lunes, 22 de abril de 2013

La Bundesliga desafía a la Liga

Bayern de Munich y Borussia de Dortmund recibirán en suelo alemán a, respectivamente, Barça y Real Madrid. Dentro de una semana, la vuelta de las semifinales será en España para decidir los dos finalistas de la Champions League.

Los jugadores del Bayern celebran uno de sus cuatro goles
a la Juventus en la eliminatoria de cuartos.
Al igual que en la economía, Alemania aspira a ser nuestro desvelo en el deporte rey. El fútbol germano desafía al español en las semifinales de la Liga de Campeones. Bayern de Munich y Borussia de Dortmund son los últimos obstáculos para celebrar una final cien por cien española. Hace trece años, en el Stade de France de París, Real Madrid y Valencia se jugaron el título. El reto es repetir el próximo 25 de mayo en Wembley y con los dos grandes clubes del fútbol español. Sería una cita histórica. Nunca antes Real Madrid y Barça han disputado entre ellos una final de la Liga de Campeones o de la antigua Copa de Europa.

Pero antes habrá que superar un duro doble enfrentamiento contra Bayern, en el caso del Barça, y Dortmund, para el Real Madrid. El fútbol alemán es una seria amenaza para una final española. Y, en especial, el Bayern. El equipo de Munich tiene ya la Bundesliga en el zurrón y jugará la final de Copa ante el Stuttgart el próximo de 1 de junio en Berlín. Pero el gran objetivo es Europa. El quinto título se resiste. El cuádruple campeón de Europa (años 1974, 1975, 1976 y 2001) ha conocido tres duros reveses. Dos de ellos, además, han sido muy recientes.

Al Bayern se le escapó el título en 1999 ante el Manchester United en una final trepidante en la que los ingleses remontaron con dos goles en el tiempo de prolongación. El choque se jugó en el Camp Nou. En otro escenario español, el Santiago Bernabéu, el Bayern cayó ante el Inter hace tres temporadas. El último varapalo, el más doloroso, ocurrió en la pasada edición de la Liga de Campeones. Un ultradefensivo Chelsea se proclamaba campeón en la tanda de penalties en una final celebrada en el Allianz Arena, el hogar de los bávaros.

El orgullo del Bayern no puede soportar más derrotas. La Liga de Campeones se ha convertido en una obsesión. Llega en forma tras arrasar a la Juventus en cuartos por un resultado global de 4-0. Pero se le puede ganar. Esta misma temporada, ha perdido dos encuentros en la máxima competición continental. El primero en la fase de grupos: 3-1 ante el casi desconocido BATE Borisov. El segundo, más reciente, en Munich en la vuelta de los octavos de final ante el Arsenal (0-2). Los alemanes pasaron a cuartos ya que habían ganado en Londres (1-3).

Las semifinales de esta Liga de Campeones que se han convertido en un duelo hispano-alemán se abrirán este martes (20.45 horas, La Primera) en el flamante Allianz Arena. El Bayern recibirá a un Barça que lidera con autoridad la Liga, con el campeonato prácticamente asegurado, pero que tiene lagunas en su juego, en especial cuando no cuenta con la presencia de Leo Messi. El fútbol potente y vertiginoso alemán se medirá el fútbol de elaboración y toque del Barça.

Heynckes tiene bajas. La más importante es la de Toni Kroos, que se lesionó con una rotura de fibras en la ida de los cuartos ante la Juve. El técnico del Bayern tampoco cuenta con Badstuber. El defensa está fuera del equipo desde diciembre debido a una fractura de ligamentos cruzados en su rodilla derecha. La tercera baja, por sanción, afecta a la delantera: el croata Mario Mandzukic. Mario Gómez, una pesadilla en las semifinales del pasado año contra el Real Madrid, y Pizarro se disputarán el puesto. “El lunes decidiré quién estará en la delantera. Los dos podrían cumplir perfectamente en los mejores equipos de Europa”, ha adelantado Heynckes.

Por si hubiera poco interés en unas semifinales de Liga de Campeones, el duelo entre el Barça y el Bayern tiene un aliciente más. Heynckes, que ganó el título en 1998 como entrenador del Real Madrid, no seguirá en Munich en la próxima temporada. El Bayern ha elegido a Pep Guardiola como su sustituto, precisamente el emblema culé del gran Barça del último ciclo. De momento, Guardiola ha optado por el silencio. Heynckes no ha ocultado su malestar ante las preguntas de los periodistas: “¿Llamar a Pep? Respeten mi trabajo, no necesito a nadie para preparar un partido”.


Messi, la esperanza blaugrana para llegar a una final casi imposible.
El Barça tiene, por su parte, sus propios problemas. El conjunto de Tito Vilanova ha perdido magia. Su fútbol de elaboración y toque se ha vuelto previsible y solo adquiere contundencia cuando el balón llega a los pies de Andrés Iniesta y, sobre todo, de Leo Messi. El argentino tuvo que retirarse al descanso del partido de ida de cuartos contra el PSG, con un pinchazo en el bíceps femoral derecho. Las alarmas saltaron en Can Barça. Messi estaba roto. Al final, todo se resolvió con una semana de descanso. El argentino tuvo incluso que salir, cual Cid Campeador, desde el banquillo en el choque de vuelta ante los franceses, que ganaban 0-1 y se encontraban entonces en las semifinales. Y, con Messi en el campo, salvaron la papeleta. El argentino jugará al cien por cien contra el Bayern.

Y el Barça necesitará a un Messi en estado de gracia. La trayectoria del club catalán en la Liga de Campeones no es la de un futuro finalista. El Barça cayó en la fase de grupos ante el Celtic (2-1) en Glasgow y ha tenido dos serios avisos en octavos y cuartos. El Milan, con un 2-0 en San Siro, obligó a una machada en Barcelona (4-0). El PSG, con un 2-2 en París y un virtual 0-1 en el Camp Nou, estuvo durante más de veinte minutos en semifinales. Pedro, tras jugada de Messi, empató (1-1).

Las dudas en el juego del Barça son evidentes cada fin de semana en la Liga. Ha perdido fluidez y, sobre todo, muchísima profundidad. Xavi acusa el paso de los años y está firmando una temporada irregular. Busquets se encuentra en su peor versión. Cesc, pese a sus goles, sigue desubicado en el campo. Piqué no es el muro de otras temporadas. Y arriba solo Messi tiene verdaderamente gol, con Villa lejos de sus mejores días y Pedro alternando buenas y malas actuaciones. Valdés ha sido en no pocas ocasiones, como en la eliminatoria ante el PSG, el salvador del Barça compartiendo galones con la ‘pulga’.

Vilanova tendrá, además, que solucionar un problema de efectivos en retaguardia, precisamente uno de los aspectos del juego donde más claro es el menor rendimiento del actual Barça. Sin los lesionados Mascherano y Puyol y el sancionado Adriano, Piqué busca pareja de central. El feliz regreso al fútbol de Abidal puede ser la solución. El canterano Fontás no parece estar aún a la altura de unas semifinales de la Liga de Campeones.


El tetragoleador Lewandowski, pesadilla del Real Madrid.
El segundo duelo hispano-alemán comenzará también en terreno germano, en Dortmund. El Real Madrid visitará este miércoles (20.45 horas, Canal Plus) el histórico Westfalenstadion, convertido ahora en Signal Iduna Park. Será la segunda vez en esta temporada. En la fase de grupos, ya se vieron las caras. En Dortmund, los alemanes ganaron (2-1). En el Santiago Bernabéu, a punto estuvieron de repetir resultado (2-2). Un alemán de origen turco, Özil, empató a un minuto del final. El Dortmund fue superior, más que por el resultado por la sensación del juego. Los alemanes, muy verticales y rapidísimos, desbordaron por momentos al equipo de Mourinho.

El Borussia, campeón en 1997, quiere reverdecer laureles en Europa. Tras dos Bundesligas consecutivas, ha centrado su atención en esta temporada en la Liga de Campeones. Más que ningún otro equipo germano, incluido el Bayern, representa la evolución del fútbol alemán hacia un sistema más ofensivo y técnico. Jürgen Klopp, el excéntrico y deslenguado, aunque eficaz, entrenador del Dortmund, cuenta con una plantilla con jóvenes promesas que crecen partido tras partido: Götze, Reus, Gündogan y Hummels. Además, tiene a su disposición a uno de los mejores delanteros del continente: el polaco Robert Lewandowski.

En contra, el Dortmund tiene su inexperiencia, algo que se apreció con nitidez en la vuelta de los cuartos de final contra el Málaga. Tras un fenomenal partido de ida en La Rosaleda, en el que Willy Caballero impidió la victoria alemana, el conjunto de Klopp, uno de los futuribles al banquillo blanco, se arrugó por momentos en la vuelta. Tuvo miedo a la eliminación. Ese temor, no obstante, se convierte en una peligrosa tranquilidad en las semifinales. El favorito, por nombre, jugadores, historia y presupuesto, es el Real Madrid. El Dortmund no tiene nada que perder.

Para el Real Madrid, la Liga de Campeones es más que una obligación. Descolgados del campeonato nacional tras una floja primera vuelta, el posible título de Copa más la conquistada Supercopa son un botín pobre para una plantilla que cuenta con varios de los mejores jugadores del mundo. La Liga de Campeones, la ‘Décima’, salvaría más que de sobra la temporada de un club que vive convulsionado desde la llegada al banquillo de Jose Mourinho, que ha dividido a los aficionados entre admiradores y detractores. Nunca antes un entrenador del Real Madrid había suscitado tantos sentimientos encontrados. La incuestionable calidad de la plantilla y los resultados están tapando, de momento, esa brecha. Una eliminación ante el Dortmund sería desastrosa para todos los estamentos del club.


Cristiano Ronaldo buscará un milagro en el Santiago Bernabéu.
De cualquier manera, y aunque los alemanes fueron mejores en la fase de grupos, el Real Madrid es el candidato a la final. Los blancos atraviesan su mejor momento de la temporada gracias a un Cristiano Ronaldo en estado de gracia. El portugués, orgulloso y ambicioso como pocos, quiere ganar la Liga de Campeones y está tirando de un equipo que no juega bien pero que tiene muchísima pegada. En el doble enfrentamiento en la fase de grupos, la superioridad en el césped del Dortmund solo se reflejó en una victoria por la mínima en Alemania y en un empate en Madrid. Desde entonces, el Real Madrid ha mejorado en defensa con la eclosión de Varane.

Mourinho, que seguirá castigando a Iker Casillas con el banquillo, tiene las bajas de última hora de Marcelo y Modric, lesionados el pasado fin de semana ante el Real Betis. El croata resultó esencial en la eliminatoria de octavos ante el Manchester United. El técnico portugués tendrá que recomponer la defensa salvo recuperación de última hora de Essien. Con Arbeloa sancionado tras su expulsión en Estambul contra el Galatasaray, el lateral derecho está huérfano de sus inquilinos habituales en esta temporada. Sergio Ramos, previsiblemente, regresará a la banda y Pepe, con Varane, serán la pareja de centrales para, junto con Coentrao, formar una línea defensiva con la que arrancó el Real Madrid en la pasada campaña.

Serán los protagonistas del primer round del doble duelo hispano-alemán de una Liga de Campeones en la que el fútbol alemán desafía el dominio del español.