A
seis puntos (77-71) tras una brillante segunda mitad. El Melilla dominaba
claramente al descanso (46-25), pero el conjunto de Paco García reaccionó y entró
al último minuto con opciones de victoria (73-69) para pasar la eliminatoria.
Una digna despedida para el equipo carmesí, que cierra la temporada con la
cabeza alta.
Vucetic busca el tapón ante Aboubacar. Fotos: Nuria Rioja vía Twitter Carramimbre CBCV. |
El Carramimbre CBCV
cayó en el quinto y decisivo partido de la serie (77-71) y puso fin a una
temporada de ensueño. Los de Paco García, que llegaron a estar 24 puntos abajo,
nunca dejaron de creer y demostraron, por enésima vez, su orgullo y gen
competitivo para remontar, aunque terminaron muriendo en la orilla y bajando el
telón a un curso maravilloso.
Como en la primera
visita al Javier Imbroda, el Carramimbre aterrizó en la ciudad autónoma sin
presión, cediendo completamente el papel de favoritos a los locales, pero con el lastre
mental que supuso la derrota del pasado sábado en Pisuerga.
En los compases
iniciales, primó más la alegría carmesí ante un Melilla atenazado y errático,
que evidenciaba nervios y ansiedad. Así, el CBC Valladolid aprovechó dichas
sensaciones para cargar la pintura, sostenerse con el rebote ofensivo y
mantener la igualdad (11-12) durante todo el primer periodo, a pesar de que los
locales apretaron el acelerador en la recta final del cuarto inaugural (19-14).
Los de Alejando Alcoba no iban a levantar el pie.
No tardaron los
melillenses en afinar la puntería y comenzar a desarbolar al Carramimbre desde
la larga distancia. Dos triples de Josep Franch y otro de Jonathan Guilling
pusieron tierra de por medio con un Ciudad de Valladolid que entró en barrena
en ataque y se diluyó defensivamente. Los de Paco García se encasquillaron en
los veinte puntos y ni siquiera dos tiempos muertos consecutivos del técnico
vallisoletano reanimaron a un Carramimbre visiblemente cansado y tocado
mentalmente (35-20).
Intensos en defensa
y liderados por un inspirado Jonathan Gilling (15 puntos, 17 de valoración y
5/7 en triples al descanso), los melillenses rompieron el partido con un
parcial de 17-0 que frenó Jonathan Kazadi (8 puntos), el único jugador carmesí
que parecía mínimamente acertado de cara al aro.
El Carramimbre sacó orgullo y vendió muy cara la derrota a pesar del adverso marcador de la primera mitad. |
Después de cuatro
partidos y medio, ni siquiera las variantes tácticas en la defensa ni el
pundonor consiguieron sorprender a un Melilla Baloncesto que dominaba en todos
los aspectos del juego: 7/14 en los triples contra el 1/10 vallisoletano, 25-16 en los rebotes y 12-4 en las asistencias. Los números hablaban por sí solos y el
Carramimbre estaba abocado a una epopeya épica, aunque el factor sorpresa del
partido inaugural de la eliminatoria ya no jugaba a su favor.
Aun así, lo cierto
es que los primeros minutos de la segunda parte recordaron por momentos a la
remontada que propició la campanada inicial en el Javier Imbroda. Un parcial de
0-9 encendió todas las alarmas en el conjunto dirigido por Alejandro Alcoba,
quien se vio obligado a parar el partido cuanto antes. Buscando objetivos
cortos, el Carramimbre había dado un paso adelante para meterse en el encuentro,
aunque faltaba lo más difícil: darle la vuelta. Ese era el objetivo para un
último periodo al que se llegó con un 60-49, con media remontada del cuadro carmesí.
Consumar la
reacción, sin embargo, son palabras mayores. Los nervios afloraron en ambos
bandos y, después de dos minutos sin que se moviera el marcador, el Carramimbre golpeó con
un parcial de 2-6, que tuvo que enfriar de nuevo el entrenador local. El Melilla
Baloncesto, ya con el miedo en el cuerpo, se encomendó a un Caleb Agada
valiente, que sostuvo a sus compañeros. La enésima gran actuación del exterior
nigeriano, sumada a varias decisiones arbitrales controvertidas, evitó el ‘sorpasso’ vallisoletano
en los momentos críticos (68-60).
Gantt inicia una penetración hacia el aro del Melilla Baloncesto. |
Finalmente, la
frialdad del Melilla desde la línea de los tiros libres dio la puntilla (77-71) a
un Ciudad de Valladolid que no pudo en la primera mitad y al que no le dejaron
en la segunda, pero que acabó muriendo en la orilla y con la cabeza alta. Abajo
el telón a una temporada carmesí de ensueño.
Ficha técnica:
Club Melilla Baloncesto 77 (19+27+14+17): Javi Marín (2), Txemi Urtasun (10),
Caleb Agada (15), Stojan Gjuroski (5) y Felipe Dos Anjos (9) -quinteto titular-.
También jugaron: Jonathan Gilling (17), Juan Rubio (3), Josep Franch (9), Darko
Balaban (6) y Vasilije Vucetic (1).
Carramimbre CBC Valladolid 71 (14+11+24+22): Óscar Alvarado (5), Greg Gantt (12),
Álex Reyes (13), Sergio de la Fuente (15) y Jubril Adekoya (2) -quinteto
titular-. También jugaron: Seydou Aboubacar (7), Jonathan Kazadi (13), Daniel
Astilleros (4) y Carlos Novas (-).
Árbitros:
Morales Ruiz, López Lecuona y Lucas Martínez. Eliminaron, por cinco faltas
personales, a Vasilije Vucetic y Javi Marín, del Club Melilla Baloncesto, y a
Jonathan Kazadi, del Carramimbre CBC Valladolid.
Incidencias: Quinto y último encuentro de los playoffs de
ascenso de la Liga LEB Oro. Pabellón de los Deportes Javier Imbroda Ortiz.
Crónica de www.cbcvalladolid.es