El técnico vizcaíno asume la
destitución: “Entiendo que la situación del equipo no es la que se esperaba y
normalmente en estos casos el que lo paga es el entrenador”. Si bien considera
que la decisión ha sido prematura: “Nueve jornadas son pocas”.
“Estoy jodido porque tenía mucha fuerza, ganas y
motivación para seguir adelante”. Gaizka Garitano se marcha del Real Valladolid
con una espina clavada. El técnico vizcaíno acepta la destitución, con el
equipo en puestos de descenso a Segunda B tras cinco jornadas sin ganar y
apenas nueve puntos sobre 27 posibles, pero lamenta no haber tenido la oportunidad de
enderezar el rumbo del equipo.
“Nueve jornadas son pocas. Quedando toda la
temporada por delante, me hubiera gustado seguir, pero entiendo que la
situación del equipo en estas pocas jornadas no es la que se esperaba y
normalmente en estos casos el que lo paga es el entrenador”. El lunes, un día
después de la derrota en Palamós ante la Llagostera (3-1), Braulio Vázquez ya
deslizó a Garitano la posibilidad real de una destitución inminente. El martes por la
noche se confirmó.
Garitano ha encajado el golpe con profesionalidad y ha
descartado tener algún problema con Carlos Suárez o Braulio Vázquez, ausentes
en la rueda de prensa de despedida del vizcaíno por decisión personal del
técnico, y con la plantilla blanquivioleta: “Tenía también muy buen ‘feeling’ con los
futbolistas, un apoyo del vestuario (…).
Me he encontrado con un grupo humano fenomenal, tanto los trabajadores
del club como los futbolistas”.
Al mismo tiempo, Garitano se ha mostrado tranquilo
por el trabajo desempeñado: “He dado todo lo que tenía. En ese aspecto, me voy tranquilo
y con la cabeza alta. No he escatimado esfuerzos, ni energía”. “Sé que estaba en
un club en el que la exigencia en estos momentos es muy grande y sabía que
tenía más para perder que para ganar. En cuanto las cosas no fueran bien, sabía
que esto podía pasar y asumo la responsabilidad”, ha sentenciado.
Garitano, en un entrenamiento en los anexos. Foto: www.realvalladolid.es |
Garitano ha recordado que “la Segunda División está
ahora mismo muy desequilibrada en cuanto a nombres de equipos, de
instituciones, de historia, pero en cuanto a plantillas, a posibilidades, está
muy igualada”. No obstante, no duda en la capacidad del Real Valladolid para salir
de la zona baja y competir por objetivos mayores:
“Le deseo lo mejor al Real Valladolid. Y,
evidentemente, deseo, y creo, que, conmigo o sin mí, este equipo va a ir para
arriba”.