martes, 6 de agosto de 2013

Bolt, Farah e Isinbayeva, zares de los Mundiales de atletismo de Moscú

El velocista jamaicano, el fondista británico de origen somalí y la pertiguista rusa, dispuestos a redimir un atletismo golpeado por el dopaje. Los campeonatos se resienten con las ausencias de los ‘cazados’ Tyson Gay (adiós al gran duelo de los cien metros), Asafa Powell y Veronica Campbell. Además, no participarán los lesionados Yohan Blake, el ‘ochocentista’ David Rudisha y el fondista Kenenisa Bekele.

Ni el 1500 brilla ya en el atletismo español.

Una década de caída libre desde Edmonton.

Usain Bolt, en los Mundiales de Daegu 2011, ganó el oro en 200 metros 
y fue descalificado en el hectómetro por una salida falsa.
El atletismo brilló con fuerza en los recientes Juegos de Londres.

El estadio olímpico asistió a cuatro plusmarcas mundiales: el keniata David Rudisha en 800 metros, la rusa Elena Lashmanova en 20 kilómetros marcha y los relevos 4x100 metros masculino de Jamaica y femenino de Estados Unidos. Además, se batieron registros olímpicos, entre ellos el de 100 metros (Usain Bolt) y el de pértiga masculina (Rénaud Lavillenie). Bolt repitió la gesta de Pekín con tres oros en 100, 200 y el relevo 4x100 metros. Y Londres 2012 vivió un doblete histórico, la victoria de Mo Farah en los 5000 y 10000 metros para igualar a cinco mitos: Emil Zatopek (Helsinki’52), Vladimir Kuts (Melbourne’56), Lasse Viren (Munich’72 y Montreal’76) y Miruts Yifter (Moscú 80’).

Un año después, el atletismo comenzará este sábado el Mundial de Moscú con un ambiente muy distinto. El cambio ha llegado con un claro culpable: el dopaje. Si había una prueba esperada en el estadio Luzhniki de Moscú, era los 100 metros: el duelo entre Usain Bolt y Tyson Gay. El velocista norteamericano lideraba el ranking mundial con una marca de 9.75 obtenida en junio en los trials nacionales celebrados en Des Moines (Iowa). El duelo se cayó. Hace menos de un mes se conoció el positivo de Gay en un control fuera de competición en mayo por una sustancia no revelada. “Me tomaré la sanción como un hombre”, ha admitido Gay.

Y no ha sido el único ‘cazado’. Otro ilustre velocista, el jamaicano Asafa Powell, se ha unido a la lista negra. Los cimientos del atletismo se agitan. Powell, explusmarquista mundial, cayó junto con cuatro compatriotas en los trials jamaicanos celebrados también en junio. Tampoco se ha especificado la sustancia. Pero Powell no ha tenido la entereza de Gay para admitir el error: “Nunca he tomado ninguna sustancia prohibida. Ni ahora ni nunca he sido un tramposo”, ha replicado el velocista de una isla caribeña que ha perdido por el dopaje a otra gran estrella, Veronica Campbell, positivo por un diurético prohibido, con siete medallas olímpicas y nueve mundiales en su palmarés.

Al amargo sabor de boca del dopaje se han sumado numerosas ausencias por lesión. Bolt no tendrá la compañía de su amigo Yohan Blake, plata en los 100 y los 200 metros en Londres escoltando a su compatriota. Blake era el actual campeón del mundo en el hectómetro. En Daegu, Bolt fue descalificado por una salida falsa. No podrá defender su corona en Moscú dejando la velocidad, entre casos de dopaje y lesiones, repleta de ausencias. Una buena oportunidad para redimidos como Justin Gatlin o nuevos valores como James Dasaolu, Jimmy Vicaut, Warren Weir y Christophe Lemaitre para luchar por el podio.

En el Mundial tampoco estarán dos mitos del mediofondo (Rudisha) y fondo (Bekele). El ‘ochocentista’ keniata dejó en las Olimpiadas de Londres a todo el mundo con la boca abierta. Rudisha ganó el oro y estableció un nuevo récord: 1:40.91. En Moscú, aspiraba a romper la barrera de los cien segundos, pero no ha superado por completo una lesión en la rodilla derecha que arrastra desde primavera. El caso de Bekele es distinto. El plusmarquista mundial de 5000 y 10000 metros no ha recuperado el paso en los tres últimos años tras una grave lesión en el pie derecho. Bekele, forzado por los problemas físicos, parece haber abandonado el trono del fondo mundial.

Las lesiones han dejado sin campeonato a más estrellas, como la saltadora croata Blanka Vlasic. “Competir en Moscú habría sido un riesgo demasiado grande. El dolor en el pie se ha intensificado a partir del mitin de Mónaco y no ha remitido después. Está claro que necesito descanso para recuperarme. No puedo poner en riesgo mi futuro”, ha justificado la balcánica. En casa se quedan también la keniata Vivian Cheruiyot, doble campeona de 5000 y 10000 en Daegu, que está embarazada, y los lesionados Jessica Ennis-Hill, oro en Londres en heptatlón, y Valeriy Borchin, oro en 20 kilómetros marcha en los mundiales de Berlín y Daegu.




Arriba, David Rudisha, ilustre ausencia en Moscú tras deslumbrar en los Juegos de Londres.
Abajo, Mo Farah, dispuesto a repetir el doblete 5000-10000 metros.
Y, ¿qué nos queda? Nos queda, sobre todo, Usain Bolt, la gran imagen del atletismo en el siglo XXI. El jamaicano ha aceptado el reto, como demuestra en un anuncio publicitario de su marca deportiva: Puma. “¿Ya cruzaron la meta los demás? ¿Me puede sostener un momentos mis medallas?”, ironiza en el spot con una socarronería natural que no molesta a nadie y que forma parte del encanto del personaje.  “Aún se puede esperar mucho de mí. Mi objetivo es seguir ganando medallas hasta los Juegos Olímpicos de 2016. Quiero que se acuerden de mí como el mejor”.
Bolt acumula siete medallas en campeonatos del mundo. En Moscú, tiene un doble objetivo: recuperar el primer puesto en los 100 y ganar su tercer oro consecutivo en los 200 (además fue plata en Osaka 2007). En el doble hectómetro, el jamaicano sigue desafiando al cronómetro. “Es el récord que quiero romper otra vez. Tengo más margen en los 200 que en los 100. Quiero ver si puedo bajar de los 19 segundos. Eso sería especial”, ha asegurado. Este año ha corrido, como poco, en 19.73. El margen es aún importante.

Junto con Bolt, la gran estrella del Mundial es el somalí nacionalizado británico Mo Farah. Tras su exhibición en Londres, con el doblete 5000-10000, Farah quiere más. En el Mundial de Daegu ganó el oro en 5000 y se quedó con la plata en 10000. Ahora toca repetir la hazaña olímpica en Moscú. Farah llega en un majestuoso estado de forma como demuestra su participación en el mitin de Mónaco el pasado 19 de junio. Rompió el récord europeo de 1500, que estaba en manos de Fermín Cacho. Farah paró el reloj en 3:28.81, la segunda mejor marca del año tras la del keniata Asbel Kiprop (3:27.72). El británico no competirá, sin embargo, en Moscú en esta prueba y se centrará en los 5000 y los 10000, donde se peleará con etíopes y keniatas.

Pero sería injusto olvidar a Yelena Isinbayeva. La deslumbrante pertiguista rusa disputará en casa su último gran campeonato internacional. Un adiós definitivo, a diferencia del descanso que se tomó a lo largo de casi todo el año 2010. “Mi carrera terminará con absoluta seguridad tras los Mundiales. Para mí será un momento triste, por lo que tengo que disfrutar e intentaré demostrar todo de lo que soy capaz”, ha adelantado la atleta de 31 años, que ha sublimado la pértiga femenina. Isinbayeva conserva el récord del mundo, con cinco metros y seis centímetros al aire libre. 
A sus 31 años, Isinbayeva afronta su última gran competición internacional.
La rusa es toda una leyenda con 28 plusmarcas (trece de ellas en pista cubierta), tres medallas olímpicas (oros en Atenas y Pekín), tres mundiales (campeona en Helsinki y Osaka) y dos europeas (oro en Göteborg). Méritos que se unen a cuatro campeonatos del mundo y una plata indoor y otro europeo bajo techo. Un palmarés que merece la cerrada ovación de la afición rusa y del mundo del atletismo y una rúbrica en el podio de Moscú. Con 4.78 en esta temporada, solo está por detrás de la cubana Yarisley Silva y la norteamericana Jennifer Suhr.

Solo por ver una nueva exhibición de Bolt en las pruebas velocidad, por contemplar un posible nuevo doblete de Farah en el fondo y por despedir a una diosa del atletismo como Isinbayeva, los Mundiales de Moscú merecen nuestra atención y confianza y olvidar los disgustos del dopaje. No todo, ni mucho menos, es negativo en el tartán.