jueves, 22 de octubre de 2015

¿Por qué cayó Garitano y qué tiene que hacer Portugal?

La clasificación, con el equipo en puestos de descenso, la mala racha, con cinco jornadas consecutivas sin ganar, los bandazos técnicos y tácticos, la discutible relación con la plantilla, el mal juego y el recuerdo de JIM y Rubi.

Garitano, en el primer encuentro de Liga ante el Córdoba.
Fotos: www.realvalladolid.es
1. La clasificación.

Habría que retroceder hasta la temporada 1975/76 para encontrar a un Real Valladolid tan vulgar. Con el uruguayo Héctor Núñez en el banquillo, tocó fondo en la undécima jornada tras perder en Castellón. Cayó a zona de descenso. Núñez conservó, sin embargo, el puesto. El equipo reaccionó e incluso peleó por el ascenso. Llegó a colocarse segundo al final de la primera vuelta y concluyó la temporada en cuarta posición, a cuatro puntos de Primera.

El Real Valladolid, un candidato, en teoría, al ascenso, cayó a los puestos de descenso a Segunda B tras la derrota en Palamós ante la Llagostera. Una situación inesperada y preocupante que ha disparado todas las alarmas en la afición y la presidencia. El club sería inviable en Segunda B. El descenso supondría la desaparición del Real Valladolid. El club carecería en la categoría de bronce del fútbol español de los recursos económicos necesarios para afrontar el calendario de pagos establecido tras salir del concurso de acreedores.

Garitano se sentía capacitado para sacar al Real Valladolid del pozo porque tenía “mucha fuerza, ganas y motivación para seguir adelante”. No obstante, “entiendo que la situación del equipo en estas pocas jornadas no es la que se esperaba y normalmente en estos casos el que lo paga es el entrenador”.

La permanencia es el objetivo mínimo e imprescindible para Miguel Ángel Portugal. Actualmente, el Real Valladolid, cuarto por la cola en la tabla, está empatado, con nueve puntos, con Albacete, Tenerife y Mallorca. Los dos primeros están fuera del descenso. A poco que mejore, el Real Valladolid no debería tener problemas para conseguir la permanencia.

Aún hay tiempo para escalar posiciones. El ascenso directo sí se ha escapado demasiado, con Osasuna y Córdoba con diez puntos más. Una brecha que sería insalvable en la segunda vuelta, pero sí corregible, aunque nada fácil, a estas alturas del curso. El playoff está más cerca, a cinco puntos. Para el Real Valladolid, visto el mal comienzo, sería un éxito jugarse el ascenso en el playoff.

Pero primero, y lo más importante, la permanencia.

2. Cinco jornadas sin ganar.
“Había que cambiar una dinámica que no estaba siendo positiva y se analizó durante muchísimo tiempo hasta que decidimos cambiar de entrenador”, ha explicado Carlos Suárez.

Miguel Ángel Portugal, en el banquillo de Zorrilla.
El Real Valladolid no gana desde el 12 de septiembre, mes y medio, al Bilbao Athletic. 
La última derrota llegó en Palamós ante la Llagostera.
El Real Valladolid no había convencido en las cuatro primeras jornadas pero, al menos, había sumado dos victorias en Zorrilla ante Alcorcón (2-0) y Bilbao Athletic (1-0). Desde entonces, tres empates y dos derrotas, en los últimos dos encuentros. Un pobre saldo de tres puntos sobre quince posibles.

“Habíamos hecho una gran pretemporada, cogiendo los conceptos que yo quería antes de tiempo. En pretemporada, el equipo funcionó bien. Empezamos la Liga con mucha confianza. El partido de Córdoba (derrota por 1-0) ya no nos salió como queríamos y el equipo anímicamente se vino un poco abajo”. “Para nosotros era muy importante arrancar bien, por el club en el que estamos y por toda la gente nueva. Era clave arrancar bien”, ha explicado Garitano sobre el devenir del Real Valladolid.

La clasificación no es el único problema. El Real Valladolid está en caída libre, con una imagen lamentable en el césped. “El equipo tiene una falta de confianza brutal”, ha incidido el secretario técnico, Braulio Vázquez. Hacía falta un revulsivo. Suárez y Vázquez han tirado de lo más sencillo, y habitual, en el mundo del fútbol: cambiar al entrenador antes que a toda la plantilla.

Miguel Ángel Portugal debe ser ese revulsivo que revierta el juego y los resultados del conjunto castellano. Para eso se le ha traído. “El mensaje a la plantilla es ganar. Después ganar. Después ganar. Y a partir de ahí, cambiar el estado anímico. Eso se consigue sabiendo jugar para ganar”, ha subrayado Portugal.

Garitano es el séptimo entrenador destituido en la era Suárez tras Fernando Vázquez (27 de abril de 2004, a cuatro jornadas de acabar el campeonato, en Primera División), Sergio Kresic (30 de marzo de 2005, con doce partidos por jugar, en Segunda División), Marcos Alonso (19 de febrero de 2006, con apenas cuatro encuentros disputados en la segunda vuelta, en la categoría de plata), José Luis Mendilibar (1 de febrero de 2010, en la primera jornada de la segunda vuelta, en Primera), Onésimo (5 de abril de 2010, tras dos meses en el cargo, en Primera) y Antonio Gómez (29 de noviembre de 2010, tras catorce partidos, en Segunda División).

El cambio de entrenador no siempre ha servido como revulsivo. Solo Marcos Alonso, que relevó a Kresic, y Alfredo Merino, que sustituyó a Alonso una temporada después, debutaron con una victoria. De los seis cambios de técnico anteriores, el único que cumplió fue Abel Resino, en lugar de Antonio Gómez, clasificando al equipo para el playoff de ascenso. A Clemente le faltó tiempo. Quizás hubiera podido salvar al Real Valladolid con una destitución más rápida de Onésimo.

3. Variantes técnicas y tácticas.

Garitano no ha dado con el once y, en especial en las últimas cinco jornadas, ha dado muchos bandazos en la alineación. Solo Kepa, Javi Moyano (tras ganarle el puesto a Chica), Marcelo Silva, Timor, André Leão y Rodri eran titulares fijos.

Juanpe, de titular a la grada y de la grada a titular y otra vez a la grada.
Pedro Tiba, con menos protagonismo del deseado.
Hay casos muy evidentes. Álvaro Rubio pasó de jugar apenas una hora, siempre saliendo desde el banquillo, en las cinco primeras jornadas a ser titular en los tres partidos posteriores y regresar, de nuevo, a la suplencia. Mientras, Juanpe comenzó como titular indiscutible. Las expulsiones en Ponferrada y Oviedo, en la Copa, le mandaron al banquillo. Volvió ante el Nàstic y el Huesca y se quedó en la grada ante el Oviedo. Hermoso, que había sido fijo hasta el encuentro ante el Oviedo, perdió el puesto ante el canterano Ángel y lo volvió a recuperar ante la Llagostera. Por último, Pedro Tiba solo ha sido titular en Soria. Jugó bien y se quedó en el banquillo en la jornada siguiente.

“He dado todo lo que tenía. En ese aspecto, me voy tranquilo y con la cabeza alta. No he escatimado esfuerzos, ni energía”. Nadie niega el trabajo a Garitano, pero lo cierto es que las soluciones que ha aportado cuando los resultados han dejado de mitigar el mal juego, que siempre ha acompañado al equipo, el técnico vasco no ha acertado con la tecla.

Miguel Ángel Portugal necesita recuperar a toda la plantilla, implicar a todos los jugadores, pero también crear un once tipo desde el cual impulsar al Real Valladolid: “No me gusta entrar como el caballo de Atila, me gusta entrar como el caballo de Troya. Poco a poco para ir desarrollando mis conceptos”.

4. El vestuario.

“Tenía también muy buen ‘feeling’ con los futbolistas, un apoyo del vestuario (…). Me he encontrado con un grupo humano fenomenal”. Garitano ha rechazado que tuviera una mala relación con el vestuario y la presidencia. No obstante, la relación con los dos pesos pesados del Real Valladolid, Álvaro Rubio y Óscar, no parece que haya sido la mejor. Rubio, que empezó como suplente, y Óscar fueron los sacrificados, en el descanso, en el partido contra el Oviedo. El riojano estuvo en el banquillo en Palamós. Óscar, que viajó, se quedó en la grada por unas presuntas molestias en la espalda. Una excusa del club para esconder que se había quedado fuera del once y del banquillo.

Portugal necesita a los veteranos, como Álvaro Rubio.
Óscar ha sido el hombre clave del vestuario en los últimos años.
Portugal necesita a Rubio y Óscar a pleno rendimiento. Y no solo por lo que puedan aportar en el césped. La plantilla no destaca por tener un pasado extenso en Zorrilla. Chica, André Leão, Timor, Alfaro y Samuel, con solo dos temporadas en el Real Valladolid, son veteranos en el vestuario.

5. La calidad de los jugadores.

“Creo que, conmigo o sin mí, este equipo va a ir para arriba”. Garitano, en su despedida, no ha dudado de la calidad de la plantilla. Tampoco Carlos Suárez: “Los jugadores pueden aportar mucho más de lo que están dando, no son de medio pelo. Esto no es un cementerio de elefantes. Hay jugadores de muchísima calidad y un huevo donde rascar”.

Óscar, antes de la destitución de Garitano, tampoco cuestionaba la plantilla: “No estamos demostrando lo que deberíamos demostrar. Hay buenos jugadores, no creo que sea un problema de calidad, es un problema mental. El punto de inflexión será una victoria”.

Pero la calidad de la plantilla está muy en entredicho, con todas las miradas centradas en Carlos Suárez y Braulio Vázquez tras un verano en el que se perdieron muchos objetivos, se supone que por falta de dinero (aunque algunos han acabado en equipos del mismo perfil que el Real Valladolid), y con un grupo cerrado a última hora. Los fichajes no están funcionando salvo excepciones: Kepa y Juan Villar.

Los fallos defensivos son constantes y, cada partido, mayores en número y gravedad. No convencen ni Marcelo Silva, ni Juanpe, ni Samuel. Tampoco soluciones como Timor en el eje de la zaga. Los laterales (Moyano, Chica y Hermoso) ofrecen también dudas defensivas.

El mediocampo, donde lleva fallando el Real Valladolid desde el final de la era Djukic, sigue sin funcionar. El club no reforzó una posición en la que solo el veterano Álvaro Rubio aporta calidad. André Leão es un fiasco de primer nivel. Arriba, con una línea completamente renovada, la pólvora está mojada. No hay un Javi Guerra o Roger que garantice goles.

JIM tuvo la temporada entera para salvar, y fracasar, al Real Valladolid en Primera.
El Real Valladolid se quedó con Rubi en el playoff.
El reto de Portugal es demostrar que esta plantilla no es tan mala como ha parecido en las nueve jornadas del campeonato. No es tarea sencilla. Solo la portería, con Kepa, funciona a un buen nivel. Portugal debe recuperar la solidez defensiva, demostrar que, al menos hasta el mercado de fichajes de invierno, se puede contar con Silva, Juanpe y Samuel. El reto pasa a la siguiente línea, el mediocampo. El Real Valladolid de Garitano no tenía un patrón de juego. El equipo no controlaba los partidos.

6. JIM y Rubi.

Garitano ha pagado, en parte, los platos rotos de JIM y Rubi. Carlos Suárez se arriesgó y mantuvo hasta el final, con una parte importante de la afición en contra, a ambos técnicos. Falló. El Real Valladolid bajó a Segunda con JIM y no consiguió el ascenso con Rubi. Con Garitano, no ha querido arriesgarse.

Miguel Ángel Portugal tiene la oportunidad de demostrar que esta vez sí ha acertado con el relevo en el banquillo.