domingo, 17 de febrero de 2013

Diego Costa sí tiene las ideas claras

Cómoda victoria del Atlético en Zorrilla con una gran actuación del delantero brasileño. El colombiano Falcao inauguró el marcador. Courtois se marchó a la ducha inédito ante un Real Valladolid muy espeso incapaz de crear peligro y en pleno bache de juego.

Diego Costa celebra con sus compañeros el segundo gol rojiblanco.
Fotos: Ángel Becerra (www.realvalladolid.es)
Diego Costa va para crack. El jugador brasileño regresaba a Valladolid, donde debutó hace dos años y medio en Primera. En Zorrilla, dejó poso de buen jugador. Con 21 años, Costa fue de lo poco que se salvó en esa temporada, que concluyó con el equipo en Segunda. El brasileño marcó siete goles y demostró, a partes iguales, calidad, velocidad y carácter: con nueve cartulinas amarillas y una expulsión.


En el Atlético, con Simeone en el banquillo, Costa es ya un jugador maduro. Con 24 años, el brasileño se ha ganado a la grada del Vicente Calderón y está en boca de los aficionados del fútbol español. Algunos se centran en su mal carácter, con acciones violentas y provocadoras con los rivales. Otros, sin ocultar esa mala conducta, se rinden a un futbolista total: con una potencia capaz de desbordar defensas enteras.

Los zagueros del Real Valladolid sufrieron el fenómeno Costa. El brasileño, ausente en los dos últimos encuentros del Atlético, ante el Rayo en Liga y ante el Rubin Kazán en la Europa League, curiosamente saldados ambos con derrota, amargó la noche a la defensa blanquivioleta. Sacó dos tarjetas a los centrales, Jesús Rueda y Peña, marcó el segundo gol rojiblanco y dirigió la ofensiva del conjunto de Simeone malogrando varias ocasiones.

Fue, sin embargo, su compañero de delantera: el colombiano Falcao, quien abrió el marcador. El ‘Tigre’, en situación correcta, cerró una jugada ensayada del Atleti en una falta botada por Gabi. Godín remató dentro del área, Dani Hernández despejó un balón que cayó en los pies del colombiano, que no perdonó. Los rojiblancos ni siquiera necesitaron una gran actuación de su delantero estrella. Falcao cedió el protagonismo a Diego Costa, que desperdició un mano a mano con Dani en la recta final de la primera parte.

Diego Costa presiona a Álvaro Rubio.
Los rojiblancos dominaban por instantes a placer. En los primeros veinte minutos, no existió el Real Valladolid. Rubio y Sastre no podían con Gabi y Thiago. El fútbol combinativo de los blanquivioletas brillaba por su ausencia. Larsson, Óscar y Omar Ramos eran simples espectadores. Javi Guerra, maniatado entre Miranda y Godín, tampoco aparecía. Tan solo efectuó un disparo que se marchó alto ya con el Atlético por delante en el marcador.

Tras el descanso, los madrileños siguieron sin sufrir. Solo un error atlético podía meter al Real Valladolid en el partido. Courtois, en una mala salida, estuvo cerca de lograrlo. Larsson no llegó a rematar a puerta. El portera belga del Atlético se marchó a la ducha sin tener que intervenir en los noventa minutos. La ofensiva blanquivioleta resultó absolutamente inofensiva.

Costa sentenció a los siete minutos de la segunda mitad y mató por completo el duelo. De nada sirvió el cambio de Manucho por Guerra. El angoleño volvía a disfrutar de minutos en el campo tras su regreso de la Copa de África. Tuvo dos cabezazos que no crearon problemas a Courtois. Y, sin sobresaltos, el encuentro avanzó con un Real Valladolid al que se le empiezan a ver con claridad las carencias.

El cuadro de Djukic acusa las bajas de titulares como Ebert, Víctor Pérez y Marc Valiente. Sereno tampoco jugó ante el Atlético para cumplir el primer ciclo de tarjetas. Álvaro Rubio y Sastre no se entienden en la media y el balón no sale limpio desde atrás. En muchos momentos, como este domingo ante el Atlético, ni llega a posiciones de ataque. El mal momento de Óscar tampoco ayuda. El salmantino está desaparecido en la segunda vuelta. Y, en las bandas, ni Larsson, ni Omar, ni Bueno hacen ahora mismo daño a las defensas rivales.

Esos problemas que ya se apreciaron con mayor o menor intensidad ante el Athletic o el Real Betis se agrandaron contra los colchoneros, que finiquitaron su victoria en Zorrilla con un tercer gol, obra del Cebolla Rodríguez, que aprovechó una mala cesión de Rukavina a Dani Hernández.

Djukic tiene trabajo para recuperar a una versión competitiva del Real Valladolid, que contra el Atleti ha completado su encuentro más flojo de la temporada. El Rayo, el equipo revelación de la Liga, espera el próximo domingo, a las 12 horas, en Vallecas. Falta todavía mucho curro y muchos puntos para asegurar la permanencia. Un objetivo que, con el juego desplegado ante el Real Betis y el Atlético de Madrid, en las dos últimas jornadas, será complicado de certificar.


Alineaciones:

Real Valladolid 0: Dani Hernández; Rukavina, Jesús Rueda, Peña, Balenziaga; Álvaro Rubio, Sastre (Baraja 75'), Larsson, Óscar, Omar Ramos (Bueno 70'); y Javi Guerra (Manucho 55')

Atlético 3: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis; Gabi, Thiago, Arda Turan (Cebolla Rodríguez 74’), Koke (Mario Suárez 89’); Diego Costa (Raúl García 82’) y Falcao.

Goles:

El colombiano Falcao adelantó al Atlético.
0-1 (Min. 10) Falcao. Jugada ensayada del Atlético. Falta que bota Gabi, remata Godín con el pie izquierdo y despeja Dani. El colombiano sigue la jugada, recoge el balón y marca en el área pequeña.

0-2 (Min. 52) Diego Costa. Centro desde la banda derecha, despeja la defensa blanquivioleta, Koke, con la cabeza, asiste a Diego Costa que, dentro del área, bate a Dani.

0-3 (Min. 89) Cebolla Rodríguez. Rukavina falla en una cesión con el pecho a Dani, el balón no llega al meta, sino que lo recoge el jugador del Atlético que anota el tercer gol atlético.

Árbitro: Iglesias Villanueva (colegio gallego) Amonestó a cuatro jugadores del Real Valladolid: Jesús Rueda (43’), Peña (48’), Óscar (58’) y Baraja (92’).

Incidencias: Nuevo Estadio José Zorrilla. 20.007 espectadores, con nutrida presencia de aficionados rojiblancos, unos dos mil.

Las notas:

Dani Hernández (6): Nada pudo hacer en los tres goles atléticos. Salvó, al filo del descanso, un mano a mano con Diego Costa.

Rukavina (3): El Comité de Competición anuló su segunda amarilla ante el Real Betis y pudo jugar contra el Atlético. No estuvo bien. Simeone le colocó a Koke para vigilar sus subidas, pocas y sin peligro. Remató su mala actuación regalando el tercer gol a los rojiblancos con una mala cesión a Dani.

Jesús Rueda (5): Diego Costa le superó en velocidad e intensidad. El brasileño le sacó una amarilla y le ganó la partida en el segundo gol colchonero.

Peña (5): Relevo del sancionado Sereno. Tampoco pudo con Costa y Falcao.

Balenziaga (6): Correcto. Luchador, fue el que menos desentonó en la defensa.

Álvaro Rubio (4): Superado por el centro del campo del Atlético. No elaboró juego, ni tampoco lo destruyó.

Sastre (2): La lesión de Víctor Pérez le ha abierto la puerta a una titularidad que no está aprovechando. Con un juego gris muy similar al de Álvaro Rubio, pero, además, sin terminar de soltarse.

Larsson (3): Filipe Luis, pese a ser un lateral con vocación ofensiva, le secó.

Óscar (2): Otro mal partido del salmantino, y bien que lo sufre el Real Valladolid. No tocó balón. Se retiró en los últimos minutos por problemas físicos, una lumbalgia, con los tres cambios ya efectuados.

Omar Ramos (4): Regresó a la titularidad tras dos jornadas consecutivas en el banquillo. Sin trascendencia en el juego.

Guerra, minimizado por Miranda y Godín.
Javi Guerra (4): Sin ayudas de sus compañeros, devorado por los centrales atléticos. Chutó alto en la única ocasión que tuvo.

Manucho (5): Primeros minutos tras su regreso de la Copa de África. Remató en dos ocasiones de cabeza sin la dirección adecuada.

Bueno (4): Entró al campo por Omar con el marcador ya muy a favor del Atleti (0-2) Disputó veinte minutos sin noticias de su presencia en el campo.

Baraja (3): Relevo de Sastre en el último cuarto de hora. Impreciso en los pases.

Djukic (3): Mal, más que por el planteamiento, el habitual en el equipo, por la falta de soluciones al mal momento de juego. El serbio necesita encontrar una alternativa válida para competir pese a las lesiones y el cansancio que acosan a una plantilla corta y con carencias.