viernes, 10 de enero de 2014

El Real Valladolid se viste de Segunda en Los Cármenes

El equipo de Juan Ignacio Martínez toca fondo y encaja una sonrojante y justa goleada que le manda a los puestos de descenso. El Granada, con tres goles en jugadas a balón parado, se aprovecha de los errores, las carencias técnicas y la falta de intensidad y carácter de los castellanos.
 
El bigoleador Recio castiga el fallo de Mariño. Fotos: www.realvalladolid.es
La Segunda División se acerca a Zorrilla. El Real Valladolid ha cerrado la primera vuelta con una humillante goleada, cuatro a cero, en Granada. Con media Liga por delante, el equipo de Juan Ignacio Martínez ha caído por segunda vez en la temporada a la zona de descenso. Ya visitó el fondo de la tabla tras encajar otros cuatro goles en el Bernabéu. Y eso no es lo peor.

La sensación en Los Cármenes ha sido patética, de un equipo muy flojo. Sin capacidad técnica para jugar en Primera. Sin intensidad para competir ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Sin carácter para reaccionar. Un equipo de Segunda División, desde los jugadores y el equipo técnico hasta una directiva que ha confeccionado una mala plantilla.

Se acaban las excusas. El Real Valladolid, aunque faltó Ebert por lesión, ya no puede escudarse en las ausencias de Óscar y Víctor Pérez para justificar su mal juego. Sin ellos, y con ellos, el resultado es idéntico. Ahora mismo, da igual quién juegue. La derrota y el bochorno están asegurados. El Real Valladolid ha perdido sus últimos cuatro partidos disputados a domicilio, Real Madrid, Rayo en Copa, Espanyol y Granada. Ha recibido quince goles. Y ha dado grima.

Juan Ignacio Martínez ha entregado la cuchara. Y el equipo, también. El Real Valladolid necesita urgentemente varios revulsivos si no quiere deslizarse a toda prisa hacia Segunda. En Granada, se ha tocado fondo. No es un accidente. La derrota en Los Cármenes culmina una consolidada tendencia de un equipo que lleva viviendo en el alambre toda la primera vuelta y, definitivamente, se ha derrumbado.

Antes del gol, Murillo ya tuvo otra ocasión de chilena.
El Granada, como hiciera antes del parón navideño el Espanyol, ha pasado por encima del Real Valladolid a base de algo imprescindible en un candidato a la permanencia: intensidad. En apenas doce minutos, el equipo de Lucas Alcaraz, que solo había ganado dos de sus nueve encuentros en Los Cármenes, se había adelantado con un golazo de chilena del colombiano Jeison Murillo y había bombardeado el área de Mariño.

El Granada, con cuatro puntos de ventaja sobre el Real Valladolid, afrontó el partido como una final tras realizar durante esta semana una mini-concentración de tres días en La Manga. Los andaluces, con un eléctrico y desequilibrante Brahimi al mando, parecían profesionales de treinta años jugando contra aficionados de quince. La diferencia de intensidad era sonrojante. Todos los balones divididos tenían un único dueño: el Granada.

El chaparrón no cesaba. El Real Valladolid no existía más que para demostrar su inoperancia en la salida del balón. Víctor Pérez era una sombra del jugador de las dos anteriores temporadas. En realidad, ¿quién no lo es en este Real Valladolid? Hasta Mariño se contagió de la antología del disparate blanquivioleta y puso en bandeja el dos a cero, obra de Recio, tras cantar por alto en un saque de esquina.

Daban ganas de desaparecer. Hacía muchos años que el Real Valladolid no hacía el ridículo de esta manera en Primera ante un equipo de su Liga. Nada tiene que ver esta plantilla con la que acabó en Segunda con Mendilibar, Onésimo y Clemente en el banquillo. Aquella, pese a los innumerables líos en el vestuario, tenía más calidad y, sobre todo, mucho más carácter. Carne de Segunda por más que falte media Liga.

La goleada se completó en una segunda mitad en la que el Granada jugó con el Real Valladolid. Juan Ignacio, que dejó en el vestuario a Bergdich y Víctor Pérez, en realidad podría haber cambiado a los once, introdujo a Larsson y Sastre, que duró apenas un cuarto de hora. El balear, para colmo de desgracias, pidió el cambio por lesión. La bondad del marcador y la generosidad del rival invitaron al Granada a sentenciar a la contra.

Omar intenta maquillar el resultado.
No hizo falta esperar mucho. Rueda, que ha completado una esperpéntica primera vuelta de campeonato, regaló el tres a cero con un pase directo a los pies de Recio. El andaluz, con un ajustado disparo desde la frontal, castigó el error de un jugador mediocre y con un escandaloso bajo estado de forma. De lo peor que se ha visto con una camiseta blanquivioleta. Los Cármenes disfrutaba y la ola recorría sus despobladas gradas. Abajo, los jugadores del Real Valladolid y su entrenador comenzaban a oler a Segunda.

El Granada volvió a jugar con los castellanos. Descansó durante unos minutos y permitió ocasiones. Omar y Larsson, con toda la portería a su alcance, fallaron lo infallable. Y El-Arabi redondeó la goleada. Cuatro a cero, con tres goles gestados en jugadas a balón parado. Juan Ignacio bajaba los brazos en la banda. No parece que sepa qué hacer ya con este equipo. ¿Y la directiva?

Alberto Marcos malgastó el verano tumbándose a la bartola en su despacho. Apenas reforzó un equipo que ha jugado muy por encima de sus posibilidades en las dos anteriores temporadas. ¿Y en invierno? Calma, de momento, calma mientras el Real Valladolid comienza a enfilar el camino de Segunda. Ni en el campo, ni en el banquillo, ni en la directiva parece que haya para más. Y eso que queda media Liga.


Alineaciones:

Granada 4: Roberto; Nyom, Mainz, Murillo (Coeff 64’), Angulo; Iturra, Recio (Pereira 83’), Fran Rico, Piti, Brahimi; y El-Arabi (Riki 86’).

Real Valladolid 0: Mariño; Rukavina, Marc Valiente, Jesús Rueda, Peña; Víctor Pérez (Sastre 46’) (Baraja 61’), Rossi, Omar, Óscar, Bergdich (Larsson 46’); y Javi Guerra.

Goles:

1-0 (Min. 12’). Saque de esquina del Granada. Jeison Murillo recoge un rechace y sorprende a Mariño con una espectacular chilena con la pierna derecha.

2-0 (Min. 22). Garrafal error de Mariño en la salida de un saque de esquina botado por Fran Rico. El balón llega a los pies de Recio que, casi en el área pequeña, marca a puerta vacía con la pierna derecha.

3-0 (Min. 54). Regalo de Jesús Rueda a Recio en la salida del balón. El jugador del Granada se acerca al área y dispara con la derecha desde la frontal ajustado al palo diestro de Mariño.

4-0 (Min. 78). Nuevo saque de esquina del Granada. Mainz se eleva de cabeza y El-Arabi, ante Marc Valiente, marca en el área pequeña. No estaba en fuera de juego. Lo rompía Baraja.

Árbitro: Ayza Gámez (colegio valenciano). Amonestó a Omar (23’), Rukavina (31’) y Jesús Rueda (74’), por el Real Valladolid.

Incidencias: Nuevo Estadio Los Cármenes. 12.238 espectadores.

Las notas: 

Mariño (3): Con cero a cero, evitó el primer gol del Granada con una gran parada a Piti. Ya con el marcador en contra, se tragó un saque de esquina que regaló el dos a cero a Recio. El encuentro fue un castigo para el portero gallego.

Rukavina (3): Brahimi y Piti, que se intercambiaron las bandas durante el choque, le volvieron loco. Angulo le sacó una tarjeta amarilla.

Marc Valiente (3): El central catalán ha perdido eficacia en las últimas jornadas. Peor colocado y lento.

Jesús Rueda (1): Un infiltrado en la defensa del Real Valladolid. Sus fallos son constantes y grotescos. Regaló el tres a cero a Recio con un erróneo pase a los pies del jugador del Granada. Clama banquillo, como poco. Transmite inseguridad. Se ganó una amarilla en el segundo tiempo fruto de su impotencia.


Piti y Peña esperan un balón aéreo.
Peña (3): Brahimi y Piti, como con Rukavina, hicieron lo que quisieron con el lateral zurdo blanquivioleta. Un protagonista más del naufragio defensivo del Real Valladolid.

Víctor Pérez (3): Sustituido al descanso. Estuvo tan mal como sus compañeros. Apareció poco y, casi siempre, para regalar el balón.

Rossi (3): En las últimas jornadas, el italiano no cesa de perder balones en la salida desde la línea defensiva del Real Valladolid. En el segundo tiempo, sirvió una asistencia de gol a Larsson que el sueco malogró. Acabó el partido con problemas físicos. 

Omar (3): De los peores jugadores del Real Valladolid en esta temporada. Ocupó la banda derecha de Ebert y pasó a la izquierda tras el descanso. Una caricatura del prometedor extremo de la pasada temporada. Disparó fuera desde la frontal tras una buena acción individual en el primer periodo. En el segundo, mandó alto un chut con toda la portería a su disposición.

Óscar (3): Casi sin presencia en el juego ofensivo. Muy lejos de su mejor nivel. No apareció.


Mala noche de un individualista Bergdich en Los Cármenes.
Bergdich (2): Regresó a la titularidad y se quedó en el banquillo tras el descanso. Abusó del uno contra uno. Completó su peor partido en la Liga.

Javi Guerra (4): Ser delantero en este Real Valladolid es una tarea para héroes. Desasistido. Apenas, ya con todo el pescado vendido, tuvo una ocasión con un disparo a la media vuelta en los últimos minutos.

Sastre (5): Salió tras el descanso por Víctor Pérez y aguantó un cuarto de hora. Se retiró lesionado. Su presencia coincidió con unos minutos correctos del Real Valladolid hasta que llegó el tres a cero.

Larsson (4): Mejor que Bergdich y Omar. Jugó en la banda derecha. Falló un gol cantado casi en el área pequeña. Impactó fatal el balón.

Baraja (3): Sin oxígeno para jugar en Primera. Salió por Sastre. Rompió el fuera de juego en el cuatro a cero del Granada.

Juan Ignacio Martínez (1): Ha perdido al equipo. Sus gestos en la banda demuestran que no sabe ya qué hacer para remontar esta situación. El Real Valladolid juega cada vez peor. Candidato a una destitución inminente.