domingo, 12 de septiembre de 2021

Se diluye el efecto Pacheta

El Real Valladolid corrobora ante el Tenerife las malas sensaciones de El Plantío. Segunda derrota de la temporada. Shashoua abrió el marcador a los once minutos. Roberto, en propia puerta, lo amplió casi a la media hora tras golpear en su espalda el rechace del palo tras un precioso disparo de Míchel, que regresaba a Zorrilla. Entre medias, Alcaraz cabeceó al larguero. Queirós se estrenó como titular, mientras que Sergio León debutó en la segunda parte con la camiseta blanquivioleta.

Toni Villa protege el balón ante Mellot. Foto: www.realvalladolid.es
Un mes, apenas cinco partidos, ha durado el efecto Pacheta.


En realidad, tres encuentros, el empate ante la UD Las Palmas (1-1) y las victorias consecutivas ante el Real Zaragoza (2-0), no sin apuros, y el Lugo (0-2), con uno menos.

Ante el Tenerife, Zorrilla, que esbozó la primera bronca de la temporada, no encontró lo que buscaba y lo que esperaba. Después de todo, la inesperada y dolorosa derrota en el derbi ante el ascendido Burgos no fue un simple accidente. El Real Valladolid, con tres zagueros y también con cuatro atrás, tiene problemas. Y en ambas áreas. En la propia porque es muy vulnerable, con cinco goles encajados en las dos últimas jornadas, y en la ajena porque no llega con claridad y tampoco con excesiva frecuencia.

A Pacheta se le firmó, sobre todo, por su capacidad para motivar a los vestuarios, incluso por encima de su probada y exitosa experiencia en la categoría de plata, con un ascenso con el Elche hace apenas un año. El técnico burgalés rozó el milagro en la pasada temporada con el Huesca, al que cogió colista y casi dejó en Primera a base de confianza en sus posibilidades. Parecía el técnico indicado para recuperar la ilusión en Zorrilla.

Pero, de momento, este Real Valladolid no confía mucho en sí mismo. No le salieron las cosas ante el Tenerife, que se adelantó muy pronto, a los once minutos, por medio de Shashoua. Tampoco tuvo suerte, con un cabezazo de Alcaraz al larguero entre gol y gol canario en el mejor momento del partido de los blanquivioletas. No mereció tanto castigo en la primera parte. Pero tampoco supo afrontar las adversidades. Se derrumbó y, como ante el Burgos, ofreció una segunda mitad de pura impotencia.

El Real Valladolid de Pacheta, más allá de diferencias tácticas, se pareció demasiado al Real Valladolid de Sergio González. Un equipo sin fe que compite, a fin de cuentas, con gran parte de los protagonistas de la aciaga última temporada, del descenso más triste que se recuerda a orillas del Pisuerga. Del once ante el Tenerife, solo el portugués Queirós, que estrenó titularidad, no vivió el hundimiento del pasado curso.

Pacheta insistió en la tripleta de centrales, aunque con cambio de nombres. Solo Kiko Olivas conservó su puesto. Queirós y El Yamiq escoltaron al malagueño, con Joaquín lesionado, Javi Sánchez en el banquillo y Alcaraz en el mediocampo tras su nefasta experiencia en la zaga en El Plantío. En las bandas, Pacheta continuó con el plan de dos carrileros largos, Luis Pérez, que entró por Janko, titular en Burgos, y el inamovible Olaza, ambos incorporados al mediocampo, con demasiado espacio libre a su espalda.

El técnico tendrá que darle una seria vuelta a su propuesta. Porque el Tenerife, con la verticalidad de Mollejo, la clarividencia de Corredera, los desmarques de Elady y Shashoua y la fortaleza de Enric Gallego, desarmó a los blanquivioletas con mucha facilidad y también con mucha efectividad de la misma manera que el Burgos en el derbi: fútbol directo y balones al costado de los carrileros. Sencillo e incontestable, al menos para el actual Real Valladolid.

Cuando Pacheta cambió el esquema, con cuatro atrás, aunque con Luis Pérez y Olaza igual de adelantados, el partido estaba decantado por más que quedara todo el segundo periodo. Porque los blanquivioletas se mostraron incapaces siquiera de acercarse en el marcador. El Tenerife de Ramis, a la contra y sin querer hacer sangre, estuvo cerca de un triunfo mucho más abultado para enojo de la grada de Zorrilla, tan enfadada como desilusionada.

Porque la mala suerte no lo explica todo. El partido ya empezó mal. El Tenerife arrancó mejor en los diez primeros minutos, con Mollejo como punta de lanza. A los cuatro minutos ya le había sacado una amarilla a El Yamiq. Antes, un mal despeje de Alcaraz regaló un disparo franco a Elady, que remató por encima del larguero. El Real Valladolid concedía demasiado atrás y no fluía en el ataque. No pintaba bien.

Y el Tenerife reflejó las malas sensaciones en el marcador. Shashoua culminaba ante Roberto un contragolpe que nació con polémica, con una fuerte caída de El Yamiq, que poco después pidió el cambio, en una pugna aérea con Enric Gallego. No vio nada punible el árbitro ni tampoco el VAR y el gol subió al marcador. Al Real Valladolid le cuesta correr hacia atrás y nadie ocupa los espacios libres a la espalda de Luis Pérez y Olaza.

El tanto de Shashoua dio paso, sin embargo, a los mejores momentos de los blanquivioletas. Ahora sí, el balón circuló y el equipo llegó, en especial por fuera. Mereció el Real Valladolid el empate. Lo tuvo con un poderoso cabezazo de Alcaraz al larguero en el ecuador del primer acto. A la postre, una acción decisiva. El Tenerife, con un único gol en contra en cinco jornadas, sufría. Roque Mesa pedía una mano de Enric Gallego dentro del área, Olaza intimidaba de falta directa y Luis Pérez completaba un centro al segundo palo.

El empate se barruntaba, pero eso no es lo que ocurrió. El Tenerife noqueó al Real Valladolid en la antesala de la pausa de hidratación. Otra vez en el origen con una pugna aérea en la que Enric Gallego, sin falta, mandó al suelo a un defensa, esta vez a Olaza. Corredera conectó con Míchel en la frontal y el valenciano, que regresaba a Zorrilla y no celebró el gol, se reivindicó con un talentoso zurdazo cruzado que amplió la renta canaria. Cierto es que con la participación involuntaria del poste, que detuvo el disparo, y la espalda de Roberto, donde golpeó el rechace.

Y entonces, se acabó el partido, con una hora por delante. Como en la pasada temporada, el equipo se hundió ante las adversidades, aunque fueran muchas e injustas. Sencillamente, desapareció, renunció a cualquier atisbo de remontada. Nunca creyó en la posibilidad de levantar el encuentro. Y eso fue, por encima de todo, lo que terminó por enervar y decepcionar a la grada. No es lo que se espera y se exige a un teórico candidato al ascenso. Ni digamos de un hipotético favorito.

Pacheta lo intentó. Estaba obligado. Tiró del debutante Sergio León (al que aún le falta mucho para estar a punto), Hugo Vallejo, Anuar y Aguado. Pero el Real Valladolid hacía tiempo estaba rendido. El efecto Pacheta está agotado. Tendrá que buscar nuevos y mejores argumentos futbolísticos para volver a ilusionar a la afición y, al menos, optar a la carrera del ascenso.

Ficha técnica:

Real Valladolid 0: Roberto; Queirós, Kiko Olivas (Sergio León 46’), El Yamiq (Javi Sánchez 22’); Luis Pérez, Roque Mesa (Anuar 61’), Alcaraz (Aguado 77’), Olaza; Óscar Plano, Weissman y Toni Villa (Hugo Vallejo 60’).

CD Tenerife 2: Juan Soriano; Mellot (Emmanuel 79’), Sipcic, Carlos Ruiz, Álex Muñoz; Corredera (Larrea 87’), Míchel, Mollejo (Rubén 64’), Elady; Shashoua (Sergio González 65’) y Enric Gallego (Moore 80’).

Goles:

0-1 (min. 11): Shashoua. Contragolpe del Tenerife que lanza Enric Gallego, con El Yamiq en el suelo por una acción previa. Shashoua recibe en carrera muy cerca del área, recorta con la derecha a Queirós y define con la zurda al primer palo.

0-2 (min. 29): Roberto, en propia puerta. Corredera deja el balón a Míchel, en la frontal, tras una jugada al primer toque del Tenerife con Shashoua como protagonista. El valenciano suelta un soberbio zurdazo cruzado que impacta en el poste. El balón pega en la espalda de Roberto y acaba al fondo de la red.

Árbitro: Gálvez Rascón (colegio madrileño). Amonestó a El Yamiq (4’), Óscar Plano (44’) y Javi Sánchez (68’), por parte del Real Valladolid, y a Shashoua (27’), Míchel (40’), Enric Gallego (68’), Mollejo (en el banquillo) (84’) y Sergio González (89’), por parte del CD Tenerife.

Incidencias: 5ª jornada de LaLiga Smartbank. Zorrilla, con medio aforo.

Roberto (5): El palo le jugó una mala pasada tras el zurdazo de Míchel. El balón impactó en el poste y, posteriormente, en la espalda de Roberto para acabar al fondo de la red. Antes, Shashoua le engañó en el primer tanto del Tenerife con un remate al primer palo. Los canarios se mostraron muy efectivos y marcaron en sus dos primeros disparos a puerta. En la recta final, Roberto realizó tres paradas a Elady, Emmanuel y Rubén, la última tras un poste de Corredera.

Queirós (4): La gran novedad del once. El central portugués se estrenó como titular tras disputar el segundo tiempo ante el Burgos. Algo bisoño. Shashoua le rompió en la jugada del primer gol del encuentro.  

Kiko Olivas (4): Sustituido tras el descanso. No corrigió los desajustes defensivos del equipo. Un buen ejemplo fue el segundo gol del Tenerife, que desarboló a una desubicada zaga blanquivioleta.

El Yamiq (4): El marroquí salió por primera vez como titular en esta temporada. Aguantó apenas 22 minutos tras pedir el cambio por una lesión muscular. Se resintió tras una dura caída en una pugna aérea con Enric Gallego en el origen del tanto de Shashoua. Ni el árbitro ni el VAR apreciaron falta. Antes, Mollejo le sacó pronto una amarilla. Protagonizó una potente arrancada hasta el área canaria en su última acción.

Luis Pérez (4): Recuperó su puesto en el once tras empezar en el banquillo ante el Burgos. Jugó muy adelantado, como quiere Pacheta. De esa manera, llegó al área del Tenerife como casi un delantero más. Justo antes del segundo gol del Tenerife, culminó desviado en el segundo palo un centro de Olaza. A ocho minutos del final, Juan Soriano le sacó un segundo intento.

Roque Mesa (3): No atraviesa un buen momento. No perdió tantos balones como ante el Burgos, pero no consiguió organizar el juego ofensivo del equipo. El Real Valladolid necesita una mejor versión de Roque Mesa, que pidió un penalti por una mano de Enric Gallego con cero a uno en el marcador. Relevado por Anuar tras cumplirse la hora de partido.

Alcaraz (4): Volvió al mediocampo tras jugar como central en El Plantío. Más que discreto. A los dos minutos, desde la línea de fondo, despejó mal, a los pies de Elady, que remató alto en una posición inmejorable desde la frontal. Cabeceó al larguero un saque de esquina en el ecuador de la primera parte en la mejor oportunidad del partido del Real Valladolid. Sustituido por Aguado a trece minutos del final.

Olaza (6): El uruguayo es claramente el líder de este equipo, aunque no evitó un nuevo desastre. Con sus incorporaciones por la banda izquierda y con su poderoso balón parado nacen las mejores ocasiones. Mediado el primer tiempo, obligó a Juan Soriano a meter la mano por encima del larguero tras desviar una fantástica falta lateral. Lo volvió a intentar desde lejos, en el comienzo del segundo periodo, ya en jugada. Soriano atrapó el balón. Y por tercera vez, con mucho peligro, con otra falta a un minuto de cumplirse el tiempo reglamentario. Acabó el partido con calambres.

Óscar Plano (3): No está demasiado clara su posición. A veces centrocampista, otras interior, otras hasta segundo delantero. De cualquier manera, poco productivo. Ya con cero a dos en el marcador, remató a los guantes de Juan Soriano. Amonestado antes del descanso.

Weissman (3): Desaparecido. Al israelí no le llegaron balones en todo el partido a pesar de jugar los noventa minutos. Se perdió entre los centrales del Tenerife.

Toni Villa (4): El capitán ha perdido fuelle con el paso de las jornadas. No desbordó por la banda izquierda, ni tampoco por dentro. Al banquillo tras cumplirse el primer cuarto del segundo periodo.

Javi Sánchez (4): Comenzó en el banquillo por primera vez en esta temporada. No obstante, salió pronto al campo, a los 22 minutos, por el lesionado El Yamiq. Desorientado, como toda la defensa del Real Valladolid. Amonestado en el ecuador de la segunda parte.

Sergio León (3): Debutante. Jugó toda la segunda parte. Mal. Ya advirtió que le faltaba ritmo tras dos años con pocos minutos en el Levante. No mintió. 

Hugo Vallejo (4): Relevó a Toni Villa con media hora por delante. No le cambió la cara a un Real Valladolid entregado.

Anuar (5): El canterano jugó sus primeros minutos en Zorrilla en casi dos años, desde el 21 de diciembre de 2019 ante el Valencia. Forzó una ocasión ante Juan Soriano en la parte final.

Aguado (4): Último cambio. Contó con trece minutos, más el tiempo extra, tras entrar por Alcaraz con el partido sentenciado y roto.

Pacheta (3): Le toca hacer de entrenador, no solo de motivador. El equipo tiene problemas anímicos, con muchos protagonistas del pasado descenso que siguen sin reaccionar ante las adversidades, pero también futbolísticos. El esquema con tres centrales y dos carrileros largos, dos centrocampistas más, genera más peligro en el área propia que rival. Como ante el Burgos, pasó a cerrar con cuatro tras el descanso, pero con el encuentro resuelto.