El equipo de Diego
Merino renueva título con una buena actitud defensiva y el acierto a palos de
Griffiths.
Los jugadores del VRAC celebran el título. Fotos: www.valladolidrac.com |
Primer título de la
era Diego Merino llegado tras un partido en el que ambos conjuntos demostraron
que aún les falta rodaje y en el que el VRAC demostró más hechuras que su
remozado oponente para hacer valer su pegada y levantar un nuevo trofeo que,
sin lugar a duda, insuflará renovados bríos y dotará de confianza al equipo a
una semana del inicio de la Liga.
En el comienzo del encuentro, las fuerzas se mostraron igualadas, con Ordizia intentando desquitarse de la presión inicial quesera y marrando un golpe de castigo en los primeros minutos. No se pusieron por delante y el VRAC siguió insistiendo en su fogosidad en el achique de los espacios.
De este modo, Perico robaría un oval en la zona de veintidós ordiciarra y asistió a Francisco Blanco para lograr el primer ensayo de esta Supercopa. Marca que llevó al cuadro vasco a prolongar su dominio en la touch y a mejorar en melé, lo que, a la postre, alejó al VRAC del contacto con el cuero y de la posibilidad de hacer daño a su adversario. Éste recortó distancias diez minutos después del ensayo de Francisco Blanco con un golpe de castigo transformado por Palumbo.
El partido resultaba trabado y con múltiples imprecisiones, pero era Ordizia el que sacaba mayor rédito del juego estático que uno y otro adolecían. Palumbo volvió a fallar un golpe de castigo y el VRAC Quesos Entrepinares, con el paso de los minutos, recuperó parte del dominio perdido ante el empuje de la delantera vasca y volvió a acercarse con peligro a la zona de veintidós. No en vano, no consiguió atravesar la línea de ensayo y el marcador llegó al descanso con el parcial de 3-5 reinante.
Tras el tiempo de asueto, el partido no se pudo poner peor para los intereses visitantes con la tarjeta roja que vio Stefano Tucconi, la cual dejaría al VRAC Quesos con catorce jugadores justo antes de que Griffiths ampliase mínimamente la ventaja con un nuevo golpe de castigo transformado (3-8).
Al VRAC le toco multiplicarse y frenar con esfuerzo las embestidas locales. Más aún cuando se quedó con trece en el minuto 66 de partido por amonestación temporal de Alberto Blanco. Sin embargo, Chipman, de Ordizia, también vería la amarilla y la diferencia numérica fue salvable. Máxime cuando Griffiths pasó un nuevo golpe de castigo a diez minutos del final (3-11).
Entonces, Ordizia se desató, pero el VRAC Quesos Entrepinares supo mantener a raya al cuadro vasco en los últimos minutos. No pasó grandes apuros y, sobre la bocina, maquilló definitivamente el electrónico con un nuevo golpe de castigo transformado por Gareth Griffiths. Así, sumó un nuevo título a sus vitrinas: su tercera Supercopa de España, la segunda consecutiva.
En el comienzo del encuentro, las fuerzas se mostraron igualadas, con Ordizia intentando desquitarse de la presión inicial quesera y marrando un golpe de castigo en los primeros minutos. No se pusieron por delante y el VRAC siguió insistiendo en su fogosidad en el achique de los espacios.
De este modo, Perico robaría un oval en la zona de veintidós ordiciarra y asistió a Francisco Blanco para lograr el primer ensayo de esta Supercopa. Marca que llevó al cuadro vasco a prolongar su dominio en la touch y a mejorar en melé, lo que, a la postre, alejó al VRAC del contacto con el cuero y de la posibilidad de hacer daño a su adversario. Éste recortó distancias diez minutos después del ensayo de Francisco Blanco con un golpe de castigo transformado por Palumbo.
El partido resultaba trabado y con múltiples imprecisiones, pero era Ordizia el que sacaba mayor rédito del juego estático que uno y otro adolecían. Palumbo volvió a fallar un golpe de castigo y el VRAC Quesos Entrepinares, con el paso de los minutos, recuperó parte del dominio perdido ante el empuje de la delantera vasca y volvió a acercarse con peligro a la zona de veintidós. No en vano, no consiguió atravesar la línea de ensayo y el marcador llegó al descanso con el parcial de 3-5 reinante.
Tras el tiempo de asueto, el partido no se pudo poner peor para los intereses visitantes con la tarjeta roja que vio Stefano Tucconi, la cual dejaría al VRAC Quesos con catorce jugadores justo antes de que Griffiths ampliase mínimamente la ventaja con un nuevo golpe de castigo transformado (3-8).
Al VRAC le toco multiplicarse y frenar con esfuerzo las embestidas locales. Más aún cuando se quedó con trece en el minuto 66 de partido por amonestación temporal de Alberto Blanco. Sin embargo, Chipman, de Ordizia, también vería la amarilla y la diferencia numérica fue salvable. Máxime cuando Griffiths pasó un nuevo golpe de castigo a diez minutos del final (3-11).
Entonces, Ordizia se desató, pero el VRAC Quesos Entrepinares supo mantener a raya al cuadro vasco en los últimos minutos. No pasó grandes apuros y, sobre la bocina, maquilló definitivamente el electrónico con un nuevo golpe de castigo transformado por Gareth Griffiths. Así, sumó un nuevo título a sus vitrinas: su tercera Supercopa de España, la segunda consecutiva.
AMPO Ordizia 3: Juan
Pérez, Maikorra, Vauchan, Barandiaran, Chipman, Mujika, Tudela, Huagututim,
Aizpurúa, Palumbo, Korta, Puyadena, Corey Simpson, Haddar y Steill. También
jugaron Zarrastoa, Del Río, Álvarez de Eulate, Azaldegi y Mikel García.
VRAC Quesos
Entrepinares 14: Francisco Blanco, Steve Barnes, Alberto Blanco, Carlos Gavidi,
Cristian Utiel, Stefano Tucconi, Adam Newton, Juan Carlos Pico, Miguel Merino,
Sergio Fernández, Gareth Griffiths, Javi Ortega, Alex Gutiérrez Muller y Javi
Ortega. También jugaron Diego Gorosito, Pablo César Gutiérrez, Borja Estrada,
Alberto Pastor y Pablo Gil.
Árbitro: Alhambra
Nievas (comité andaluz). Amonestó con tarjeta amarilla a Chipman (Ampo Ordozia)
y Francisco Blanco (VRAC Quesos Entrepinares). Vio la roja Stefano Tucconi
(VRAC Quesos Entrepinares).
Incidencias: Encuentro
correspondiente a la Supercopa de España celebrado en los campos de Altamira
ante unos 2.000 espectadores.