domingo, 18 de octubre de 2015

La Llagostera le abre la puerta de salida a Garitano

Segunda derrota consecutiva y quinta jornada sin ganar, con apenas tres puntos sobre quince. Nuevo ridículo del Real Valladolid, que cae en puestos de descenso a Segunda B. Los gerundenses se adelantaron ya a los dos minutos, por medio de Juanjo, tras otro clamoroso error defensivo blanquivioleta. Masó, en propia puerta, igualó en el arranque del segundo periodo. Los últimos veinte minutos fueron de claro color local, con dos mazazos de Benja y Juanto. Javi Moyano, en pleno desconcierto, se autoexpulsó en el tiempo extra.

Javi Moyano y Juan Villar, ante una de las tres celebraciones de la Llagostera.
Fotos: www.realvalladolid.es
Garitano no seguirá. Carlos Suárez, que se marchó volando del Nou Palamós acompañado por el secretario técnico, Braulio Vázquez, lo comunicará oficialmente mañana, lunes, ya en Valladolid. La cuerda se romperá por el extremo más fácil y habitual en el mundo del fútbol. La destitución de Garitano tampoco es que sea injusta. El técnico vizcaíno no ha conseguido enderezar la marcha de un equipo en caída libre. Pero hay más culpables e incluso responsables mayores (jugadores, presidencia y secretaria técnica) de una situación inesperada y casi inaudita.

El Real Valladolid ya está en puestos de descenso a Segunda B. La última vez que se vio tan abajo en la categoría de plata fue en la primera jornada de la temporada 1979/80 tras encajar tres goles en Granada. Una anécdota, la campaña acababa de arrancar. De hecho, aquel Real Valladolid de Eusebio Ríos subió a Primera. Habría que retroceder hasta la temporada 1975/76 para encontrar a un Real Valladolid tan vulgar. Con el uruguayo Héctor Núñez en el banquillo, tocó fondo en la undécima jornada tras perder en Castellón. Cayó a zona de descenso. Núñez conservó el puesto y el equipo reaccionó e incluso peleó por el ascenso.

Cuesta imaginar que, cuatro décadas después, pueda repetirse la misma remontada con los actuales mimbres. Los blanquivioletas, con dos derrotas consecutivas (Oviedo, en Zorrilla, y Llagostera) y cinco jornadas sin ganar (hay que añadir los empates a domicilio en Soria y Huesca y en casa ante el Nàstic), han sumado apenas tres puntos sobre quince desde que vencieran con apuros (1-0) al Bilbao Athletic. El Real Valladolid de Gaizka Garitano es un equipo roto, con enormes problemas en defensa y en la creación de juego. Una plantilla, diseñada supuestamente para volver a Primera, pero con carencias tan grandes que obligan a pensar en objetivos más modestos pero, a la vez, imprescindibles para la supervivencia del club: la permanencia en Segunda.

Garitano, aunque no existiera un ultimátum público, llegaba muy cuestionado a Palamós. Se jugaba el puesto ante un rival humilde, que juega incluso en un estadio prestado porque el suyo no cumple las exigencias de la Liga. A Garitano solo le valía una victoria y, tal vez, un empate con una buena imagen. Con una derrota (3-1), con unos pésimos veinte minutos finales, su continuidad se antoja una quimera. La afición ya ha recriminado a Carlos Suárez su pereza en las dos últimas temporadas avalando hasta la última jornada a Juan Ignacio Martínez, en pleno camino a Segunda, y Rubi, con un equipo lleno de dudas para subir. Zorrilla no perdonará un tercer indulto en el banquillo. Hace falta un cambio, y empieza por el entrenador.

Marcelo Silva, que estuvo lamentable, se tira al suelo antes de tiempo.
Hermoso estuvo bien en el primer periodo, pero desapareció tras el descanso.
Manu del Moral, de lo poco salvable en Palamós.
Quien llegue a Zorrilla no lo tendrá fácil. Heredará un equipo escasito de confianza y calidad, afanado en parecer cada jornada más malo de lo que es. El Real Valladolid ya perdía a los dos minutos tras otro fallo defensivo propio de categoría alevín. Marcelo Silva se tragaba un saque de banda de la Llagostera al corazón del área. Samuel completaba el despropósito marcando de lejos a Juanjo, que tuvo tiempo para controlar con el pecho y fusilar a Kepa. No es precisamente una buena señal que un equipo herido vaya a remolque a los dos minutos.

La Llagostera, que ya sorprendió al Real Valladolid de Rubi en Palamós y en Zorrilla, jugó su partido. Replegada en defensa y saliendo con rapidez a la contra. Y esperando a los fallos del rival. El plan le servía para ir ganando. Imaz, a los cuatro minutos, rozó el segundo de la tarde ante un Real Valladolid frustrante. Garitano, tras dos malos partidos de Timor como central, recuperaba una pareja de centrales puros: Marcelo Silva-Samuel. Pero la mejoría defensiva no apareció. Este Real Valladolid ha sido confeccionado por el enemigo, con una defensa sin nivel para competir a alto nivel en Segunda.

El desaguisado continúa unos metros más adelante. Garitano recuperó la pareja de mediocentros (André Leão-Timor) que fue inamovible en el once titular en las cinco primeras jornadas. Álvaro Rubio volvió al banquillo y no disputó ni un solo segundo. Tampoco el otro peso pesado del vestuario, Óscar, descartado a última hora por unas desconocidas molestias en la espalda que, según el club, había arrastrado durante toda la semana. André Leão y Timor, que lo dejaron bien clarito en el año de Rubi, evidenciaron otro partido más su mediocridad a la hora de armar la ofensiva blanquivioleta.

Con el marcador a favor, la Llagostera regaló la posesión del balón. El Real Valladolid no lo aprovechó, aunque dispuso de tres buenas opciones en el segundo cuarto del partido: Rodri no llegaba para empujar, en boca de gol, un centro de Hermoso; Ratti, que debutaba en Segunda, desviaba una falta lateral de Hermoso; y otra vez Ratti sacaba una espectacular mano, en el minuto 28, a un cabezazo a bocajarro de Juan Villar tras una buena jugada de Manu del Moral. Sin jugar bien, el Real Valladolid tenía opciones para empatar ante una Llagostera que lo fiaba todo a la defensa y cazar una contra. Antes del descanso, Juanto estrellaba un remate contra la red exterior de la portería de Kepa.

Nico Ratti, que debutaba en la Liga Adelante, estuvo muy bien en la Llagostera.
Kepa intenta evitar un nuevo gol de la Llagostera.
El tiempo se acababa para Garitano. Masó concedió una oportunidad al técnico vizcaíno. La suerte se aliaba con el Real Valladolid. Un remate en semifallo de Manu del Moral, el mejor blanquivioleta en Palamos, sobre todo en el segundo tiempo, acababa en el fondo de la red tras un desvío de Ratti que golpeó en Masó. Empate y respiro para el Real Valladolid y Garitano, con más de media hora por delante para ir a por la victoria.

Lo que se encontró, sin embargo, fue algo bien distinto. La Llagostera, que manejó en todo momento el ritmo que más le convenía en cada fase del encuentro, se lanzó arriba. Y encontró premio con facilidad en unos últimos veinte minutos que desnudaron todas las carencias del Real Valladolid: penoso en defensa, inexistente en el mediocampo y con la pólvora mojada en los últimos metros. Imaz avisó, en el minuto 71, tras otra tragada de la zaga blanquivioleta, esta vez de Samuel. Kepa, hasta ahora el baluarte de la defensa del Real Valladolid en esta temporada, se sumó al despropósito y regaló un balón que Imaz tampoco aprovechó. El error del meta estuvo cerca de venir acompañado por un penalti.

Pero la Llagostera ya no perdonó a la tercera. Tenía el partido en su mano. Benja ridiculizó a Moyano y Silva y marcaba el 2-1 a once minutos del final. El drama estaba preparado, más aún después de que Ratti, en la jugada posterior, se sacara de encima un remate de Juan Villar en el área pequeña. La derrota era un hecho. Juanto culminaba en el minuto 89 una jugada colectiva de la Llagostera ante una defensa blanquivioleta que clamaba piedad. Moyano, ya en el tiempo extra, la exigió de malas formas con una agresión a Samu que le valió la roja.

Lo que mal había empezado, con un gol a los dos minutos, terminaba peor, con un 3-1, una roja y una segunda derrota consecutiva, y quinta jornada sin ganar, que empuja a Gaizka Garitano a la cola del paro. Decisión necesaria que, de cualquier manera, no explica, ni resuelve, todos los males del peor Real Valladolid en cuarenta años.

Alineaciones:

Llagostera 3: Nico Ratti; Masó, Fran Cruz, Jorge García, Samu; Pitu (Emilio Sánchez 65’), Escassi (Chus Herrero 83’), Giva, Imaz; Juanto y Juanjo (Benja 59’).

Real Valladolid 1: Kepa; Javi Moyano, Samuel, Marcelo Silva, Hermoso; André Leão, Timor (Pedro Tiba 79’), Guzmán (Mojica 68’), Juan Villar, Manu del Moral; y Rodri (Diego Rubio 65’).

Goles:

1-0 (min. 2). Saque de banda de la Llagostera en el costado izquierdo de ataque del equipo catalán. Samu la pone en el corazón del área pequeña del Real Valladolid. Marcelo Silva se come escandalosamente el balón. El uruguayo salta a destiempo. Samuel marca por detrás y de lejos a Juanjo, que controla con toda la tranquilidad del mundo con el pecho y fusila con la izquierda a Kepa.

1-1 (min. 56). Jugada individual de Guzmán, que avanza en horizontal desde la banda izquierda hasta la frontal. Abre a la derecha a Manu del Moral, que dispara en semifallo. Ratti despeja con la mala suerte de que el balón golpea en el área pequeña en Masó, estorbado por Rodri, que marca en propia puerta.

2-1 (min. 79). Contra de la Llagostera. El balón llega a Benja, que recorta a Javi Moyano en la frontal, deja pasar a Moyano y Marcelo Silva y se acomoda el esférico para soltar un gran derechazo en parábola, sobre la línea del área del Real Valladolid, que supera a Kepa.

Juanto, a punto de cerrar el partido con el definitivo 3-1.
3-1 (min. 89). Giva asiste en profundidad a Imaz, que rompe escandalosamente a Marcelo Silva, que se va a suelo. Imaz conduce el balón dentro del área. Juanto, que sigue la jugada, remata con la derecha cerca del punto de penalti.

Árbitro: Cuadra Fernández (colegio balear). Expulsó, por doble cartulina amarilla de forma consecutiva, a Javi Moyano (92’), por el Real Valladolid. Amonestó también a Jorge García (25’), Juanjo (54’), Benja (60’) y Chus Herrero (84’), por la Llagostera, y a Juan Villar (34’), Diego Rubio (35’, en el banquillo), Timor (52’) y Mojica (75’), por el Real Valladolid.

Incidencias: 9ª jornada de la Liga Adelante. Nou Municipal de Palamós. 2.082 espectadores.


Las notas:

Kepa (4): Volvió al once tras su ausencia ante el Real Oviedo, convocado por la selección española sub 21. Encajó tres goles por segunda vez en la temporada. Ya ocurrió en Ponferrada. Poco pudo hacer en los tres goles de la Llagostera. Se contagió de los fallos de la zaga y estuvo a punto de regalar un gol a Imaz tras un mal control. El guardameta casi zancadilleó, además, al jugador de la Llagostera dentro del área.

Javi Moyano (1): Expulsado en el tiempo extra. Se le fue la cabeza tras una clara patada a Samu. Moyano completó el error recriminando la acción al defensa de la Llagostera, que estaba en el suelo. Agresión, y roja. Como toda la defensa, mal. Se comió un recorte de Benja en la jugada del 2-1. Aportó menos en ataque que en jornadas pasadas.

Samuel, que estuvo mal en defensa, controla un balón.
Samuel (1): Horroroso. Falló ya a los dos minutos marcando de lejos a Juanjo, que tuvo tiempo de sobra para controlar con el pecho y fusilar a Kepa en el área del Real Valladolid ante un contemplativo Samuel. Lento, algo que no se puede arreglar porque forma parte de sus características como jugador, y a menudo mal colocado, algo que sí se puede y se debe trabajar. No se entiende con Marcelo Silva.

Marcelo Silva (1): Catastrófico. El uruguayo, que había sido de lo más destacado en el arranque de Liga, ha regresado fatal desde que se perdiera la visita a Huesca por problemas musculares. Dos lamentables partidos ante Oviedo y Llagostera. Se comió un saque de banda, saltando mucho antes de tiempo, en la jugada que originó el primer gol catalán. Volvió a fallar en los otros dos tantos. Se pasó, junto con Javi Moyano, de frenada en el recorte de Benja, anterior al 2-1. Y, en el 3-1, se fue al suelo tras un recorte de Imaz.

Hermoso (3): Volvió al once tras la suplencia ante el Real Oviedo. Hizo una correcta primera mitad, con bastante presencia ofensiva subiendo con peligro la banda. Al cuarto de hora, colocó un soberbio centro que Juan Villar no acabó de conectar en el primer palo y al que Rodri, absolutamente solo, no llegó en el segundo. Cinco minutos después, Ratti le sacó una peligrosa falta lateral directa. En defensa, sufrió. No cometió los groseros errores de sus compañeros de línea, pero se vio también superado por la intensidad y rapidez de la Llagostera en la recta final.

André Leão (1): Se sabe que juega porque aparece en la alineación. Un jugador totalmente intrascendente. Ante la Llagostera, hizo lo de siempre: nada. No creó juego, algo que no ha hecho desde que llegó al Real Valladolid, y tampoco aportó en la contención. Si la Llagostera se acercó con tanta facilidad a las inmediaciones de Kepa fue, entre otros motivos, por el nulo despliegue del portugués. A los cinco minutos, remató mansamente a las manos de Ratti un disparo lejano.

Timor (2): Desaparecido. Sin rastro de un jugador cuya mejor virtud es la intensidad en el césped. Abandonó la zaga, donde fue un coladero en Huesca y contra el Oviedo, para volver al mediocampo, junto con André Leão. Una pareja que no funciona a la hora de generar fútbol, pero tampoco a la hora de destruir el juego del rival. Tuvo un pique con Juanjo que resolvió Oriol Alsina, el técnico de la Llagostera, mandando al delantero al banquillo.

Guzmán (2): Es un jugador que, al menos por lo que se ha visto en el Real Valladolid, solo puede actuar como revulsivo saliendo desde el banquillo. Como titular, decepciona. Apareció poquísimo. Su única acción destacada originó la jugada del empate a uno.

Juan Villar se lanza al suelo para parar a Fran Cruz.
Juan Villar (3): La ausencia de Óscar se cubrió con el onubense como mediapunta, si bien con mucha movilidad con Guzmán y, sobre todo, Manu del Moral. Enredado en demasiadas, e innecesarias, discusiones arbitrales. Hay que reconocer que tiene olfato de gol. Suyas fueron las dos mejores aproximaciones en el primer periodo. No acabó de conectar un buen centro de Hermoso al cuarto de hora. En el minuto 28, Ratti sacó una gran mano tras un cabezazo a bocajarro de Villar.

Manu del Moral (5): Le costó entrar en juego. Cuando lo hizo, se apreció que es un jugador con calidad. Casi a la media hora de juego, ganó la línea de fondo dentro del área para regalar el gol a Juan Villar. Ratti evitó el tanto. En el segundo periodo, Del Moral intentó sujetar a un equipo que se caía a pedazos. Participó en la jugada del empate, con un remate en semifallo que despejó Ratti con mala suerte: impactó en Masó y fue gol.

Rodri (2): Delantero sin gol. Y sin remate. Por segundo partido consecutivo, no disparó ni una sola vez. Pelea en el campo, pero evidencia que le falta mucha calidad. Al cuarto de hora, no tuvo fe en un centro de Hermoso. Rodri, absolutamente solo en el segundo palo, no se lanzó a por el balón. Se marchó al banquillo con un considerable cabreo.

Diego Rubio salta con el exblanquivioleta Chus Herrero.
Diego Rubio (1): Su acción más destacada ocurrió en el banquillo. El chileno vio una amarilla por protestar. No jugaba desde hace tres jornadas. Fue el primer cambio de Garitano, cuando relevó a Rodri a 25 minutos del final y con empate a uno. No le llegaron balones. Desaparecido.

Mojica (1): Fuera de sitio. El colombiano comenzó en el banquillo. Salió por Guzmán en el minuto 68. Las convocatorias con su selección distraen a un Mojica que tampoco es que haya comenzado bien el curso.

Pedro Tiba (2): Suplente inexplicable, más aún con Óscar descartado. Salió con el marcador en contra (2-1), con un Real Valladolid tocado. Poco pudo hacer.

Garitano protesta en el banquillo tras la amarilla a Diego Rubio.
Garitano (1): Superado. En Palamós, salvo sorpresa, debe haber escrito sus últimas líneas como entrenador del Real Valladolid. No puede con la situación. El equipo va cuesta abajo y sin frenos, como demuestran los números: cinco jornadas sin ganar, tres puntos sobre quince, dos derrotas consecutivas con seis goles encajados y zona de descenso. No es culpable de los múltiples errores individuales, pero tampoco encuentra soluciones. Incomprensible la confianza en André Leão y la desconfianza en Pedro Tiba. Sorprendente también que el canterano Ángel haya pasado de titular a no ir ni convocado. Extrañas las ausencias de los dos pesos pesados de la plantilla: Álvaro Rubio y Óscar.