El mediapunta madrileño de
25 años ficha a coste cero por el Rayo Vallecano tras cuatro irregulares temporadas como
blanquivioleta. Ha disputado 88 encuentros oficiales, menos de la mitad como
titular (42), y ha anotado catorce goles. Un pobre bagaje para el fichaje más
caro en la historia del club: tres millones de euros. Tenía aún un año de
contrato y la ficha más alta de la plantilla junto con Manucho.
Alberto Bueno, en San Mamés en la pasada temporada. Foto: www.realvalladolid.es |
Alberto Bueno firmará este
viernes, a las 13 horas, como nuevo jugador del Rayo Vallecano de Paco Jémez. El mediapunta madrileño se ha
comprometido por dos temporadas con la entidad franjirroja y pone punto y final
a una gris trayectoria en el Real Valladolid. Bueno se marcha, a coste cero, con un rendimiento que no se corresponde con el
desembolso efectuado hace cuatro veranos. Entonces, el Real Valladolid abonó
tres millones de euros al Real Madrid para incorporar durante cinco temporadas
al jugador madrileño. Suponía, y sigue suponiendo, el fichaje más caro en la
historia blanquivioleta.
Bueno llegó con un gran
cartel. Era internacional en todas las categorías inferiores con la selección española, campeón en el Europeo de 2006, celebrado en
Polonia, en un torneo en el que, con 17 años, fue el máximo realizador con
cinco dianas. Bueno anotó los dos goles de la victoria española (2-1) ante
Escocia en la final. Era titular indiscutible en una selección dirigida por
Ginés Meléndez en la que compartía vestuario con figuras actuales como Gerard
Piqué, Juan Mata y Javi García y con futbolistas con presente blanquivioleta
(Marc Valiente) y pasado (Antonio Barragán). Bueno apuntaba a estrella. Un año
después, disputó en Canadá el Mundial sub-20 y marcó un gol en la prórroga en la victoria (4-2) ante Brasil en octavos de final.
Su progresión continuó y
consiguió debutar con la primera plantilla del Real Madrid con Bernd Schuster en
el banquillo blanco. En la temporada 2008/09, disputó dos partidos de Liga
(Getafe y Sevilla), uno de Liga de Campeones (Bate Borisov) y otro de Copa del
Rey (Real Unión), siempre como suplente. En total, 18 minutos en Liga, uno en
Liga de Campeones y media hora en Copa, su primer partido con la camiseta del Real Madrid. No
pudo tener un mejor estreno. Bueno sustituyó a Drenthe y marcó a los ocho
minutos. No tuvo, sin embargo, continuidad con la llegada en diciembre de
Juande Ramos y se marchó a Zorrilla en el verano de 2009 tras marcar dieciséis goles con el Castilla en Segunda B.
El mediapunta madrileño
reforzaba la delantera de un Real Valladolid que había perdido a Víctor, Goitom
y Ogbeche. La directiva realizó una fuerte inversión y apostó por una nueva
tripleta: Diego Costa, Manucho y Bueno. Solo el brasileño salió indemne de una
temporada aciaga que concluyó con el descenso a Segunda. Bueno tuvo una
participación residual: veinte partidos de Liga, solo siete como titular, y uno
en Copa, el choque completo de la ida de los dieciseisavos de final ante el
Real Mallorca.
Debutó como jugador del Real
Valladolid en la quinta jornada en el Ono Estadi de Mallorca. Sustituyó a Sisi
tras el descanso. Mendilibar no confió en el madrileño, al que le pesaba su
condición de fichaje estrella. Con el vasco, solo fue titular en tres partidos de
Liga (Xerez y Atlético en Zorrilla y Getafe, a domicilio). Tras la destitución
de Mendilibar, contó con más minutos con Onésimo e incluso marcó su único gol
de la temporada en la derrota (1-2), una vez más, ante el Mallorca. Con Clemente,
tuvo un papel residual: 43 minutos en cuatro partidos jugándose la permanencia en Primera.
Con el Real Valladolid en
Segunda, el club optó por ceder a Bueno al Derby County de la Segunda División
inglesa. El jugador no contaba en los planes de Antonio Gómez. Bueno se quedó
fuera de la convocatoria del primer partido de la temporada 2010/11: la visita a
Zorrilla del filial del Villarreal. Y el club le convenció para que aceptara
a última hora una cesión de un año para crecer como jugador lejos de Valladolid, donde su
rendimiento había provocado recelos en la afición. En Inglaterra, jugó 29
partidos y marcó cinco goles. Su rendimiento fue de más a menos. Empezó fuerte
y despertó incluso el interés del Wigan, pero terminó la temporada con un nivel
discreto. Bueno seguía sin explotar su talento.
Regresó a Valladolid en el verano de 2011 con el
cartel de transferible. No entraba en los planes del nuevo entrenador, el serbio Miroslav Djukic, y siempre estaba detrás el problemón de su elevada ficha. Bueno no quiso marcharse y acabó
encontrando su hueco en el equipo. Fue la mejor temporada del madrileño en su
paso por el Real Valladolid, sellada, además, con el ascenso. Disputó 33
partidos (18 como titular) y transformó siete goles.
Comenzó el campeonato a
tope. Bueno se reivindicó a Djukic con cuatro goles en las tres primeras
jornadas. Pero Javi Guerra le ganó el puesto de delantero y Óscar el de mediapunta.
Nauzet y Sisi ocupaban las bandas. Bueno ofreció minutos de calidad desde el
banquillo como principal revulsivo junto con Jofre. Su actuación seguía lejos de
su generoso sueldo pero se ganó los primeros aplausos de la afición de
Zorrilla, que no ha tenido una cariñosa relación con el madrileño, recriminado por
su escaso despliegue físico.
En el pasado verano, su alta ficha, unida a la delicadísima situación económica del club, provocaron que Djukic apartara al madrileño, junto con Manucho, para provocar su definitiva salida. Aguantó el envite y continuó en Zorrilla. Pero su cuarta temporada como
jugador del Real Valladolid, la segunda en Primera, no supuso, en cambio, su consolidación.
Bueno alternó, una vez más, buenos y malos partidos. Demasiada irregularidad
para asentarse en el once de Djukic. Jugó 32 partidos de Liga (14 como titular)
y los 180 minutos de la eliminatoria de dieciseisavos de final de Copa ante el
Real Betis.
Djukic prefirió a Óscar en la mediapunta y al canario Omar en la banda izquierda. Bueno, con cinco goles en Liga, apareció como recambio de ambos en un segundo plano de la plantilla. El madrileño, de nuevo, perdió fuelle con el paso de la temporada. Anotó dos goles en las seis primeras jornadas y se diluyó en la segunda vuelta.
Djukic prefirió a Óscar en la mediapunta y al canario Omar en la banda izquierda. Bueno, con cinco goles en Liga, apareció como recambio de ambos en un segundo plano de la plantilla. El madrileño, de nuevo, perdió fuelle con el paso de la temporada. Anotó dos goles en las seis primeras jornadas y se diluyó en la segunda vuelta.
El madrileño estaba este
verano en un escaparate que nunca ha abandonado desde que llegó a Valladolid.
Ya el año pasado estuvo a punto de marcharse al Rayo Vallecano. El fracaso del
fichaje del delantero internacional paraguayo Lucas Barrios reactivó esta misma
semana el interés franjirrojo. Bueno, que ha jugado cinco amistosos en la
pretemporada del Real Valladolid, disputó este miércoles sus últimos minutos
como futbolista blanquivioleta. Fue en Cerdeña ante el Cagliari. El epílogo de
una carrera con más bajos que altos en Zorrilla. Su elevada inversión pesó
desde el inicio como una losa que Alberto Bueno, con su frío carácter en el
césped, no supo gestionar.