El
Real Valladolid apela a la raza y rescata un punto tras una desastrosa primera
mitad. El equipo de Juan Ignacio Martínez se mantiene fuera de los puestos de
descenso. Los andaluces fueron superiores y merecieron un mejor resultado.
Ebert prueba un disparo a puerta. Fotos: Ángel Becerra (www.realvalladolid.es) |
Manucho y Ebert han evitado un desastre cantado desde el minuto 1. El
Sevilla, que llegaba con un vagón de bajas (entre ellas Rakitic, Trochowski,
Marin, M’Bia y Fazio), se adelantó entonces con un sensacional zapatazo con la
derecha de Bacca. Unai Emery sorprendió de inicio con una defensa con tres
centrales (Cala, Pareja y Navarro) con Figueiras y el nuevo internacional
español Alberto Moreno como laterales largos. La apuesta salió perfecta. El gol
de Bacca tambaleó a un Real Valladolid tenso al que le temblaban las piernas
cada vez que Vitolo y Jairo superaban la línea de mediocentros. Y eso pasaba
casi siempre. El Sevilla era amo y señor del encuentro ante un Real Valladolid
que apenas si se mostraba en ataque con el errático Bergdich.
El segundo gol era solo cuestión de tiempo. Bacca avisó con un tiro lejano que despejó Mariño y Jairo lo anticipó en una contra que culminó con un disparo desviado. El Real Valladolid estaba desbordado. Baraja y Rossi no existían ni en ataque ni en defensa. Alberto Moreno, que rompió muy bien por banda en el primer tiempo, aprovechó un balón suelto para engancharlo en la frontal y plasmar en el marcador la enorme superioridad hispalense a la media hora de partido. Cero a dos. El roto aún pudo ser mayor antes del descanso con una ocasión de Figueiras que Mariño envió a saque de esquina. Posteriormente, Cala cabeceó, por poco, alto. Zorrilla abucheaba a sus jugadores tras llegarse al descanso.
Juan Ignacio Martínez optó por jugar con dos delanteros con la entrada de Manucho en punta. El guion no cambió demasiado. El Sevilla buscó la sentencia a la contra, y perdonó. Más tarde se arrepentiría. Figueiras, solo dentro del área, remató alto. Minutos después, un peligroso disparo de Bacca, tras marcharse de Valiente y Ebert en una jugada individual, acabó en saque de esquina. El Real Valladolid tenía más tiempo el balón en los pies. El resultado le obligaba. Pero las ocasiones eran andaluzas. El juego vallisoletano era previsible, apenas si lanzamientos lejanos de Ebert y forzados balones colgados a la cabeza de Manucho.
Cuando menos se esperaba, el angoleño, con un remate de cabeza, y el alemán, con un fantástico lanzamiento de falta, castigaron a un Sevilla que se lamentaba del empate. Incluso antes del gol de Ebert, Vitolo y Gameiro, a puerta vacía, fallaron una doble ocasión. Habría sido una recompensa justa al mejor juego del equipo de Unai Emery al que solo le impidieron ganar en Zorrilla dos ramalazos de coraje de un Real Valladolid que necesita mejorar mucho para seguir fuera de los puestos de descenso. Por hoy, se salvaron ‘in extremis’ los muebles.
Alineaciones:
Real Valladolid 2: Mariño; Rukavina, Jesús Rueda, Marc Valiente, Peña; Baraja (Álvaro Rubio 67’), Rossi, Ebert, Omar (Rama 67’), Bergdich (Manucho 46’); y Javi Guerra.
Sevilla 2: Beto; Figueiras, Cala, Pareja, Fernando Navarro, Alberto Moreno; Iborra, Carriço, Jairo (Perotti 77’), Vitolo; y Bacca (Gameiro 79’).
Árbitro: Prieto Iglesias (colegio navarro). Amarillas a Rossi (19’) y Ebert (91’), por el Real Valladolid, y a Cala (4’), Carriço (34’) y Bacca (53’), por el Sevilla.
Goles:
0-1 (Min. 1). Vitolo aguanta el balón dentro del área ante la débil oposición de Peña y cede a Bacca que suelta un gran zapatazo con la derecha casi desde la frontal que se cuela pegado al palo izquierdo de Mariño.
0-2 (Min. 31). Saque de esquina que la defensa del Real Valladolid no acaba de despejar. Alberto Moreno engancha un balón suelto con un sensacional zurdazo desde la frontal.
1-2 (Min. 81). Buen centro de Peña desde la banda izquierda directo a la
cabeza de Manucho.
El segundo gol era solo cuestión de tiempo. Bacca avisó con un tiro lejano que despejó Mariño y Jairo lo anticipó en una contra que culminó con un disparo desviado. El Real Valladolid estaba desbordado. Baraja y Rossi no existían ni en ataque ni en defensa. Alberto Moreno, que rompió muy bien por banda en el primer tiempo, aprovechó un balón suelto para engancharlo en la frontal y plasmar en el marcador la enorme superioridad hispalense a la media hora de partido. Cero a dos. El roto aún pudo ser mayor antes del descanso con una ocasión de Figueiras que Mariño envió a saque de esquina. Posteriormente, Cala cabeceó, por poco, alto. Zorrilla abucheaba a sus jugadores tras llegarse al descanso.
Juan Ignacio Martínez optó por jugar con dos delanteros con la entrada de Manucho en punta. El guion no cambió demasiado. El Sevilla buscó la sentencia a la contra, y perdonó. Más tarde se arrepentiría. Figueiras, solo dentro del área, remató alto. Minutos después, un peligroso disparo de Bacca, tras marcharse de Valiente y Ebert en una jugada individual, acabó en saque de esquina. El Real Valladolid tenía más tiempo el balón en los pies. El resultado le obligaba. Pero las ocasiones eran andaluzas. El juego vallisoletano era previsible, apenas si lanzamientos lejanos de Ebert y forzados balones colgados a la cabeza de Manucho.
Cuando menos se esperaba, el angoleño, con un remate de cabeza, y el alemán, con un fantástico lanzamiento de falta, castigaron a un Sevilla que se lamentaba del empate. Incluso antes del gol de Ebert, Vitolo y Gameiro, a puerta vacía, fallaron una doble ocasión. Habría sido una recompensa justa al mejor juego del equipo de Unai Emery al que solo le impidieron ganar en Zorrilla dos ramalazos de coraje de un Real Valladolid que necesita mejorar mucho para seguir fuera de los puestos de descenso. Por hoy, se salvaron ‘in extremis’ los muebles.
Real Valladolid 2: Mariño; Rukavina, Jesús Rueda, Marc Valiente, Peña; Baraja (Álvaro Rubio 67’), Rossi, Ebert, Omar (Rama 67’), Bergdich (Manucho 46’); y Javi Guerra.
Sevilla 2: Beto; Figueiras, Cala, Pareja, Fernando Navarro, Alberto Moreno; Iborra, Carriço, Jairo (Perotti 77’), Vitolo; y Bacca (Gameiro 79’).
Árbitro: Prieto Iglesias (colegio navarro). Amarillas a Rossi (19’) y Ebert (91’), por el Real Valladolid, y a Cala (4’), Carriço (34’) y Bacca (53’), por el Sevilla.
Goles:
0-1 (Min. 1). Vitolo aguanta el balón dentro del área ante la débil oposición de Peña y cede a Bacca que suelta un gran zapatazo con la derecha casi desde la frontal que se cuela pegado al palo izquierdo de Mariño.
0-2 (Min. 31). Saque de esquina que la defensa del Real Valladolid no acaba de despejar. Alberto Moreno engancha un balón suelto con un sensacional zurdazo desde la frontal.
Manucho recorta distancias de cabeza. |
2-2 (Min. 84). Golazo de Patrick Ebert de falta directa. Rama había sido derribado
en la frontal. El alemán, de rosca con la derecha, salva un punto.
Incidencias: Novena jornada de la Liga BBVA. Estadio José Zorrilla. 13.706 espectadores. Los jugadores del Real Valladolid saltaron al césped con una camiseta de apoyo a su excompañero Sisi. El actual jugador de Osasuna se lesionó de gravedad ayer, sábado, ante el Barça.
Las notas:
Mariño (7):
Imparables los goles de Bacca y Alberto Moreno. Salvó dos goles en el primer
periodo, en un remate lejano de Bacca y en un clarísimo tiro dentro de área de
Figueiras. En los últimos minutos, con 1-2 en el marcador, se llevó un gran susto.
Gameiro, con toda la portería a su disposición, disparó, afortunadamente, alto.
Rukavina (4): Alberto Moreno penetró por su banda en el primer
periodo cuando y como quiso. No participó demasiado en el juego ofensivo. Está
en peor forma que hace una temporada.
Marc Valiente (6): Correcto. Bacca fue un rival complicado que,
además, cogió moral con el primer gol.
Jesús Rueda (5): Desapercibido. No taponó las llegadas de Jairo y
Vitolo y tuvo problemas cuando se emparejó con Bacca.
Peña (6):
Irregular, mejor en sus subidas por banda que en labores defensivas. Dejó
pensar a Vitolo en el primer gol del Sevilla. Puso, no obstante, un sensacional
centro a Manucho que significó el primer tanto del angoleño en esta temporada.
Baraja (3):
Titular por cuarta jornada consecutiva. El capitán estuvo mal. No elaboró juego
de ataque y se vio constantemente superado por la segunda línea del Sevilla.
Jairo y Vitolo camparon a sus anchas. Sustituido mediado el segundo tiempo por
Rubio, que mejoró su rendimiento.
Rossi (5):
Flojo partido del italiano que repitió como titular con Baraja. No frenó las
incorporaciones de los veloces mediapuntas del Sevilla y tampoco elaboró juego
ofensivo. Providencial tras taponar un disparo de Vitolo que iba directo a gol
antes de que Ebert empatara.
Patrick Ebert se lleva el dedo a la boca tras empatar a dos. |
Ebert (8):
Un gol, un golazo, lo cambia todo. No atraviesa su mejor momento físico. Es la
sombra del jugador que sorprendió a la Liga española en la pasada temporada,
pero no se esconde. Probó sin fortuna en varias ocasiones lanzamientos lejanos.
Y, sobre todo, salvó un punto con una soberbia rosca desde la frontal en una
falta directa. En el primer periodo, empalmó un complicado centro de Bergdich
en la mejor ocasión del Real Valladolid hasta la llegada de los goles. Se
marchó fuera.
Omar (3):
No está aprovechando la ausencia de Óscar para reivindicarse como mediapunta.
Apenas si participa. Tímido.
Bergdich (6): Se salvó del naufragio del primer periodo con su
fútbol anárquico. Sirvió un buen balón a Ebert, que el alemán no aprovechó,
tras una gran internada por la banda. Poco después, remató muy alto desde fuera
del área.
Javi Guerra (4): Gris. Sencillamente, se aburrió de no recibir
balones. Tuvo que bajar a la posición de Omar para pescar alguno. En el segundo
periodo, jugó con Manucho en punta, con el angoleño en el área.
Manucho (7): Referencia ofensiva en el segundo periodo del equipo, que le buscó con balones aéreos, la mayoría imposibles de rematar a
puerta. Rozó el gol en un saque de esquina de Ebert que picó en exceso. Cabeceó
a la perfección un gran centro de Peña. Es su primer gol de la temporada.
Rama, revulsivo de última hora. |
Rama (6):
Salió por un desaparecido Omar. Forzó la falta que supuso el empate a dos.
Juan Ignacio Martínez (3): Unai Emery le ganó con claridad la partida. Ambos
entrenadores tenían muchas e importantes bajas. Juan Ignacio repitió el once
del Camp Nou. Emery arriesgó con una defensa con tres centrales y le
sorprendió. Jugó con dos delanteros en el segundo periodo con la entrada de
Manucho.