viernes, 19 de mayo de 2017

Las ardillas preparan la invasión de Morón

El triple milagroso de Wade-Chatman igualó la eliminatoria de semifinales entre Comercial Ulsa Ciudad de Valladolid y Aceitunas Fragata Morón. “Hemos llegado en un momento físico fantástico y convencidos de que el camino marcado es el bueno, así tenemos opciones de ganar cada día”, ha subrayado Paco García, que no tira la toalla.

Los vallisoletanos necesitan, al menos, ganar un partido en Morón
Foto: Rodrigo del Pozo (www.cbcvalladolid.es)
El Comercial Ulsa Ciudad de Valladolid disputará este viernes (21:00 horas, FebTv.com) el primero de sus dos partidos en Morón este fin de semana. Con la serie igualada (1-1) y el factor cancha favorable a los de Rafa Rufián, las ardillas tendrán que ganar, como mínimo, uno de los dos encuentros si quieren asegurar una quinta cita en Pisuerga el próximo martes. Con la plantilla al completo y la ilusión por bandera, toca conquistar la frontera.

La llama de un sueño dorado permanece viva. En Morón de la Frontera, en el mismo lugar donde reside la base área del Ejército y donde, de vez en cuando, aparece un popular gallo (el que deja a la gente sin plumas y cacareando, dice la leyenda), el Comercial Ulsa disputará dos partidos vitales para que no se apague esa llama.

Los hombres de Paco García viajaron el jueves a tierras hispalenses y entrenaron el viernes por la mañana en las instalaciones del Baloncesto Sevilla antes de desplazarse, por la tarde, al Pabellón de la Alameda. Allí, les recibirán unos quinientos aficionados y un equipo, el Aceitunas Fragata Morón, que está siendo algo indigesto para las ardillas.

En el primer partido, apenas setenta y dos horas después de eliminar al Lucentum Alicante, el CBC Valladolid perdió el factor cancha pese a rozar la prórroga con un triple de Sergio De la Fuente. Alejandro Marín y Moussa Kasse, unido al desacertado del perímetro carmesí (4/20 en triples), fueron los responsables del desvelo en la plantilla castellana.

Sin embargo, había una nueva oportunidad para igualar la contienda en Pisuerga. No fue fácil, pareció imposible cuando los andaluces se fueron doce arriba al descanso (34-46), pero hubo, aunque a Paco García le cueste reconocerlo, milagro. Un triple de un recuperado Henri Wade-Chatman puso Pisuerga y las redes sociales patas arriba. La ciudad entera volvió a vibrar con el baloncesto, como en sus mejores tiempos, y quiere que esa ilusión dure, y dure, y dure, como el MVP Sergio De la Fuente.

Para ello, será necesario recuperar el control del rebote, apretar las líneas de pase y evitar las bandejas fáciles con un incremento de la intensidad en la defensa uno contra uno. Llevar el partido a tanteos bajos y tener opciones en los últimos minutos será el objetivo del CBC Valladolid, que solo piensa en el partido de este viernes, a pesar de que le quedaría una bala en la recámara el domingo.

“Llevamos muchos kilómetros encima, ojalá tengamos más, pero aun así yo no creo en los milagros. Hay mucho esfuerzo, mucho trabajo detrás para llegar a ese momento de fortuna que fue la canasta de Wade-Chatman. Creo en el trabajo y en la capacidad del equipo para sufrir”, ha subrayado Paco García. “Hemos llegado en un momento físico fantástico y convencidos de que el camino marcado es el bueno, así tenemos opciones de ganar cada día”, ha analizado el técnico del Comercial Ulsa Ciudad de Valladolid.

Paco García nunca se rinde: “Partimos de una plantilla que descendió el año pasado, con muchos jugadores que vienen de la Liga EBA”. No será una excepción en las semifinales de los playoffs ante el CB Morón: “Podemos controlar más el rebote, pero tenemos que defender mejor. Tenemos margen de mejora, jugadores como Graham-Bell o alguno que venga del banquillo y nos dé un partido”. “Me preocupa el calor, la humedad y la pista”, ha añadido el técnico de las ardillas.

Enfrente, un CB Morón que también comparte sueño con las ardillas y quiere dar una nueva alegría a su afición. Tras terminar octavo en la Liga regular, sentenció su cruce de cuartos, contra el Óbila, con dos victorias en Alameda. Alejandro Marín, Leo Cizmic y Tyler Gaffaney completan un juego exterior de auténtico lujo, mientras que, por dentro, Olahide Keshinro y el fichaje estrella de Mansour Kasse, más la siempre importante aportación de Chagoyen, arman a los de Rufián.

“Recuperar el factor cancha ha sido muy importante”, ha admitido el técnico del Aceitunas Fragata Morón. “Hicimos algo muy bueno en el primer partido, que fue controlar el rebote. En el segundo, la primera parte fue muy buena, nos llegamos a poner con clara ventaja en el marcador. En la segunda, ellos tuvieron el control y nos hicieron 42 puntos, anotando el último tiro de Wade-Chatman”, ha recordado Rufián.

“No pasa nada, el objetivo era llevarse un partido y estamos contentos. Valladolid es un muy buen equipo, una ciudad de baloncesto histórica. Ellos van a ir con la moral muy alta tras el segundo partido, pero para nosotros todo lo que venga ya es un premio. Dentro de la humildad, seguiremos trabajando fuerte para intentar seguir avanzando y entrar en una hipotética final”, ha sentenciado el técnico del Aceitunas Fragata Morón.

Sea como fuere, con ayuda del gallo o no, y por tierra, mar o aire, el Comercial Ulsa Ciudad de Valladolid tendrá que invadir Morón de la Frontera, por lo menos una vez. Pase lo que pase, la temporada del club vallisoletano habrá sido un éxito, consiguiendo la permanencia, metiendo al equipo en playoffs y renovando la ilusión en Pisuerga, además de clasificar a tres equipos de distintas categorías para los Campeonatos de España.

Sin embargo, el aficionado es ambicioso e insaciable, siempre quiere más, y los jugadores de Paco García van a dar el todo por el todo. Se vienen partidos grandes, solo para valientes y las ardillas sueñan en oro.