jueves, 16 de mayo de 2019

El Carramimbre sueña con completar la machada ante el Melilla en Pisuerga

La eliminatoria llega igualada (1-1) a Valladolid, con los dos próximos compromisos en territorio carmesí. “El primer día ganamos más rebotes y perdimos menos balones. En el segundo fue al revés. Esa es la diferencia entre la victoria y la derrota”, ha explicado Paco García, que cumplirá mil partidos como técnico.

Óscar Alvarado marcará el ritmo del duelo. Foto: Nuria Rioja vía Twitter CBC Valladolid.
Dos partidos separan al Carramimbre CBCV de la Final Four por el ascenso a la Liga ACB y dos partidos quedan en Pisuerga en esta temporada.

Las cuentas son sencillas para mantener viva la llama de la promoción. Los de Paco García, encomendados a su público, tienen en su mano cerrar la serie ante el poderoso Melilla Baloncesto. Sorprendieron en el punto inaugural (76-78), aunque no pudieron doblegar al Melilla una segunda vez (76-70). Con la eliminatoria igualada después de lo visto en el Javier Imbroda, ha quedado claro, no obstante, que las opciones del Carramimbre para superar la serie son muy reales.

De esta manera, el feudo carmesí tiene la llave de la eliminatoria. El conjunto de Paco García deberá confirmarlo el jueves (21 horas) y el sábado (19 horas) ante un rival, el Decano de la competición, que sigue siendo el favorito para estar en Bilbao luchando por la segunda plaza de ascenso.

La semana pasada en el Javier Imbroda, los pupilos de Paco García volvieron a demostrar sobradamente lo que les ha llevado hasta aquí. No solo pueden competir contra cualquiera sino que también pueden vencer a cualquiera. Dos realidades con un mundo de diferencia.

La victoria en el primer partido y la actuación del segundo, a pesar de la derrota, denotan que el gen competitivo del Carramimbre CBCV está intacto y que hay piernas para un par de machadas más. Ambas, eso sí, pueden ser más “sencillas” con el factor Pisuerga de su lado.

La igualdad ha sido la nota predominante en los dos primeros partidos en el Javier Imbroda de la ciudad autónoma. Si en el primer encuentro los pupilos de Paco García impusieron su juego veloz y rápido para golpear desde la larga distancia, con una gran actuación del MVP Álex Reyes y un siempre inspirado Sergio de la Fuente, no pudieron repetir éxito con el mismo sistema en el segundo envite. Cerca estuvieron, pero los 34 tantos de valoración de Caleb Agada lo evitaron en buena medida.

Alejandro Alcoba, conocedor de que frenando a Álex Reyes y Sergio de la Fuente iban a llegar los problemas en ataque para las ardillas, cumplieron a la perfección dicho cometido. Y se cumplieron también las cábalas. A pesar de que emergieron los puntos de Greg Gantt y Mike Torres, finalmente el Carramimbre no repitió sorpresa ante un conjunto, el melillense, con mucho talento y potencia en la pintura.

Los detalles marcarán las diferencias en una eliminatoria que se está decidiendo por márgenes muy cortos, lo cual erige al factor Pisuerga como vital para ser el juez. Los melillenses, aún favoritos para imponerse en la serie, tendrán que sobreponerse a un ambiente hostil y un conjunto que le está plantando cara hasta el límite. Las ardillas por su parte, buscarán la machada con una menor rotación en el banquillo y meterse en la Final Four sin necesidad de tener que jugar un quinto partido en Melilla, con todo lo que ello conlleva.

“Nos hemos ganado el derecho a soñar. Sueño con ganar el jueves, no hay más partido que ese, aunque indudablemente ellos siguen siendo los favoritos”, ha precisado Paco García en la previa de los dos próximos encuentros de la eliminatoria de los playoffs ante el Melilla Baloncesto. Para sacarla adelante, eso sí, el Carramimbre CBCV deberá pulir una serie de detalles porque los márgenes entre melillenses y vallisoletanos están siendo muy cortos.

“El equipo no se descompone nunca y esa es una gran virtud, siempre competimos. Estuvimos veinte abajo y fuimos poco a poco, con objetivos cortos”, ha señalado el técnico vallisoletano sobre el primer encuentro, aunque en el segundo las tornas variaron.

“Ellos mejoraron mucho sus números y nos cuesta frenarlos en la zona. En frío, hemos encajado lo mismo los dos días, pero no hemos anotado tanto. Son diferencias muy cortas, aunque aún tenemos margen de mejora”, ha subrayado Paco García. “El primer día ganamos más rebotes y perdimos menos balones. En el segundo fue al revés. Esa es la diferencia entre la victoria y la derrota”, ha explicado.

No obstante, en esta ocasión, el ambiente hostil será para el Melilla, algo que ilusiona al entrenador vallisoletano, quien alcanzará los mil partidos como primer entrenador:

“Es muy emocionante estar en la oficina y ver que la gente entra continuamente a por entradas. Va a haber un muy buen ambiente, la gente rezuma ganas de vernos ganar. Si hay algo que me fastidia, es pensar que la temporada se puede terminar. La vida tan sana de este equipo es buenísima y me va a dar pena porque va a ser difícil reunir otro grupo humano así, pero los chicos tienen ganas de alargar esto”.