El
nadador estadounidense (31 años), tras regresar a la piscina casi dos años después de su primera retirada
posterior a Londres 2012, abandona definitivamente la competición. En Río,
añadió cinco oros y una plata a un palmarés olímpico único: 23 oros, 3 platas y
2 bronces. Mientras, el atleta jamaicano, que cumplió 30 años el último día de
los Juegos, estirará su carrera hasta los Mundiales de Londres 2017, pero no
hasta Tokio 2020. Su portentosa zancada le llevó en la pista azul del Estadio
Engenhao al histórico triplete: campeón en 100, 200 y relevos 4x100 metros en Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016. El
olimpismo se queda huérfano de mitos para Tokio 2020. Sensación de vértigo.
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Phelps y Bolt se
van.
No estarán dentro
de cuatro años en los Juegos de Tokio 2020.
El olimpismo despidió
en Río 2016 a sus dos mayores glorias modernas. Los más grandes.
Héroes.
La Grecia antigua
no dudaría en esculpir estatuas de los héroes Phelps y Bolt.
La historia está
escrita. El legado, también.
Despedida en Río,
como no podía ser de otra manera, a la altura de sus mayestáticas carreras.
Complicado responder
quién ha dado más a quién. Si los Juegos Olímpicos a Phelps y Bolt o Phels y
Bolt a los Juegos Olímpicos.
Le costará el olimpismo
encontrar a sus sustitutos. Si es que lo consigue.
Un problema futuro,
más próximo de lo que parece, para el movimiento olímpico.
Las irrepetibles
figuras de Phelps y Bolt facilitaban la venta del producto Juegos Olímpicos.
Veremos sin ellos.
La historia de los
cuatro últimos Juegos (Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016) se
escribe de épica en épica de Phelps y Bolt, el jamaicano a partir de Pekín.
Usain Bolt y Michael Phelps festejan alguna de sus victorias en los Juegos de Río 2016. Fotos: www.olympic.org |
Michael Phelps
(Baltimore-Maryland, Estados Unidos – 1985) fue el más precoz. Con apenas
quince años, se colocó ya el bañador en Sidney 2000. Debutó en la quinta serie
de los 200 metros mariposa el 18 de septiembre de 2000. Phelps dejó la
impronta.
El Tiburón de
Baltimore, que ya concentraba muchas miradas por su insolente juventud
(olímpico masculino más joven en la potentísima natación estadounidense en 68
años), se impuso en su primera carrera olímpica a instituciones como el ruso Denis
Pankratov (doble campeón olímpico en 100 y 200 metros mariposa en Atlanta 96) y
el francés Franck Esposito.
Ese chico era
distinto.
Phelps, semifinales
mediante, se coló en la final. Se le escapó el podio, a apenas 33 centésimas
del bronce del australiano Justin Norris.
Pero el adolescente
Phelps aprendió en Sidney.
Y comenzó el show
en Atenas 2004: seis oros (100 y 200 metros mariposa, 200 y 400 metros estilos
y los relevos 4x100 metros estilos y 4x200 metros libres) y dos bronces (200
metros libres y 4x100 metros libres).
A Phelps no le
asustaba nada. Aceptó el reto de los 200 metros libres en una prueba mítica.
Phelps acompañó en el podio al australiano Ian Thorpe, campeón olímpico con récord
del mundo, y el holandés Pieter Van Den Hoogenband, plata. Otro ilustre, el
australiano Grant Hackett, se quedó fuera del podio: quinto. Una final que ha pasado a la historia del olimpismo.
En Atenas, Phelps
fue ya el rey de los Juegos.
Volvió a Pekín 2008
para superarse: ocho oros (200 metros libres, 100 y 200 metros mariposa, 200 y
400 metros estilos y los relevos 4x100 metros libres, 4x200 metros libres y 4x100
metros estilos).
Ocho oros. Nunca antes
había pasado. Nunca más volverá a pasar.
Lo más cercano son
los tres oros, cuatro platas y un bronce del gimnasta soviético Alexander
Dityatin en Moscú 1980.
Lo del discípulo de
Bob Bowman en el Centro Acuático Nacional de Pekín, aquel hijo de una madre
soltera que lo apuntó a natación para solucionar su hiperactividad, fue algo
verdaderamente histórico.
Pero, pese a la
gesta de Phelps, le tocó compartir la gloria en Pekín con un asombroso
velocista jamaicano: Usain Bolt (Sherwood Content-Trelawny, Jamaica – 1986).
Un genio de la
pista. Un genio, además, con un innegable carisma.
El espectacular Nido
del Pájaro de Pekín asistió al nacimiento de una estrella de dimensiones incomparables.
16 de agosto de
2008.
Un gigantesco
jamaicano de 22 años y 195 centímetros, a cuyo lado los enormes y más ilustres
velocistas parecían niños, se proclamaba campeón olímpico tras destrozar el
récord mundial de los 100 metros: 9.69 segundos.
Bolt había avisado
dos meses y medio antes en un mítin en Nueva York. Había arrebatado, por dos
centésimas, la plusmarca mundial que estaba en poder de su compatriota Asafa
Powell.
El oro en los 100
metros tuvo compañía. Cuatro días después, Bolt dejaba a todo el planeta con la
boca abierta: oro y nuevo récord en los 200 metros lisos, con una marca de
19.30 segundos. Rebajó en dos centésimas el récord del célebre Michael Johnson en
Atlanta 96.
Quedaba el colofón
en los relevos 4x100 metros lisos, en compañía de Nesta Carter, Michael Frater
y Asafa Powell: oro y nuevo récord mundial (37.10 segundos).
Los ocho oros de
Phelps en Pekín encontraban respuesta en los tres oros, con tres récords
mundiales, de Bolt.
El olimpismo
sonreía. Phelps y Bolt. Dos colosos frente a frente.
Londres 2012 fueron,
como Pekín 2008, los Juegos de Phelps y Bolt.
El nadador
estadounidense se colgó seis medallas: cuatro oros (100 metros mariposa, 200
metros estilos y los relevos 4x100 metros estilos y 4x200 metros libres) y dos
platas (200 metros mariposa y 4x100 metros libres).
Phelps se humanizó
en Londres. El sudafricano Chad Le Cros le batió en la final de los 200 metros
mariposa. Más dura fue la derrota en los 400 metros estilos: cuarto tras su
compatriota y compañero de trayectoria Ryan Lochte (oro), el brasileño Thiago
Pereira (plata) y el japonés Kosuke Hagino (bronce).
Con 27 años, tras
tres Juegos Olímpicos con 22 medallas: 18 oros, 2 platas y 2 bronces, Phelps se
cansó de nadar. Anunció en Londres su retirada.
El velocista jamaicano Usain Bolt, en las finales de los 100 y 200 metros en los Juegos Olímpicos de Río. |
Bolt también se
humanizó en Londres. El jamaicano seguía siendo el mejor, pero sus límites ya
no se traspasaban.
Tras Pekín 2008,
Bolt rompió, de nuevo, los records de 100 y 200 metros en los Mundiales de
Berlín 2009, con 9.58 y 19.19 segundos. No ha vuelto a correr tan rápido.
En Londres, Bolt se
‘limitó’ a cumplir. Show en la pista y tres oros más en 100, 200 y 4x100 metros
lisos.
Río 2016 ha sido el
capítulo final de los dos grandes héroes modernos olímpicos.
Phelps, que regresó
a la competición en la primavera de 2014, ha puesto el epílogo soñado a su
carrera. Soñado e inesperado no hace mucho.
El nadador
estadounidense asumió mal su retirada. Se deprimió. Se descuidó. Cayó donde no
debía.
Las depresiones y
el alcohol le jugaron una muy mala pasada.
La piscina, quién si no, le
rescató.
Ahora Phelps sí
está listo para el adiós.
Deja seis medallas
olímpicas más en Río, con cinco oros (200 metros mariposa, 200 metros estilos y
los relevos 4x100 metros libres, 4x100 metros estilos y 4x200 metros libres) y
una plata (100 metros mariposa). El singapurense Joseph Schooling le ganó con
claridad en la final de los 100 mariposa. Phelps compartió la plata con dos
rivales clásicos en su carrera: el sudafricano Chad Le Clos y el húngaro Laszlo
Cseh.
Pasadas las once de
la noche (en Río de Janeiro) del domingo 14 de agosto, la competición acababa
en la piscina.
Lo hacía a la
grande. Con la última carrera de Michael Phelps. Nadaba la tercera posta, la de mariposa, en la final de los relevos 4x100 metros estilos. Dejaba a su equipo camino al
oro.
“Esta es la última
vez que me habéis visto competir en el agua”, se despidió el héroe olímpico
Michael Phelps tras el oro de los 4x100 metros estilos.
“No voy por otros cuatro años, eso lo sostengo. Pude hacer todo lo que quería en este deporte, fueron 24 años. Estoy feliz por cómo las cosas terminaron. Fue para eso para lo que regresé del retiro en 2012”.
A Bolt le queda un
año.
El jamaicano
tampoco estará en Tokio 2020.
Se quedará en tres
Juegos Olímpicos con un palmarés portentoso: triple campeón en 100, 200 y 4x100
metros lisos.
Tres oros en Río. Como en
Londres, sin récord.
Bolt sigue siendo
el mejor…, pero los años no perdonan.
Se quiere ir como
el más grande.
Y se irá como el más
grande.
“He demostrado al
mundo que soy el más grande. He tenido que aguantar mucha presión para
conseguir regresar con éxito en tres Juegos Olímpicos consecutivos, pero la
misión está cumplida”, sentenció Bolt tras cerrar su tercer triplete olímpico.
Bolt, camino de cerrar el histórico tercer triplete olímpico con el oro en el relevo corto. |
Objetivo cumplido.
“Cuando logré las
tres victoria en Pekín, en el 2008, fui feliz. La segunda vez, en Londres, en
el 2012, se trataba de un reto. Y aquí en Río ha sido sencillamente increíble.
Era algo que esperaba, que ansiaba, para poner el listón tan alto que nadie
pueda llegar a él nunca más. Estoy orgulloso de lo que he hecho”, ha subrayado
Bolt.
El jamaicano, con
nueve oros olímpicos (tres tripletes en 100, 200 y 4x100 metros), ya lo ha
hecho todo en los Juegos.
Poco importa que no
alcance los nueve oros (cuatro consecutivos en salto de longitud) y una plata
de Carl Lewis o los nueve oros y tres platas del finlandés ‘volador’ Paavo
Nurmi.
Es el más grande de todos los tiempos (incluidos los desconocidos) en
la pista de atletismo.
Y, con respeto de
Michael Phelps, el más grande en la historia olímpica.
No habrá más.
“Estos son mis últimos
Juegos, lo siento chicos”, se ha disculpado Bolt.
Río 2016 ha sido el
legado de Michael Phelps y Usain Bolt.
Costará mucho
encontrar a alguien capaz de sustituirlos.
El olimpismo, a
cuatro años de Tokio, ya añora sus retiradas.
No habrá otros como
ellos.