viernes, 15 de enero de 2021

La última lección del ‘profe’ don Vicente

Cantatore fallece a los 85 años con un insuperable legado en el Real Valladolid: 174 partidos en la Liga (récord absoluto), dos clasificaciones europeas (1989 y 1997), una final de Copa (1989) y un estilo propio, con una personalidad recia, que comulgó como nadie con la afición y el vestuario de Zorrilla. El mejor técnico de la historia blanquivioleta.

Cantatore ocupó el banquillo del Real Valladolid en siete temporadas
distribuidas entre tres etapas diferentes: agosto de 1985-agosto de 1986,
agosto de 1987-junio de 1989 y febrero de 1996-septiembre de 1997.
Foto: www.realvalladolid.es
Gafas ahumadas. Cigarrillo a medio consumir. Manos en los bolsillos de una holgada parka. Ojos pequeños. Mirada grande y brillante. Semblante serio. Voz ronca que sienta cátedra. A su espalda, algunos de los episodios más relevantes de la historia de un Real Valladolid que hoy le llora y le homenajea.

Don Vicente no tenía doblez. Era como era. El fútbol le apasionaba y en su figura se mezclaban como una sola sus facetas de profesional y persona. Siempre recto. Siempre cercano. Siempre dispuesto a dar la cara por los suyos. Siempre orgulloso de ser el capitán de un barco, de su barco. Del mejor de todos.

Todos los que convivieron con el chileno destacan su fuerte personalidad y su increíble capacidad para motivar a los futbolistas. Un psicólogo deportivo antes siquiera de que se comenzara a plantear la necesidad de ese rol en el fútbol profesional. Un motivador mayúsculo capaz de hacer que cada jugador siempre diera lo mejor de sí mismo por el bien del grupo.

Aquellos ojos brillantes, aquella mente lúcida y preclara, se han apagado poco a poco en los últimos años a causa de una enfermedad cruel que quiso robarle al ‘profe’ todos sus conocimientos futbolísticos y vitales. Afortunadamente, nada será capaz de borrar la grandeza de Cantatore en el Real Valladolid.

Vicente Cantatore (Rosario, 6-10-1935 / Valladolid, 15-1-2021), el mejor entrenador de la historia blanquivioleta para gran parte de la afición de Zorrilla, ha fallecido este viernes en Valladolid a los 85 años.

De padres italianos, argentino de nacimiento y chileno de corazón y nacionalidad, Cantatore vivió sus últimos años en La Cistérniga, con su hijo Marcelo y su familia, tras la pérdida de su esposa y auténtico amor de su vida, Nelly Erbetta, cuando tenía 76 años. La melancolía por su fallecimiento y la lucha contra el alzhéimer marcaron su final, alejado del mundanal ruino de la fama, aunque la afición del Real Valladolid y el club siempre trataron de hacerle llegar su inmenso cariño con un homenaje multitudinario que su enfermedad desaconsejaba.

Con Cantatore se va una parte muy importante de la historia del Real Valladolid. Si ha sido el mejor entrenador del club o no queda para el criterio futbolístico. Por ejemplo, pocos quedan para recordar al gran Antonio Barrios, que llevó al Real Valladolid de Tercera a Primera en dos años y a una final de la Copa del Rey en 1950. A la otra final copera, el Real Valladolid fue de la mano de Cantatore en 1989.

Pero la estadística arroja datos incuestionables.

Vicente Cantatore ha sido el entrenador que más partidos de Liga ha dirigido al Real Valladolid: 174. Todos ellos en Primera a lo largo de siete temporadas diferentes, otro récord en su haber. Con Cantatore en el banquillo, el Real Valladolid sumó el 50% de los puntos en juego. Solo Ipiña, con su buen trabajo en las campañas 1950/51 y 1951/52, alcanzó el 52% en esta estadística.

En reconocimiento a su trayectoria, el Real Valladolid le concedió la insignia de oro y brillantes, un galardón que recogió su hijo Marcelo ya que don Vicente estaba en su querida Viña del Mar (Chile) y no pudo acudir a la cita. En aquella gala conmemorativa del 75º aniversario del club, que pasó a la historia por el postre final de infausto recuerdo, únicamente recibió aquella distinción, a título póstumo, otro entrenador, Antonio Barrios.

Más allá de los números, la afición blanquivioleta que disfrutó con Vicente Cantatore en el banquillo de Zorrilla en dos décadas diferentes (los ochenta y los noventa), en algunos de los mejores momentos futbolísticos de la trayectoria del Real Valladolid, idolatra a don Vicente, cuya salida de la entidad resultó traumática, con la única destitución de un entrenador en la historia del fútbol radiada en directo para toda España en el programa ‘Supergarcía’.

Aquella destitución radiofónica, en septiembre de 1997 –dos días después de ser aclamado por los vallisoletanos en la Plaza Mayor mientras daba el pregón de las fiestas de la ciudad–, tuvo su origen en el desencuentro con los directivos del club, en aquel momento los hermanos Fernández Fermoselle. Una situación que no era nueva para la fuerte personalidad de don Vicente, que ya había dimitido, por diferentes razones, en otros equipos, como el Audax Italiano y el propio Real Valladolid en el curso 1987/88, con Gonzalo Alonso al frente. En aquella ocasión, Cantatore dirigió el primer partido de Liga y dejó una plantilla que, según su criterio, no se había reforzado de la forma conveniente.

Ramón Martínez, un año y medio antes de aquella dimisión, había sido el artífice de su fichaje. Martínez, entonces gerente del Real Valladolid, era (y es) un amante del fútbol sudamericano y conocía la brillante labor de Vicente Cantatore en el Cobreloa chileno, al que llevó al título en dos ocasiones (1980 y 1982) y hasta la final de la Copa Libertadores en 1981 y 1982. Cantatore, reconocido por la afición del Cobreloa como el mejor director técnico de toda la historia del club minero, fue nombrado seleccionador chileno en 1984, pero presentó su dimisión tras un partido por desavenencias con la Federación de Chile y Ramón Martínez apostó muy fuerte para traerle a España. Un destino que marcaría, sin duda para bien, el resto de su carrera deportiva y de gran parte de su vida.

En su primera temporada en Valladolid, la campaña 1985/86, el equipo quedó en una cómoda décima plaza, una plaza que repitió en el siguiente curso con Azkargorta en el banquillo tras la dimisión de Cantatore anteriormente citada. Pero al final de la Liga 1986/87, Miguel Ángel Pérez Herranz viajó a Chile y convenció a Vicente Cantatore para que volviera a hacerse cargo del Real Valladolid. Así lo hizo para llevar al equipo a la octava posición en el curso 1987/88 y a la sexta en la campaña 1988/89, con la guinda de la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid en el Vicente Calderón y, como premio, el billete para la competición europea (Recopa).

Tras aquella final de la Copa del Rey, Cantatore puso punto final a su segunda etapa en el Real Valladolid para fichar por el Sevilla.

Seis años y medio tuvieron que pasar para que Vicente Cantatore y el Real Valladolid se reencontraran.

Mientras Cantatore pasó por el Sevilla, el Universidad Católica, el Rosario Central, el Colo Colo y el Tenerife, más seis meses sabáticos, el Real Valladolid vivió el descenso a Segunda, la conversión del club en SAD, el ascenso a Primera, una promoción de permanencia con el Toledo y una salvación en los despachos fruto de la inteligencia y la autoridad de Marcos Fernández.

El 31 de enero de 1996, como si de un cierre de mercado se tratase, el Real Valladolid fichó, de nuevo, a Vicente Cantatore en una situación nueva para el chileno, que regresó como ‘salvador’ de un equipo desahuciado, que era farolillo rojo, a seis puntos de la permanencia. Pero lo salvó, cerrando la gesta con el inolvidable 3-8 en Oviedo, un 3-1 en casa ante el Real Betis y una celebración por todo lo alto en la Plaza Mayor como si fuera un título.

La campaña siguiente fue la última gran temporada del Real Valladolid en Primera División. El equipo quedó séptimo y se clasificó para la Copa de la UEFA, aunque en el siguiente curso, justo en la víspera del debut europeo blanquivioleta, ocurrió la famosa destitución en las ondas. Un suceso que, de alguna forma, junto con la muerte del presidente Marcos Fernández Fernández unos meses después marcó el devenir del Real Valladolid.

Después de dirigir al Real Valladolid en su tercera y última etapa, Vicente Cantatore entrenó al Sporting de Lisboa, el Tenerife y el Sporting de Gijón. Durante su estancia en el equipo asturiano, la directiva cuestionó la labor del preparador físico, su hijo Marcelo. Vicente Cantatore sintió que ese gesto no era sino una desconfianza hacia su labor y dimitió. Ya no volvió a entrenar. Genio y figura del banquillo hasta el final.

Descanse en paz, don Vicente Cantatore.

Necrológica de www.realvalladolid.es