martes, 2 de agosto de 2016

Álvaro Rubio, fin a una década de blanquivioleta

“El entrenador y la dirección deportiva no contaban conmigo y eso ha sido fundamental en mi decisión. Ni quería estar por estar, ni quería encima ser una carga económica para el club, porque eso sería hacerle daño”, ha explicado el riojano, que recibirá la insignia de oro del Real Valladolid tras diez años (cinco en Primera y cinco en Segunda) (311 partidos) con dos ascensos a Primera (2007 y 2012).

Álvaro Rubio podría seguir con algún cargo en el club.
Foto: Andrés Domingo (www.realvalladolid.es)
Con la naturalidad, humildad, tranquilidad y generosidad de siempre, Álvaro Rubio ha anunciado este martes en rueda de prensa que no jugará en el Real Valladolid la próxima temporada.


Quizá juegue en otro equipo, si le llega una oferta atractiva, quizá siga trabajando en el Real Valladolid en otro cargo dentro de la estructura blanquivioleta o quizá emprenda otro rumbo profesional, quizá al margen del fútbol, en su vida -eso se resolverá en breve-, pero lo que es seguro es que no volverá a vestir la camiseta que ha lucido en 311 partidos oficiales durante diez temporadas.

Acompañado por el presidente del club, Carlos Suárez, el capitán del Real Valladolid desde que Javi Baraja le entregó el brazalete en el verano de 2014, ha detallado en la sala de prensa de Zorrilla los motivos de su decisión y el desarrollo de los acontecimientos que se prolongaron en el tiempo más de lo que a todas las partes les hubiera gustado.

“Yo quería ayudar al equipo, me veía bien físicamente para hacerlo y, si no se puede, pues no se puede. El presidente dejó en mis manos la decisión de seguir o no en todo momento, pero el entrenador y la dirección deportiva no contaban conmigo y eso ha sido fundamental en mi decisión. Ni quería estar por estar, ni quería encima ser una carga económica para el club, porque eso sería hacerle daño”, ha señalado.

Finalmente, Álvaro Rubio ha desgranado una larga lista de agradecimientos. A excompañeros, extécnicos, empleados del club, la afición, los medios de comunicación y, sobre todo, su familia, ya asentada a Valladolid, por lo que es muy probable que fije su residencia a orillas del Pisuerga cuando cuelgue las botas. Y con los agradecimientos se filtró la emoción contenida en el rostro y en la voz de Álvaro.

Álvaro Rubio, en su último partido como blanquivioleta.
Foto: Ángel Becerra (www.realvalladolid.es)
En el mundo del fútbol, donde tantas veces frases como “agradecimiento a los servicios prestados” no pasan de juegos de palabras huecas como parapeto ante la demagogia, queda poco espacio al homenaje sincero y merecido. Pero la realidad es que este “adiós al futbolista” de Álvaro Rubio deja un sentimiento de verdadera pena en Zorrilla, donde es querido y respetado por todos, con esa admiración que solo despiertan las buenas personas.

Álvaro Rubio recibirá la insignia de oro del club en agradecimiento a su trayectoria intachable en la entidad blanquivioleta. De acuerdo con el futbolista, se buscará el mejor momento para que los abonados del Real Valladolid le puedan despedir y reconocer su profesionalidad durante diez años, aunque sobre el terreno de juego de Zorrilla ya le hicieron llegar durante tantos y tantos partidos el reconocimiento de su cariño por su forma de ser y por su forma de jugar.