Con
empate a 73, el base estadounidense enchufó un triple imposible desde casi la
línea de tiros libres de campo propio. El Comercial Ulsa CBC Valladolid iguala
la serie tras remontar una desventaja de hasta diecisiete puntos, en el segundo
cuarto, con el Aceitunas Fragata Morón.
Un milagro del estadounidense
decantó la victoria del CBC Valladolid cuando el partido se iba a la prórroga
tras ir perdiendo por diecisiete puntos. Sergio De la Fuente, con 24 puntos, y
Boubacar Sidibe, con 10, mantuvieron al equipo de Paco García en el debut de
Alberto García en los playoffs, pero finalmente fue Wade-Chatman quien confirmó
el triunfo con un tiro imposible. Serie igualada (1-1) y viaje a Morón para
jugar el viernes y el domingo con la necesidad de llevarse, al menos, uno de
los dos encuentros y recuperar el factor cancha.
Los milagros
existen. O no. Eso depende de la fe de cada uno en algo superior. Pero,
indudablemente, la canasta de Henri Wade-Chatman para empatar la serie ante el Aceitunas
Fragata Morón (1-1), desde su propio campo y sobre la bocina, está cerca de ser
lo más parecido a un acto divino. El Comercial Ulsa remontó diecisiete puntos
ante el conjunto sevillano, que tuvo pie y medio en la final de ascenso, para
que finalmente el estadounidense decidiese un partido de infarto y que no pudo
terminar de mejor manera.
Paco García tenía
la lección bien aprendida de lo sucedido el pasado viernes, cuando las ardillas
cayeron derrotadas en el encuentro inaugural de la serie ante el CB Morón por
tres puntos (63-66). No podía permitirse los mismos errores. Así, sus pupilos,
los guerreros de Pisuerga, quienes siguen soñando a base de casta, coraje y
entrega, firmaron un gran inicio y dominaron durante los compases iniciales con
un parcial de 8-2.
No se hizo esperar
la reacción visitante y el vendaval, liderado por un Tyler Gaffaney excelso que
terminó con 25 puntos, barrió a los vallisoletanos en este cuarto inaugural,
que finalizó 14-23. Es decir, después de superar el ecuador del periodo, un
parcial de 6-21 favorable a los de Rafa Rufián, que martillearon el aro de las
ardillas desde la larga distancia sin que nada pudieran hacer los jugadores de
Paco García para evitarlo. El propio Gaffaney, Cizmic y Alejandro Marín no
fallaban. Tras la dura serie ante el Fundación Lucentum Alicante, las fuerzas
estaban justas como para llegar rápido a las ayudas cuando una y otra vez desbordaban
a los vallisoletanos en el uno contra uno.
Tocaba arremangarse
y hacer la del conejo, que decía el bueno de Manel Comas, que en paz descanse:
“Esperar con el mazo preparado hasta que aparezcan las orejas para golpearlo”.
Dicho y hecho. Canasta a canasta, defensa a defensa, el conjunto carmesí no le
perdió la cara al partido a pesar de registrar, en este segundo periodo, una
máxima desventaja de diecisiete puntos para los de Rafa Rufián, que les dejaba
contra las cuerdas. No solo respecto al choque de Pisuerga, sino a toda la
serie, que pudo haberse marchado 2-0 a Sevilla y dos oportunidades de oro del
CB Morón para haber sentenciado a las ardillas. Pero estaba escrito que no iba
a ser así.
El destino tenía
guardado un giro de guion propio de un partido de la NBA protagonizado por
Michael Jordan o cualquier otra estrella de la Liga estadounidense, de donde
procede, precisamente, el héroe de Valladolid, Wade-Chatman, que decidió el
encuentro como solo los americanos saben: de la manera más difícil y haciendo
estallar al pabellón.
Así, en el tramo
final del encuentro, cuando restaban menos de tres minutos, ambos equipos se
fueron sucediendo la alternancia con rentas mínimas. En Pisuerga se olía ese
ambiente al que han acostumbrado los de Paco García durante los últimos meses:
el de las grandes citas que se deciden en instantes finales, cuando muere el
crono. El propio técnico lo reconoció en rueda de prensa con un dato revelador:
once de los últimos doce partidos del CBC Valladolid se han decidido por rentas
de cinco puntos o menos (el 80-59 contra el Covirán Granada de la trigésima jornada
la excepción).
En busca de un
paladín que diera la última estocada, apareció la figura de Henri Wade-Chatman,
cuando la bola quemaba y los visitantes mandaban en el marcador por cuatro
puntos de diferencia (67-71). El de Pittsburgh fue el encargado de lanzar un
triple que continuase con el sueño del CBC Valladolid. Agua. El conejo seguía
sin salir. No era el momento. Era demasiado fácil.
Enorme actuación de Sergio De la Fuente, con 24 puntos. Foto: CBC Valladolid. |
Entre Sergio De la
Fuente, MVP de la jornada con 24 puntos, 7 rebotes y 8 faltas recibidas, y
Boubacar Sidibe, las torres de este Comercial Ulsa, lograron empatar el
encuentro (73-73) y ceder al CB Morón la oportunidad de sentenciar a las
ardillas con doce segundos en el crono. Alejandro Marín agarró la bola y corrió
como alma que lleva el diablo a través de la cancha para, finalmente, cometer
unos dobles más propios de un cadete que de un jugador sénior ante la buena
defensa local, deteniendo el reloj en unos excesivos dos segundos.
Y el milagro se
obró para desgracia de unos y alegría de un pabellón Pisuerga al borde del
infarto y que veía cómo aparecían opciones para vencer un duelo que al descanso
estaba completamente perdido.
Henri Wade-Chatman
fue el encargado de recibir una bola bendecida por Sergio De la Fuente para
clavar, con el tiempo cumpliéndose durante la trayectoria y desde su propio
tiro libre, un triple antológico que pasará a la historia de los anales del
baloncesto vallisoletano. El balón naranja cruzó el cielo del pabellón, que guardaba
un silencio sepulcral, expectante por ver dónde caía la pelotita, hasta que se
coló por el aro del Aceitunas Fragata Morón y la parroquia vallisoletana
estallaba, literalmente, en una fiesta de vítores y caras de incredulidad.
El milagro se había
logrado, merced a un trabajo titánico de una plantilla que no entiende lo que
es rendirse y bajar los brazos. A los espartanos de Paco García aún les queda
mucha vida después de haberle atizado al conejo de Morón en los últimos
segundos. Los próximos duelos, desde la Alameda sevillana, el viernes y el
domingo.
Ficha técnica:
Comercial Ulsa CBC Valladolid 76 (14+20+20+22): Wade-Chatman (23), Astilleros (10), Graham-Bell
(2), De la Fuente (24) y Sidibe (10) –cinco inicial– González (5), García (2), Esteban
(-), Jota (-), Morales (-) y Mukendi (-).
Aceitunas Fragata Morón 73 (23+23+12+15): Gutiérrez (2), Alejandro Marín (10),
Keshinro (16), Cizmic (10) y Kasse (-) –cinco inicial– Gaffaney (25), Javier
Marín (2), Jiménez (2), Chagoyen (-) y Rodríguez (6).
Árbitros:
García León y López Lecuona. Eliminado Graham-Bell, del Comercial Ulsa CBC
Valladolid, por cinco faltas personales.
Incidencias: Segundo partido de las semifinales de los playoffs
de ascenso de la LEB Plata. Polideportivo Pisuerga.
Crónica de www.cbcvalladolid.es