domingo, 28 de febrero de 2021

Manual de sufrimiento

El Real Valladolid sale del descenso, pero pierde dos importantísimos puntos en el tiempo de prolongación en Balaídos. Los blanquivioletas se adelantaron a veinte minutos del final con un gol de Orellana, que recogió un rechace de Rubén Blanco tras un disparo de Weissman. Murillo, de cabeza, empató prácticamente en la última jugada tras conectar una lejana falta de Iago Aspas. Un intenso epílogo para un partido muy pobre de fútbol, con constantes interrupciones. Iago Aspas remató a la misma escuadra un lanzamiento directo con cero a cero.

Orellana suma su tercer gol de la temporada.
Foto: www.realvalladolid.es
Sufrir y sufrir.


El Real Valladolid sale, de momento, del descenso. Los blanquivioletas aprovecharon parcialmente los tropiezos del Eibar y el Deportivo Alavés, que comenzaron la jornada con una igualada en Ipurua ante el colista Huesca (1-1) y una dura derrota en Mendizorroza ante el Osasuna (0-1), respectivamente. El triple empate en la tabla, con 22 puntos, condena a los vitorianos a la tercera plaza de descenso por la peor diferencia de goles. Un resultado virtual ya que el Real Valladolid tiene perdido el ‘golaverage’ particular tanto con el Eibar (una derrota en Zorrilla y un empate en Ipurua) como con el Deportivo Alavés (dos reveses).

El escenario en la parte baja está muy comprimido, con cinco equipos (Eibar, Real Valladolid, Deportivo Alavés, Elche y Huesca) en ¡¡¡dos puntos!!! Y con el Cádiz a la vista, a una victoria. Ni siquiera el Valencia (27), el Getafe (27), el Osasuna (28) e incluso el mismo Celta (30) pueden estar tranquilos.

Cada punto cuenta. Pero el Real Valladolid, más que sumar uno en Balaídos, perdió dos casi en la última jugada, cuatro minutos por encima del tiempo reglamentario.

Otra vez a balón parado, como ante el Real Madrid. Y otra vez con Bruno en la foto. Murillo se elevó de cabeza, con el canario absolutamente desorientado, para conectar una falta lateral muy lejana de Iago Aspas, que la puso desde casi la medular. El de Moaña, por cierto, sigue invicto ante el Real Valladolid tras nueve enfrentamientos, con cinco empates y cuatro victorias. 

Un epílogo cruel. El Real Valladolid acariciaba la victoria, un sabor que no cata desde el primer encuentro del año, en el Coliseum ante el Getafe (0-1). Cerca de dos meses. Los blanquivioletas se adelantaron a veinte minutos del final con un gol de Orellana. El chileno recogió y convirtió en el área un rechace de Rubén Blanco tras un disparo de Weissman. Roque Mesa había iniciado la jugada con una potente arrancada desde el territorio del Real Valladolid.

Un gol que sacaba a los castellanos del descenso, que rompía una racha de siete partidos (ya ocho) sin ganar y que anunciaba un punto de inflexión en la temporada. Pero, como en el cuento de la lechera, el tanto de Murillo destrozó al suelo los sueños del conjunto de Sergio González.


Alcaraz y Óscar Plano se aplican en labores defensivas.
No es que fuera injusto. El partido no merecía que ningún equipo se llevara los tres puntos. El fútbol se ausentó de Balaídos. Hasta las gaviotas, tradicionales ‘espectadoras’ en el estadio celeste, acabaron aburridas. El Celta y el Real Valladolid rivalizaron en faltas (veinte cada uno) y pérdidas. Sin continuidad, con constantes interrupciones. Con la ausencia de las áreas. Un encuentro indigno de Primera. Un tostón.

Cierto es que a este Real Valladolid tampoco se le pueden pedir florituras. A estas alturas de la competición, se trata de conseguir la permanencia, sea como sea. Aunque el fútbol salga sacrificado. Los de Sergio González se quedaron muy cerca de un objetivo básico para lograr la salvación: la portería a cero. Falló el balón parado. Nada más hizo el Celta, que limitó su caudal ofensivo a dos faltas. Iago Aspas estrelló la primera, aún con empate a cero, en la misma escuadra de Roberto, titular por primera vez en la Liga en casi medio curso, desde finales de octubre. Murillo acertó con la segunda.

El empate en Vigo, aunque cruel, corrobora la mejoría esbozada ante el Real Madrid. El Real Valladolid ha ganado fiabilidad defensiva, al menos con el balón en juego. El equipo ha recuperado sensaciones para afrontar con otro ánimo el último tercio de la campaña. No es una apuesta atractiva, en absoluto, pero quizás sea la única posible para evitar el drama del descenso.

El Celta se desesperó ante la presión alta del Real Valladolid, que desactivó a los grandes talentos celestes, Iago Aspas y Denis Suárez. Los de Coudet, volcados por la derecha con Hugo Mallo, tenían una posesión estéril. Roberto no aparecía. De hecho, la gran ocasión de la primera parte tuvo color blanquivioleta. Rubén Blanco desvió un remate franco de Weissman, que recibió de Sergi Guardiola después de que el murciano le robara la cartera a Tapia a los dieciséis minutos.

Los goles llegaron en la segunda parte, aunque el partido no cambiara demasiado. Lento, espeso, con faltas, con muchas faltas. Sin fútbol, en definitiva. Lo que buscaba Sergio González para pescar un punto que pudieron ser tres. Murillo, a última hora, lo impidió.

Al manual de sufrimiento le quedan todavía muchas páginas en esta temporada.

Ficha técnica:

RC Celta 1: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Murillo, Araújo (Aidoo 67’), Aarón Martín (Ferreyra 76’); Tapia, Solari (Jordan 57’), Denis Suárez (Baeza 57’), Brais Méndez; Iago Aspas y Santi Mina.

Real Valladolid 1: Roberto; Janko (El Yamiq 79’), Bruno, Joaquín, Olaza; Roque Mesa, Alcaraz (Nacho 86’), Óscar Plano, Orellana (Fede San Emeterio 86’); Sergi Guardiola (Kodro 82’) y Weissman (Luis Pérez 79’).

Goles:

0-1 (min. 70): Orellana. Arrancada de Roque Mesa desde territorio del Real Valladolid hasta la frontal del Celta, donde pierde el balón ante la presión de Murillo. Desde el suelo, el canario cede para Weissman, que remata con fuerza. Rubén Blanco desvía el esférico. Orellana recoge el rechace en el área y abre el marcador.

1-1 (min. 94): Murillo. Falta lateral muy lejana, casi en el mediocampo, en el costado derecho, que bota Iago Aspas al segundo palo. Murillo emerge por arriba, con Bruno despistado, para igualar el partido. Roberto no sale a por el centro.

Árbitro: Medié Jiménez (colegio catalán). Amonestó a Tapia (34’), Aidoo (93’) y Ferreyra (95’), por parte del Celta, y a Weissman (4’), Sergi Guardiola (40’), Olaza (58’), Joaquín (90’) y El Yamiq (91’), por parte del Real Valladolid.

Incidencias: 25ª jornada de LaLiga Santander. Balaídos, a puerta cerrada por el protocolo sanitario por la pandemia de la covid-19.

Las notas:

Roberto (6): La gran sorpresa del once. No era titular en la Liga desde la séptima jornada, casi una vuelta completa del campeonato. En Balaídos no tuvo mucho trabajo, ayudado por la notable defensa colectiva del equipo. El Celta remató dos veces entre los tres palos. Atajó un disparo inofensivo de Hugo Mallo a un cuarto de hora del final, pero no pudo con el potente cabezazo de Murillo en el tiempo extra. Roberto no salió a por el centro. La misma escuadra le salvó de un gol de falta directa de Iago Aspas aún con empate a cero.

Janko volvió al lateral derecho, donde no jugaba desde hacía doce jornadas.
Janko (6): Titular en el lateral derecho, tras ocupar el interior ante el Real Madrid. El suizo no jugaba en su posición natural desde hacía doce jornadas, en la victoria ante el Osasuna. Se asomó menos de lo esperado por la banda. En la defensa, el Celta apenas le probó. Sustituido por El Yamiq a once minutos del final.

Bruno (3): Señalado. Falló en el gol del empate de Murillo. Bruno, como ya ocurrió en la pasada semana ante el Real Madrid con Casemiro, perdió la marca del defensa del Celta. Tiene un evidente problema en las acciones a balón parado.

Joaquín (6): En ascenso. El central andaluz está recuperando su mejor fútbol. Ni Iago Aspas ni Santi Mina le inquietaron en el área. Amonestado en el minuto noventa.

Olaza (7): El uruguayo volvió a Balaídos apenas un mes después de dejar el Celta. Subió por la banda bastante más que Janko. Reclamó un penalti de Brais Méndez superado el primer cuarto de hora. Mediado el segundo tiempo recuperó un balón en zona peligrosa para proyectar a Sergi Guardiola, que combinó con Óscar Plano, que rozó el gol. Amonestado en la falta que originó el lanzamiento de Iago Aspas a la escuadra.

Roque Mesa originó la jugada del gol de Orellana.
Roque Mesa (6): Corrió más que organizó. Originó la jugada del gol del Real Valladolid tras recoger un balón en territorio blanquivioleta y plantarse en la frontal con la oposición de Murillo. Desde el suelo logró asistir a Weissman, que forzó a Rubén Blanco. Orellana recogió el rechace para marcar.

Alcaraz (6): En un duelo de mucho choque, aportó mucha intensidad en el mediocampo del Real Valladolid. A los veinte minutos, disparó por encima del larguero desde una buena posición. Relevado por Nacho a cuatro del final.

Óscar Plano (6): Titular como interior derecho, con tendencia a meterse por dentro. Tuvo una oportunidad muy clara en el ecuador del segundo acto tras conectar en el primer palo un centro de Sergi Guardiola, aunque obstaculizado por Murillo.

Orellana (6): Goleador. El chileno debe gran parte de su prestigio en España a su etapa en el Celta (172 partidos y 36 tantos entre 2011 y 2016). Abrió el marcador tras recoger en el área un rechace de Rubén Blanco tras un disparo de Weissman. Su tercer gol en este curso. Se marchó al banquillo a cuatro minutos del final.

Sergi Guardiola sirvió dos balones de gol para Weissman y Óscar Plano.
Sergi Guardiola (6): Combativo. A los dieciséis minutos, le robó el balón a Tapia, que cerraba la zaga del Celta, para asistir a Weissman en la primera gran oportunidad del partido. Volvió a aparecer como generador mediado el segundo periodo con Óscar Plano como destinatario. Poco antes del descanso recibió un fuerte golpe de Murillo. Relevado por Kodro a ocho del final.

Weissman (6): Recuperó la titularidad tras su inesperada suplencia ante el Real Madrid. A los dieciséis minutos, tras recibir un pase de Sergi Guardiola, Rubén Blanco le salvó un balón de gol. Participó en el tanto del Real Valladolid tras recoger un balón de Roque Mesa. De nuevo, Rubén Blanco evitó el gol del israelí. A los cuatro minutos, fue amonestado tras llegar tarde ante Santi Mina. Sustituido por Luis Pérez a once del final.

El Yamiq (5): Disputó los últimos once minutos para reforzar el eje de la defensa. El marroquí no jugaba desde hacía ocho jornadas, en la victoria en Getafe. Amonestado en el tiempo extra.

Luis Pérez (5): Suplente tras ocho jornadas consecutivas como titular. Salió a once del final.

Kodro (-): Entró por Sergi Guardiola en el minuto 82.

Nacho (-): Salió a cuatro minutos del final.

Fede San Emeterio (-): Ingresó a cuatro de cumplirse el tiempo reglamentario.

Sergio González cambió de portero, Roberto por Masip,
y jugó con dos delanteros, Sergi Guardiola y Weissman.
Sergio González (7): Cambios de jugadores y sistema. Para empezar, en la portería, con Roberto, que llevaba casi media vuelta en el banquillo. Janko bajó al lateral derecho y Olaza regresó al izquierdo tras cumplir un partido de sanción. Volvió a jugar con dos delanteros, con Sergi Guardiola y Weissman, rehabilitado tras su suplencia ante el Real Madrid. El equipo mejoró en la defensa y minimizó al Celta. Con el marcador a favor, metió una zaga de cinco. Los blanquivioletas fallaron, de nuevo, en el balón parado para ceder el empate en el tiempo de prolongación.