El guardameta argentino
salva en el descuento un disparo de Javi Guerra. Óscar había rematado diez
minutos antes al larguero. El Málaga comenzó mucho mejor con un gol de Santa Cruz y
con Mariño como héroe. Larsson empató a la media hora en una jugada aislada.
Óscar, que jugó media hora, rozó el gol de la victoria. Fotos: www.realvalladolid.es |
Por mucho que el público de
La Rosaleda concluyera el partido exigiendo la rubia cabellera de Schuster, el
empate es un resultado correcto para las aspiraciones de permanencia en Primera del
Málaga y muy malo para el Real Valladolid que lleva ya once tablas en 26
jornadas. Y, sobre todo, solo cuatro victorias. No se equivocaba Juan Ignacio.
De punto en punto no es suficiente. En Málaga, solo valía la victoria.
Caballero, con su trascendental parada a Javi Guerra, ha ahogado un poco más a un Real Valladolid al que ya casi no le quedan flotadores para continuar en Primera. Una jornada más, tocará cruzar los dedos y esperar que Elche, Getafe y Almería, que juegan ante Celta (en el Martínez Valero), Espanyol (en el Coliseum Alfonso Pérez) y Barça (en el Camp Nou), respectivamente, echen una mano y sigan a tres puntos.
La permanencia se complica jornada tras jornada. Son tres puntos, apenas una victoria, sí, pero el Real Valladolid no ofrece síntomas de que sea capaz de ganar a nadie. Solo en los dos últimos meses ha sido incapaz de sumar tres puntos contra cuatro rivales directos en la zona baja: Betis y Elche, en Zorrilla, y Getafe y Málaga, a domicilio. Solo empates. Y de punto en punto…, ya lo saben.
Guerra tuvo la victoria en sus botas. También Óscar diez minutos antes. El salmantino, que jugó la última media hora tras cuatro jornadas ausente por lesión, reventó el balón en el larguero en un lanzamiento dentro del área. Otra victoria que se escapa. El Málaga, que fue de más a menos, terminó por salvar un punto. El público de La Rosaleda se marchó a casa muy enfadado con el susto en el cuerpo.
La victoria del Real Valladolid habría sido, sin embargo, una recompensa excesiva. El equipo de Schuster fue muy superior en el primer cuarto de hora del partido. El Málaga se adelantó con un gol del paraguayo Roque Santa Cruz en un saque de esquina. Los blanquivioletas, otra vez, recibieron un duro castigo a sus carencias defensivas en las jugadas de estrategia. Y el descosido pudo ser todavía mayor.
Mariño mantuvo en pie a un Real Valladolid que, pese a todo lo que se jugaba, salió dormido. Una horrorosa salida con muchos aspectos en común con la goleada en Granada. Nula intensidad y concentración defensiva. Avalancha del rival. Y, claro, gol en contra. El Málaga había avisado en seis ocasiones previas en apenas once minutos: tres del ucraniano Iakovenko y una de Santa Cruz, Amrabat y Camacho.
Caballero, con su trascendental parada a Javi Guerra, ha ahogado un poco más a un Real Valladolid al que ya casi no le quedan flotadores para continuar en Primera. Una jornada más, tocará cruzar los dedos y esperar que Elche, Getafe y Almería, que juegan ante Celta (en el Martínez Valero), Espanyol (en el Coliseum Alfonso Pérez) y Barça (en el Camp Nou), respectivamente, echen una mano y sigan a tres puntos.
La permanencia se complica jornada tras jornada. Son tres puntos, apenas una victoria, sí, pero el Real Valladolid no ofrece síntomas de que sea capaz de ganar a nadie. Solo en los dos últimos meses ha sido incapaz de sumar tres puntos contra cuatro rivales directos en la zona baja: Betis y Elche, en Zorrilla, y Getafe y Málaga, a domicilio. Solo empates. Y de punto en punto…, ya lo saben.
Guerra tuvo la victoria en sus botas. También Óscar diez minutos antes. El salmantino, que jugó la última media hora tras cuatro jornadas ausente por lesión, reventó el balón en el larguero en un lanzamiento dentro del área. Otra victoria que se escapa. El Málaga, que fue de más a menos, terminó por salvar un punto. El público de La Rosaleda se marchó a casa muy enfadado con el susto en el cuerpo.
La victoria del Real Valladolid habría sido, sin embargo, una recompensa excesiva. El equipo de Schuster fue muy superior en el primer cuarto de hora del partido. El Málaga se adelantó con un gol del paraguayo Roque Santa Cruz en un saque de esquina. Los blanquivioletas, otra vez, recibieron un duro castigo a sus carencias defensivas en las jugadas de estrategia. Y el descosido pudo ser todavía mayor.
Mariño mantuvo en pie a un Real Valladolid que, pese a todo lo que se jugaba, salió dormido. Una horrorosa salida con muchos aspectos en común con la goleada en Granada. Nula intensidad y concentración defensiva. Avalancha del rival. Y, claro, gol en contra. El Málaga había avisado en seis ocasiones previas en apenas once minutos: tres del ucraniano Iakovenko y una de Santa Cruz, Amrabat y Camacho.
Camacho avisó al Real Valladolid en el primer cuarto de hora. |
El Málaga, en quince minutos, había podido sentenciar el encuentro y mandar casi a Segunda a un Real Valladolid que no se enteraba de nada. De poco servía la novedosa inclusión de Manucho como compañero de Javi Guerra en la delantera. El error del Málaga, que desperdició una clara contra en los pies de Amrabat, fue no matar el partido y echarse para atrás demasiado pronto con una mínima ventaja.
Casi sin hacer nada, apenas un buen cabezazo de Guerra que se marchó fuera por poco, el Real Valladolid se encontró el empate en una afortunada jugada dentro del área que resolvió Larsson. El sueco recogió un balón que rebotó en un defectuoso control de Manucho ante una defensa malagueña que en el eje de la zaga es de lo más flojo de Primera. El empate que era un mal resultado al principio del encuentro, era una hazaña al descenso visto el discurrir del duelo.
El Real Valladolid había salvado la papeleta pero seguía necesitando la victoria. Y, pese a las grandes ocasiones de Óscar y Guerra, no se hizo acreedor a ella en el segundo tiempo. El Málaga, con un ritmo muy inferior, controlaba y ganaba tiempo. El punto no era del todo malo. Santa Cruz, que le ganó clamorosamente la espalda en dos ocasiones a Peña, tuvo incluso la victoria en su cabeza.
La grada de La Rosaleda, tras el paradón de Caballero a Guerra, pedía la cabeza de Schuster. El Real Valladolid, con un nuevo empate, abandonaba el césped sin entender el cabreo de la afición malagueña. Otros están mucho peor. El Real Valladolid necesitaba ganar y se llevaba otro insuficiente punto para afrontar sin agonía la próxima visita del Barça a Zorrilla. Entonces hasta un empate, que sería casi una gesta, no servirá para salir del descenso.
Málaga 1: Willy Caballero; Jesús Gámez (Flavio Ferreira 81’), Sergio Sánchez, Angeleri, Antunes; Camacho, Tissone (Pablo Pérez 60’), Iakovenko (Samu 60’), Duda, Amrabat; y Santa Cruz.
Real Valladolid 1: Mariño; Rukavina, Jesús Rueda, Mitrovic, Peña; Álvaro Rubio (Marc Valiente 82’), Rossi, Larsson (Óscar 62’), Rama; Javi Guerra y Manucho (Omar 76’).
Goles:
1-0 (Min. 13). Saque de esquina de Duda que remata de cabeza Santa Cruz. El paraguayo estaba solo. Fallo de marcaje de la defensa. Mitrovic llegó tarde.
Larsson bate al argentino Willy Caballero. |
Árbitro: Undiano Mallenco (colegio navarro). Amonestó a Mitrovic (80’), por el Real Valladolid.
Incidencias: 26ª jornada de la Liga BBVA. La Rosaleda.
Las notas:
Mariño (8): Decisivo en el primer cuarto de hora de abrumador dominio del Málaga. Salvó un gol cantado de Camacho y un peligroso disparo de Iakovenko. En el segundo tiempo, arriesgó mucho con un regate dentro del área a Duda. Casi pierde el balón con la portería vacía.
Rukavina (7): La mejor opción ofensiva del Real Valladolid en las bandas. Puso dos centros muy buenos en el primer periodo. Guerra cabeceó fuera por poco. En el segundo centro, el mal control de Manucho acabó en los pies de Larsson, que marcó. Ya en la recta final, otro pase de Rukavina llegó a Óscar, que remató al larguero.
Jesús Rueda (5): Sin fallos con el esférico en movimiento. Pero, como todo el equipo, frágil a balón parado.
Mitrovic (4): No estuvo bien en el gol de Santa Cruz. Llegó muy tarde. Como Rueda, correcto salvo en las jugadas de estrategia.
Peña (4): Poco participativo en ataque. En el segundo tiempo, Santa Cruz le ganó claramente en dos ocasiones la espalda. El paraguayo, en ambas ocasiones, estuvo muy cerca del gol con dos cabezazos. En los últimos minutos, condujo en exceso una peligrosa contra que estropeó tardando en soltar el balón.
Álvaro Rubio, superado en la batalla del centro del campo. |
Rossi (5): Discreto. Como Rubio, superado en el arranque del partido y con numerosas pérdidas en la circulación del balón. Mejor físicamente que el riojano. En el tiempo añadido, desperdició un saque de esquina. ¡Cómo echa de menos el equipo a Ebert en las acciones a balón parado! Antes del descanso, el italiano tampoco estuvo hábil en una buena falta en la frontal.
Larsson (6): Tercer gol de la temporada del sueco. Aprovechó un mal control de Manucho para superar a Caballero. A la hora se fue al banco por Óscar. Demasiado pronto. Estaba incomodando a Antunes, que luego subió con más facilidad.
Valdet Rama no ha repetido ante el Málaga su buena actuación contra el Levante. |
Javi Guerra (6): Tuvo dos buenas ocasiones, una en cada periodo. En la primera, cabeceó fuera por poco un centro de Rukavina. En el tiempo añadido, Caballero le salvó un disparo al primer palo dentro del área.
Manucho (6): No contó con opciones de remate. Peleó bien por los balones aéreos. Omar entró por el angoleño en el último cuarto de hora.
Óscar (7): Jugó media hora tras cuatro jornadas lesionado. Y se notó para bien. El Real Valladolid es otro con Óscar en el campo. Acarició el gol con un disparo al larguero dentro del área. En el tiempo añadido, encontró a Guerra que se presentó solo ante Caballero, que impidió el gol.
Omar (4): Solución de Juan Ignacio para jugar con un 4-2-3-1 el último cuarto de hora. No encontró opciones para centrar ni para disparar.
Marc Valiente (5): A ocho minutos del final entró por Rubio para recordar sus lejanos inicios en el fútbol en los que jugaba a menudo como centrocampista.
Juan Ignacio Martínez (4): Al técnico alicantino no le valía el empate, y el partido acabó en empate. Volvió a jugar con dos delanteros, aunque esta vez con Manucho en vez de Osorio. Pero el equipo, pese a lo que se jugaba, salió dormido. Sustituyó demasiado pronto a Larsson y probó sin suerte con solo un punta (Guerra) y tres mediapuntas en el último cuarto de hora para llevarse los tres puntos.