miércoles, 1 de abril de 2015

“Tenemos la obligación de contar quién fue aquel vallisoletano que hizo sombra a los Sabonis, Oscar o Corbalán”

El CB Valladolid se rinde a su “emblema”. Lalo García “no era perfecto, lo que tal vez le hace aún más grande, pero siempre se mostró como un hombre honesto y sincero, que amaba su trabajo y que adoraba a su equipo de toda la vida”.


El presidente del Club Baloncesto Valladolid, Sunil Bhardwaj, y el presidente de la Fundación Baloncesto Valladolid, Juan Vela, han leído este miércoles los comunicados oficiales del CB Valladolid y de la familia de Lalo García respectivamente.

Comunicado oficial del Club Baloncesto Valladolid:

“Hoy es un día que no queríamos que llegara. De tristeza absoluta para el baloncesto en Valladolid y para el baloncesto en España. Nos ha dejado el jugador más grande de la historia del Club Baloncesto Valladolid.

De todos es sabida la trayectoria de Lalo en el club, donde comenzó en 1985, en categoría cadete bajo las órdenes de Quino Salvo, y debutó en ACB en la temporada 1988/89 de la mano de Pepe Laso, con solo diecisiete años, para retirarse en la 2000/01, después de trece temporadas de fidelidad a su club, a su afición y a su ciudad. Lalo García es el emblema del Club Baloncesto Valladolid. Sus cerca de quince temporadas vistiendo la camiseta morada le convierten en el gran capitán del conjunto vallisoletano y en el referente para generaciones pasadas y futuras.

Lalo empezó en la base, entrenando en los patios del colegio y llegando a lo más alto, vistiendo la camiseta del equipo nacional. Y siempre lo hizo en su casa, en Valladolid, y en su hogar, el Polideportivo Pisuerga. Ese escenario que tantas tardes vio a un jugador que sin ser el más alto era el que más saltaba, sin ser el más rápido era el que más balones robaba y sin ser el más eficaz era el que mejores canastas anotaba.

Y no era perfecto, lo que tal vez le hace aún más grande, pero siempre se mostró como un hombre honesto y sincero, que amaba su trabajo y que adoraba a su equipo de toda la vida.

Se nos ha ido Lalo pero su recuerdo quedará y deberá ser ejemplo para futuros jugadores. Tenemos la obligación de contar a los más pequeños quién fue aquel vallisoletano que hizo sombra a los Sabonis, Oscar Schmidt o Corbalán.

Desde el Club Baloncesto Valladolid solo nos queda honrar su memoria y estar al lado de su familia, de su madre, hermanas e hijos. Nos ponemos a entera disposición de sus seres queridos para hacer y tributar los homenajes que sean necesarios. Queremos que esa camiseta que cuelga del pabellón con el número 5 sea la imagen que nos anime a seguir luchando en el mundo del baloncesto”.