El Tres Cantos se adelantó en la primera parte con un gol del vallisoletano Guille Jiménez. Dani Gutiérrez, Marcos Pérez y Carlos Cabrera remontaron en el segundo periodo. Kevin Mooney apretó el marcador, pero Mario Díez sentenció en los últimos segundos.
Los vallisoletanos dominaron el juego durante todo el duelo. Foto: www.web.cplv.org |
Los castellanos arrancaron más asentados, monopolizando la posesión desde el comienzo y con algunos tímidos
intentos en el ataque. El Tres Cantos esperaba atrás, sin apenas acercarse a la
portería que defendía Javi Tordera. El Caja Rural CPLV quería adaptarse cuanto
antes a una pista mucho más pequeña que Canterac.
Así, con el ‘puck’ en su poder, llegó la
primera superioridad en el minuto quince. En una pista
con las características de Aranda, los ‘power play’ son claves. Pero el Caja Rural CPLV no la aprovechó. A los cincuenta segundos, se equilibró el número de jugadores tras una expulsión de Marcos Pérez. Tras aguantar el tres para tres, los
madrileños sí sacaron partido al cuatro para tres con un tiro lejano de Eloi
Sin, refractado por uno de los vallisoletanos del Tres Cantos, Guille Jiménez, a
siete minutos del descanso.
A pesar del tanto, el Caja Rural CPLV no
bajó la intensidad y tuvo el empate en dos acciones consecutivas de Mario Díez
y Carlos Cabrera, ambas sin suerte, para alcanzar el intermedio con el 1-0 tras resistir un par de minutos con uno menos en la pista.
La segunda parte no cambió el decorado,
con el cuadro vallisoletano dominando y con ocasiones, pero sin encontrar el
gol. Hasta que, en su segunda superioridad, el CPLV movió bien el disco para
que Dani Gutiérrez anotase el empate a los diez minutos de la reanudación. El
1-1 le sentó bien al Caja Rural que, en dos minutos, remontó con una
nueva refracción de Marcos Pérez y un gol casi desde el suelo de Carlos Cabrera.
El 1-3 estaba servido a diez del final.
El partido estaba del lado del CPLV, pero con el Tres Cantos y sus extranjeros nunca hay que confiarse. Así, Kevin Mooney se sacó un lanzamiento raso que sorprendió a Tordera. Con el 2-3 se vivió un final tenso, con el guardameta vallisoletano ofreciendo su mejor repertorio y con los madrileños arriesgando con portero-jugador en el último minuto.
El Caja Rural CPLV no solo se protegió bien. En los segundos finales, Mario Díez sentenció a portería vacía, con el definitivo 2-4.