Rescinde de mutuo acuerdo su contrato con el club. El base estadounidense
ya estuvo a punto de marcharse hace un mes por problemas de cobro. Ha disputado
dieciocho partidos.
Jason Rowe, en su último partido con el CB Valladolid. Imagen: C. Minguela (ACB Photo) |
Otro que se va. El CB Valladolid es un barco a la deriva con una vía de
agua sin solución. Los pasajeros, uno a uno, están abandonando la nave. Jason Rowe ha
sido el último. El base estadounidense de 35 años ha llegado a un acuerdo con
el club para rescindir su contrato. El CB Valladolid no ha puesto obstáculos a
su salida. El rendimiento de Rowe había bajado mucho en las últimas jornadas.
El recién llegado Pepe Pozas y el islandés Vilhjálmsson habían ganado
posiciones en la rotación de Ricard Casas.
Ni Rowe quería seguir, ni el club, que se ahorra incluso la mensualidad del
mes de marzo, que siguiera. Un acuerdo cantado que deja al equipo, eso sí, con
un efectivo menos en una semana en la que se ha conocido que el serbio
Cvetinovic, con una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla
izquierda, se pierde el resto de la temporada. Ricard Casas se queda con once
jugadores incluidos el lesionado Cvetinovic y Suka-Umu e Izquierdo, que no
cuentan para el entrenador catalán.
La trayectoria de Jason Rowe, que llegó para sustituir al argentino Antonio Porta, en el CB Valladolid ha ido de más a menos.
El base, con una sólida experiencia en el baloncesto europeo, debutó con ganas en
la Liga ACB dispuesto a ganarse un nombre en España gracias a su acierto en los triples,
su habilidad en el manejo del balón y sus aptitudes defensivas. Fue MVP de la
séptima jornada con una notable actuación en Murcia: 23 puntos, con una serie de
seis de ocho en los triples, cinco rebotes y seis asistencias. 29 de
valoración.
Rowe, sin embargo, no ha tenido continuidad y se ha apagado con el paso
de las jornadas y de las derrotas. Ha jugado dieciocho partidos con una media de
8.4 puntos y 3.6 asistencias en 24 minutos por partido. Su peso en el equipo se
ha reducido, en especial desde que se plantara hace un mes antes de la visita
del Real Madrid a Pisuerga. Rowe reclamaba el abono de dos mensualidades y de
una generosa deuda telefónica y de multas de coche. Un acuerdo in extremis
evitó ya la salida del base.
En las últimas cuatro jornadas, Rowe apenas ha promediado 3.2 puntos y
3.2 balones perdidos en veinte minutos por partido. La desmotivación era
evidente en la pista y también la falta de confianza de Ricard Casas. Jason
Rowe se une a Luther Head, Antonio Porta, Akeem Wright, Panagiotis Vasilopoulos,
Drew Viney, Melvin Sanders y el lesionado Nikola Cvetinovic. Un naufragio en
toda regla en una temporada aciaga que solo puede, aún, empeorar.