El canterano, que debutó
hace tres temporadas con apenas diecinueve años con el primer equipo en Primera, tenía contrato hasta el próximo
30 de junio de 2014. Ha firmado con el Deportivo Alavés.
Lázaro, en su temporada de debut. Foto: Gonzalo Martín (www.realvalladolid.es) |
Carlos Lázaro se ha
desvinculado este martes del Real Valladolid. El canterano tenía todavía un año de
contrato, hasta el 30 de junio de 2014. Lázaro no entraba, sin embargo, en los planes
de Juan Ignacio Martínez. En la pretemporada, apenas si disputó 105 minutos
repartidos entre cuatro partidos. Lázaro no convenció al técnico alicantino en
el stage de pretemporada en San Pedro del Pinatar. El mediocentro, que estuvo
cedido en la pasada temporada en el Huesca, ya no saltó al campo en los tres
últimos amistosos ante Sporting, Cagliari y Osasuna. Ante el
Athletic, en el debut liguero, no fue convocado.
Lázaro, que ha firmado con el Deportivo Alavés por dos temporadas, cumplirá 23 años en el próximo mes de
noviembre. Es internacional sub-19 con siete presencias en la selección con
Luis Milla como entrenador, aunque no fue convocado para la Eurocopa de 2009,
celebrada en Ucrania. Natural de Olmedo, ha pasado por todos los escalones de
la cantera del Real Valladolid hasta que debutó con el primer equipo en El Sardinero
el 17 de enero de 2010. Lázaro fue titular ante el Racing y jugó los noventa
minutos en un trivote dispuesto por José Luis Mendilibar junto con Borja y
Baraja. El encuentro acabó con empate a uno. Un buen estreno con la camiseta
blanquivioleta, y en Primera División.
Jugó un total de ocho
partidos en la temporada 2009/10, seis como titular (Racing, Barcelona,
Valencia, Osasuna, Athletic y Real Madrid) y dos como suplente (Almería y
Mallorca): 575 minutos, los únicos que ha jugado con el primer equipo del Real Valladolid.
Mendilibar le dio la alternativa y Onésimo, tras la destitución del técnico vasco, siguió confiando en él. Lázaro, que
ya había tenido problemas físicos en su etapa en el Promesas, vivía el mejor momento de
su carrera hasta que llegó su gran cruz: las lesiones. El canterano se fracturó
el menisco externo de la rodilla derecha y se perdió el resto de la temporada.
No pudo luchar para mantener al equipo en Primera y empezaba un largo calvario
con las lesiones.
Ascendió a la primera plantilla en
la temporada 2010/11, pero se pasó el curso en blanco en la Liga. Disputó solo
la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el Espanyol. La mala suerte le perseguía y
sufrió un espectacular susto tras el primer partido. Lázaro acabó muy cansado y
con un cuadro de hiperventilación que le obligó a pasar, por precaución, la noche
en el Hospital Río Hortega. Se recuperó de este susto, pero no de sus problemas en
la rodilla, que se le hinchaba continuamente. Tuvo que pasar, por segunda vez,
por el quirófano. Los médicos le extirparon parte de la membrana sinovial de la
rodilla derecha. Pero el calvario no había terminado. Regresó a los
entrenamientos antes de concluir la Liga. Las molestias no desaparecían.
Los médicos blanquivioletas, con el aval de toda una eminencia como el doctor
Ramón Cugat, optaron por parar al jugador para tenerlo listo para la siguiente
temporada.
Pero Carlos Lázaro seguía
gafado. En la pretemporada 2011/12, apenas si disputó unos minutos en un
amistoso ante el Numancia. Y en octubre regresó al quirófano. El doctor Cugat
operó al vallisoletano para resolver definitivamente, con una nueva artroscopia,
la sinovitis de su rodilla derecha. Y comenzó, posteriormente, otro calvario:
la falta de minutos. Al final de la temporada, en el mes de abril, Lázaro se marchó
por primera vez cedido al Huesca, que había perdido a David Bauzá por una fractura del
ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Casualidades de la vida, la
misma lesión que Lázaro, pero en la articulación contraria. Jugó seis
partidos, solo los tres últimos como titular, con un total de 299 minutos.
Lázaro, en esta pretemporada. Foto: www.realvalladolid.es |
Lázaro necesitaba recuperar la
forma y el Real Valladolid extendió la cesión a la temporada 2012/13. En
Huesca, volvió a sentirse futbolista tras más de dos años sin continuidad por
culpa de las lesiones. Disputó 28 partidos, 25 como titular, y anotó un gol en
la victoria en el Anxo Carro de Lugo (2-4). Lázaro recuperaba sensaciones
pero no pudo evitar que el Huesca concluyera penúltimo, solo por delante del
Xerez, y descendiera a Segunda B. Su progreso sí le permitió volver a
Valladolid con la ilusión de contar con minutos en el equipo de su tierra, una
vez superados los problemas de su rodilla, para cumplir con el año de contrato
que le quedaba.
La puerta, sin embargo, se
ha cerrado. Lázaro no entraba en los planes de Juan Ignacio pese a la lesión de
Víctor Pérez, la veteranía de Sastre y Baraja y la bisoñez de Sastre. El club y
el técnico entienden que la posición está cubierta. Y el jugador ha optado por
marcharse en busca de minutos para volver a ser el mediocentro que ilusionaba
hace tres años y medio.
El Real Valladolid, en un
comunicado, agradece a Carlos Lázaro “todo
lo que ha dado al club desde que era un niño, su cariño y dedicación a esta
entidad en la que se ha formado como un gran profesional y una extraordinaria
persona y en la que siempre tendrá su casa”. Además, le desea en el futuro “muchos
éxitos profesionales y muchas satisfacciones personales”.
Noticia de www.realvalladolid.es