El extécnico blanquivioleta, uno de los artífices, desde el banquillo,
del ascenso a la máxima categoría en la temporada 2011/12, se mide por primera
vez en partido oficial a su anterior equipo.
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| Djukic, con su equipo técnico, en su etapa en Valladolid. Foto: www.realvalladolid.es |
En julio de 2011, en
plena depresión pos-playoff, Carlos Suárez anunciaba la contratación de
Miroslav Djukic para las próximas tres temporadas. El objetivo era que el
serbio se convirtiera en la piedra angular de un proyecto con mayúsculas que
permitiera al Real Valladolid levantarse del duro golpe de la derrota en Elche
y regresar a la máxima categoría del fútbol nacional.
Este domingo el conjunto
blanquivioleta y Djukic se verán las caras por primera vez en partido oficial.
Un reencuentro con alguien que, junto a sus ayudantes Raymond Henric-Coll y
Dejan Ilic, ya tiene un lugar reservado en la historia de la entidad
castellana.
Su primera campaña en el Real Valladolid es y será inolvidable. En unas circunstancias muy difíciles, con el club recién acogido a la Ley Concursal, Djukic supo canalizar toda la energía del vestuario y de la ciudad de una manera muy positiva hasta lograr un emotivo y magnífico ascenso en la final del playoff ante el Alcorcón. Atrás quedaba una larguísima temporada en la que los blanquivioletas brillaron por su buen juego y se ganaron con creces el premio de disfrutar de los mejores.
La siguiente temporada, su segunda y última al frente del banquillo del Real Valladolid, comenzó con dos victorias en los dos primeros partidos (ante Zaragoza y Levante). Ese colchón dio tranquilidad y permitió afrontar de manera solvente las primeras experiencias en Primera para la mayoría de una corta plantilla. La salvación matemática se consiguió con holgura, algo muy destacable si se tiene en cuenta que por debajo en la tabla había equipos con presupuestos superiores.
El técnico serbio hizo las maletas antes de que concluyera su contrato con destino a la que siempre ha considerado su casa: el Valencia. Ya visitó Zorrilla con motivo del Trofeo Ciudad de Valladolid, aunque este domingo en Mestalla será la primera vez que se mida al Real Valladolid.
En total, Djukic dirigió 80 partidos ligueros en el banquillo blanquivioleta (38 de Primera y 42 de Segunda), en los que sumó 34 victorias, 23 empates y 23 derrotas. Además, en los playoff firmó dos victorias y dos empates. Números muy importantes para un entrenador que, aunque en Valencia no esté teniendo suerte en este arranque de temporada, se merece lo mejor por calidad humana y profesional.
Reportaje de www.realvalladolid.es
Su primera campaña en el Real Valladolid es y será inolvidable. En unas circunstancias muy difíciles, con el club recién acogido a la Ley Concursal, Djukic supo canalizar toda la energía del vestuario y de la ciudad de una manera muy positiva hasta lograr un emotivo y magnífico ascenso en la final del playoff ante el Alcorcón. Atrás quedaba una larguísima temporada en la que los blanquivioletas brillaron por su buen juego y se ganaron con creces el premio de disfrutar de los mejores.
La siguiente temporada, su segunda y última al frente del banquillo del Real Valladolid, comenzó con dos victorias en los dos primeros partidos (ante Zaragoza y Levante). Ese colchón dio tranquilidad y permitió afrontar de manera solvente las primeras experiencias en Primera para la mayoría de una corta plantilla. La salvación matemática se consiguió con holgura, algo muy destacable si se tiene en cuenta que por debajo en la tabla había equipos con presupuestos superiores.
El técnico serbio hizo las maletas antes de que concluyera su contrato con destino a la que siempre ha considerado su casa: el Valencia. Ya visitó Zorrilla con motivo del Trofeo Ciudad de Valladolid, aunque este domingo en Mestalla será la primera vez que se mida al Real Valladolid.
En total, Djukic dirigió 80 partidos ligueros en el banquillo blanquivioleta (38 de Primera y 42 de Segunda), en los que sumó 34 victorias, 23 empates y 23 derrotas. Además, en los playoff firmó dos victorias y dos empates. Números muy importantes para un entrenador que, aunque en Valencia no esté teniendo suerte en este arranque de temporada, se merece lo mejor por calidad humana y profesional.
Reportaje de www.realvalladolid.es