domingo, 19 de mayo de 2019

Borja: “Ha sido una carrera muy bonita, pero este final es de traca”

El centrocampista del Real Valladolid se despide del fútbol, a sus 38 años, en su casa, en Zorrilla: “Vuelvo a mi equipo, juego más que nunca y ascendemos. Con toda la afición, nuestros amigos, el club y la familia volcada. Volvemos a Primera, nos salvamos una jornada antes y eso me da la posibilidad de despedirme del fútbol en mi casa, con los míos, y míos es una palabra muy amplia. ¿No es de cine? Ni el que escribió ‘La La Land’ podría haberlo hecho más ñoño”.


Borja ha dedicado unas líneas, escritas antes del partido ante el Valencia, para despedirse como jugador profesional:

“Buenas tardes, noches, mañanas, mediodías, amaneceres u ocasos. El ocaso es justo lo que me toca a mí hoy.

Escribo esto antes de mi último partido como profesional. Titulo así esta carta (Hasta luego Lucas) porque de esta manera se despidió un amigo -también- en su despedida como profesional. Creo que hay que tomarse todo con humor y no es una pose. Los más cercanos a mí saben que hasta en el momento más duro de mi vida no pude parar de reírme, también de llorar. Ya habéis comprobado que lloro.

Hoy es mi último partido. Este momento sabía que iba a llegar, pero no tan pronto. Tan pronto pensando en épocas recientes, ya que si hace años, cuando me decían que seguro que llegaba hasta los treinta y cinco jugando (Víctor), o cuando con treinta y uno estuve a punto de dejar el fútbol, o cuando me fui tres veces a la India a jugar, por ejemplo, no hubiera apostado nada por alcanzar esta edad.

Me voy tranquilo, es duro, mucho. Imagino que más cuando sabes que podrías jugar un poquito más. Aquí, en otra categoría o en otro país. Al fin y al cabo es hacer lo que todos nosotros, los futbolistas, soñamos desde pequeños. Jugar, divertirse, competir, disfrutar del verde… Da igual dónde. Espero que los veteranos me acojan pronto. Pero me voy tranquilo. Nostálgico, mucho. Agradecido, mucho. Feliz, mucho.

Tengo mucho que agradecer, posiblemente es por algo, es de ida y vuelta, pero eso que lo digan otros. Agradecido hasta en este final, del cual el Flaco Valerón me diría “es que tienes estrella, manillo”. Ha sido una carrera muy bonita, pero este final es de traca. Vuelvo a mi equipo, juego más que nunca y ascendemos. Con toda la afición, nuestros amigos, el club y la familia volcada. Volvemos a Primera, nos salvamos una jornada antes y eso me da la posibilidad de despedirme del fútbol en mi casa, con los míos, y míos es una palabra muy amplia. ¿No es de cine? Ni el que escribió ‘La La Land’ -película que me encantó- podría haberlo hecho más ñoño.

Quiero escribir esto antes del partido por una razón: Pase lo que pase hoy -que no aguante mucho en el campo, que me lesione, que la pifie, etc.- todo ya está hecho. Nada debe emborronar ni agrandar lo que he conseguido y lo feliz que he sido viajando, jugando, sufriendo, porque ha habido mucho sufrimiento también -problemas del primer mundo, vale, pero se sufre-, y compartiendo con mucha gente.

Gracias por tanto, a muchos. Ya dije ayer en la rueda de prensa de despedida que el que sabe que tengo algo que agradecerle, no hace falta que le nombre. Sabe que una parte va para él.

Mi último párrafo es para ti, me encantaría que pudieras estar hoy aquí, pero desgraciadamente eres el único que no puede hacerlo. Te quiero Pepiño.

Os deseo una feliz vida a todos y aúpa Pucela.

Peces.

Hasta luego, Lucas.

P.D.: Y recordad que la suerte es para el que no sabe.