“Sin mis compañeros, sin el club, jamás podría haber llegado a donde
estoy ahora ni haber jugado con la selección. El rugby es un deporte de equipo
y sin los compañeros no eres nada. Ha sido un placer jugar con ellos”, asegura el tercera línea neozelandés tras cinco temporadas en Valladolid.
Su timbre de voz delata, sin necesidad de hurgar, la pena que siente.
Tras cinco temporadas, Glen Rolls da el salto a la Federal 1 francesa,
concretamente al Lormont Rugby. Un paso “importante” en su carrera que esconde
algunas incógnitas y que le aleja de la que ha sido su “familia” en las últimas
campañas. Lo expresa de un modo diáfano, en un castellano encomiable que denota
el compromiso espartano que siempre guardó con el club, su “casa”, al que
regresará tarde o temprano. “Sin mis compañeros, sin el club, jamás podría
haber llegado a donde estoy ahora ni haber jugado con la selección. El rugby es
un deporte de equipo y sin los compañeros no eres nada. Ha sido un placer jugar
con ellos”.
Glen Rolls se lleva al VRAC en su corazón. Foto: www.valladolidrac.com |
El fichaje de Rolls
se fraguó a través del exseleccionador nacional Regis Sonnes, quien ha
resultado fundamental para que el tercera línea neozelandés haya optado por
acometer este “paso importante” en su carrera deportiva. “Sé que es un cambio
grande, no solo en lo deportivo. Me atrae la experiencia pero no sé qué me voy
a encontrar. Sé que el rugby francés es muy físico. Es otro paso más y a ver
qué tal”.
Nueva etapa que la
familia del VRAC, su familia, desea que sea lo más satisfactoria posible a
pesar de que extrañará su siempre voluntarioso despliegue y la contagiosa
alegría que porta por santo y seña. Júbilo que hoy, a escasos tres días de viajar
a tierras francesas, está difuminado. “Estoy triste. Desde que llegue el club
me ha tratado como a un jugador de casa, con mucho cariño y respeto. Tengo que
decir gracias al club, a los compañeros, a la afición...”.
Agradecimientos que
personifica, sobre todo, en sus compañeros, quienes le enseñaron el castellano
“a su manera”, y en el presidente del club, José Antonio Garrote, quien le ha
ayudado “mucho con las cosas de fuera del campo”, explica Glen Rolls que,
cuestionado por sus mejores recuerdos, discierne entre los títulos y los
grandes partidos y el “rollo” con los compañeros.
“Deportivamente,
están las Ligas y los títulos ganados, aunque el mejor recuerdo que tengo son
unas semifinales de Copa ante El Salvador que ganamos cuando ellos estaban muy
fuertes. Nadie lo esperaba. Sin embargo, mis mejores recuerdos van a ser los
ratos que he pasado con todos los compañeros y miembros del club, quienes me
han tratado como si fuese de su familia cuando la mía está en el quinto pino.
Para eso juego el rugby, para disfrutar y aquí lo he hecho y mucho”, ha aseveró
Glen Rolls, que ha prometido volver si se reúnen las condiciones oportunas.
Y, a buen seguro, el
club recibirá con las puertas abiertas a un jugador que ha dejado una gran
impronta y que desde el primer día se integró a la perfección. Un neozelandés y
vallisoletano al que el VRAC Quesos Entrepinares le desea la mejor de las
suertes en esta nueva aventura, en la que a buen seguro demostrará la gran
calidad que atesora. Hasta pronto Rolson...
Reportaje
de www.valladolidrac.com