“El panorama no es nada halagüeño. Si no hay
patrocinador, no hay club y por el momento no hay esa entidad que ponga el
millón y medio que se necesita para que el proyecto siga adelante”, advierte el
alcalde. “Algunos contactos hemos mantenido, algunas mínimas posibilidades
están abiertas, pero necesitamos unas garantías económicas para seguir adelante”.
León de la Riva, en el palco del polideportivo Pisuerga en un partido del CB Valladolid. |
“Si viene un jeque árabe con el dinero necesario,
estoy dispuesto a llevar un turbante durante unos días si fuera necesario”. La
situación del Club Baloncesto Valladolid es más que preocupante y las palabras
del alcalde, Javier León de la Riva, no insuflan precisamente calma y optimismo.
La permanencia deportiva en la Liga Endesa puede quedarse en aguas de borrajas
si no aparece dinero para continuar en la élite del baloncesto español.
“El panorama no es nada halagüeño. Si no hay
patrocinador, no hay club y por el momento no hay esa entidad que ponga el
millón y medio que se necesita para que el proyecto siga adelante”, ha resumido
esta semana León de la Riva. Blancos de Rueda se marcha, y no hay repuesto. “Nuestro problema es que las
principales empresas de aquí no son de Valladolid, por lo que cuando
preguntamos a Renault, Michelín o Iveco te dicen que eso se resuelve en París o
en otras ciudades”.
León de la Riva ha realizado un “llamamiento a las personas que aman el baloncesto y a las empresas vallisoletanas, ya que tendría gracia que un club de otra ciudad como Burgos que quiere subir encontrara el apoyo de sus empresas y aquí no”. “Sigo con mucho interés lo que haga la Junta con el equipo de Burgos y su intento por estar en la ACB. No quiero que nos den más que a nadie, pero no voy a tolerar que a nadie le den más que a mí", ha expuesto el primer edil que ha ‘eludido’, a su manera, abrir discutas provinciales: “Ojalá Burgos encuentre patrocinadores y ojalá nosotros también”.
La inquietud es evidente entre los trabajadores del Club Baloncesto Valladolid. Un claro es Roberto González, el técnico morado que ha conquistado la permanencia deportiva a tres meses del final de la Liga Endesa, todo un éxito con una plantilla barata, confeccionada a última hora y con severos problemas de cobro. Roberto González desconoce su futuro inmediato.
“Estaría encantado de seguir en el club, pero también de dar clase en cualquier colegio de Valladolid, así que tengo que mirar la realidad y esa es que ahora mismo no es el momento de tomar decisiones, lo será cuando las condiciones económicas se den, tengamos presidente y sepamos dónde va a jugar el equipo el año próximo”, afirmó en la previa del encuentro ante Herbalife Gran Canaria, último del campeonato.
La incertidumbre ha ido en aumento con el transcurso de la temporada. El ilusionante inicio del equipo, con un triunfo en el Palau Blaugrana, diluyó un duro verano en el que el club logró en los despachos la permanencia en ACB. Blancos de Rueda Valladolid llegó incluso a pensar en disputar la Copa del Rey. Nacho Martín asombraba y los americanos (Renfroe, Hunter y O’Leary) respondían en la pista.
Los impagos a los jugadores y a los profesionales del club fueron debilitando poco a poco esa situación soñada e irreal. Hunter y Renfroe se marcharon por cuestiones económicas y Mohammed por carecer de minutos de juego. Otros refuerzos de invierno como Patrick Ewing Jr., el hijo del mítico pívot de NY Knicks, y Edgar Sosa se desvincularon del club poco después. El argentino Porta y el norteamericano Humphrey llegaron para el último empujón hacia la permanencia.
Entre medias, surgió otro problema con la fuga del presidente, José Luis de Paz, que dimitió “por motivos personales” a mediados de marzo. Junto con él, se marchó Víctor Saquero, vicepresidente del Club Baloncesto Valladolid. De Paz no duró en el cargo ni medio año. León de la Riva, el hombre que lo avaló como presidente, no ha encontrado ni dinero ni un sustituto para José Luis de Paz. Desde entonces, la entidad lleva funcionando tres meses sin una cabeza visible, con la Fundación Baloncesto Valladolid, en la que participan, entre otros, los concejales Ignacio Zarandona y Luis Antonio Gómez, al frente.
La candidatura de Mike Hansen no termina de concretarse. No todos la respaldan. “El tema no es fácil y encima empezamos con líos de ‘quítame tú que me pongo yo’ y, al final, lo único que va a pasar es que todos se van a quedar compuestos y sin novia. Yo estaría encantado de que Hansen fuera el presidente, pero reitero que ahora tiene que llegar gente dispuesta a trabajar mucho y a no cobrar nada”, ha enfatizado León de la Riva. De momento, en una situación económica delicadísima no hay un capitán que dirija la nave. Y León de la Riva advierte: “Si el club sale adelante, mi tesis es que el entrenador sea también el director deportivo y no haya un director general o económico dispuesto a cobrar. Si alguien llega con esa intención, creo que se equivoca de medio a medio”.
De cualquier manera, el alcalde ha relativizado la ausencia de un presidente e insiste en que lo prioritario es la búsqueda de un imprescindible patrocinador: “Algunos contactos hemos mantenido, algunas mínimas posibilidades están abiertas, pero necesitamos unas garantías económicas para seguir adelante. Ahora mismo es más importante saber si va a haber club que presidente y, a día de hoy, ese tema no está asegurado ni mucho menos”. Aunque León de la Riva en las últimas semanas haya querido desviar balones, el futuro del baloncesto, presidencia incluida, depende del Ayuntamiento.
El dirigente del PP ha minimizado la participación del Consistorio al 1.6% cargando casi el 95% a la Fundación Baloncesto Valladolid, institución sin ánimo de lucro dedicada a promover el deporte de la canasta y con una clara participación municipal. Llega tarde. León de la Riva dejó bien clara la titularidad de la entidad en la presentación de José Luis de Paz: “El baloncesto es propiedad del Ayuntamiento de Valladolid en su inmensa mayor parte y las obligaciones son parte nuestra para ayudar en todo lo que podamos al club”. Ahora toca, buscar un patrocinador y un presidente para mantener al equipo en ACB y no arruinar el trabajo de los jugadores y del equipo técnico. Que lo sepa el señor alcalde. Si Valladolid se queda sin baloncesto, será su fracaso.
León de la Riva ha realizado un “llamamiento a las personas que aman el baloncesto y a las empresas vallisoletanas, ya que tendría gracia que un club de otra ciudad como Burgos que quiere subir encontrara el apoyo de sus empresas y aquí no”. “Sigo con mucho interés lo que haga la Junta con el equipo de Burgos y su intento por estar en la ACB. No quiero que nos den más que a nadie, pero no voy a tolerar que a nadie le den más que a mí", ha expuesto el primer edil que ha ‘eludido’, a su manera, abrir discutas provinciales: “Ojalá Burgos encuentre patrocinadores y ojalá nosotros también”.
La inquietud es evidente entre los trabajadores del Club Baloncesto Valladolid. Un claro es Roberto González, el técnico morado que ha conquistado la permanencia deportiva a tres meses del final de la Liga Endesa, todo un éxito con una plantilla barata, confeccionada a última hora y con severos problemas de cobro. Roberto González desconoce su futuro inmediato.
“Estaría encantado de seguir en el club, pero también de dar clase en cualquier colegio de Valladolid, así que tengo que mirar la realidad y esa es que ahora mismo no es el momento de tomar decisiones, lo será cuando las condiciones económicas se den, tengamos presidente y sepamos dónde va a jugar el equipo el año próximo”, afirmó en la previa del encuentro ante Herbalife Gran Canaria, último del campeonato.
La incertidumbre ha ido en aumento con el transcurso de la temporada. El ilusionante inicio del equipo, con un triunfo en el Palau Blaugrana, diluyó un duro verano en el que el club logró en los despachos la permanencia en ACB. Blancos de Rueda Valladolid llegó incluso a pensar en disputar la Copa del Rey. Nacho Martín asombraba y los americanos (Renfroe, Hunter y O’Leary) respondían en la pista.
Los impagos a los jugadores y a los profesionales del club fueron debilitando poco a poco esa situación soñada e irreal. Hunter y Renfroe se marcharon por cuestiones económicas y Mohammed por carecer de minutos de juego. Otros refuerzos de invierno como Patrick Ewing Jr., el hijo del mítico pívot de NY Knicks, y Edgar Sosa se desvincularon del club poco después. El argentino Porta y el norteamericano Humphrey llegaron para el último empujón hacia la permanencia.
Entre medias, surgió otro problema con la fuga del presidente, José Luis de Paz, que dimitió “por motivos personales” a mediados de marzo. Junto con él, se marchó Víctor Saquero, vicepresidente del Club Baloncesto Valladolid. De Paz no duró en el cargo ni medio año. León de la Riva, el hombre que lo avaló como presidente, no ha encontrado ni dinero ni un sustituto para José Luis de Paz. Desde entonces, la entidad lleva funcionando tres meses sin una cabeza visible, con la Fundación Baloncesto Valladolid, en la que participan, entre otros, los concejales Ignacio Zarandona y Luis Antonio Gómez, al frente.
La candidatura de Mike Hansen no termina de concretarse. No todos la respaldan. “El tema no es fácil y encima empezamos con líos de ‘quítame tú que me pongo yo’ y, al final, lo único que va a pasar es que todos se van a quedar compuestos y sin novia. Yo estaría encantado de que Hansen fuera el presidente, pero reitero que ahora tiene que llegar gente dispuesta a trabajar mucho y a no cobrar nada”, ha enfatizado León de la Riva. De momento, en una situación económica delicadísima no hay un capitán que dirija la nave. Y León de la Riva advierte: “Si el club sale adelante, mi tesis es que el entrenador sea también el director deportivo y no haya un director general o económico dispuesto a cobrar. Si alguien llega con esa intención, creo que se equivoca de medio a medio”.
De cualquier manera, el alcalde ha relativizado la ausencia de un presidente e insiste en que lo prioritario es la búsqueda de un imprescindible patrocinador: “Algunos contactos hemos mantenido, algunas mínimas posibilidades están abiertas, pero necesitamos unas garantías económicas para seguir adelante. Ahora mismo es más importante saber si va a haber club que presidente y, a día de hoy, ese tema no está asegurado ni mucho menos”. Aunque León de la Riva en las últimas semanas haya querido desviar balones, el futuro del baloncesto, presidencia incluida, depende del Ayuntamiento.
El dirigente del PP ha minimizado la participación del Consistorio al 1.6% cargando casi el 95% a la Fundación Baloncesto Valladolid, institución sin ánimo de lucro dedicada a promover el deporte de la canasta y con una clara participación municipal. Llega tarde. León de la Riva dejó bien clara la titularidad de la entidad en la presentación de José Luis de Paz: “El baloncesto es propiedad del Ayuntamiento de Valladolid en su inmensa mayor parte y las obligaciones son parte nuestra para ayudar en todo lo que podamos al club”. Ahora toca, buscar un patrocinador y un presidente para mantener al equipo en ACB y no arruinar el trabajo de los jugadores y del equipo técnico. Que lo sepa el señor alcalde. Si Valladolid se queda sin baloncesto, será su fracaso.