El club ha presentado esta mañana la solicitud ante el Juzgado de lo
Mercantil. La directiva apunta con descaro al exgerente de la entidad: “Las causas que han
motivado esta decisión han sido la imposibilidad
de hacer frente a todos los pagos del mes de febrero y, principalmente,
la ejecución por parte de Raúl Torres
Martín de la sentencia (por despido improcedente), con el consiguiente embargo de las cuentas
bancarias”. La
deuda del Balonmano Valladolid asciende a un millón y medio de euros.
El exgerente del club ha pedido la ejecución de la sentencia favorable tras su demanda por despido improcedente. Un total de 49.000 euros de los que Torres se
ha mostrado dispuesto a perdonar más de 24.000. Una oferta que desde el
Balonmano Valladolid se ha rechazado. El presidente del club, Óscar Simón,
lanzó ya un órdago contra Raúl Torres el pasado 19 de febrero. “Si Raúl Torres
ejecuta esa sentencia, el club desaparecerá”. Toda la presión sobre un
extrabajador que se marchó porque se le debía dinero.
Óscar Simón ha convocado esta mañana a la prensa para explicar los
últimos movimientos del club para eludir el abono de la indemnización a Torres
reconocida en los tribunales y sortear el embargo de las cuentas del Balonmano Valladolid. Ante los medios de comunicación, Simón ha leído
el siguiente comunicado:
“En Junta Directiva celebrada el pasado día 3
de marzo de 2014, se decidió por unanimidad solicitar ante el Juzgado de lo Mercantil
la entrada del Club Balonmano
Valladolid en concurso de acreedores, lo cual se ha llevado a efecto en
la mañana de hoy. Las causas que han motivado esta decisión han sido la imposibilidad de hacer frente a todos los
pagos del mes de febrero y, principalmente, la ejecución por parte de Raúl Torres Martín de la sentencia, con el
consiguiente embargo de las cuentas bancarias del club. En este momento
comienza una nueva andadura. Esta Junta Directiva continuará trabajando siempre
por el presente y futuro del Club Balonmano Valladolid”.
Óscar Simón, presidente del Balonmano Valladolid. |
Óscar Simón ha cargado con dureza contra el exgerente con el que se
intentó un acuerdo de última hora el pasado jueves a través de su abogado. “Ha sido la gota
que ha colmado el vaso y hubiera pasado lo mismo si cualquier otro hubiera
solicitado la ejecución de una sentencia, por lo que el concurso de acreedores
supone un ejercicio de
responsabilidad en esa
lucha por mantener el club”, ha defendido el presidente del Balonmano
Valladolid que ha hipotecado el futuro de la entidad en el Juzgado de lo Mercantil.
“El club
dependerá del administrador concursal en lo que respecta al plano financiero,
pero las decisiones seguirán estando en manos de la junta directiva (…) Tenemos
que ser optimistas respecto al futuro del club y esta decisión
se ha tomado en aras de la viabilidad del mismo, siguiendo los pasos de otros
equipos de Asobal como Granollers, Aragón o Ademar de León”, ha añadido Simón. “No
es el fin del mundo”, ha resumido el presidente de la entidad vallisoletana. “El
que entra en concurso es el club, pero hay unos patrocinadores solventes que
van a seguir apoyando”.
El Balonmano Valladolid, según ha expuesto el contable Eduardo Toquero,
tiene una deuda de 1.583.000 euros a fecha de 28 de febrero. El mayor acreedor
es Hacienda (700.000 euros). El club adeuda, además, 200.000 euros a la
Seguridad Social, 398.000 euros a personal anterior y actual, 203.000 euros a
entidades bancarias y 116.000 euros a proveedores.