El base-escolta del Real Madrid, máximo candidato al MVP de la Euroliga. El base serbio del CSKA y el
escolta serbio del Fenerbahçe se despiden. Saltarán a la NBA la próxima
temporada. Teodosic levantó su única Euroliga hace un año precisamente ante
Bogdanovic, que aún no ha ganado el cetro europeo. Sí lo ha hecho, y tres
veces, Spanoulis. El base griego del Olympiacos disputará, a sus 34 años, su
quinta Final Four. El relevo ya está aquí con Luka Doncic. El base esloveno del
Real Madrid debutará, con apenas dieciocho años, en una fase final.
La progresión de Sergio Llull ha aupado al menorquín a la cúspide de la elite del baloncesto europeo. Fotos: www.euroleague.net |
La gran fiesta del
baloncesto europeo de clubes, la Final Four de la Euroliga, tendrá esta edición
aroma de despedida para algunos (Milos Teodosic y Bogdan Bogdanovic), penúltimo
baile para algún ilustre veterano (Vassilis Spanoulis) y sangre nueva de una
más que ilusionante promesa (Luka Doncic). Y contará, claro, con Sergio Llull,
tal vez el jugador más dominante en Europa en esta temporada.
Llull es la máxima
atracción de la Final Four de Estambul. A sus 29 años, vive el mejor momento de
su carrera. Lo cantan los números: quinto máximo anotador de la Euroliga con
16,3 puntos por partido, que crecieron hasta 18,5 puntos en los cuartos de
final de los playoffs ante el Darüşşafaka turco de David Blatt. Lo corroboran los premios: MVP de la
última Copa del Rey, aspirante al MVP de la fase regular de la Euroliga y
primera presencia en el Mejor Quinteto de la Euroliga. Pero, sobre todo, lo saben y lo disfrutan los aficionados y lo sufren los rivales.
Descaro y
condiciones físicas y técnicas nunca le han faltado a Llull, que en el verano
pasado le dio calabazas a los mismos Houston Rockets de James Harden. Con la
confianza por las nubes, con triples imposibles y canastas sobre la bocina, el
base-escolta del Real Madrid es el jugador de moda del baloncesto europeo.
Ahora sí, sin ningún reproche, Llull es una estrella. De exhibición en
exhibición. Llull, al que aún le faltaba un salto en 2015, cuando el Real
Madrid ganó la última Euroliga, quiere ser la estrella de la Décima corona blanca.
“Si me llega el
último balón el domingo para ganar la final, me lo tiraría. Si lo tengo que
hacer, lo haré”, ha garantizado, mitad desafiante, mitad exultante, Llull. “No
sé si voy a ser el mejor o no, pero voy a salir al campo igual, a darlo todo, a
ayudar a mis compañeros en lo que pueda y a conseguir el objetivo colectivo,
que es ganar la Décima. Los premios individuales no importan si no consigues
los colectivos”. Pero, si cuentas con una gran estrella, y Llull lo es, los objetivos colectivos siempre son más accesibles.
Los serbios Teodosic y Bogdanovic quieren irse a la NBA con el título de la Euroliga. |
Llull sigue los
pasos de una gran estrella europea que jugará su última Euroliga: el serbio
Milos Teodosic. Tercer máximo anotador, tras Juan Carlos Navarro y Vassilis
Spanoulis, y tercer máximo asistente, tras los griegos Diamantidis y Spanoulis,
en la historia de la competición. Teodosic cumplió un sueño, y casi una obsesión, en la Euroliga 2016. A la quinta, al lado de un genial Nando de Colo, fue la vencida, tras perder la
famosa final ante el Olympiacos en 2012 y tres semifinales consecutivas (2013, 2014 y 2015). A sus treinta
años, Teodosic ha decidido saltar a la NBA en la próxima temporada tras reinar
en Europa.
Y tendrá compañía.
Su compatriota Bogdan Bogdanovic, con 24 años, está muy cerca de volar a la
NBA. Una victoria en la Euroliga con el Fenerbahçe le dejaría ya sin objetivos
en el baloncesto europeo. El escolta serbio está por la labor. Ha sido el MVP
de la Euroliga en el mes de abril y el segundo mejor anotador en los cuartos de
final. Ante el Panathinaikos, Bogdanovic promedió 19,3 puntos, con un 62,5% de
acierto en las canastas de dos y un 60% en los triples. Llamando con fuerza a
la NBA, vía título en la Euroliga.
No es el caso de
Spanoulis. El veterano base griego del Olympiacos, que cumplirá 35 años en el
próximo mes de agosto, incrementará su leyenda en el baloncesto europeo con su
quinta participación en una Final Four. ¿Un último baile? Es el quinto jugador
más veterano de la Final Four tras Andrés Nocioni (37 años), Felipe Reyes (37),
Pero Antic, un mes mayor que Spanoulis, y Viktor Khryapa, apenas cuatro días
mayor que el griego. La hora del adiós de Spanoulis está más cerca que lejos.
Pero el vacío, por
muy grande que sea, ya está cubierto: Luka Doncic. Spanoulis casi le dobla la
edad, pero Doncic, con apenas dieciocho años, es mucho más que una promesa del
baloncesto europeo. Nacido para ser una estrella mundial. En Estambul, el base del Real
Madrid debutará en una Final Four. Lógicamente, será el jugador más joven de la
fase final. Poco importa. El Niño Maravilla es un digno heredero de Spanoulis,
aunque los cantos de sirena de la NBA no tardarán mucho en seducirle. Que la
Euroliga lo disfrute mientras pueda.
Dos épocas del baloncesto europeo: Spanoulis y Doncic. |
Real Madrid, CSKA
Moscú, Fenerbahçe y Olympiacos disponen de cuatro plantillas soberbias, plenas de
talento y campeonas. Hasta siete jugadores del actual Real Madrid ganaron la
Euroliga en 2015: Sergio Llull, Rudy Fernández, Felipe Reyes, Gustavo Ayón,
Jaycee Carroll, Jonas Maciulis y Andrés Nocioni, que se retirará al final de
esta temporada. El Fenerbahçe, rival de los blancos en las semifinales, también
tiene a dos campeones europeos: Kostas Sloukas y Pero Antic, vencedores de la Euroliga en 2012 y 2013 con
la camiseta del Olympiacos.
El macedonio Antic y el griego Sloukas coincidieron entonces con otros cuatro helenos, Vassilis Spanoulis (campeón también en la Euroliga 2009 con el Panathinaikos), Giorgos Printezis y Evangelos Mantzaris, que aún
continúan en el equipo de El Pireo, y Kostas Papanikolaou, que regresó el pasado
verano tras una floja experiencia NBA en Houston y Denver. Un ‘cinco’ cien por
cien griego campeón de la Euroliga.
Pero es el CSKA, defensor del título, quien cuenta con más campeones del torneo, un total de catorce en la Euroliga 2016: Nando De Colo, Milos Teodosic, Cory Higgins, Nikita Kurbanov, Kyle Hines, Viktor Khryapa, Vitaly Fridzon, Andrey Vorontsevich, Aaron Jackson, Joel Freeland, Ivan Lazarev, Pavel Korobkov y los hermanos Dmitri y Mikhail Kulagin. Khryapa (con once Final Four) y Vorontsevich (con diez) también colaboraron en el título del CSKA en 2008. Mientras, Hines fue doble campeón con el Olympiacos en 2012 y 2013.
Cuatro equipos campeones con tres técnicos campeones y uno que no tardará en serlo. Los títulos que le faltan a la plantilla del Fenerbahçe se suplen con creces con las ocho Euroligas de Zeljko Obradovic con cuatro escuadras diferentes: Partizan (1992), Joventut (1994), Real Madrid (1995) y Panathinaikos (2000, 2002, 2007, 2009 y 2011). Mientras, Pablo Laso llevó al Real Madrid al título en 2015 y Dimitrios Itoudis al CSKA en la pasada edición. Ioannis Sfairopoulos, técnico del Olympiacos, es el único al que le falta la Euroliga, pero apenas lleva tres años en la elite. Cuestión de tiempo.
Pero es el CSKA, defensor del título, quien cuenta con más campeones del torneo, un total de catorce en la Euroliga 2016: Nando De Colo, Milos Teodosic, Cory Higgins, Nikita Kurbanov, Kyle Hines, Viktor Khryapa, Vitaly Fridzon, Andrey Vorontsevich, Aaron Jackson, Joel Freeland, Ivan Lazarev, Pavel Korobkov y los hermanos Dmitri y Mikhail Kulagin. Khryapa (con once Final Four) y Vorontsevich (con diez) también colaboraron en el título del CSKA en 2008. Mientras, Hines fue doble campeón con el Olympiacos en 2012 y 2013.
Cuatro equipos campeones con tres técnicos campeones y uno que no tardará en serlo. Los títulos que le faltan a la plantilla del Fenerbahçe se suplen con creces con las ocho Euroligas de Zeljko Obradovic con cuatro escuadras diferentes: Partizan (1992), Joventut (1994), Real Madrid (1995) y Panathinaikos (2000, 2002, 2007, 2009 y 2011). Mientras, Pablo Laso llevó al Real Madrid al título en 2015 y Dimitrios Itoudis al CSKA en la pasada edición. Ioannis Sfairopoulos, técnico del Olympiacos, es el único al que le falta la Euroliga, pero apenas lleva tres años en la elite. Cuestión de tiempo.