domingo, 14 de mayo de 2017

El milagro de Wade-Chatman

Con empate a 73, el base estadounidense enchufó un triple imposible desde casi la línea de tiros libres de campo propio. El Comercial Ulsa CBC Valladolid iguala la serie tras remontar una desventaja de hasta diecisiete puntos, en el segundo cuarto, con el Aceitunas Fragata Morón.


Un milagro del estadounidense decantó la victoria del CBC Valladolid cuando el partido se iba a la prórroga tras ir perdiendo por diecisiete puntos. Sergio De la Fuente, con 24 puntos, y Boubacar Sidibe, con 10, mantuvieron al equipo de Paco García en el debut de Alberto García en los playoffs, pero finalmente fue Wade-Chatman quien confirmó el triunfo con un tiro imposible. Serie igualada (1-1) y viaje a Morón para jugar el viernes y el domingo con la necesidad de llevarse, al menos, uno de los dos encuentros y recuperar el factor cancha.

Los milagros existen. O no. Eso depende de la fe de cada uno en algo superior. Pero, indudablemente, la canasta de Henri Wade-Chatman para empatar la serie ante el Aceitunas Fragata Morón (1-1), desde su propio campo y sobre la bocina, está cerca de ser lo más parecido a un acto divino. El Comercial Ulsa remontó diecisiete puntos ante el conjunto sevillano, que tuvo pie y medio en la final de ascenso, para que finalmente el estadounidense decidiese un partido de infarto y que no pudo terminar de mejor manera.

Paco García tenía la lección bien aprendida de lo sucedido el pasado viernes, cuando las ardillas cayeron derrotadas en el encuentro inaugural de la serie ante el CB Morón por tres puntos (63-66). No podía permitirse los mismos errores. Así, sus pupilos, los guerreros de Pisuerga, quienes siguen soñando a base de casta, coraje y entrega, firmaron un gran inicio y dominaron durante los compases iniciales con un parcial de 8-2.

No se hizo esperar la reacción visitante y el vendaval, liderado por un Tyler Gaffaney excelso que terminó con 25 puntos, barrió a los vallisoletanos en este cuarto inaugural, que finalizó 14-23. Es decir, después de superar el ecuador del periodo, un parcial de 6-21 favorable a los de Rafa Rufián, que martillearon el aro de las ardillas desde la larga distancia sin que nada pudieran hacer los jugadores de Paco García para evitarlo. El propio Gaffaney, Cizmic y Alejandro Marín no fallaban. Tras la dura serie ante el Fundación Lucentum Alicante, las fuerzas estaban justas como para llegar rápido a las ayudas cuando una y otra vez desbordaban a los vallisoletanos en el uno contra uno.

Tocaba arremangarse y hacer la del conejo, que decía el bueno de Manel Comas, que en paz descanse: “Esperar con el mazo preparado hasta que aparezcan las orejas para golpearlo”. Dicho y hecho. Canasta a canasta, defensa a defensa, el conjunto carmesí no le perdió la cara al partido a pesar de registrar, en este segundo periodo, una máxima desventaja de diecisiete puntos para los de Rafa Rufián, que les dejaba contra las cuerdas. No solo respecto al choque de Pisuerga, sino a toda la serie, que pudo haberse marchado 2-0 a Sevilla y dos oportunidades de oro del CB Morón para haber sentenciado a las ardillas. Pero estaba escrito que no iba a ser así.

El destino tenía guardado un giro de guion propio de un partido de la NBA protagonizado por Michael Jordan o cualquier otra estrella de la Liga estadounidense, de donde procede, precisamente, el héroe de Valladolid, Wade-Chatman, que decidió el encuentro como solo los americanos saben: de la manera más difícil y haciendo estallar al pabellón.

Así, en el tramo final del encuentro, cuando restaban menos de tres minutos, ambos equipos se fueron sucediendo la alternancia con rentas mínimas. En Pisuerga se olía ese ambiente al que han acostumbrado los de Paco García durante los últimos meses: el de las grandes citas que se deciden en instantes finales, cuando muere el crono. El propio técnico lo reconoció en rueda de prensa con un dato revelador: once de los últimos doce partidos del CBC Valladolid se han decidido por rentas de cinco puntos o menos (el 80-59 contra el Covirán Granada de la trigésima jornada la excepción).

En busca de un paladín que diera la última estocada, apareció la figura de Henri Wade-Chatman, cuando la bola quemaba y los visitantes mandaban en el marcador por cuatro puntos de diferencia (67-71). El de Pittsburgh fue el encargado de lanzar un triple que continuase con el sueño del CBC Valladolid. Agua. El conejo seguía sin salir. No era el momento. Era demasiado fácil.

Enorme actuación de Sergio De la Fuente, con 24 puntos. Foto: CBC Valladolid.
Los sevillanos, amedrentados por la presión que ejercían unas 2.500 gargantas en el pabellón, no fueron capaces de anotar en los sucesivos ataques, salvo dos tiros libres obra de Alejandro Marín, un auténtico veterano del baloncesto nacional, curtido en mil batallas, pero en pocas, a buen seguro, como la de este domingo.

Entre Sergio De la Fuente, MVP de la jornada con 24 puntos, 7 rebotes y 8 faltas recibidas, y Boubacar Sidibe, las torres de este Comercial Ulsa, lograron empatar el encuentro (73-73) y ceder al CB Morón la oportunidad de sentenciar a las ardillas con doce segundos en el crono. Alejandro Marín agarró la bola y corrió como alma que lleva el diablo a través de la cancha para, finalmente, cometer unos dobles más propios de un cadete que de un jugador sénior ante la buena defensa local, deteniendo el reloj en unos excesivos dos segundos.

Y el milagro se obró para desgracia de unos y alegría de un pabellón Pisuerga al borde del infarto y que veía cómo aparecían opciones para vencer un duelo que al descanso estaba completamente perdido.

Henri Wade-Chatman fue el encargado de recibir una bola bendecida por Sergio De la Fuente para clavar, con el tiempo cumpliéndose durante la trayectoria y desde su propio tiro libre, un triple antológico que pasará a la historia de los anales del baloncesto vallisoletano. El balón naranja cruzó el cielo del pabellón, que guardaba un silencio sepulcral, expectante por ver dónde caía la pelotita, hasta que se coló por el aro del Aceitunas Fragata Morón y la parroquia vallisoletana estallaba, literalmente, en una fiesta de vítores y caras de incredulidad.

El milagro se había logrado, merced a un trabajo titánico de una plantilla que no entiende lo que es rendirse y bajar los brazos. A los espartanos de Paco García aún les queda mucha vida después de haberle atizado al conejo de Morón en los últimos segundos. Los próximos duelos, desde la Alameda sevillana, el viernes y el domingo.

Ficha técnica:


Comercial Ulsa CBC Valladolid 76 (14+20+20+22): Wade-Chatman (23), Astilleros (10), Graham-Bell (2), De la Fuente (24) y Sidibe (10) –cinco inicial– González (5), García (2), Esteban (-), Jota (-), Morales (-) y Mukendi (-).

Aceitunas Fragata Morón 73 (23+23+12+15): Gutiérrez (2), Alejandro Marín (10), Keshinro (16), Cizmic (10) y Kasse (-) –cinco inicial– Gaffaney (25), Javier Marín (2), Jiménez (2), Chagoyen (-) y Rodríguez (6).

Árbitros: García León y López Lecuona. Eliminado Graham-Bell, del Comercial Ulsa CBC Valladolid, por cinco faltas personales.

Incidencias: Segundo partido de las semifinales de los playoffs de ascenso de la LEB Plata. Polideportivo Pisuerga.