Y
lo tendrá. Para la próxima edición tocará esperar
hasta 2021. No le ha importado a muchas estrellas. Entre lesiones y bajas
voluntarias, el torneo arranca muy devaluado, con más de medio centenar de ausencias de primer nivel. El griego Giannis Antetokounmpo, los serbios Milos
Teodosic y Nikola Jokic, los franceses Rudy Gobert y Nico Batum, el español
Sergio Llull, el italiano Danilo Gallinari, el croata Ante Zizic, el turco Enes
Kanter y el checo Jan Vesely son las principales bajas. Y eso sin contar a Tony
Parker, Dirk Nowitzki, Vassilis Spanoulis, José Manuel Calderón y Marcin
Gortat, fuera ya del basket de selecciones.
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Giannis Antetokounmpo, en el último Eurobasket. Foto: www.fibaeurope.com |
Uno de los últimos
en ‘borrarse’ del Eurobasket.
Una de las mayores
pérdidas.
“Es la mayor
decepción de mi carrera”.
‘The Greek Freak’
se saltará el Eurobasket 2017. Giannis Antetokounmpo anunciaba su renuncia apenas dos
semanas antes de arrancar el torneo. La explicación, una ‘oportuna’ lesión en
la rodilla derecha para los intereses de la franquicia que le ha firmado un megacontrato
de cuatro años por cien millones de dólares, los Milwaukee Bucks, y para los
intereses generales de la NBA, que ha encontrado en el griego a una inminente
gran estrella de la Liga, un futuro candidato a MVP:
“Quiero que todos
sepan por mí que no podré jugar con la selección griega en el próximo
Eurobasket. Todo este tiempo me estaba presionando para trabajar. Estaba
tratando de engañarme y no sentir dolor, con la esperanza de que estaría listo
para los partidos oficiales. Mi voluntad afectó a mi juicio, pero las pruebas a
las que fui sometido en China por el personal de los Bucks fueron el momento de
la verdad”, explicaba Antetokounmpo en las redes sociales.
“Fallé en las
pruebas que me pusieron y la razón fue el dolor que sentía a los pocos
segundos. Puedo aceptar la verdad y tratar con ella de una manera madura. Tengo
que trabajar y mejorar tanto como pueda de la rodilla. No tengo opción. Estoy
lesionado, siento dolor y debo curarme. Es la mayor decepción de mi carrera”,
se lamentaba el griego de origen nigeriano, MIP (Jugador Más Mejorado) en la
NBA en la última temporada.
La ausencia de
Antetokounmpo no ha convencido a la Federación Griega de Baloncesto, que ha
insinuado presiones de los Bucks y la NBA para que el jugador renunciara al
Eurobasket:
“La información del
mánager general de la franquicia (Milwaukee) y del jugador, a través del
teléfono y las redes desde China (y no en las formas adecuadas), de la baja de
Giannis de la selección es triste por la gran pérdida, pero no nos sorprende (…).
Estábamos particularmente preocupados desde que Giannis llegó a Grecia. Desde
que comenzó la preparación, se creó un plan organizado y bien organizado por
parte del equipo (Milwaukee) para que no jugase. Todo estaba en pleno
conocimiento de la Liga norteamericana, si no fomentado por ella, y se situó al
jugador en una situación muy complicada. Al final, ha sido obligado a informar
de que no podía ser miembro del equipo nacional”.
Una polémica que ha
obligado a la NBA a salir al paso:
“La NBA y los
Milwaukee Bucks han seguido todos los protocolos apropiados dentro del acuerdo
existente entre NBA y FIBA. Giannis tiene una lesión confirmada a través de
múltiples exploraciones y cualquier sugerencia que indique lo contrario es
falsa”.
La baja, voluntaria
o no, de ‘The Greek Freak’ es una puñalada casi definitiva a un Eurobasket
devaluado y la confirmación más evidente del declive de una competición
desprestigiada por los mismos jugadores y clubes. Ni digamos por la NBA.
Al Eurobasket no le
ha quedado otra que reinventarse.
La edición 2017
será la última con una periodicidad cada dos años, como ocurría desde el final de la
Segunda Guerra Mundial.
El calendario no da
más de sí. Las grandes estrellas, comprometidas con la NBA o con los grandes
equipos de la Euroliga, tienen cada vez más difícil acudir con sus selecciones.
Se juegan mucho, mucho dinero. La NBA, principalmente, y la Euroliga, también.
Quieren a sus estrellas sanas y a tope. Es deporte, sí, pero es negocio, un
gran negocio y las competiciones de selecciones representan un gran riesgo.
El Eurobasket ha
ido perdiendo interés con el paso de los años. Cada vez más estrellas se ‘borraban’
y la competitividad se resentía. La afición, consecuentemente, se alejaba.
La FIBA ha
encontrado la solución, un ‘remiendo’, más bien, cambiando la periodicidad del
torneo: de dos a cuatro años.
Ya no tendremos un
próximo Eurobasket hasta 2021, con sede aún por determinar. Antes se celebrarán
dos citas en Asia: un Mundial (China en 2019), con una novedosa y polémica fase
de clasificación con encuentros en plena temporada de clubes, y unos Juegos
Olímpicos (Tokio en 2020).
Ni el último
Eurobasket en cuatro años ha logrado despertar el espíritu competitivo de
muchas estrellas del baloncesto europeo.
La nómina de bajas,
que afecta a todas las selecciones en mayor o menor medida, es más alta que
nunca, con más de medio centenar de jugadores de primer nivel ausentes. Y no
todos por lesión.
El ‘caso
Antetokounmpo’ tuvo un peligroso precedente en el serbio Nikola Jokic (22
años), otra de las emergentes estrellas del baloncesto europeo que apunta a
recoger el legado de la generación de Pau Gasol, Tony Parker, Dirk Nowitzki y
Vassilis Spanoulis. Jokic optó por dedicar el verano para prepararse para la próxima
temporada en la NBA con Denver y perderse el Eurobasket.
Pau Gasol, Tony
Parker, Dirk Nowitzki y Vassilis Spanoulis demostraron una gran fidelidad a sus
selecciones, incluso en la competición ‘menor’ de los Eurobasket. Gasol ha
disputado seis Europeos, con tres oros, dos platas y un bronce, y llegará al
séptimo en la edición de 2017.
Parker (máximo
anotador histórico del Eurobasket) colgó la camiseta ‘bleu’ en los Juegos de
Río tras dieciséis años (181 internacionalidades) con su selección. El base de
los Spurs, con cuatro medallas europeas (incluido un oro), fue un fijo en los
Eurobasket entre 2001 y 2015, ocho consecutivos.
Nowitzki (segundo
máximo anotador histórico del Eurobasket) tampoco marginó su carrera con su
selección, a pesar del ‘discreto’ potencial de Alemania. La estrella de los
Dallas Mavericks defendió a los germanos entre 1997 y 2015, con 153 encuentros.
Se llevó la plata en el Eurobasket 2005 tras promediar 26,1 puntos por partido.
Nowitzki fue MVP en las ediciones 2001, 2005 y 2007.
Spanoulis (146
internacionalidades) también cumplió con la selección helena. El base, entonces del Panathinaikos, ahora del Olympiacos, debutó con el
oro en el Eurobasket de 2005. Desde entonces, acudió siempre a las convocatorias,
salvo en el Eurobasket 2011, por una lesión.
Los ejemplos de
fidelidad a los compromisos internacionales de Pau Gasol, Tony Parker, Dirk
Nowitzki y Vassilis Spanoulis contrastan con los intereses de dos de sus principales herederos:
Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokic.
La lista de
‘deserciones’ es preocupante: los españoles nacionalizados Nikola Mirotic y
Serge Ibaka, los franceses Nico Batum, Rudy Gobert, Ian Mahinmi y Charles
Kahudi, los croatas Miro Bilan y Ante Zizic, los alemanes Paul Zipser, Maxi
Kleber y Tibor Pleiss, los lituanos Domantas Sabonis, Paulius Jankunas, Antanas
Kavaliauskas y Renaldas Seibutis y el checo Jan Vesely, entre otros.
Las lesiones han
hecho el resto: el español Sergio Llull, los serbios Milos Teodosic, Nemanja
Bjelica y Miroslav Raduljica, los franceses Timothe Luwawu-Cabarrot, Moustapha
Fall, Fabien Causeur y Rodrigue Beaubois, los italianos Danilo Gallinari y
Andrea Bargnani, los turcos Omer Asik y Ersan Ilyasova, los georgianos Beka
Burjanadze y Viktor Sanikidze, el griego Kostas Koufos, el polaco Maciej Lampe,
el esloveno Zoran Dragic y el belga Matt Lojeski, entre otros.
Una hemorragia de
jugadores de primer nivel que obliga al Eurobasket a renovarse más allá de un
cambio de periodicidad o de fechas (adelantándose al final de la temporada,
como en las competiciones de fútbol), como sugieren muchos técnicos.
El Eurobasket
necesita volver a seducir.
Y casos como el de
Antetokounmpo no son el mejor camino.