kevin Durant, Rajon Rondo, Bradley Beal, Steve Nash, Joel Embiid (número uno del último draft) y Paul George, los tres últimos, posiblemente, durante todo el curso.

San Antonio es la referencia. Los Spurs conquistaron el anillo ante Miami con una enorme lección de baloncesto como pocas veces se recuerda. Baloncesto de 24 quilates, oro puro que despertó la admiración de toda la NBA con una circulación de balón y un juego colectivo prácticamente imposibles de repetir. Una orquesta sinfónica repleta de solistas sobrados de talento (Duncan, Parker y Ginóbili) y secundarios que no lo son tanto (Leonard, MVP de la final, Diaw, Splitter…).

Los Spurs son los favoritos. Hasta ahora, San Antonio no ha conseguido revalidar nunca un anillo (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014). “Repetir título sería genial, pero no es una obligación”, ha replicado Gregg Popovich, que mima específicamente a Kawhi Leonard: “Quiere ser grande y hace grandes esfuerzos cada año, pero ahora tiene que ser regular para alcanzar el siguiente nivel. Su siguiente objetivo es tener una mayor consistencia”.


La esperada progresión y confirmación de Leonard, un jugador total, supone la gran novedad de San Antonio en la temporada 2014/15. El plantel se mantiene intacto tras las renovaciones de Duncan, Bonner y Baynes (un año más), Patty Mills (hasta 2017 como recompensa a su gran progresión pese a lesionarse en verano y no estar disponible, como mínimo, hasta enero) y Boris Diaw (hasta 2018). Kyle Anderson, un alero muy versátil, puede ser la sorpresa. Apunta a robo del draft (número 30).

San Antonio arrancará la temporada en la madrugada del martes al miércoles (01:00 horas, Canal+ Deportes) en el AT&T Center ante Dallas Mavericks, uno de los equipos que mejor se ha reforzado en este verano. Los Mavs de Mark Cuban han arrancado a los Rockets a uno de los aleros con mayor proyección en la NBA: Chandler Parsons. El regreso de Tyson Chandler, campeón con Dallas en 2010, y la incorporación de Jameer Nelson refuerzan, y mucho, al equipo de Nowitzki, que ha renovado hasta 2017, y Monta Ellis.

No obstante, el gran rival de San Antonio aparece en el Este. Es un viejo conocido: LeBron James, que regresa a casa (Cleveland) tras dos anillos (2012 y 2013) y dos finales (2011 y 2014) en Miami. James perdió su única final con Cleveland, en 2007, ante precisamente San Antonio. El repaso baloncestístico de los Spurs en la última lucha por el anillo animó a LeBron a cambiar de aires. A fin de cuentas, le debe un anillo a Cleveland y con Miami, con el bajón físico de Wade, era complicado sumar más títulos.


‘I’m Coming Home’ (Vuelvo a Casa) anunció James a ‘Sports Illustrated’ el pasado 11 de julio con una emotiva carta:

“Antes de que nadie se preocupara de donde jugaría al baloncesto, yo era un niño del nordeste de Ohio. Es donde caminé. Es donde corrí. Es donde lloré. Es donde sangré. Tiene un lugar especial en mi corazón. La gente de allí me ha visto crecer. A veces siento que soy su hijo. Su pasión puede superarte. Pero me motiva. Quiero darles esperanza cuando pueda. Quiero inspirarles cuando pueda. Mi relación con el nordeste de Ohio es mayor que el baloncesto. No me di cuenta hace cuatro años. Me doy cuenta ahora.

Quiero que los niños del nordeste de Ohio, como los cientos de tercer año de Akron a los que ayudo a través de mi fundación, se den cuenta de que no hay mejor sitio para crecer. Puede que algunos de ellos vuelvan a casa después de la universidad y empiecen una familia o abran un negocio. Eso me hará sonreír. Nuestra comunidad, que ha sufrido tanto, necesita todo el talento posible.

En el nordeste de Ohio, nada es regalado. Todo se gana. Trabajas para tener lo que tienes.

Estoy listo para aceptar el reto. Vuelvo a casa”.

Akron (nordeste de Ohio), ciudad natal de LeBron, recibe a su hijo pródigo.
El anillo de San Antonio, con repaso incluido a los Heat de James, y el MVP de Durant en la fase regular no impiden que LeBron siga siendo, hoy en día, el jugador más determinante de la NBA, que es casi decir el deportista más universal del momento. James ha olvidado las camisetas quemadas por los aficionados en Cleveland cuando se marchó a Miami. James ha olvidado la incendiaria carta de Dan Gilbert, dueño de los Cavaliers, contra su estrella:

“Garantizo personalmente que los Cleveland Cavaliers ganarán un campeonato de la NBA antes que el proclamado por sí mismo ‘Rey’ gane uno.

Este impactante acto de traición por el ‘elegido’ crecido en nuestra ciudad enseña exactamente la lección opuesta que queremos que nuestros niños aprendan. Y ‘quien’ queremos que sean cuando crezcan.

Pero las buenas noticias es que este acto repugnante solo puede servirnos como el antídoto para la ‘maldición’ de Cleveland, Ohio.

El auto-proclamado ‘Rey’ se llevará la maldición con él al sur. Y hasta que haga el ‘bien’ para Cleveland y para Ohio, James (y la ciudad donde juegue) se llevarán desafortunadamente su maldición y su mal karma”.

¡Las vueltas que da la vida!, ¿verdad? James y Gilbert han pasado página para conquistar el primer anillo para Cleveland. LeBron, como en Miami, ha construido un Big Three que mejora las prestaciones que tenía en los Heat. Frente al vacío en el puesto de base con Chalmers y Cole, Cleveland cuenta con un número uno del draft y mejor jugador del último Mundial: Kyrie Irving, que afronta su cuarta temporada en la NBA.

Kevin Love, nuevo socio de LeBron James.
James, que ha adelgazado notablemente durante el verano para ganar aún más en agilidad, ha cerrado su nuevo Big Three con una petición expresa: Kevin Love, más letal que Chris Bosh en el perímetro y con una capacidad innata para rebotear. Cleveland, con nuevo técnico procedente del baloncesto europeo y sin experiencia NBA, David Blatt, último ganador de la Euroliga con el Maccabi, ha sacrificado a los dos últimos números uno del draft, Anthony Bennet y el bautizado ‘Mesías’ Andrew Wiggins para convencer a Minnesota y soltar a Love. El anillo es la exigencia desde ya.

La defensa la pondrán un escudero de toda confianza de LeBron, el brasileño Anderson Varejao, y el canadiense Tristan Thompson desde un banquillo con muchos jugadores reclamados por James: Mike Miller, James Jones y Shawn Marion. Y a la espera de Ray Allen que todavía no ha decidido si retirarse o incorporarse avanzada la temporada. Sería el mejor profesor posible para el rebelde Dion Waiters, la gran incógnita de los Cavaliers debido a su fuerte carácter.

La Conferencia Este, claramente menos competitiva en el último año, se ha reactivado con los movimientos de LeBron, Love y Pau Gasol. El fichaje de Gasol por Chicago Bulls, junto con la recuperación de Derrick Rose, han incrementado las opciones del cuadro de Thibodeau. Los Bulls han mejorado claramente: Gasol, Mirotic, Aaron Brooks y uno de los novatos más esperados, McDermott.

Pau Gasol, el nuevo toro de Chicago.
Derrick Rose, de vuelta, tras tres años de calvario.
Si Pau se ajusta al esquema de Thibodeau y Rose recupera su nivel tras tres temporadas plagadas de lesiones, Chicago será temible. Rose decepcionó en el último Mundial pero ha ilusionado en la pretemporada. Parece listo:

“Voy a tener que contestar a esa pregunta (sobre sus rodillas) el resto de mi carrera. Sé que ganaré un campeonato pronto, así que no estoy preocupado”.

Rose y Gasol han cambiado la cara de unos Bulls que se despidieron de mala manara (1-4) en la primera ronda de los playoffs ante Washington. Las sensaciones son ahora muy distintas con el regreso a tope de su jugador franquicia y, posiblemente, el mejor frontcourt de la Liga: Joakim Noah (Defensor de la Liga 2013/14), Taj Gibson (segundo mejor sexto hombre del pasado curso), Pau Gasol y Nikola Mirotic.

En el Oeste, hay más ‘contenders’: San Antonio, Okhaloma, Clippers, Warriors e incluso los mencionados Dallas Mavericks. Oklahoma, por trayectoria y plantilla, se presenta, a priori, como el gran rival en la Conferencia de los Spurs. No puede ser de otra manera en un equipo que cuenta con el MVP de la temporada 2013/14, Kevin Durant, una máxima estrella como Russell Westbrook (por fin sano) y un ala-pívot dominante e intimidador como el hispano-congoleño Serge Ibaka.


Los Thunder, en cambio, solo han luchado por el anillo en el año 2012 con los Heat de LeBron pasando el cepillo (4-1). A los Thunder les entran las prisas con Kevin Durant, que se saltó el Mundial para preparar mejor la temporada NBA, en su penúltimo año de contrato. Durant, pese a su esmero por cuidar su estado físico, es la gran baja de Oklahoma hasta transcurrido el mes de diciembre debido a una fractura en el quinto metatarsiano del pie derecho que le ha llevado al quirófano. “No voy a forzar nada”, ha valorado Durant que acabó los últimos playoffs agotado. Le vendrá bien coger oxígeno, si bien su recambio, Anthony Morrow, estará también de baja de cuatro a seis semanas por un esguince en la rodilla derecha.

Los Clippers se quedaron en las semifinales de Conferencia, con gran polémica arbitral en el clave quinto encuentro, ante Oklahoma. Una polémica casi tan grande como las racistas declaraciones del dueño de la franquicia, Donald Sterling, obligado por la NBA a vender sus acciones. Con nuevo propietario, el carismático Steve Ballmer, que acaba de dejar Microsoft, el imperio construido junto con Bill Gates, Doc Rivers recobra el protagonismo para convertir a los Clippers en campeones como hizo con Boston en 2008. A favor, el mejor base de la Liga (Chris Paul), el imparable ascenso de Blake Griffin, la fuerza animal de DeAndre Jordan y el microondas Jamal Crawford, mejor sexto hombre de la última Liga.

Los Warriors, un poco el equipo de todos por su estilo desenfadado, se enfrentan al reto de pasar de la diversión al trabajo y pelear por cotas altas. De ahí el cambio en el banquillo, Steve Kerr por Mark Jackson, que falló en la temporada regular obligando al equipo de la Bahía de Oakland y San Francisco a una primera ronda durísima contra los Clippers, resuelta de lado angelino (4-3). Las bazas son las mismas: espectáculo puro con Stephen Curry y Klay Thompson, versatilidad con Iguodala, Barnes y Green y pívots notables pero de porcelana, el principal déficit: Bogut y David Lee. Shaun Livingston y Leandro Barbosa, los nuevos Warriors, añaden más madera al vestuario de Kerr.

El anillo no será, por tanto, solo cosa de dos aunque Duncan y sus Spurs, tras su sexto anillo, y LeBron, tras su sexta final, en su regreso a Cleveland sean los rivales a batir.