sábado, 18 de enero de 2020

Un punto con el manual del norte

Osasuna y Real Valladolid siguen sin ganar. Cinco jornadas suman los rojillos por ocho los blanquivioletas. Sergio González salió a El Sadar con una defensa de cinco, con el debutante Raúl Carnero, con una correcta actuación, en el carrilero izquierdo. Sergi Guardiola, en el arranque del segundo periodo, remató al larguero en la ocasión más peligrosa del encuentro. Los navarros empujaron al final, pero sin opciones claras para mover el marcador.

Salisu forcejea con el 'Chimy' Ávila. Fotos: www.realvalladolid.es
Fútbol del norte de toda la vida.

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En la climatología, con frío y lluvia a lo largo de todo el partido. Aunque el césped de El Sadar aguantó perfectamente. El barro ha quedado para tiempos pretéritos.

Y con el balón. La intensidad por encima de la brillantez. Un despliegue físico notable, hasta el último gramo de energía. Marcador corto (más imposible, sin goles). Escasas ocasiones (la más clara del Real Valladolid con un larguero de Sergi Guardiola). Empuje y emoción hasta el final.

Al retrato no le faltó ni la épica instantánea de Kiko Olivas, con un vendaje tras abrirse la cabeza antes del descanso después de despejar un balón. Por dos veces tuvo que cambiarse la protección con la sangre aflorando.

Osasuna y Real Valladolid siguen igual. Con tres puntos de ventaja de los rojillos. Con una posición cómoda en la clasificación, a diez y siete puntos del descenso, respectivamente, a falta de que se complete la jornada. Y también sin ganar en la Liga. Cinco partidos suman los rojillos, con tres empates. Ocho ya los blanquivioletas. De momento, les vale para mantenerse lejos de la zona baja, aunque el Real Valladolid no gana ya desde el 3 de noviembre al Real Mallorca. Muchísimo tiempo. Desde entonces, ha sacado cinco empates y ha encajado tres derrotas. Un ritmo quizás insuficiente para conseguir la permanencia.

No es un mal punto el de El Sadar. Un empate ante un rival directo, que continúa a tiro, en un estadio tradicionalmente adverso para los blanquivioletas, que solo han ganado tres veces en casi medio centenar de visitas. Por algo será. El fútbol clásico del norte, a falta de la presencia en Primera de históricos como el Depor, el Racing, el Sporting, el Real Oviedo o el Logroñés, está muy bien representado por el Osasuna. El Athletic y, sobre todo, la Real ofrecen algo más.

El Real Valladolid salió con la lección aprendida de Mendizorroza, donde se llevó tres goles y una derrota hace un par de meses para comenzar su actual racha sin victorias. Sergio González había advertido de las similitudes de los encuentros de Vitoria y Pamplona.

Raúl Carnero se mostró seguro en la defensa y se desplegó
en el ataque, en especial en la primera mitad.
La actitud, desde el primer minuto, fue la correcta. El Osasuna no es de la clase de equipos que te permite saltar al césped relajado. También apareció el Real Valladolid con una solución táctica para afrontar el fútbol directo del conjunto de Arrasate, que vio el encuentro desde un palco para cumplir su segundo y último partido de sanción. Bittor Alkiza ejerció de primer técnico en el banquillo del Osasuna.

Sergio González prorrogó el dibujo con el que los blanquivioletas concluyeron la última jornada de la Liga ante el Leganés (2-2), que sirvió para salvar un punto ante los madrileños: defensa de cinco, con tres centrales y dos carrileros, con la inclusión en la izquierda del debutante Raúl Carnero, que estuvo bien. Arriba, un trivote en la medular, con Fede San Emeterio y Alcaraz liberando a Míchel, y una dupla ofensiva con los dos máximos goleadores del equipo, Sergi Guardiola y Enes Ünal.

Al Osasuna le incomodó la propuesta del Real Valladolid. Roberto Torres y Rubén García quedaron desactivados en las bandas. Más atrás, Nacho Vidal no entraba en juego e Iñigo Pérez bastante tenía con suplir, a pierna cambiada, al sancionado Estupiñán en el lateral izquierdo. El Osasuna se quedaba con menos argumentos, Adrián López y, sobre todo, el ‘Chimy’ Ávila.

El argentino representaba la gran amenaza, en el mejor momento de su creciente carrera, con una racha de siete partidos marcando en los últimos ocho que había disputado. Un jugador diferencial en El Sadar, con un tren inferior potentísimo, casi imposible de arrebatarle el balón, y con una intensidad digna de la camiseta que defiende. Pero el Real Valladolid consiguió reducirlo con un esfuerzo defensivo colectivo. Y eso que el ‘Chimy’ empezó intimidando tras ganarle una carrera a Salisu, a los seis minutos, y disparar con mucha potencia, a los once, desde la frontal. Masip se sacó el remate.

El Real Valladolid tenía el partido controlado. El fútbol de alta intensidad del Osasuna se limitaba a los fogonazos del ‘Chimy’ Ávila y a una peligrosa aparición, mediado el primer periodo, de Adrián López, que remató en el segundo palo un centro de Nacho Vidal tras romper Joaquín el fuera de juego. Masip mantuvo el empate. El Osasuna era menos de lo esperado, por mérito del planteamiento de Sergio González, pero al Real Valladolid le faltaba, un partido más, soltarse en el ataque.

El fútbol no fluyó por las bandas. Antoñito no se atrevió por la derecha. Sí lo hizo a cuentagotas Raúl Carnero por la izquierda. Forzó incluso a Sergio Herrera en la primera aproximación del Real Valladolid. Pero el bagaje se antojaba escaso para opositar a los tres puntos. Enes Ünal y Sergi Guardiola se buscaban la vida ante una defensa compacta como la del Osasuna. El exblanquivioleta Aridane le limpió un peligroso balón a Guardiola en la recta final de una primera mitad que concluyó con otro fogonazo del ‘Chimy’ Ávila, que se revolvió en la frontal para rematar. Masip atrapó.

El exblanquivioleta Aridane se lanza al suelo para detener
un peligroso avance de Sergi Guardiola.
El Real Valladolid salió mucho mejor tras el descanso. Más ambicioso, más directo. Fueron sus mejores minutos. Tuvo sus opciones para adelantarse. Primero a través de Enes Ünal, que conectó con el pecho una falta al segundo palo de Míchel. Después con Sergi Guardiola, que besó la parte superior del larguero tras prolongar una asistencia bombeada al espacio de Alcaraz. El Osasuna no se lo esperaba. El Real Valladolid le ganaba con sus armas. Los rojillos estaban al borde de la lona. Casi desactivados en el ataque y sufriendo en la defensa.

Pero el impulso le duró a los blanquivioletas un cuarto de hora. La continuidad es un debe en un Real Valladolid que hace mucho tiempo que no firma un buen partido completo. Quizás el último fue la victoria ante el Real Mallorca. El Osasuna sacó la cabeza. Tocaba replegarse ante el acoso del cuadro de Arrasate, fiel a sí mismo en la última media hora. Un equipo de empuje con un lugarteniente en el campo, el ‘Chimy’ Ávila, que volvió a probar los guantes de Masip y, a tres minutos del final, rozó el gol con un precioso disparo desde la frontal.

El Real Valladolid aguantó el chaparrón. Se defendió bien, achicando balones de cabeza con tres centrales. Calado, por la pertinaz lluvia que no abandonó El Sadar. Pero con un punto para Zorrilla tras entrar al trapo con nota en un partido típico del fútbol del norte. Sin ganar, pero sin decepcionar.

Ficha técnica:

Osasuna 0: Sergio Herrera; Nacho Vidal, Aridane, David García, Iñigo Pérez; Oier (Moncayola 42’), Brasanac, Roberto Torres (Rober Ibáñez 72’), Rubén García; Adrián López (Juan Villar 82’) y ‘Chimy’ Ávila.

Real Valladolid 0: Masip; Antoñito, Joaquín, Kiko Olivas, Salisu, Raúl Carnero; Alcaraz, Fede San Emeterio, Míchel (Óscar Plano 84’); Enes Ünal y Sergi Guardiola (Sandro 69’).

Árbitro: Alberola Rojas (colegio castellano manchego). Amonestó a Aridane (73’) y Rubén García (78’), por parte del Osasuna, y a Alcaraz (35’) y Fede San Emeterio (65’), por parte del Real Valladolid.

El Sadar guardó un minuto de silencio por los pequeños de Estella.
Incidencias: 20ª jornada de LaLiga Santander. El Sadar. 15.382 espectadores, con unos trescientos aficionados blanquivioletas en las gradas. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los dos hermanos, de cinco y ocho años, fallecidos el viernes en un accidente de tráfico en Estella.

Las notas:

Masip (8): Séptimo partido imbatido en esta temporada (Espanyol, Atlético, Eibar, Real Mallorca, Celta, Real Sociedad y Osasuna). En El Sadar, mantuvo un victorioso duelo con el ‘Chimy’ Ávila. El Osasuna remató cinco veces entre los tres palos, tres de ellas con la firma del argentino. A los once minutos, Masip desvió con los puños un potente disparo del ‘Chimy’ desde la frontal. El argentino volvió a la carga antes del descanso, con otro remate lejano a la media vuelta, que atrapó el portero del Real Valladolid. Mediada la segunda mitad, Masip atajó otro lanzamiento del delantero del Osasuna. A tres minutos del final, Ávila rozó el gol de la victoria con un soberbio disparo que se marchó a córner tras tocar en Enes Ünal. No obstante, la mejor acción de Masip llegó ante Adrián López. A los veinte minutos, el portero del Real Valladolid tapó huecos para repeler un peligroso remate del delantero del Osasuna, que conectó un centro de Nacho Vidal en el segundo palo.

Antoñito (6): Ha encontrado la titularidad y la regularidad en las tres últimas jornadas ante el Valencia, el Leganés y el Osasuna. Como en la última media hora ante el Leganés, jugó como carrilero diestro en una defensa de cinco. No tuvo problemas atrás, con Rubén García muy apagado, pero se mostró tímido en las labores ofensivas.

Joaquín volvió a sus tiempos de zaguero
en una defensa con tres centrales.
Joaquín (6): Correcto. El almeriense, reconvertido a pivote defensivo en esta temporada, con buenos resultados, volvió a sus tiempos de zaguero en Pamplona. Compartió el eje de la defensa con Kiko Olivas y Salisu y controló bien el intenso juego del Osasuna. Rompió el fuera de juego en la ocasión de Adrián López a los veinte minutos.

Kiko Olivas (6): Dejó una de las imágenes del encuentro. El central de Antequera agachó en exceso la cabeza para despejar un balón y se llevó una patada fortuita de Oier, que le abrió una brecha en la parte superior de la cabeza antes del descanso. La sangre manaba y la solución inmediata fue un gorro de baño que tuvo que cambiarse ya en la segunda mitad por un vendaje más convencional. Más allá de la anécdota del golpe en la cabeza, Kiko Olivas completó un serio trabajo defensivo.

Salisu (6): A los seis minutos, se le escapó por velocidad el ‘Chimy’ Ávila. Era un mal presagio, pero no fue a más. El ghanés estuvo muy concentrado para no concederle más oportunidades al argentino. Se compenetró bien con Joaquín y Kiko Olivas en un eje de la zaga sin fallos.

Raúl Carnero (7): Debutante. El lateral gallego, que ejerció de carrilero zurdo en una defensa de cinco, se incorporó al Real Valladolid el pasado martes y cuatro días después se estrenó ante el Osasuna con un buen rendimiento. Titular con Nacho recién recuperado de una lesión en el tobillo izquierdo, que le ha dejado fuera del equipo en el último mes. Raúl Carnero no acusó la falta de ritmo de competición (apenas 243 minutos con el Getafe en esta temporada) y subió la banda, en especial en la primera mitad. De hecho, firmó el primer remate a puerta del Real Valladolid, a la media hora, que Sergio Herrera abortó en dos tiempos. Tras el descanso, apareció menos en el ataque. Muy serio en la defensa. Nacho ya tiene competencia en el puesto.

Alcaraz estuvo firme en Pamplona y va tomándole
el pulso a la temporada.
Alcaraz (7): A más. Posiblemente, su partido más completo de la temporada. Compartió la medular con Fede San Emeterio y Míchel. Mucho músculo para combatir la intensidad del Osasuna. Lo cierto es que el Real Valladolid tuvo fases de dominio en El Sadar, aunque sin mucha profundidad. A los 56 minutos, Alcaraz asistió a Sergi Guardiola, con un balón bombeado a la espalda de la zaga del Osasuna, que el murciano remató al larguero en la ocasión más clara del encuentro. Amonestado por una clara falta sobre Oier.

Fede San Emeterio (6): Es un jugador perfecto para este tipo de partidos. El cántabro tiene un motor con un gran depósito para correr y pelear ante equipos intensos como el Osasuna. Esa fue su función en El Sadar, que cumplió correctamente. El juego ofensivo se lo dejó a Míchel y Alcaraz. Recibió una cartulina amarilla tras una dura falta sobre Brasanac.

Míchel (6): Aguantó un encuentro muy físico, con lluvia constante y mucha brega. Tuvo, eso sí, el apoyo de Alcaraz y Fede San Emeterio a su espalda. El valenciano intentó hilvanar el juego ofensivo en el último tercio. No lo acabó de conseguir, aunque sí manejó la pelota durante varias fases del choque. Asistió a Enes Ünal en una ocasión peligrosa del turco en el arranque del segundo periodo. Sustituido por Óscar Plano a seis minutos del final.

Enes Ünal estuvo cerca de prorrogar su racha goleadora
de los últimos encuentros.
Enes Ünal (6): Los goles le han dado confianza. El turco, ahora mismo, es fijo en la delantera. Le ha ganado el puesto a Sandro y forma un buen tándem con Sergi Guardiola. Acarició el gol a los dos minutos del segundo periodo tras conectar con el pecho en el segundo palo una falta de Míchel. Sergio Herrera se estiró para evitar el tanto. El turco remató un balón difícil, imposible de tocar con la cabeza.

Sergi Guardiola (7): Tuvo la ocasión más clara del encuentro. A los 56 minutos, prolongó una asistencia al espacio de Alcaraz. El balón impactó en la parte superior del larguero de la portería de Sergio Herrera. Sergi Guardiola se movió bien en el ataque, aunque se marchó al banquillo, por Sandro, mediada la segunda parte. Antes del descanso, Aridane le limpió un balón muy peligroso cuando se acercaba a la portería del Osasuna.

Sandro (5): Suplente, como ante el Leganés. Enes Ünal le ha quitado el puesto de titular. Sustituyó a Sergi Guardiola a 21 minutos del final. Le tocó defender en un momento de empuje creciente del Osasuna.

Óscar Plano (-): Ha perdido su estatus de titular inamovible. No le beneficia el cambio de sistema, con dos carrileros. Entró por Míchel a seis minutos del final.

Sergio González (8): Mantuvo el esquema, con tres centrales y dos carrileros, de la última media hora ante el Leganés, que le permitió al Real Valladolid rescatar un punto ante los madrileños. Con Nacho recién recuperado de una lesión de tobillo, colocó de titular en la banda izquierda al debutante Raúl Carnero, que estuvo bien. Apuntaló la apuesta con un trivote, con Alcaraz y Fede San Emeterio protegiendo a Míchel. El equipo estuvo sólido en la defensa y contrarrestó la intensidad del Osasuna. Le faltó soltarse en el ataque. Un nuevo partido sin gol (ya van nueve en esta temporada) y una nueva jornada sin ganar (ya suman ocho).